lunes, 28 de abril de 2014

Luis Ribeiro Gatty Gol, la casa del ídolo pandino



Luis Gatty Ribeiro vive respirando fútbol. Su casa en Cobija —su tierra natal— no solo es suya, también es la de Gatty Gol, la escuela de fútbol que decidió fundar para enseñar a jugar a niños y jóvenes pandinos. Ahí mismo construyó una bonita cancha que abre sus puertas todos los días.

Ribeiro es de los pocos hijos de Pando con una gran trayectoria en el fútbol profesional, sobre todo en Bolívar y la selección, y es uno de los cobijeños más reconocidos. Marcas Plus visitó su hogar y encontró el otro lado del futbolista, actual capitán de Universitario, el equipo de ese departamento que está a un punto de ser liguero.

“Es un hijo ejemplar”, dice su padre, don Oswaldo Ribeiro, para quien si bien su primogénito radicó mucho en otras ciudades del país, el amor por sus padres le hizo regresar. “Ya estuvo 20 años lejos de nosotros y él ahora prefirió estar a nuestro lado, es que los años pasan y no somos eternos”, dice.

Su mamá, doña Regina Roca, asegura que Gatty “es un esposo y padre ejemplar”.

La casa del astro pandino —ubicada en el barrio El Pantanal, en la avenida Pando, al norte de Cobija— es mayormente una escuela de fútbol. Fue fundada en agosto de 2013 y Ribeiro trabaja con niños de entre cinco a 17 años.

La escuela ya dio un paso importante en la parte competitiva porque cuenta con un equipo en la B, con jugadores de entre 14 y 16 años, con el objetivo de que se fogueen.

“El primer paso es que nuestros alumnos sean hombres de bien, que sepan que se divierten. Y los que tienen más aptitud saltan a la parte competitiva”, dice Gatty.

El terreno de propiedad del ex Bolívar es enorme, pues al margen del sector destinado a su casa como tal, cuenta con una construcción dedicada a las instalaciones de la escuela, además tiene una cancha de Fútbol 7 con césped sintético, vestuarios incluidos y otorga comodidades para el trabajo con balones, conos y todo lo que es necesario.

“Nosotros queremos darles oportunidad a los niños. Yo me formé en la calle, hoy ahora eso no es bueno”.

En el hogar de Gatty los recuerdos del fútbol fluyen, gracias a una treintena —o más— de cuadros enmarcados y bien cuidados, colgados en las paredes, en las que él aparece como futbolista y muestra su paso por cada club y por la selección boliviana.

En la casa-escuela de fútbol también están pintados, en un tamaño considerable, los escudos de los 12 clubes de la Liga del Fútbol; en un sector privilegiado aparecen los de Bolívar y de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).

Hay otro sector con decenas de trofeos suyos.

“Ojalá que el este año mandemos a pintar el escudo de Universitario de Pando. Es un sueño que será liguero”.

Fernández, Angulo y Cárdenas, entre otros

Leopoldo Fernández, exgobernador de Pando, es considerado por Luis Gatty Ribeiro como un jugador —nacido en ese departamento— importante en la historia del fútbol boliviano.

Ribeiro es la máxima figura de Pando en el balompié nacional, pero los futboleros de antes —dice— hablan bien de Fernández, quien también llegó a Bolívar y fue un destacado en su mejor época.

“Me contaron que fue un buen jugador, bastante fuerte y sobrio. Jugó, creo, en la época de los años 60”.

También rememora a Carmelo Angulo, un exvolante de los atigrados, quien tuvo dos hijos —uno de ellos pandino— igualmente futbolistas.

Durante años, Ribeiro fue el “embajador” pandino allá en donde jugó en el fútbol profesional boliviano. Su nombre trascendió en el país y también afuera, gracias a su buen juego en la selección.

“En mi época también hubo otros pandinos como es el caso del otro Angulo (Marcelo) y del Pollo (Carlos) Cárdenas. Siempre hubo talento acá, en Pando, solo que no hubo quién saque a los jugadores (a la Liga) y muchos se perdieron en el camino”.

Luis Gatty dice que hoy vive un momento feliz en la parte final de su carrera, porque nuevamente está jugando, pero sobre todo porque por primera vez defiende la camiseta de un club de su ciudad, juega en su tierra y está a punto de ascender a la Liga.

“En Cobija y en algunas otras poblaciones no le daban importancia al equipo, como que al inicio no se creía en la ‘U’, pero a medida que se sumaron puntos, el apoyo fue total”.

El jugador tiene 35 años y la idea es estar por lo menos un año más para tener la posibilidad de actuar en un equipo de su ciudad en la máxima categoría. “Y después se dará mi despedida” del fútbol, afirma.


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