lunes, 20 de octubre de 2008

Joselito Vaca se está poniendo de moda


Joselito Vaca es actualimente uno de los jugadores más importantes en el país. Titular y capitán indiscutible en Blooming y hombre clave en la estructura de la selección; de hecho, se ha convertido en el armador del equipo que dirige Erwin Sánchez. En el partido frente a Perú fue la figura y ante Uruguay estaba cumpliendo ese papel hasta que se retiró de la cancha porque venía reducido por una lesión. Debutó en Oriente cuando no era ni bachiller, se fue al fútbol de los Estados Unidos siendo apenas un jovencito y retornó para seguir sumando lauros: fue campeón nacional con Blooming y ganador del Premio Mayor de EL DEBER como el mejor de la temporada 2000.

- Por lo visto en los últimos partidos, para Erwin Sánchez sos el armador de la selección, ¿no te pesa esa responsabilidad?
- La responsabilidad es para todos por igual, porque cada uno es consciente de que en la selección hay que rendir el doble que en su equipo porque está en juego la imagen del país.

- Sánchez comentó una vez que el futbolista tiene que ser macho de noche y macho de día, ¿qué quiso decir con ese mensaje?
- (Se ríe) El futbolista que sale de noche a 'divertirse' al otro día en el entrenamiento tiene que ir al frente, demostrar profesionalismo.

- A propósito, sos uno de los pocos jugadores que terminan entero físicamente cuando la selección juega en La Paz, ¿estás mejor preparado o te cuidás más?
- En las evaluaciones que hace el médico por suerte soy el que me adapto más rápido a la altura. Siempre trato de cuidarme, soy una persona más casera, me gusta estar con la familia, con mis hijas, trato de no salir mucho ni desvelarme. En ese aspecto me considero un futbolista profesional, siempre me entreno al máximo y trato de dar lo mejor de mí.

- Frente a Perú y Uruguay el estadio Siles no se llenó, ¿sentís que la gente ya no le tiene el mismo cariño de antes a la selección?
- No se llenó porque no nos está yendo bien en las eliminatorias, quizá por eso la gente no va a alentarnos. Lamentablemente en nuestro fútbol si el equipo no gana, el hincha no va a apoyar.

- Este año en Oriente te daban como refuerzo, ¿qué pesó para quedarte en Blooming?
- El trato que recibí de la gente de Blooming fue clave, aunque reconozco que siento un aprecio grande por Oriente, porque fue el equipo que me abrió las puertas primero. Fue una semana difícil para mí porque tenía ofertas de los dos lados, pero no era bueno de mi parte si me iba a Oriente después de todo lo que Blooming me había dado y había hecho por mí, además que me sentía muy cómodo ahí, había un buen grupo, salimos campeones; los dirigentes insistieron mucho por mí, eso pesó a la hora de decidir.

- ¿Qué te provoca saber que Oriente no está peleando el título?
- Me da tristeza, y lamento la situación por la que está pasando, sobre todo porque soy hincha de Oriente, y sabiendo que es un club grande, que siempre está arriba peleando títulos. Espero que se recupere rápido y me gustaría que le vaya mucho mejor.

- La gente habla bien de vos, incluso hinchas de equipos rivales, ¿te sentís un jugador importante?
- No sé si un jugador importante, pero cada uno se gana un lugar con sacrificio, y la gente sabe reconocer el esfuerzo que uno hace. Yo estoy agradecido con el hincha que habla bien de mí y sigue confiando, pero también hay gente que no habla bien; hay de todo. Lo que me deja tranquilo es que siempre trato de dar todo de mí, me esfuerzo al máximo y quiero ganar siempre.

- Si hicieras una pausa en tu vida para darle una mirada al pasado, ¿qué momento te gustaría repasar, aunque sea por un minuto?
- En mi vida he pasado momentos felices, pero si se pudiera volver alguno de ellos sería el nacimiento de mi hija (Génesis); fue lo mejor que me ha pasado. Nunca me imaginé que ser padre sería lo máximo.

- Si te pidieran tres nombres de personas que fueron importantes en tu carrera futbolística, ¿a quién nombrarías?
- Primero a mis padres, sólo ellos saben por las situaciones que pasamos juntos, hasta que finalmente pude llegar al fútbol profesional; después, la Tahuichi, porque siempre recibí apoyo desde chico, y fue la que me abrió las puertas, y finalmente todos mis amigos que siempre me han estado apoyando.

- De los técnicos que tuviste, ¿a quién le quedás muy agradecido?
- A todos, porque siempre me hablaron de frente y aprendí algo nuevo de cada uno. Sería injusto identificarme con uno solo, siendo que todos han sido importantes en mi carrera, desde la Tahuichi.

- Eras un jovencito cuando te fuiste a Estados Unidos, ¿qué aprendiste en tu paso por la MLS?
- Al principio me costó bastante adaptarme a un fútbol desconocido, a la forma de vida, a la soledad, y a todo lo nuevo que aparecía para mí. Todo eso me llevó a ser responsable, a madurar, a mirar la vida de otra manera. Estados Unidos fue una experiencia linda para mí, a pesar de los problemas que tuve en la adaptación.

- Hace unos años un club del exterior te descartó por tu estatura, ¿hubieras llegado más lejos con unos centímetros más?
- La verdad que no, estoy muy conforme con lo que tengo y con lo que soy, estoy agradecido con Dios por las oportunidades que me dio.

