jueves, 17 de agosto de 2017

Cabrera, todo un ‘trotaclub’ boliviano



Un caso excepcional en el fútbol boliviano es el atacante Diego Cabrera: Always Ready es su vigésimo primer club en sus 19 años de carrera deportiva. Ningún futbolista nacional lució tantas camisetas.

Este verdadero “trotaclubes” cruceño cumplió el último sábado 35 años.

Actuó en 13 clubes bolivianos —entre profesionales y de asociación— y en ocho de primera en el exterior: seis colombianos y dos paraguayos.

Lució en Bolivia las camisetas de Oriente Petrolero, Blooming, The Strongest, Bolívar, Aurora, San José, Guabirá, Universitario, Ciclón, Royal Pari, Real Santa Cruz y Ramiro Castillo; y ahora lo hace la de Always con el que buscará el ascenso a la máxima categoría.

Además jugó en los paraguayos Cerro Porteño y Capiatá; y los colombianos Cúcuta, Medellín, Deportivo Pasto, Tolima, Santa Fe e Itaguí.

Está cerca del récord mundial en poder del uruguayo Sebastián Abreu, quien ya lleva 25 equipos diferentes, aunque asegura que su objetivo nunca ha sido alcanzarlo.

“No busco ningún récord o igualar a alguien. Lo mío parte de las ganas que tengo de seguir jugando al fútbol, simplemente eso, porque siento que puedo dar más, enseñar algo a los más chicos y así soy feliz”, sostiene el goleador.

Se siente un “bendecido de la vida” porque no solo jugó en muchos clubes, sino que logró títulos, cosechó muchos amigos y estuvo en casi todo el país excepto Potosí y Pando.


quinceañero debutante en filas albiverdes, en abril de 1998 al mando del entrenador uruguayo Wálter Cata Roque (+), al experimentado jugador del CAR este año, hay un sinfín de historias acerca de partidos, goles, títulos y también resultados adversos.

“Para mí es muy bonito repasar todo lo que viví en tantos clubes, nunca pensé que sería así; lo importante es que entregué todo mi esfuerzo en cada uno y hasta ahora mis piernas siguen fuertes para seguir adelante”, agrega.

Con esas ganas, cree que jugará hasta los 38 o 39 años.

Dice que cuando note que “juegue parado, sin la máxima entrega”, él solo se hará a un lado para dar paso a otros.

Cabrera es hincha declarado de Blooming, pero —cosas del fútbol— defendiendo las camisetas de Oriente y otros equipos, el celeste es uno a los que más goles le hizo.

Fue campeón boliviano con The Strongest y Bolívar; en el exterior con el Santa Fe de Colombia y el Cerro Porteño de Paraguay; y ascendió con Guabirá y Ciclón al fútbol profesional, algo que intentó el pasado semestre con el crédito de El Alto, Ramiro Castillo, sin conseguirlo; pero desde septiembre buscará de nuevo ese logro ahora con Always Ready, club en el que debutó el sábado en Perú, en una gira de preparación.

Hasta ahora en su carrera le tocó “de todo”, desde cometer errores de juventud con actos de indisciplina, pasando por pelear la titularidad con jugadores de gran talla afuera, hasta ganar títulos en diversos niveles, en Bolivia y el exterior.

“Son muchos hechos que me marcaron como jugador desde que debuté en Oriente junto con Wilson Escalante, Juan Carlos Farah y otros”.

Destaca su llegada al Cúcuta, que le abrió las puertas de Colombia, donde fue goleador; y su salto al Santa Fe, con el que ganó un título. “Dar la vuelta olímpica en el Campín con la bandera boliviana es algo inolvidable y además ser Goleador de Plata en el torneo (segundo anotador)”.

Además, en Bolivia fui parte de grandes equipos, con figuras y entrenadores afamados, pero también en equipos modestos que no tienen hinchada, cancha y sufren de otras privaciones”.

Ahora quiere ser un aporte para que Always Ready —fundador de la Liga en 1977— vuelva a la máxima categoría.

Su principal recuerdo de sus inicios está con su padre Abraham Cabrera, quien lo introdujo en el fútbol cuando era ayudante de útiles de Blooming.

“Todo lo que soy se lo debo a él. Yo me inicié en la escuela del colegio Don Bosco, donde estaba el profesor Juan Durán, quien nos enseñó cosas del fútbol y de la vida”.

No descarta la posibilidad de que pueda convertirse en entrenador, aunque lo suyo por el momento es jugar. ¿Hasta cuándo? Las piernas dirán.

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