Atraviesa su mejor momento dentro de las canchas. Está más maduro en lo futbolístico. Es el indiscutible número 1 de la Selección Nacional, gracias a una tarea que no afloja día a día. Para muchos es el mejor arquero del país.
Carlos Arias lleva 12 años en el fútbol profesional boliviano, desde que en 1997 debutara en el cruceño Blooming. Sólo tres clubes hay en su carrera, los otros dos son los paceños The Strongest y actualmente Bolívar. Hoy por hoy está plenamente consolidado y él dice que listo para, si se presentase la oportunidad, irse a algún club del exterior.
¿Crees que éste es el mejor momento de tu carrera?La verdad, yo me considero un arquero regular. En toda mi carrera deportiva siempre he mantenido un cierto nivel desde que me inicié en 1997. Creo que tener una regularidad me ha permitido, por ejemplo, estar vigente en tres de los clubes más grandes del país.
Hay mucha gente que cree que eres el mejor arquero boliviano, ¿tú piensas igual?
Yo tengo un dicho: “Nunca hay que creerse el mejor, aunque uno lo sea, porque cuando uno se cree, deja de serlo”, así que siempre he mantenido un equilibrio en toda mi vida y hoy lo sigo haciendo. Cuando jugué bien nunca me creí el mejor, y cuando jugué mal tampoco me creí un desastre. Es importante tener un equilibrio mental para seguir trabajando. Siempre trabajo como uno más que quiere mejorar y aprender, porque cada día uno aprende algo y pule algunas cosas.
¿Qué aspectos han sido determinantes en tu vida deportiva para que llegues a este buen momento?
Todos y cada uno. La verdad es que nunca hay que bajar los brazos. Muchas veces caí, pero siempre me levanté y ésa es la clave del éxito, porque el que persevera alcanza lo que quiere.
¿Las lesiones que has sufrido a lo largo de tu carrera te llevaron en algún momento a pensar en irte del fútbol?
No, la verdad que no. Siempre uno tiene bajones en lo futbolístico, pero haciendo un balance, en mi carrera siempre mi trabajo ha sido de regular para arriba, más han sido los partidos que he atajado bien que los que he atajado mal. En torno a las lesiones, he tenido algunas muy complicadas, me fracturé la tibia derecha, estuve tres meses con yeso, pero en ningún momento se me pasó por la cabeza dejar el fútbol porque me considero un jugador fuerte mentalmente y siempre que he caído me he levantado.
¿Qué significa para ti jugar esta eliminatoria mundialista con más oportunidades de ser titular?
Es lo más grande que hay, no se puede explicar con palabras, hay que vivirlo; el momento en que cantas el Himno Nacional se te hace un nudo en la garganta y piensas en toda tu familia. Jugar contra jugadores de primer nivel, de clase, que están triunfando en el mundo, es una sensación indescriptible. Le doy gracias a Dios y a la Virgen, que me dan la oportunidad de poder estar en estos partidos.
¿El partido más trascendental de esta eliminatoria crees que fue la goleada a la Argentina?
Son varios partidos, pero en esta “era” del profesor Erwin (Sánchez) las cosas se han hecho bien, al margen de que se hayan perdido algunos partidos, porque se ha logrado una identidad del equipo. Un resultado importante fue el empate frente a Brasil, de visitante, dejar el arco en cero, ése fue un partido inolvidable, igual que el que le ganamos a la Argentina, porque no todos los días se juega ante esos rivales. Son cosas que han entrado en la historia del fútbol, pero lo más grande que queremos es clasificarnos al Mundial y nuestras chances yo creo que están intactas, estamos a cinco puntos del que juega el repechaje y vamos a seguir peleando porque faltan todavía varias fechas.
¿Qué significó para ti enfrentarte con figuras como Lionel Messi y Carlos Tevez?
