jueves, 29 de agosto de 2019

La historia de Fernández, el lateral camireño de exportación

De Camiri para el mundo. Roberto Carlos Fernández Toro, de 20 años, está a pocos días de arribar a suelo español para cumplir su sueños de jugar en el exterior. Su carrera evolucionó de una manera vertiginosa. Hace tres años recorrió 290 kilómetros desde la capital camireña hasta Santa Cruz donde fue elegido entre un centenar de futbolistas. Ahora está a una firma de ser jugador del club Cultural Leonesa, de la segunda división B de España.

Una tarde de 2016, Fernández ingresó a la sede social de Blooming para realizar un curso de verano que estaba a cargo de Róger Avendaño. Una zurda prodigiosa llamó la atención del técnico de las divisiones inferiores para elegirlo. "Éramos uno 100 alumnos solo se quedaban tres", recuerda Roberto Carlos.

Con tan solo 17 años ya formaba parte de la academia cruceña. Aunque no todo era color de rosa, ya que tuvo que realizar varios sacrificios para poder entrenarse y conseguir el objetivo de salir bachiller. Primero se inscribió a un colegio de la capital cruceña, pero las largas distancias entre la sede y la casa de su hermana Sarah no le permitió hacer ambas cosas de la mejor manera.

Ese año decidió retornar a Camiri para finalizar los estudios secundarios y obtener su título de bachiller. Lo hizo en el colegio Jesús Nazareno, establecimiento donde su padre Juan Carlos es profesor de matemáticas. "Dios tiene un camino preparado para cada uno y todo llega a su debido tiempo. Hay que saber esperar las cosas y no apurarse para nada”, dijo el lateral.

Su padre Juan Carlos y su madre Felicidad afirman que desde niño Roberto, su tercer y último hijo, fue un apasionado por el fútbol y recuerdan cómo ‘pateaba el cuero’ en el patio de su casa. “Hacíamos arcos pequeños con las sillas para afinar la puntería y luego jugábamos a las técnicas para mejorar el dominio de la pelota”, dijo su progenitor en una declaración plasmada en el libro Por el Ojo de la Cerradura de Ubaldo Padilla.
Roberto Fernández (en el círculo) durante los Juegos Plurinacionales. Foto: Ubaldo Padilla

Fernández dio sus primeros pasos en el fútbol en la escuela Fútbol Club Camiri. Con tan solo 7 años jugó en el equipo Los Cachorritos de la fraternidad Osinaga-Ortuño. A los 12 pasó a formar parte del club Ismael Montes debutando dos años después en la Primera A de la Liga Camireñ. Sin duda su talento lo convertía en un lateral de exportación.

A finales de 2017 retornó a la capital cruceña para incorporarse a Blooming. Con la bendición de sus padres y el apoyo de sus hermanos Sarah (31) y Juan Carlos (21), llegó motivado para triunfar. La academia cruceña decidió prestarlo por un semestre a Quebracho de Villa Montes para jugar la Copa Simón Bolívar. Luego volvió al club celeste para brillar de la mano de Erwin Sánchez, quien fue el que lo hizo debutar en primera.



Roberto Carlos durante un campeonato de fútsal en Camiri. Foto: Ubaldo Padilla

Fernández vivió durante todo este tiempo en la casa de su hermana Sarah y su cuñado Gustavo Zeballos, a quién le da un agradecimiento especial por apoyarlo incondicionalmente.

Su buen rendimiento en la academia cruceña le permitió abrirse camino para ser convocado a la selección boliviana y participar en la Copa América 2019 donde llamó la atención de medios internacionales. El diario brasileño O Globo le hizo un reportaje especial, donde participó con un saludo especial de parte de Roberto Carlos, legendario lateral que salió dos veces campeón del mundo con la selección de Brasil.
Fernández vistiendo la camiseta del equipo de reserva de Blooming.

En solo tres años, la vida de Roberto Fernández ha evolucionado de una manera impresionante. Su orden defensivo, su salida clara y efectiva, además de la velocidad que imprime y su vocación ofensiva son las virtudes que le dieron notoriedad en el seleccionado nacional.

