Hace un año este trotamundos del fútbol estaba a punto de decir adiós como consecuencia de una lesión. Sin embargo, no se dio por vencido, se recuperó a fuerza de voluntad y volvió a las canchas. A sus 39 años, José Carlo Fernández ya se da el lujo de volver a jugar en una Copa Libertadores de América en un club del exterior, y lo está haciendo a gran nivel.
El pasado martes, el Gato fue la figura del partido en el que su equipo, el Deportivo Italia venezolano, disputó contra el Colo Colo en Santiago de Chile. Mañana afrontará otro desafío, ni más ni menos que el Vélez Sarsfield argentino, en Caracas.
El guardameta boliviano está disfrutando este gran momento con su club número 13, en las 16 temporadas que lleva ligado a la actividad. Sostiene que se ganó el puesto en el fútbol venezolano gracias a su esfuerzo y que ahora no tiene ni que pestañear para que no se lo quiten.
¿Cómo calificas tu presente futbolístico después de lo que pasó el año pasado?
Me está yendo bastante bien, tanto en el torneo local como en la Copa. En Venezuela estamos en el primer lugar y en la Libertadores, a pesar de haber perdido el martes contra Colo Colo (1-0), jugamos un muy buen partido. En lo personal estoy muy contento.
¿Cómo fue que apareció esta nueva oportunidad de jugar en el exterior?
A través de Daniel Delfino (ex jugador de Unión Central y The Strongest), fue él quien me contactó con los dirigentes del club. Al ver que Bolívar me vuelteaba y vuelteaba en la renovación, decidí aceptar esta otra oferta. Me decían (los dirigentes de la Academia) que supuestamente tenía todo para renovar con Bolívar, pero como no me llamaron nunca más, tomé la decisión de salir de nuevo del país.
Como Delfino jugó muchos años aquí (en Venezuela), decidió quedarse, ahora está como representante (de jugadores), incursionando en eso, así que fue rapidisimo. El 29 de diciembre se hizo todo y el 1 de enero me vine a Caracas.
¿En qué momento te agarró esta vinculación a un nuevo club del exterior?
Me agarró por sorpresa, pero me hizo pensar en que si uno trabaja, si tiene fe y disfruta de esto, no hay edad para estar en el fútbol. Gracias a Dios, me recuperé, pude jugar el año pasado (algunos partidos con Bolívar, cuando Carlos Arias estaba ausente) y estuve bien. Ahora hice una pretemporada increíble y se están viendo los resultados. Estoy como en mis mejores tiempos. No me arrepiento; si me preguntaban esto el año pasado, no lo creía, porque estaba a punto de dejarlo.
Te convertiste en un trotamundos del fútbol, como dijeron los comentaristas en la transmisión del partido del martes...
Como dice mi padre, tengo una vida aparte que me sigue abriendo las puertas para hacer lo que más me gusta. Creo que uno tiene que terminar esto cuando ve que es el momento. Dios me sigue abriendo puertas para que siga, estoy rindiendo físicamente como quiero y la edad no es inconveniente.
Se vio hace poco cómo Roberto Abbondanzieri (ex arquero de Boca ) se fue a Internacional de Brasil a la misma edad que tengo. Estoy disfrutando muchísimo jugando, siendo que en otro país hacerlo resulta más complicado.
¿Es decir que el retiro ya pasó a segundo plano?
Seguro que sí, voy a seguir disfrutando, amo mucho esta profesión. Si ahora tomara esa decisión (la de retirarse), seguro que luego me voy a arrepentir. Ahora soy titular en un equipo puntero del campeonato local, estoy jugando Copa Libertadores de América en un grupo muy complicado y con todo este panorama por ningún motivo se me tiene que pasar por la cabeza retirarme. Además, me sentí muy bien en el partido de Santiago.
Solías decir que a esta altura de la vida el arquero ataja mirando, ¿pasa lo mismo en Venezuela?
Cuando pasan los años, el arquero camina en su arco, pero en el partido contra Colo Colo tuve que volar. Me he sentido bien, esa ha sido la prueba de que estoy bien, de que soy feliz jugando. Me acuerdo ahora que el año pasado, cuando fui a España (en la gira con Bolívar), vi una frase en el estadio Bernabéu, del mismo Santiago Bernabéu, que decía que en el fútbol no hay jugadores viejos ni jóvenes, sólo buenos y malos. Me quedé con esa frase y aquí estoy.