Siempre uno quiere jugar esa clase de partidos. Sólo cuando juegas en el PlayStation puedes elegir y armar tu equipo con Messi, Mascherano, Tevez; pero tenerlos ahí, como adversarios, es un sueño cumplido. Aparte de ellos, hemos jugado frente a Ronaldinho, Robinho y otros, y si uno viene de un pueblo, como es mi caso, sueña más aún y hay que hacer todo lo posible por tratar de cumplir esos sueños.
¿Qué crees que pasó en el partido frente a Argentina para que se dé ese amplio resultado que hoy por hoy se sigue comentando?
El día del partido nos olvidamos de los Messi, de los Tevez y sólo pensamos en nosotros, en ganar, y arrollamos en todo sentido. Nos quieren quitar méritos (a los jugadores de Bolivia) con lo de la altura, pero la altura no juega sola, han venido varias selecciones acá y nos han ganado, y nunca se quejaron. Lo que hicimos no tienen por qué taparlo.
Mucha gente opina que si Messi te hacía un gol, la historia podía cambiar. ¿Recuerdas esa jugada en la que quiso hacerte un “sombrerito”?
Me tenía confianza, porque ya jugué en Argentina contra él, y tuve dos manos a mano y le gané ambos, así que no le tenía miedo a nada y no le tengo miedo a nada, no nos asustan por más que sean estrellas, porque igual somos once contra once, y a veces las cosas salen, y a veces no.
¿Cuál crees que fue tu mejor partido en esta eliminatoria?
El de Brasil, porque la última tapada en el último minuto fue el cabezazo de Julio Baptista que lo saqué con la punta de los dedos y logramos empatar, para mí ése fue el mejor.
¿Se podrá dar tu transferencia al exterior en algún momento?
Ésa es la ilusión de los que jugamos al fútbol, queremos jugar afuera. En mi caso, siempre he tenido posibilidades, pero nunca se ha definido nada. Este año he estado en algunas conversaciones y me siento capaz, con la madurez necesaria. Uno tiene que ir quemando etapas, tiene que ganar partidos importantes, pero también tiene que “comerse” algunos goles porque eso le hace fuerte. En eso estamos.
¿Es verdad que el arquero, mientras más experiencia gane y más años tenga, es mejor?
Sí, es verdad. Hay pocas excepciones, unas de las pocas que conozco son (Iker) Casillas (golero del Real Madrid) y (Gianluigi) Buffon, que son arqueros jóvenes con talla y jerarquía. Pero si uno analiza, Oscar Córdoba fue el mejor arquero cuando tenía 32 años, (Roberto) Abbondanzieri también por ahí, (Edwin) Van der Sar, a los 38 años fue el mejor arquero. Es así, de los goles que le hacen uno va aprendiendo, porque piensa y dice: “Me paré mal” y así uno va puliendo las cosas, y si estás bien físicamente; como dice el dicho, “mientras más viejo, mejor”.
¿Recuerdas tu debut en la Selección Nacional?
Sí, me acuerdo, fue en 2001 frente a Venezuela, ganamos 5-0. Estaba nervioso, porque el que dice que no tiene nervios miente, de nuestro trabajo dependen las emociones de muchas personas, y saber que estás en el arco tratando de hacer feliz a más de nueve millones de personas hace que sientas la presión, pero hay que aprender a convivir con ella porque nuestro trabajo es así.
Bolívar, tu actual club, está experimentando algunos cambios, por ejemplo institucionales. ¿Eso llega hasta el plantel, se nota?
Siempre es bueno que haya cambios, hay gente que quiere hacer las cosas bien y manejar el fútbol de otra manera. La verdad es que en Bolivia el fútbol no se maneja bien, por eso la realidad que vemos con los clubes y la Selección nos lleva a tener altibajos, porque no hay las comodidades necesarias. Nosotros tenemos comodidades aquí, en Bolívar, porque es el club más grande de Bolivia, tiene mucha historia; pero en otros clubes, sin menospreciar, les falta mucho, tienen muchas deficiencias en lo institucional y para eso hay que trabajar como lo está haciendo este club, que a pesar de haber heredado una deuda muy grande, lo está haciendo bien. Nosotros, los jugadores, estamos poniendo de nuestra parte, porque tiene que ser así, todos tenemos que remar para el mismo lado.