En su último día en el vestuario de Blooming se despidió de sus compañeros y a la hora de salir de la sede declaró: "espero volver algún día a casa".

Imanol Cárdenas: ‘En Bolívar estoy yendo tras mis sueños de futbolista’



En 2015, Imanol Cárdenas tuvo una destacada actuación en un campeonato juvenil en Trinidad, Beni, y su participación llamó la atención del técnico Óscar Villegas, quien le hizo la invitación para seguir su formación en las divisiones menores de Bolívar. Le fue bien, en 2018 dio el salto al primer plantel y debutó con el uruguayo Alfredo Arias y ahora ocupa la plaza de Sub-20 bajo el mando del argentino César Vigevani.

El fútbol no es su única prioridad, pues también dedica su tiempo al estudio en la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Domingo Savio.

— ¿Cómo se inició en la práctica del fútbol?


— Gracias a mis padres a quienes les apasiona este deporte, mi familia es muy futbolera y desde niño tuve su apoyo y me hicieron sentir esa pasión por esta disciplina deportiva, empecé jugando en el Colegio Belgrano en Tarija, posteriormente pasé a jugar en la Asociación Tarijeña de Fútbol (ATF) en el plantel de la Escuela Municipal, luego en la de Juan Carlos Ríos y de ahí me vine a La Paz. En mi natal Tarija soy hincha de Ciclón por una tradición familiar, pero hasta ahora no pude jugar en el club de mis amores.

— ¿Y la llegada a Bolívar?


— Por una invitación del profesor Óscar Villegas, en 2015, me vio en un torneo nacional juvenil en Trinidad y se dieron las cosas para poder hacer del fútbol una profesión.

Felizmente, las cosas están saliendo bien, en 2018 me hizo debutar el técnico uruguayo Alfredo Arias, y ahora me está dando oportunidad el profesor César Vigevani.

Quiero continuar en esta actividad, la idea es consolidarme y luego pensar en emigrar como todo jugador que tiene aspiraciones de mostrar su fútbol en el exterior.

Fui convocado a una Sub-20 y ahora pienso en seguir mejorando para algún momento también tener la opción de llegar a la selección mayor.

— En Bolívar hay varios Sub-20, ¿qué hiciste para ganarte el puesto de titular?


— Es muy difícil por la competencia interna, hay jugadores buenos y con mucha jerarquía y uno como joven tiene que aprender de los referentes, escucharlos, tomar como ejemplo su día a día de entrenamientos.

En el club tenemos compañeros que se preocupan por uno como Erwin Saavedra, Juan Carlos Arce y Juan Miguel Callejón entre otros, quienes pese a que tienen todo o ganaron todo son muy humildes y te ayudan, te corrigen y enseñan. Aún debo aprender muchas cosas, para ello estoy trabajando, para aprender más con ellos y también con el técnico.

No pensé en llegar a debutar tan rápido en el primer plantel porque todo es un proceso, pero se me dio y ahora hay que sacarle provecho a ello y en especial mantener la humildad sin olvidar uno de donde viene.

— ¿Fútbol y estudio pueden ir de la mano?

— Para llegar a La Paz y Bolívar mis padres me pusieron como condición que estudiara si quería jugar al fútbol profesionalmente. Me vine el 2016 y tras llegar al internado y ponerme a órdenes del profesor Óscar Villegas busque una universidad para iniciar paralelamente la otra carrera a nivel profesional.

El fútbol y los estudios van de la mano, se puede si uno reparte bien el tiempo. Es un sacrificio entrenar en la mañana y asistir en la noche a la universidad, pero se puede si uno logra encaminar las cosas.

— ¿Por qué eligió ingeniería comercial?

— Voy a ser sincero, no me gusta mucho leer, en cambio me fascinan los números, las cifras. Desde niño estuve muy metido con las matemáticas, por eso decidí estudiar esta carrera, estoy en cuarto semestre de la Universidad Domingo Savio.

— ¿Si se presentará la situación de elegir entre la carrera universitaria y el fútbol qué haría?

— No he pensado en ello, pero pienso que tendría que hablar del tema con mis padres, pero ojalá no se presente. En el fútbol me está yendo bien y en los estudios estoy respondiendo, creo que por el momento no hay por qué pensar en elegir, sino al contrario quiero seguir creciendo en ambas cosas.

