lunes, 3 de junio de 2013

Etcheverry ‘Me estoy alistando para ser DT de Bolivia’



Es el principal referente de nuestro fútbol, sobre todo por lo que hizo en la campaña que llevó a la selección nacional a la Copa del Mundo de Estados Unidos de 1994.

Quizá nuestro balompié todavía no ha encontrado a su sucesor, no sólo por el talento futbolístico, sino también por su carisma, pues donde va es reconocido y su imagen ha dado muchas vueltas al mundo.

Después de casi un año de haber sido anunciado como parte del cuerpo técnico de Xabier Azkargorta, Marco Antonio Etcheverry, uno de sus discípulos más aventajados en aquella recordada selección de 1993-94, se puso el buzo y comenzó a trabajar.

Tuvo experiencias como DT en el país cuando pasó por Oriente Petrolero y en Ecuador al frente del Aucas. Los resultados no le acompañaron y ahora que está “con un gran maestro” —como lo califica al vasco— apunta a dirigir a la selección.

De plazos no se ha fijado: “quizá sea en unos diez años, porque todavía estoy en un periodo de aprendizaje”.

Sus primeras armas las quiere hacer con los menores, pues considera que es fundamental pasar primero por las categorías infantiles y juveniles antes de dar el salto a la mayor.

“Quiero prepararme bien para la selección, no quiero que sea un fracaso. Me gustaría trabajar a fondo con las menores y tener como mínimo 40 jugadores para el plantel mayor”.

Ratifica que lo suyo no es inmediato, por tanto no está apurado y quiere ir con calma, paso a paso, para hacer realidad un compromiso.

“Me prometí a mí mismo que cuando me haga cargo de la selección la voy a llevar al Mundial. Quizá sea en diez años, por ahora sólo tengo que aprender”.

Espera que en el plazo que se ha fijado nuestro fútbol se desarrolle, que aparezca el dinero, “caso contrario pasarán eliminatorias y seguiremos buscando canchas. Todas las selecciones tienen un lugar en donde entrenarse, nosotros seguimos llamando a los clubes para que nos presten sus estadios”.

Mientras llega ese momento es inevitable hablar del futbolista, aquél al que le dieron el apodo de Diablo por las diabluras que hacía en la cancha. Por su alta calidad técnica que lo llevó, por ejemplo, hasta Estados Unidos para hacer nacer y crecer al fútbol de ese gigante.

Las preguntas tienen que ver con el fútbol actual, ¿quién es mejor, Messi o Cristiano? y ¿con quién le habría gustado jugar?

Con seguridad responde que los respeta y admira a ambos, pero dice que con ninguno.

Y argumenta su posición: “Es que comparando épocas digo que en la mía cada país tenía hasta cuatro referentes, mientras que ahora los mejores son los antes mencionados y el brasileño Neymar, nadie más”.

Razón tiene pues a él le tocó jugar con Ronaldo. “Sí que era fuera de serie, fenómeno. Para mí está entre los cuatro mejores de la historia del fútbol”. También recuerda que enfrentó al colombiano Carlos Valderrama, al paraguayo José Luis Chilavert, al chileno Iván Zamorano, al holandés Ronald Koeman, al búlgaro Hristo Stoichkov o al italiano Alessandro Del Piero. “Tantas estrellas y ahora sólo contamos a tres”.

No se cansa de decir que es un agradecido por todo lo que le dio el fútbol . “Sin ello jamás habría podido ingresar a la Casa Blanca a saludar a los entonces presidentes George Bush y Bill Clinton, tampoco me hubieran invitado a lugares que para muchos no son conocidos como Kosovo, donde fui a visitar a los soldados que trataban de impedir la guerra. Todos esos episodios me han marcado y ha sido un honor para mí representar a Bolivia dentro y fuera de las canchas”.

Pero llega también el momento de hablar de las cosas tristes que vivió en 19 años de carrera en el exterior.

Dice que son muy pocas, tres para ser exactos: la dura lesión que tuvo en el Colo Colo de Chile, la expulsión en el debut de Bolivia en el Mundial en el partido contra Alemania y la decisión que tomó de retirarse del fútbol a los dos meses de haberse vinculado de nuevo a Bolívar.

Las dos primeras tienen mucha relación, después de siete meses de lucha intensa pudo recuperarse para llegar a la Copa en la que estuvo apenas unos minutos. “No fuí el salvador de la selección, mi rodilla estaba sana, pero no estaba en las mismas condiciones para jugar”.

De su retiro asegura que no hubo un buen trato de parte de la dirigencia de la Academia hacia plantel. “Dejé todo, me fui a Estados Unidos y puse el semáforo en rojo y dije aquí paro” .

Queda claro que ganó más de lo que perdió. “Jugar afuera 19 años ha sido maravilloso, lo mejor que me pudo pasar”. Ahora espera tener el mismo éxito como director técnico.


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