domingo, 24 de mayo de 2020

Hamlet Barrientos, exgolero y actual entrenador de arqueros, cuenta cómo es la actividad en esta congregación.

El exarquero Hamlet Barrientos ingresó en 2002 a Atletas de Cristo, una agrupación conformada por futbolistas y sus familias, como también miembros de cuerpos técnicos y otros deportistas. Entre todos comparten y predican la palabra de Dios.

Han pasado 18 años desde que asistió a la primera reunión, fue suficiente para quedar “atrapado”, pues nunca más se fue. Por el contrario, Barrientos ayuda a que la congregación crezca en La Paz y en otras ciudades del país.

Una vez por semana un grupo de entre 30 y 40 personas asiste desde las 20.00 a un hotel de la zona sur de La Paz, donde logró alquilar un salón para desarrollar sus reuniones.

Lo ideal sería hacerlo en domingo, pero es imposible debido a que ese día el futbolista está concentrado, juega o está viajando, por eso es que se fija un día en la semana para que todos puedan estar presentes.

“Buscamos un día para que el futbolista pueda fortalecer el espíritu, para hablarle de las promesas de nuestro Señor, que murió por nosotros, es decir darle mensajes de fe y esperanza para sobrellevar momentos complicados como el actual en el que se debe cumplir la cuarentena”, anota Barrientos.


El ambiente familiar


No solo son futbolistas los que acuden, también asisten sus familias. Para los niños hay un ambiente distinto con personal especializado para cuidarlos y para su entretenimiento.

Después del tiempo de oración y alabanza hay momento para la recreación familiar y para compartir.

Barrientos señala también qué hay reuniones denominadas de discipulado, es para gente más interesada en profundizar el estudio de La Biblia. El grupo es más reducido.

El exarquero de varios clubes del fútbol profesional y ahora entrenador de goleros en la selección nacional se convirtió en un líder de los Atletas de Cristo, gracias a los años de servicio y experiencia, y abre la posibilidad de llegar a ser un día pastor.

Recuerda que aceptó la invitación de Marco Antonio Sandy y del técnico Luis Orozco, con quienes en 2002 coincidió en Bolívar. Desde entonces escucha la palabra de Dios.

“Somos un ministerio que nos juntamos un día a la semana para compartir la palabra de Dios. No es solo en Bolivia, también hay en Brasil y Argentina con estructuras mucho más grandes y organizadas”.

Sus valores


El sitio en internet Atletas de Cristo Latinoamérica informa que es un movimiento deportivo con énfasis en valores morales, es una entidad sin fines de lucro y desarrolla su labor social y moral en los campos deportivos.

Está formado por deportistas, exatletas, profesionales del deporte, entrenadores, directivos, aficionados y fundamentalmente gente que tiene en común la pasión por el deporte y la pasión por Dios.

No es una religión, tampoco una secta ni pretende ser una iglesia, sino que es parte de ella, no está afiliado a ninguna denominación, tampoco es un sindicato de deportistas y no tiene interés de participar activamente en política.

Según Barrientos, lo suyo no solo fue acudir a las reuniones, sino que se interesó y mucho por su crecimiento en el país.

El primer semestre de 2002 atajó en Bolívar, para la segunda mitad de la temporada fue cedido a Aurora a fin de jugar la Copa Simón Bolívar y contribuyó al regreso de ese cuadro a la élite del fútbol profesional después de 15 años.

En su estadía en Cochabamba vio que no había un ministerio y comenzó a organizar reuniones hasta consolidar una entidad como en La Paz.

“Ahí es donde le he metido a full, ahí he cambiado mi vida y he decidido ser cristiano, he aceptado al Señor en mi corazón”.
Gracias al fútbol

El fútbol lo llevó por otros lares como a San José de Oruro y Real Potosí, en la Villa Imperial. Además a Sucre, donde siguió con su labor de formar grupos de Atletas de Cristo después de haber visto que los futbolistas no tenían un centro de reunión para el tiempo de rezo y alabanza.

“Mucha gente ha conocido al Señor a través de nosotros, lugar donde iba a jugar abría el grupo y donde ya había me integraba, eso también hice a la par de mi carrera como futbolista”.

Donde hay más movimiento es en las ciudades del eje central. En Cochabamba están a cargo David Checa, zaguero de Palmaflor y Ramiro Ballivián, delantero de Wilstermann. Su misión es la de reactivar a Atletas de Cristo, aunque la actividad tuvo un freno porque el coronavirus se cruzó en su camino.

Los varios años de servicio han hecho de Barrientos parte importante de Atletas de Cristo.

“Por la experiencia que tengo también comparto con el grupo. Me he estado preparando un tiempo para ser pastor, pero lo he dejado. En este tiempo he aprendido mucho de La Biblia y comparto lo que sé cuando llegan invitaciones a centros donde predico el mensaje. Siempre estoy presto para colaborar más que todo en el aspecto futbolístico, adecuando lo que nos pasó en nuestra carrera porque La Biblia nunca pasa de moda”.

Atletas de Cristo también hace obra social. En estos días de cuarentena organiza una recolección de alimentos para apoyar a futbolistas de asociación que atraviesan por momentos difíciles económicamente.
Tiempo de alabanza

Samuel Durán y Armando Millán son los pastores de los Atletas de Cristo en La Paz, tienen a su cargo la prédica y hacen seguimiento a las actividades.

“Son nuestros pastorazos”, dice Barrientos para resumir las condiciones que muestran ambos en las reuniones y en el habitual compartir con ellos.

Una reunión en la zona sur de La Paz comienza a las 20.00. Un primer tiempo es utilizado “para romper el hielo” con una serie de dinámicas que están a cargo del técnico Daniel Rosales, también integrante del equipo de colaboradores del entrenador César Farías en la selección nacional.

Luego pasa al momento de alabanza en el que el grupo se turna para cumplir algunos roles.

Después viene la palabra, que es la prédica dura entre 20 y 30 minutos.

“Hacemos oración por las necesidades de cada uno. Y para cerrar compartimos un refrigerio, a veces hay sorteos de regalos que son recuerdos que vienen con mensajes llenos de esperanza para colgar en una sala o en la habitación. Es para que no se sientan solos y el mensaje les de fuerza en situaciones de adversidad”, señala Hamlet Barrientos.

También se dan charlas con gente que solicita un apoyo a través de la oración, entonces los pastores los apoyan. “Personalmente también ayudo si alguien necesita un incentivo espiritual o consejo, estamos prestos para ello”, señala el exarquero.

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