Cárdenas en un cotejo de la División Profesional. Foto: Archivo-La Razón

— ¿Cómo es un día a día con los juveniles del club?

— Acá todos se preocupan porque tengamos las mejores condiciones. La dirigencia hizo mejorar los ambientes del internado para que estemos cómodos, en lo referente a la alimentación también se preocupan por nosotros, entonces estamos tranquilos, descansa- mos bien para poder entrenar sin problemas y rendir ante las exigencias del cuerpo técnico.

Acá todos nos apoyamos.

— ¿Qué opinión tienes acerca de la formación de futbolistas en el país?

— La verdad que no hay una gran labor de formación, creo que este tema debería tener mayor atención por parte de las autoridades deportivas.

No hay una buena formación donde puedas obtener una gran base en lo relacionado a la parte táctica y a los movimientos dentro de la cancha.

Falta conocer los conceptos, no hay buena orientación en lo referente a la alimentación, creo que es una gran falencia, ahora también deben hablarte mucho con respecto a la disciplina. Creo que en esto el jugador debe ser guiado y aconsejado.

— ¿A quiénes admira en el fútbol?

— Sin duda alguna al ya retirado Juan Román Riquelme y a Toni Kroos, ambos mostraron tranquilidad en su juego con una lucidez y rapidez mental para envidiar, a todo ello hay que sumar el talento para tratar el esférico.

— ¿Cómo fue su niñez y adolescencia?

— Tuve una niñez feliz y dura a la vez, pero por la unidad de mi familia siempre hubo una sensación de felicidad.

Ya adolescente empecé a ayudar a mi familia en las tareas de viticultura. Iba a recoger uva en los viñedos, también pisaba la uva, ayudaba en la labor de maceración. Ir al campo es bonito y relajante, además es una tradición dentro la cultura tarijeña el trabajo en los viñedos.

— ¿Qué es lo que más extrañas de Tarija?

— El paso más complicado que he dado es dejar muy joven a los seres queridos, relegar las costumbres familiares.

La situación es complicada porque uno tiene que vivir solo en el internado, ya no están tus padres y llegas a formar lo que se dice que es tu segunda familia con los compañeros.

Eso sirve para madurar, para ser más responsable.

En Bolívar estoy yendo tras mis sueños de futbolista que es lo que me apasiona.

Rimassa, el incansable guerrero de Municipal y la selección



Marcaba, temporizaba el fútbol, bajaba a apoyar a la defensa, cuando podía se proyectaba y alguna vez le tocaba hacer goles. Era un volante de marca, pero también lateral y zaguero central. Para Jaime Rimassa, destacado exjugador de Municipal y de la selección boliviana en las décadas de los años 60 y 70, y principios de los 80, jamás existió en la cancha la palabra fatiga, era un futbolista inclaudicable.

Con la salvedad de las comparaciones, y más aún por su espigada figura de 1,84 metros, Rimassa fue el todoterreno de su época similar al despliegue del exatigrado Alejandro Chumacero, hoy en el Puebla mexicano.

“Con la casaca de Municipal aprendí a luchar y nunca saber lo que era el cansancio, ese club formó hombres de batalla no solo para el fútbol, sino para la vida misma. Quienes nos encariñamos con el Muni, siempre decimos que esa camiseta tenía algo especial. Pienso que en nuestra mejor época fuimos más aguerridos que The Strongest. Yo soy municipalista, ahí pasé lo mejor de mi fútbol, crecí mucho y me identifico mucho con la guinda porque era una química especial”, dice Rimassa, quien nació al fútbol profesional con la camiseta de Municipal y, tras una gran trayectoria, se despidió con esa misma.

No quiere ser un crítico negativo del fútbol actual, pero asegura que lo ve muy mezquino, porque si bien se hizo moderno, ya no existe el roce físico y la entrega total como ocurría en su época.

“Espero no caer en eso de que todo lo de antes era mejor, pero ahora que veo el fútbol, veo a algunos jugadores con una lentitud, una actitud que me sorprende. Antes no podías estar siquiera parado porque tu entrenador te botaba, ahora si a ellos los exiges, ellos los jugadores te hacen botar”.