¿Bolívar podrá alcanzar un título este año?
Ése es el objetivo. El año pasado nos quedamos cortos. Este año tenemos la oportunidad, tenemos buen equipo y estamos bien. Bolívar es un club grande que tiene que jugar torneos internacionales, y nosotros nos sentimos en deuda primero con nosotros mismos y luego con la gente, a la que sería lindo darle más logros.
Muy pocos conocen la vida personal de Carlos Arias, cuéntanos cómo cambió tu vida después de tu matrimonio…
Cambió mi vida, ya no es la misma libertad que uno tenía cuando era soltero; uno tiene responsabilidades, una esposa, un hijo, pero después me cuido como siempre, soy un jugador que cuando sé que tengo que divertirme lo hago, por eso nunca me han pillado en borracheras y otras cosas, porque siempre supe que hay que poner las cosas en una balanza y primero hay que cumplir tu deber y después hay tiempo para todo lo demás.
¿Qué significa para ti ser padre?
Una sensación nueva, saber que atrás tuyo hay un ser humano que necesita tu apoyo hasta cierto momento de la vida, hay que tratar de educarlo, de dejarle cosas que le sirvan para que se pueda defender más adelante.
¿De niño siempre soñaste con ser arquero o te gustaba jugar en otro puesto?
Siempre quise ser jugador de fútbol y no arquero, soy portero por accidente: cuando era niño, no fue el arquero del equipo de mi padre para un partido y para salvar la situación jugué y entré al arco, después me fue gustando, en el colegio siempre que íbamos ganando me metían al arco para que no nos ganaran. Le fui tomando el gustito al arco y aquí seguimos.
¿Admiraste a algún arquero boliviano?
A Manuel Tórrez, lo admiré mucho, y también al “Gato” (José Carlo) Fernández; luego tuve a Manuel de compañero y también al “Gato”, aprendí mucho de ellos. El finado Manuel Tórrez me dijo una frase que nunca olvidaré: “Un arquero no tiene que arrugarse, si te están goleando, tienes que morir en la cancha como mueren los valientes”. Eso se me quedó grabado y por eso siempre pongo el pecho a las balas.
Con su firma
En esta ‘era’ del profesor Erwin (Sánchez) las cosas se han hecho bien. Al margen de que se hayan perdido algunos partidos, se ha logrado una identidad del equipo, y un resultado importante fue el empate frente a Brasil”
El día del partido (con Argentina) nos olvidamos de los Messi, de los Tevez y sólo pensamos en nosotros, en ganar, y arrollamos en todo sentido; pero nos quieren quitar méritos con lo de la altura, la altura no juega sola”
Uno siempre quiere jugar afuera, siempre he tenido posibilidades pero nunca se ha definido nada. Este año he estado en algunas conversaciones. Me siento capaz, con la madurez necesaria para salir”
Su ficha
Nombre: Carlos Erwin Arias Égüez.
Fecha de nacimiento: 18 de febrero de 1980.
Lugar: Portachuelo, Santa Cruz.
Edad: 29 años.
Esposa: Evelyn Antelo Mercado.
Hijo: Carlos Daniel.
Padres: Carlos Arias y Teresa Égüez.
Hermanos: José Herlan, Jorge Alejandro y María Laura.
Trayectoria: Debutó en Primera División a los 17 años, el 1 de noviembre de 1997, en Blooming. Antes estuvo en la escuela Tahuichi, donde se formó, y disputó el Sudamericano de 1995 y el Mundialito de 1996, cuando fue nominado por tener la valla menos vencida. Salió campeón con Blooming en 1998 y 1999, jugó la Copa Libertadores en 2000. Un año más tarde debutaría en la Selección Nacional, en la eliminatoria al Mundial 2002. En 2003 jugó en The Strongest, luego volvió a Blooming y desde 2008 ataja en Bolívar. Es el actual arquero de la Selección.