lunes, 18 de octubre de 2010

Al grano. Carlos Aragonés: «Volví porque busco el éxito»



Cuando decidió volver a tomar el mando de Blooming en un momento caliente por la mala campaña que cumplía el equipo en la Copa Libertadores y el torneo liguero, lo hizo sabiendo que exponía ese ‘plus’ que le dan los hinchas por haber comandado al Blooming bicampeón del 98 y 99. Pero Carlos Aragonés asumió sin inconvenientes, aceptó el desafío que siempre implica dirigir a un grande del país y se antepuso como argumento el querer seguir buscando gloria.
- ¿Ve a Blooming futbolísticamente como usted quiere?
- No estamos jugando como yo quisiera, pero creo que también hay que separar qué es jugar bien, qué es jugar mal y qué es jugar bonito. Creo que Blooming no está jugando bonito, pero lo está haciendo bien y lo demostró ante Oriente cortándole todos los circuitos y manteniendo un orden. No dudo de que me gustaría que el equipo además de jugar bien jugara bonito, pero para allá vamos.

- Italia ganó Copas del Mundo a su estilo, sin jugar bonito, pero para ellos estaba bien. ¿Ésa es la esencia que usted quiere para Blooming?, porque cuando fue bicampeón el equipo no jugaba así...
- No... es que ese Blooming jugaba bien, bonito, espectacular, lo que quieran, fue un equipo que va a quedar en la historia. Hoy en día tenemos buenos jugadores, pero la diferencia está en que en aquella época yo tuve más tiempo para trabajar. Es indudable que las características de algunos jugadores son diferentes porque ese equipo sabía jugar al contragolpe, sabía manejar los partidos y si todo se presentaba difícil aparecía Limberg Gutiérrez con un tiro libre y liquidaba el pleito. Ese Blooming del bicampeonato marcó mi carrera, porque además, creo que en el equipo del 99 todos los jugadores metieron goles, fue increíble. Ahora yo llegue prácticamente sin posibilidades de trabajar.

- ¿Las urgencias lo obligaron?
- Exacto, es que jugamos domingos y miércoles prácticamente durante tres meses atendiendo la Copa Libertadores y el torneo liguero. Era bajarse del avión, hacer trabajo regenerativo y de nuevo a jugar. No hubo tiempo; recién trabajamos cuando quedamos eliminados del Torneo de Invierno, ahí vimos el funcionamiento real.
- ¿El hecho de que varias figuras recién hoy tomen vuelo, impidió que Blooming juegue bonito?
- Claro. Hay algunos jugadores que se están recuperando, tal es el caso de José Luis Chávez, de Luiz Carlos Vieira que tampoco es el de otras épocas, de Gualberto Mojica y de Alejandro Gómez. Pero ahora vamos bien, porque cuando el rendimiento individual es bueno, lo colectivo se potencia y cuando esto sucede, el juego bonito aparece en la calidad de estos jugadores. En el fútbol hay dos aspectos que son fundamentales, uno es tratar de hacer lo que se ha planificado y el otro impedir que tu rival desarrolle su mayor potencial. Esto hicimos cuando le ganamos a Oriente.
- ¿Por qué el bajón en algunos jugadores, y qué está haciendo el técnico para levantarlos?
- Yo creo que los bajones, primero, son parte del fútbol y si sucede con mayor frecuencia acá, es por la mentalidad de nuestros jugadores. Algunas veces somos poco agresivos y demasiado conformistas, hacemos un buen campeonato o salimos campeones y creemos que ya es suficiente. El jugador de fútbol tiene que acostumbrarse y mentalizarse que la superación tiene que ser día a día. Sé que en cualquier momento puede haber un bajón, pero también creo que es clave ser fuerte en lo mental. Nosotros trabajamos mucho en la motivación para evitar todo esto.
- ¿La mala campaña en la Copa Libertadores de este año fue un golpe duro y también prolongado?
- Sí, porque el equipo venía de ser campeón, se mantuvo la base del año pasado y se trajeron algunos jugadores. Entonces se generó una gran expectativa de lo que se podía hacer en la Copa, pero tras los resultados adversos, los jugadores se sintieron golpeados y cuando eso sucede, comienzan a aparecer las dudas, de si estoy capacitado para salir de esto, de si soy bueno, si tengo carácter o no. Esas dudas mermaron el rendimiento.

- ¿Es de los que considera que no basta sólo el trabajo en la sede, que el entrenamiento también va más allá de lo que pasa en cancha?
- La irregularidad en los equipos es algo común en nuestro fútbol y los técnicos queremos cambiar eso empleando nuestros recursos, nuestra capacidad y experiencia. Yo les digo a los jugadores que ellos son futbolistas siempre, que no pueden serlo sólo estando en la sede. Son jugadores de fútbol cuando están en su casa, cuando van al cine, cuando salen a un restaurante, cuando van al parque con sus hijos o cuando salen con sus amigos, siempre tienen que comportarse como jugadores profesionales. Algunas veces eso no sucede.