Sus primeros pasos en el fútbol competitivo los dio en su natal Cochabamba, cuando jugó en New Players en 1965, luego pasó mucha agua debajo del puente para llegar a Muni, a Bolívar, el club más laureado con títulos y figuras nacionales, y años después volver a su amado cuadro edil.

“Era un club modesto, pero cuando me tocó hacer el cuartel en el Politécnico de El Alto, jugué por Independiente Alas, que era un equipo de la Fuerza Aérea Boliviana. Estábamos en la B, aunque teníamos un equipazo con Linares, Pinto, Ávila y otros que luego jugaron en la A”, recuerda.

No pasó más de un torneo para que la directiva de Municipal lo contratara en 1969, pese a que también lo quería el entonces poderoso 31 de Octubre, que tenía bastantes recursos.

Nunca pensó en que llegar a Municipal le enseñaría el plus de ser un guerrero no solo del fútbol, sino fuera de las canchas. “Con Municipal la preparación física con el profesor Paz Antezana era al estilo alemán, todos llegábamos a ser fuertes e infatigables. Nadie podía estar parado así no tuviera la pelota, él se enojaba bastante y te exigía. Los equipos no nos superaban corriendo, sino con sus individualidades, con juego táctico, pero no en lo físico, nunca”.

Jaime en la selección nacional. Foto: Julio Mamani

Entre sus compañeros en ‘Muni’ estaban Justo Ramón Zaya Mora, Willy Carranza, Pablo Baldivieso, Adolfo Flores, Nicolás Linares y Juan ‘Gitano’ Farías, entre otros. Además recuerda que ese grupo tenía al frente a un temperamental entrenador, Wilfredo Camacho.

Aún está en su memoria cuando en 1974 con el equipo guindo jugó la Libertadores contra los brasileños Palmeiras y San Pablo, a este último le empató en el Morumbí.

Desde su punto de vista, el golpe futbolístico más duro que le dieron a La Paz fue la desaparición de Municipal, sin valorar sus años y trayectoria. “En algunas épocas se habló de levantarlo, pero la falta de recursos no nos permitió a los exjugadores”, lamenta.

Cuando defendía la casaca de su equipo tenía muy buenas actuaciones, gran despliegue, mucha fuerza e imponente físico, factores que no pasaron desapercibidos y Bolívar lo fichó en las temporadas de 1976, 1977 y 1978. Fue parte del campeón invicto de 1976, poco antes de que se fundara la Liga, luego siguió y fue parte del primer título liguero de la Academia con jugadores como Conrado Jiménez, Ricardo Troncone, Luis Gregorio Gallo, Carlos Aragonés, Ovidio Messa, Tamayá Jiménez y Miguel Aguilar.

“Bolívar es un club atractivo, exitoso, referente boliviano a nivel internacional. Me fue muy bien. Jugar con un talentoso como Ovidio Messa fue estar al lado de un verdadero maestro en manejar el balón”.

Luego para Rimassa vinieron experiencias particulares y cortas en San José y Chaco Petrolero, para después volver a su querido y amado Muni en 1981 antes de despedirse.

Ya "retirado", en su diario caminar por La Paz un día se encontró con un dirigente de White Star, donde jugó y fue entrenador en la Primera A, experiencia "nada grata", porque asegura que no es fácil ser las dos cosas.

Con la casaca Verde, del 65 al 77


Otra camiseta especial, al margen de la de Municipal, para Jaime Rimassa es la Verde de la selección boliviana, con la que tiene gratos recuerdos como con los planteles de 1969 y de 1977, porque estuvo cerca de clasificarse al Mundial, muy diferente a lo que acontece actualmente.

“Con la selección boliviana llegamos a buenos niveles de competencia, no sé cómo ahora hemos podido estar así. Son bonitos recuerdos los que guardo, pese a que no fuimos a ningún Mundial, pero nos dimos el gusto de ganarles a todos en nuestra casa, eso ahora nos cuesta bastante”, afirma el exvolante.