- Dicen que sos de poco mirar programas deportivos y de leer diarios, ¿por qué no te gusta?
- Porque a veces hacen comentarios que no me caen bien, y ustedes saben que detrás de una persona hay una familia. No es que no mire programas deportivos, en realidad mirar la televisión es lo que menos me gusta. Ese tiempo prefiero dedicárselo a mi esposa y a mis dos hijas, trato de aprovechar con ellas todo el tiempo que no estoy en casa, porque últimamente estamos de concentración en concentración. A veces, cuando viajo mucho, alguna de ellas se enferma, porque son muy apegadas a mí.

- Por lo visto sos un buen padre; en una escala de 1 a 10, ¿cuánto te calificás?
- (Se ríe) No sé cuánto merezco, pero las quiero mucho y trato de estar con ellas lo más que puedo; son mi vida.

- Excepto Blooming, todos los equipos considerados grandes del fútbol boliviano quedaron fuera de las semifinales, ¿qué creés que pasó?
- Son los malos momentos que un equipo tiene, pero en este caso les llegó a todos juntos. Particularmente Bolívar recién este año contrató buenos jugadores, Oriente tuvo mala suerte y los otros quizás no han sabido mantener la misma base de torneos anteriores.

- Joselito Vaca es querido por los niños y es considerado un ejemplo a seguir; aparte de lo futbolístico, ¿cuál de tus virtudes creés que te hace sentir ídolo?
- Sigo siendo la misma persona humilde de antes, cuando la gente me saluda o me habla, trato de hacerla sentir importante. Yo sé muy bien de donde son mis raíces, y por eso no me creo algo que no soy.

- ¿Alguna vez algún hincha te pidió algo que fue difícil de cumplir?
- La gente y los hinchas siempre me piden una camiseta, pero lamentablemente no puedo conceder ese deseo porque el club apenas nos provee dos camisetas por campeonato. A mí me gustaría regalar algunas, porque eso significa que sos importante para ellos, pero lamentablemente no tenemos de sobra para darnos esos lujos.

- ¿Qué es lo que menos te gusta de tu profesión?
- Las concentraciones y los viajes largos. Por suerte la familia entiende eso porque yo elegí ser futbolista. Son las reglas del juego.

- Los futbolistas tienen fama de tener un corazón para muchas mujeres, ¿se puede amar a más de una al mismo tiempo?
- (Se ríe) Yo amo a tres mujeres… María Belky (esposa), Génesis y Diana (sus hijas).

- Hablando de mujeres, tenés dos niñas, ¿qué deporte te gustaría inculcarles?
- Cualquier deporte, obviamente que el fútbol de entrada está descartado (se ríe). Lo único que espero de ellas es que sean responsables, que vayan por buen camino y, sobre todo, que estudien, sabiendo que en la vida el que estudia tiene un mejor futuro.

- ¿Y para cuándo el varoncito?
- (Se ríe) Por el momento todavía no, estoy feliz con mis dos hijas, es lo máximo que tengo, además que me hacen sentir un papá muy querido.
- El ser humano es un soñador por naturaleza, ¿tenés uno de esos sueños que te hace levantarte temprano y seguir luchando?
- Quiero darle todo lo mejor a mis hijas y en lo posible tratar de que nunca les falte nada. Quiero ser feliz viéndolas crecer.

- Después del fútbol muchos apuntan a la dirección técnica, ¿te imaginás dirigiendo?
- La verdad que no, al menos por ahora no, tampoco hay que descartar nada, vamos a ver qué pasa.

- Si te llegara una invitación para postular como candidato por la zona de Mapaiso, ¿aceptarías?
- (Se ríe) Noooooooo, en Mapaiso creo que son diez familias y todos son mis familiares. No me gusta la política, no soy para eso.

- Si tuvieras un encuentro con el presidente Evo Morales, ¿qué le pedirías?
- Le diría que tome la decisión correcta, que haga lo posible para que vuelva la paz, porque la necesitamos bastante; hay gente que está sufriendo mucho. Lo que más quiero es que Bolivia vuelva a ser un país tranquilo.

- ¿Te acordás de un gol bonito?
- Uno que le hice a Oriente en un clásico, pero lamentablemente ese partido lo perdimos. El arquero del otro equipo era Sergio Galarza, después de un tiro de esquina hubo un rebote y antes que caiga la pelota al piso le di de zurda como venía. Me salió un golazo.

Sus frases

“Soy una persona más casera, me gusta estar con la familia, con mis hijas, trato de no salir mucho”.

“El nacimiento de mi hija es lo mejor que me ha pasado; nunca imaginé que ser padre sería lo máximo”.

“No sé si soy un jugador importante, pero cada uno se gana un lugar con sacrificio, y la gente reconoce”.

“Yo sé muy bien de dónde son mis raíces, y por eso no me creo algo que no soy. Sigo siendo el mismo”.

Perfil De Mapaiso al fútbol grande
Joselito Vaca Velasco nació en Santa Cruz, el 12 de agosto de 1982. A los 13 años lo llevaron a la Tahuichi y de allí salió para dar el gran salto. Jugó dos Mundialito Paz y Unidad (1997-1998) y al año siguiente pasó a Oriente Petrolero cuando el técnico era el uruguayo Wálter ‘Cata’ Roque. Fue campeón del torneo Clausura en 2000 con el equipo albiverde, pero en la final perdió ante Wilstermann, en Trinidad. El Dallas Burn se lo llevó a Estados Unidos, donde jugó al lado de grandes estrellas, entre ellas el argentino Ariel Graziani.
A su retorno Blooming lo contrató como refuerzo hasta ahora. Su carrera ascendente le permitió recaudar grandes ingresos económicos hasta encontrar su consolidación. Está casado con María Belky Canido y tiene dos hijas: Génesis (3) y Diana (2). Es el menor entre ocho hermanos. Sus padres son Waldo Vaca y Juana Velasco.

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