- ¿Se ha hecho un trabajo especial con quienes ustedes consideraban les faltaba en lo físico?
- Desde que llegó el doctor Ferreira hemos hecho un trabajo especial con (José Alfredo) Castillo, (Lorgio) Álvarez, y (Sergio) Jáuregui que son jugadores que necesitan un trabajo diferenciado y que lo hemos venido haciendo paulatinamente y progresivamente porque no se puede bajar de peso a un jugador de golpe, si no, ahí vienen las lesiones. Estaban bien físicamente, pero no como nosotros queríamos y tuvimos que esperar mucho tiempo para desarrollar el trabajo que siempre hace el profe (José Antonio) Vaca. A mí me gusta que el equipo presione y para lograrlo hay que estar bien físicamente.

- Usted dijo que salieron a presionar a Terrazas, Suárez, Vaca y Campos. ¿Cuándo tomó la decisión, o fue una cuestión de momento?
- Seguí los partidos de Oriente en la Copa Sudamericana cuando jugó con Guabirá acá y por video el duelo frente a La Paz F.C. Ya lo tenía estudiado y sabía cómo debíamos jugar, incluso luego del partido que le ganamos a Universitario en Sucre (2-0) tuve que hablar con Vieira para decirle que iba a salir ante Oriente; tuve que sacrificar a uno de los mejores hombres de ese partido para plasmar la idea que ya tenía concebida. Debía jugar con un volante más de contención.

- ¿Hubiera hecho lo mismo si Argüello hubiera estado enfrente?
- Tenemos que ser sinceros y reconocer que a pesar de que Francisco Argüello no maneja los tiempos futbolísticamente con la pelota, él sabe manejar los partidos, porque muchas veces vos le podés entregar la pelota a un rival y él te va a manejar el duelo, te va a llevar de un lado a otro porque tiene el control del balón. Es importante aclarar ese concepto, Argüello no maneja el balón, porque el balón casi siempre lo tienen Joselito Vaca y Jhasmani Campos, pero Argüello maneja los partidos con su disciplina táctica, con su empuje y con la presión que ejerce sobre el rival.

- ¿Esa falta de presión obligó a que los de creación hicieran un mayor recorrido para quitar?
- Claro, fíjense que en el clásico Joselito le quitó un par de balones a Chávez y Álvarez prácticamente en su área. Yo estudio al rival, luego le propongo al equipo e intentamos plasmarlo en cancha. Yo sé que Hoyos es un jugador que sale mucho, pero sin pelota dominada, él toca y va; que Gutiérrez, por ser central, se proyecta poco, entonces busco por dónde neutralizar al rival y luego realizar mi juego.

- ¿Hay alguna forma de que Mojica encuentre su estado ideal?
- Lo que le está faltando a Gualberto es convertir y sucedió ante Guabirá en Montero, que generamos las mejores jugadas de contragolpe con él . En el clásico, dudó en la primera, pero en la segunda las manos de Suárez salvaron el gol. Si anota, esas dudas van a ser disipadas. De todas formas, rescato el hecho de que él siempre aparece en buena posición. Ha mejorado.

- En 2005, fue junto a Joselito Vaca el goleador de Blooming, porque además, como pocos, él tiene dominio, velocidad y buena pegada. ¿Se le puede exigir a un volante anotar?
- Sí, al volante hay que exigirle que marque, sobre todo si es un volante de llegada. Ya se acabaron los volantes asistidores, tipo Bochini que sólo asistía, hoy en día los volantes tienen que llegar, ser agresivos y definir la jugada.

- Este año, con Blooming estando mal, ¿temió que se borre la conquista del bicampeonato?
- No es que hubiera tenido temor, pero sí estaba dentro de mi análisis de que eso podía suceder, ya que asumí en un momento difícil. No había tiempo para trabajar y lo decía no por abrir el paraguas, sino porque era una realidad. Yo he vuelto a Blooming tras la búsqueda del éxito, es exclusivamente eso lo que me ha traído de vuelta, no hay otro motivo, ni siquiera el económico. Tengo un desafío conmigo mismo de decir que estoy en cierta edad y quiero ver si soy capaz de darle al club que me contrate toda mi experiencia y mi capacidad.