Recuerda que con la selección nacional en las eliminatorias del 69 para el Mundial de México 70 le ganaron a Perú y Argentina en La Paz, pero en la revancha de La Bombonera de Buenos Aires "se inventaron un penal para los albicelestes y nos dejaron fuera".

También estuvo en la selección nacional de 1973, pero una semana antes abandonó la misma porque se recuperaba de una operación; sin embargo, la revancha vino en en 1977, cuando ganaron la serie sobre Uruguay y Venezuela. “Pero ahí también se inventaron una liguilla en Cali donde Brasil y Perú nos ganaron y luego enfrentamos a Hungría, con la que luchamos, pero nos quedamos en el camino”.

En todo caso su ‘romance’ con la Verde comenzó en 1965, cuando fue citado a la selección Sub-23 que participó de los Juegos Bolivarianos de Quito, en la que fue convocado por el entrenador cochabambino Carlos Trigo, quien fue padre del exjugador de los 80 Juan Carlos Trigo.

Moisés Calero: ‘Me formé en mi barrio, jugando con mis amigos’



Moisés Calero es una de las “perlas” que apareció en el último tiempo en The Strongest. En pocos partidos, el joven atacante —el 12 de septiembre cumplirá 21 años— se ha ganado un espacio en el equipo.

El extécnico atigrado Pablo Escobar le dio la oportunidad y en base a trabajo también se ha ganado la confianza de Mauricio Soria, el actual entrenador del plantel.

Nació en Cochabamba, pero siendo un bebé lo llevaron a Santa Cruz. La cancha de su barrio fue su escuela y ahora sueña con consolidarse en el Tigre, llegar a la selección nacional y si es posible jugar en el exterior.

Tímido a la hora de enfrentar a los micrófonos, pocas veces se le han hecho notas, pero bromista, alegre, y siempre con una sonrisa en el rostro el resto del tiempo.

— ¿Cuándo empezaste a jugar al fútbol?


— El fútbol me gusta desde que tengo uso de razón, me acuerdo que desde chiquito jugaba con los amigos del barrio.

— ¿Fuiste a alguna escuela de fútbol?


— No estuve en ninguna escuela como te digo yo me formé en mi barrio, Nuevo Amanecer en Santa Cruz, jugando con mis amigos y cuando tenía 13 años empecé en un equipo que se llamaba Yapacaní Fútbol Club en una categoría de ascenso de la ACF (Asociación Cruceña de Fútbol).

— ¿Naciste en Cochabamba y a los cuantos años te fuiste a Santa Cruz?


— Nací en Cochabamba, pero a los cinco meses me llevaron a Santa Cruz, así que viví casi toda mi vida allá.


— ¿Tus papás son de Cochabamba?


— Ninguno, mi mamá es de Irupana y mi papá es de Vallegrande.

— ¿Después de jugar en Yapacaní donde fuiste?

— A los 17 años fui a probarme a la Tahuichi, pasé la prueba y me quedé ocho meses para jugar en la Primera A, en el club Callejas que es de la Academia.

— ¿Luego de esos meses?

— Me trajeron al Tigre, llegué en julio de 2017 con Clovis Roca, cuando el director técnico era el profesor César Farías. Por esas fechas habían llegado al club otros chicos como Daniel Camacho, Fernando Saldías y se hizo un trabajo importante.

— ¿Te acuerdas cuando debutaste?

— Fue en Uruguay más o menos por mayo (jueves 17), en un partido por Copa Libertadores frente a Peñarol. Ingresé en el minuto 75 en lugar de Rodrigo Vargas.

— ¿Cómo te sentiste, cómo fue esa experiencia?

— Ese día jugamos varios de los jóvenes del equipo, me acuerdo que estuvo Richet (Gómez), Yhonjairo (Villegas), Daniel Camacho, Yeltsin Ovando. Fue importante para todos.

— ¿Después jugaste algún partido de la Liga?

— Sí, jugué con Sport Boys en Warnes (14 de septiembre), empatamos a dos. Fue después de un clásico amistoso con Bolívar en Villa Tunari, que también lo jugué.

— ¿En el primer torneo de este año estuviste en algún partido?

— No jugué, pero me convocaron al banco en varios.