¿Te impactó y te alentó esa frase?
Mucho, también es una realidad, más cuando en esta época a alguien se le ocurre contratar a jugadores de 35 años o más. Es una cuestión de capacidad, cuando uno la tiene debe seguir jugando. Los sub-20 no tienen que jugar por obligación, tienen que hacerlo porque son buenos y punto.
¿Con qué arqueros estás compitiendo allí?
Es muy competitivo, trabajo con cuatro arqueros más. El titular es uno de los arqueros de la selección, lastimosamente se lesionó; el tercero fue titular y campeón con este equipo el año pasado. Ahora están todos sanos, entonces, no puedo ni pestañear. Me recibieron muy bien y eso me ayudó bastante.
Por la experiencia acumulada ¿te convertiste en un líder en la última línea?
En el club hay enorme experiencia que hay que transmitirla. Están jugadores como Cristian Cásseres, un delantero de 34 años, que es de la selección. También Leopoldo Jiménez, un volante de marca; juego con Gabriel Urdaneta, que fue el 10 de Venezuela. David Mcintosh, que tiene 37 años, fue figura en la selección de su país. Es un equipo con jugadores de mucho recorrido, con quienes me adapté.
¿Cuándo fue que tuviste el primer contacto con tu ahora técnico?
Antes de firmar. (Eduardo Saragó) Es el técnico más joven de la Copa Libertadores de América, hace unos días cumplió 28 años. Es muy estudioso, es de la línea de Marcelo Bielsa, sabía todo de mí, me recordó que mi último partido con Bolívar fue el 3 de noviembre. Es muy capaz, uno de los grandes prospectos en la dirección técnica para el fútbol venezolano. Me habló muy bien, fue bastante claro, me dijo qué le gustaba para el equipo, y que trabaje y rinda.
¿A qué apunta el Deportivo Italia este año?
A ser campeón en Venezuela. El año pasado al final del Apertura lograron el título. Es un equipo antiguo, manejado por un presidente que hizo una inversión económica importante, quiere hacerlo crecer. En la Copa hay que llegar lo más lejos posible. El fútbol venezolano está acostumbrado a pasar a octavos o cuartos, a eso apuntamos, aunque tenemos el grupo más duro de la Copa.
¿Ése fue otro motivo para elegir Venezuela?
Seguro, el motivo principal es jugar la Copa, a estas alturas quería probarme a mí mismo que estoy mejor que nunca. En mi casa, en Bolivia, las puertas me las cerraron, me cansé de llamar para renovar y nada. Gracias a Dios, las puertas que se abrieron en el exterior fueron para bien.
¿Qué te dicen tus hijos?
Están felices de verme, de escuchar lo que dicen de mí en las transmisiones, por eso es que me sacrifico, por eso me vine lejos cuando no quería. Todo el mundo sabe que no quería irme más, quería despedirme en Bolívar, pero no se dio.
Ahora estoy de nuevo afuera y no es todo lindo, como se podría pensar. También se sufre, lo lindo es jugar y tener mejor contrato, pero la balanza se inclina al otro lado cuando estás lejos de tu familia.
¿Llevarás a tus hijos a Caracas?
Tengo planeado, están en colegio en Santa Cruz. Para mayo está previsto el fin de la temporada, los voy a traer para que disfruten las playas de Venezuela. Les digo a mis hijos que cada vez falta menos para estar juntos otra vez.
¿Eres el jugador boliviano que militó en más clubes del exterior?
Sí, creo que sí. Son cosas que quedan en uno, todo esto era impensado al comienzo de mi carrera, soñar es gratis, toda mi vida soñé. Como futbolista logré todo, lo único que me falta es ir al Mundial, pero no todo se cumple en la vida.
¿Estás pensando en la Selección Nacional?
Ya no, es momento de otros arqueros, Carlos Arias es el indiscutido para ese puesto. Me siento capaz, pero considero que hay que dar espacio a los otros.
¿Ni siquiera en una despedida con la Verde?, el año pasado esperaste que te convocaran...
El año pasado me ilusioné, ahora no. Tal vez para un amistoso o algo así me gustaría, pero para partidos oficiales no, es definitivamente el momento para otros.
¿Hasta cuándo es tu contrato con el Deportivo Italia?
