lunes, 27 de enero de 2020

Erwin "Chichi" Romero, un grande del fútbol boliviano

El haberlo visto jugar es las canchas del país, fue un verdadero regalo en aquellas tardes de domingo de fútbol. Vistió las casacas de los equipos antiguos del fútbol nacional y sin duda alguna fue un baluarte del fútbol boliviano, porque vistió la "verde" con mucho orgullo, mostrando todas las destrezas que tenía con el dominio del balón y su capacidad para encarar a cuanto rival estaba en el camino.

Su nombre es Erwin Romero, cariñosamente apodado como "Chichi". La tierra que lo vio nacer fue Camiri, provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz, el 27 de julio de 1957.

Su puesto siempre fue el medio campo, por ello, es que su papel dentro del equipo en que estuvo fue vital, porque era ese motor que todo elenco necesita para funcionar de manera coordinada y hacer estragos en la cancha para dejar sin chance al rival.

Su debut ocurrió a los 15 años, para muchos era extraño verlo en la cancha y más a esa edad, cuando muchos de los jugadores ni siquiera tienen la suerte de ser parte de la reserva de un equipo profesional, pero él lo hizo posible, ya que ese talento que tenía en ambas piernas le llevó más rápido de lo pensado a ser toda una estrella.

Destroyers se convirtió en la casa donde dio sus primeros pasos, porque después de viajar de Camiri a Santa Cruz, se estableció en el barrio donde estaba la cancha de la "máquina vieja".

Obviamente su presencia en la cancha no podía pasar desapercibida, ya que cada vez que tenía el balón entre sus piernas, hacía malabares para llegar al arco rival y con un poco más de eficacia, lograba anotar un gol, que era celebrado por la hinchada, que no sólo admiraba su juego, sino también coreaba su nombre en el estadio.

CHICHI

A lo largo de su carrera pasó por clubes de renombre como Oriente Petrolero de Santa Cruz. "Chichi" se declaró hincha de ese equipo que lo tuvo bajo su seno. Fueron los dirigentes de ese equipo que dieron su pase a Quilmes de la Argentina. Posteriormente retornó al fútbol nacional para vestir las casacas de otros equipos como Blooming, Bolívar, The Strongest, Wilstermann y se despidió en Colombia en el Club Bucaramanga, aunque el último partido de su vida lo jugó en el "tigre" de La Paz, lesionándose ni bien ingresó a la cancha, frustrando el espíritu de la hinchada que ansiaba verlo nuevamente haciendo de las suyas, situación que ocurrió en 1992.

Según datos de páginas especializadas de deportes, "Chichi" debutó dos años antes que se funde la Liga del Fútbol Profesional Boliviano (LFPB). Hasta ese momento, no estaba muy bien definido su puesto en el campo de juego, pero su tendencia fue siempre la creación.

Ese talento que demostraba, le permitió ser convocado a la Selección Boliviana de la categoría juvenil, con el objetivo de jugar un campeonato sudamericano en el Perú. En ese entonces estaba como director técnico Ramiro Blacutt, un emblemático personaje quien fue campeón con el "equipo de todos" en 1963.

Él fue quien convocó a "Chichi" a la Selección y viendo sus dotes futboleras, le puso de número 10. A partir de ese momento el camireño no dejaría esa casaca para convertirse en un verdadero ídolo del fútbol nacional.

SELECCIÓN

Edwin Romero vistió la casaca de la Selección Nacional en cuatro eliminatorias de los mundiales de 1978 en Argentina, 1982 de España, 1986 de México y 1990 de Italia.

Asimismo, participó en los campeonatos sudamericanos en todo ese tiempo que vistió la "verde".

Se tiene el registro que participó en 49 partidos de la Selección Boliviana entre 1977 y 1989. La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) reconoció la trayectoria del jugador boliviano, nombrándolo como el crack más grande de la historia del fútbol nacional.

También recibió el reconocimiento con el título de "maestro", denominativo que muy pocos jugadores bolivianos lograron, como Víctor Agustín Ugarte, campeón del 63.

Jugó en la historia del fútbol boliviano 348 apariciones y convirtió 134 goles a lo largo de su historia. Son sólo números, ya que su estilo de juego nunca podrá ser comparado con otros jugadores de la época. Romero fue y será esa estrella que brilló por sí sola, como un grande del fútbol boliviano.

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