— ¿En este torneo empezaste a jugar y no paraste? ¿Qué cambió?

— Creo que fue importante el trabajo de pretemporada que hicimos en Perú, en los encuentros de preparación sumé varios minutos y desde que empezó este torneo he jugado todos los partidos. Entré en el segundo tiempo con Blooming y con San José, después fui titular con Guabirá, con Aurora y con Nacional Potosí.

Moisés junto a su mamá y sus hermanos en Santa Cruz. Foto: Familia Calero

— ¿En el partido contra Guabirá marcaste tu primer gol oficial?

— La verdad que fue una felicidad única, estábamos ganando 2-0 y a mí me tocó marcar el tercer gol, lo grite con todo y los compañeros me fueron a abrazar, me felicitaron, seguro que va a ser uno de los momentos de mi carrera que no voy a olvidar.

— ¿Después con Aurora volviste a anotar?

— Fue un gol importante ese, porque estábamos perdiendo 2-0 y logramos empatar con el gol que hice.

— ¿Después de ese partido te dijo algo Pablo Escobar, que entonces estaba dirigiendo al plantel?

— El consejo siempre fue que siga dando lo mejor de mí, como lo había hecho hasta ese momento; pero siempre me apoyó.

— ¿En una conferencia de prensa, Escobar dijo que como parte del respaldo que te daba y junto a su cuerpo técnico te ayudaron en cosas personales?

— Sí, es cierto. Yo tenía solamente el colchón en mi habitación y Pablo y los otros profesores me compraron una cama, por lo que yo estoy muy agradecido con todos ellos.

— ¿Cómo tomaste la marcha de Pablo y la llegada de Mauricio Soria?

— Lamentablemente son cosas que pasan en el fútbol, pero nosotros como jugadores siempre tenemos que estar a la orden del cuerpo técnico que designe la dirigencia. Afortunadamente, el profesor Soria también ha confiado en mí y he jugado en todos los partidos que ha dirigido.

— ¿Algún ídolo que tienes o que tuviste cuando eras pequeño?

— Tuve varios: Alcides Peña, Jhasmani Campos y Marvin (Bejarano) en el país cuando jugaban en Oriente, porque soy hincha de ese club. Del exterior siempre admiré a Neymar y con frecuencia lo veo por televisión,

— Alcides jugó en el Tigre, Jhasmani y Marvin son tus compañeros, ¿alguna vez les dijiste que los admirabas?

— Los tres lo saben, pero se ríen nomas, como que no la creen.

— ¿Cuáles son las aspiraciones a futuro?

— Lo primero que quiero es consolidarme en The Strongest, después llegar a la selección nacional y también me gustaría, como a cualquier jugador, salir al exterior. Todo se consigue con mucho esfuerzo y trabajo.

— ¿Tus compañeros te dicen algo del momento que estás pasando?

— La mayoría de los compañeros siempre me está hablando, me está aconsejando para que no baje los brazos y le siga metiendo.

— ¿Qué te dicen tus papás, tus hermanos del momento que estás pasando?

— Todos están felices por lo que me pasa, lo mismo que yo.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Pablo Escobar es el nuevo DT de Sol de América

Pablo Escobar, el ex capitán y técnico de The Strongest, inicia un nuevo reto en su carrera. Esta tarde fue presentado como entrenador del Sol de América, equipo de la primera división del fútbol paraguayo.

El 'patrón del gol', como se lo conoció en su etapa de jugador, tendrá como asistentes técnicos a José Devaca y Alejandro Da Silva y su primer gran desafío será este domingo contra Sportivo San Lorenzo, por la octava jornada de la liga local.

Escobar reemplazará así al argentino Javier Sanguinetti y agarrará a un equipo que solo ha ganado un partido de siete que ha jugado en el actual torneo paraguayo. Sol de América, tras siete fechas, marcha en el noveno puesto - de 12 equipos- con siete unidades acumuladas y a nueve unidades del actual líder, Olimpia.

