lunes, 2 de septiembre de 2013

El ‘Loco’ Justiniano

Erwin Justiniano recuerda nostálgico sus buenos años en el fútbol liguero tras su retiro en 2000. Forjó su propio camino, pese a las escasas oportunidades que tuvo en sus inicios en Blooming. Creció con el apodo de ‘Loco’, por sus ocurrencias dentro y fuera de la cancha, pero de loco no tiene nada. Era de esos arqueros extrovertidos, con un estilo propio, acostumbrado a los desafíos.

Se inició en las inferiores de Blooming, equipo del que se declara hincha, hasta que en 1982 fue convocado al plantel profesional cuando no había llegado aún a la mayoría de edad. Su juventud y la llegada, por esos tiempos, de arqueros de gran talla lo fueron relegando a la suplencia. “No jugaba porque delante de mí siempre había buenos arqueros. Recuerdo que en Blooming estaban Eduardo Terrazas, Remberto Arispe, Emilio Ludueña, Marcos Barrero, Rubén Deleva y Julio César Balerio”, comentó.

Cansado de no tener cabida, en 1990 se fue a prueba en The Strongest y terminó quedándose cuatro años. En el Tigre supo de los privilegios que goza un jugador titular. Su primera experiencia la vivió en 1984 con Blooming, como suplente de Arispe por la lesión del titular, Eduardo Terrazas, y 10 años más tarde con The Strongest, con Carlos Aragonés al mando.

En el Tigre se dio el lujo de dejar sentado en el banco a colegas como Marcelo Soliz, Víctor Aragón, Gonzalo Berdugo y Marcelo Torrico, que siendo suplente fue seleccionado por Azkargorta para el Mundial de EEUU 1994. Recuerda que una fractura en la mano izquierda, en un partido contra Wilstermann, frenó su buen momento en el Tigre. Estuvo fuera más de cuatro meses, tiempo suficiente para perder la titularidad y comenzar de cero.

En 1995, después de haber dejado bien sentado su nombre en el equipo atigrado, retornó a Santa Cruz para jugar en Destroyers, hasta 1997. Durante su estadía en el equipo de la Máquina Vieja, el ‘Loco’ fue protagonista de un partido que marcó época. Destroyers nunca le había ganado a Wilstermann en Cochabamba y ocurrió. Para la historia. En 1996 Real Potosí logró el ascenso a la Liga y al año siguiente los lilas lo contrataron como refuerzo. Jugó en la Villa Imperial hasta 1999 y luego pasó a Municipal, de La Paz. En 2000 Aurora armó un equipo con la intención de subir a la Liga, pero fracasó y los jugadores quedaron ‘colgados’ por una acción maliciosa –según dice- del presidente de ese club, Jaime Cavero. Formaban parte de ese equipo Justiniano, Marciano Saldías, Modesto Soruco, Celio Alves, Julio César Berthalet, entre otros. El empresario argentino Juan César Silva hizo los contactos para llevarlo al Táchira, de Venezuela, pero pese a las gestiones que se hicieron Aurora truncó la transferencia. Ni Fabol ni la Liga pudieron hacer algo para interceder por él y fue cuando decidió que era el momento del retiro. Desde entonces está apartado del fútbol profesional y ligado ahora a la administración de su negocio familiar, La volada del Loco.

La especialidad de la casa es la preparación de platos hechos a la leña (majadito, queperí y rapi), además se encarga de atizar el carbón para preparar churrasco, cuadril, bife chorizo, pollo a la parrilla y al espiedo, y los viernes, sábado y domingo hace chancho al palo. Los fines de semana, para hacer lo que más le gusta, juega para el equipo de Gigliotti en la Mutual de exjugadores. A sus 47 años, dice ser un agradecido con el fútbol porque le dio la oportunidad de cosechar muchos amigos y de viajar bastante

Para saber

Un hombre apegado a la familia

NACIMIENTO: 16 - 05 - 1966
EDAD: 47 años

Erwin Justiniano nació en Santa Cruz el 16 de mayo de 1966. Se unió en matrimonio con Ana María Justiniano. Jugó en Blooming, The Strongest, Destroyers, Real Potosí, Municipal y Litoral. Sus hijos son Hugo Orlando (27), María Elena (26), Cristian (21), Daniel (20), Camila (12), Flavia (8) y Leandro (3). Fue campeón con Blooming en 1984 y con The Strongest, en 1994.



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