- ¿Conversó con la familia antes de asumir?
- Claro, y mis hijos me decían: “Pero papi, te vemos bien, estás tranquilo, tenés otras actividades. Cuando estás en el fútbol, muchas veces llegás de mal humor, no creo que sea el momento”. Creo que incluso desoí a mis hijos por esa pasión que uno tiene de volver a dirigir, y estoy aquí, sin temor, porque si uno trabaja con responsabilidad y compromiso, no tiene por qué temer, porque el temor te paraliza y te impide actuar. Cuando estoy en un club, me entrego al máximo, me desvivo por la camiseta. Sabemos que los técnicos caminamos por la corniza, pero así es el fútbol.

- ¿Aragonés, sigue teniendo ‘mano dura’ con la indisciplina?, porque se habló en su momento de que varios jugadores no encuadraban en las reglas y que eso originó cambios...
- En el tema de la disciplina, sin ninguna duda. Madurez, no significa ablande y si así fuera yo tendría que estar ahora sentado en mi casa. La madurez te permite ver desde otro ángulo las cosas, desde otra óptica, de conversar siempre. La mano dura tiene que existir, pero también tiene que aparecer la zanahoria, el dulce hacia el jugador, la palmada en la espalda de que uno quiere lo mejor para él y su familia. La disciplina es sagrada.

- ¿Boyero es el corazón de Blooming? Se habló también de que él habló de frente con los ‘sindicados’ con el tema de la indisciplina y que eso también ayudó bastante...
- La verdad que Boyero es un jugador carismático, es una persona especial. Es más, creo que todos los cordobeses, como nosotros los chaqueños (se ríe), somos especiale; desde su tonada cae bien. Él es un jugador íntegro, una persona espectacular, una persona apegada a Dios, siempre con mensajes positivos, siempre trabajando alegre. Yo tenía esas referencias de él, pero no lo conocía a fondo, yo conocía al Boyero jugador, pero no en esta otra faceta, pero cuando algunos miembros de la utilería me comentaron cómo era, dije que venga, lo quiero tener acá. Es muy positivo.

- ¿Piensa en la selección?
- Ya no, ya cerré mi ciclo, tuve la enorme felicidad de estar más de diez años trabajando en la selección formándome desde abajo, pero ya no. Comencé como segundo asistente de Xabier Azkargorta porque el primero era Antonio López. Digo segundo de manera nominal, porque Xabier nos daba importancia a todos. Después pasé a ser asistente de Dusan Draskovic, asistente de Antonio López, dirigí la sub 20, la sub 23, la mayor y culminé una etapa en la selección siendo el primer coordinador de todas las selecciones de Bolivia. Soy feliz de haber trabajado con chicos y grandes, de haber jugado Copas Américas y de haber ido a un Mundial (EEUU 94).

- ¿Pero si los éxitos llegan y se vuelve a presentar la chance?
- No está en mis planes, hasta en un futuro ya lo tengo descartado.

- ¿A usted y a Erwin (Sánchez) no les pasó lo mismo que a Maradona con Bilardo en Argentina?
- Para nada y eso lo puede ratificar el mismo Erwin. Tengo una relación especial con él y aunque no acostumbro a hablar de mí mismo, yo tengo una cosa clara: sé ubicarme. He sabido ser asistente, técnico y también coordinador. Nunca jamás me metí con el trabajo de él, traté de ayudarlo en todo lo que pude. Indudablemente que estando dentro de un cuerpo técnico siempre se habla de fútbol, pero dentro del respeto. Jamás hice algo que pudiera afectarlo.

- ¿Alguna vez hubo una opinión de usted de decirle mirá este jugador o este otro?
- Por eso digo que hablamos de fútbol, pero las convocatorias y el equipo siempre los armó él. Es algo que a mí también me pasa y es que cuando tengo una duda, porque el entrenador que dice no tener dudas es un mentiroso, lo consulto con el profe Vaca, con Mauro (Blanco), con (Marco) Barrero, ellos me dan su opinión, pero al final el que decide soy yo. Eso pasaba con Erwin. Estoy feliz de ser amigo de un ex jugador.

- ¿Quién debe ser el próximo entrenador de la selección?
- Más que nacional o extranjero, hay que encontrar el perfil adecuado, alguien que se adapte a la idiosincrasia de nuestros jugadores, de nuestra gente, que sea un pedagogo, que enseñe algo integral.

- ¿Está atrasada la FBF?
- Sí, está atrasada. Conversando con César Farías (DT de Venezuela) el otro día cuando vinieron a Santa Cruz, quedé impresionado con el trabajo que hacen. Lo felicité, le dije que sentía una envidia sana por lo que están haciendo. La sub 17 ya jugó su partido número 20, la sub 20 va por el partido 18 y la mayor, que viene de empatarle a México (2-2), jugó su partido 16. ¡Eso es trabajo! Él tiene a sus dos colaboradores que dirigen las menores y él está recibiendo siempre información. Llevan casi 60 partidos, ¿y nosotros? Hemos jugado apenas tres partidos con la mayor este año, porque la sub 20 y la 23 no existen.

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