Hasta el final de torneo, 31 de mayo, con opción de renovar. La verdad es que quiero estar en mi casa, con mi gente, la tengo que pensar muy bien, pero aquí también me trataron muy bien.
No quiero decir nada porque el fútbol me ha dado muchas sorpresas, por ahí termino jugando aquí o en otro país. Lo dejo al de arriba (Dios) para que decida.
¿Cómo es la vida en Caracas?
Estoy tranquilo, no me quejo, me han dado todas las comodidades. Sin embargo, la situación del país es complicada, la inseguridad en Caracas es alarmante. Nosotros nos quejamos mucho de nuestro país, pero en Bolivia vivimos bien, no quiero imaginarme que seamos ni siquiera la mitad de lo que está pasando en Venezuela, hay mucha pobreza, mucho desempleo, sobre todo inseguridad.
¿Cómo te mueves en una ciudad así?
Entreno y al hotel, nada más. Estoy residiendo aquí con el argentino Javier López (el zaguero que hace unos años fue su compañero en Blooming). Comparto con un grupo de jugadores extranjeros, vivimos a una cuadra del club. Mi vida es el fútbol, es trabajar y descansar. Entrenamos a las siete de la mañana, eso significa que a las seis menos diez ya estoy de pie, algo que no hice nunca en 16 años de carrera. A las diez de la noche ya estoy durmiendo.
¿En lo deportivo, nada de presión?
El día que jugamos contra Colo Colo, el más emocionado era yo, les dije a los compañeros que disfruten por tener la posibilidad de jugar una Libertadores. Presión para nada, ahora es diversión, sólo eso.
¿Qué número de Copa Libertadores estás jugando?
La quinta. La primera fue con Blooming contra los ecuatorianos en 1999. De 2002 a 2004 lo hice con Bolívar. También tengo cinco copas Sudamericana, tres eliminatorias, tres copas América y una de Confederaciones.
¿Cómo ves a la distancia nuestro fútbol?
Es una pena, soy boliviano, soy hincha de esos equipos, de chico me encariñé con Blooming, con Bolívar gané mucho. Queda camino por andar, cada vez decimos que hay que cambiar. Ojalá se dé, Bolívar está haciendo las cosas bien, saldrá adelante, tiene un proyecto para mejorar, los siguientes años seguirá siendo protagonista.
¿Estás pensando también en la gerencia deportiva?
En Bolívar, o donde sea, voy a trabajar en eso. En su momento hablé con Marcelo Claure (presidente de BAISA); cuando se dé la opción lo haré, me interesa. También puede ser la coordinación de la Selección o la gerencia de un club, son puestos donde me interesa trabajar, me preparé, para eso he estudiado. Mi experiencia en el fútbol es mi mejor universidad.
¿No serás director técnico?
Totalmente descartado, porque no es algo que me atraiga. Lo mío es la gerencia deportiva, va acorde a lo que soy, me encanta la organización. He visto cosas buenas y malas, sé como piensa el jugador, qué le gusta y qué no. Ahí es donde debo estar.
Trotamundos del fútbol
Hace casi un mes, José Carlo Fernández cumplió 39 años.Nació el 24 de enero de 1971 en Santa Cruz de la Sierra. Debutó en Primera división en 1995, con la camiseta de Oriente Petrolero en el empate sin goles contra Real Santa Cruz.
Desde entonces ha vestido 13 camisetas. En el país jugó en Oriente, Destroyers, Blooming, Bolívar y Universitario.
En el exterior actuó en el Veracruz de México, en el Córdoba de la segunda división de España, en el New England Revolution de Estados Unidos. En Perú fue arquero de José Gálvez, aunque antes estuvo en Colombia, donde atajó para el Deportivo Cali, y en Independiente Santa Fe. En Chile fue jugador del Melipilla.
El Deportivo Italia es su decimotercer club en 16 temporadas. “Uff, ya no sé cuántos clubes son”, dice con una sonrisa.
Su estado civil es divorciado. Tiene dos hijos: Flavia, de 11 años, y Cristian, de seis.
Las frases
"Como dice mi padre, tengo una vida aparte que me sigue abriendo las puertas para hacer lo que más me gusta. Creo que uno tiene que terminar esto cuando ve que es el momento”
"Cuando estuve en Bolívar jugué contra muchos equipos grandes, pero no contra Vélez ni Cruzeiro. Es para mis hijos que me ven jugando la Copa. Lo estoy disfrutando”