Escobar, al mando de The Strongest, dirigió en 33 partidos. Consiguió 18 victorias, 6 empates y 7 derrotas, logrando una efectividad del 61%./Oxígeno

martes, 27 de agosto de 2019

Saúl Torres; ‘Soy hincha del Tigre desde niño’



Saúl Torres “aterrizó” en The Strongest hace casi dos meses (el 1 de julio) e hizo realidad el sueño de niño y que siempre compartió con su familia.

Después de temporada y media espectacular (2018-2019) en filas de Nacional Potosí, sobre todo los primeros seis meses de este año, fue fichado por el Tigre en una operación que también incluyó al colombiano Harold Reina.

No todo, sin embargo, fue color de rosa en su carrera, en particular por lo que tuvo que pasar cuando le tocó jugar en Universitario de Sucre.


— ¿Desde cuándo juegas?


— Me inicié en una escuelita de fútbol llamada Oqharikuna, en Sucre, en realidad era un centro donde podías ir a hacer tus tareas, te daban alimentación, te podías quedar toda la tarde si querías, podías jugar fútbol, que a mí me gustaba mucho y ahí empecé. Después jugué la Copa Simón Bolívar en varios clubes de Sucre: Fancesa, Independiente Petrolero y Flamengo.

— ¿Y a nivel profesional?


— A mediados de 2012 hice una prueba en Universitario; Sergio Apaza era el técnico, me quedé y tuve la oportunidad de debutar en Uruguay, en una Copa Sudamericana frente a Liverpool (25 de julio).

Poco tiempo después se fue Apaza, el nuevo técnico no me hacía jugar (prefiere no decir quién era), no me daba la oportunidad y entonces me fui a Potosí. Las temporadas eran de julio a junio y jugué en Real (2014-2015), pero después de un año volví a Universitario porque Marco Sandy y Richard Cueto iban a dirigir al equipo, aunque no llegaron a un acuerdo; sin embargo, yo ya había firmado contrato, volvió el mismo entrenador y otra vez no me hizo jugar.

— ¿Qué hiciste?


— Estuve un año prácticamente sin jugar, jugaba muy poco y aparte me lesioné. Tuve una fractura de peroné en un partido contra Petrolero de Yacuiba. Estuve casi cuatro meses fuera. En principio la recuperación no fue buena, no me dieron las condiciones, por eso tuve que hacerla otra vez por mi propia cuenta y es así que se hizo larga.

— ¿Te recuperaste y qué hiciste a partir de ahí?

— Volví a Real (2016-2017), jugué todo el año, me fue bien gracias a Dios y después de eso Nacional me fichó a principios de 2018.

— ¿Entonces apareciste con todo?

— Jugando en Nacional tuve mi mejor desempeño, aunque en Real también me fue muy bien. En Nacional hice una gran temporada, fui titular, salí figura en algunos partidos, de manera que me convocaron a la selección boliviana.

Saúl (izq.) de niño junto a su primer hermano Pablo, ambos con la camiseta del Tigre. Foto: Saúl Torrez

— La selección habrá sido otro sueño hecho realidad.

— Desde que llegó el profesor Eduardo Villegas me convocó, asistí a todos los microciclos, viajé a Japón, Corea del Sur, a Francia para jugar partidos amistosos y a la Copa América de Brasil.

— ¿Qué rescatas de tu paso por la Verde?

— Ha sido una experiencia importante para mí, para crecer como futbolista, ganar roce internacional, estoy agradecido con el profesor Eduardo Villegas por la confianza; pero siento que también ha sido una recompensa al esfuerzo personal. Estoy contento de haber vestido la camiseta de la selección, espero seguir por el mismo camino, consolidarme en el Tigre y volver a ser convocado para las eliminatorias.

— ¿Cómo tomas la decisión de la Federación de rescindir con Villegas?

— Es una pena, porque no se le permitió continuar trabajando, no pudo terminar el proyecto que tenía, pero estamos acostumbrados en Bolivia a cortar los procesos.

— Hace poco colgaron una foto tuya en el Facebook con tu camiseta del Tigre cuando eras chiquito...

— Soy hincha del Tigre desde niño, lo mismo que mis hermanos mayores, quienes fueron los que me inculcaron a tener tanta pasión por esta institución, por eso llegar a The Strongest es un sueño hecho realidad. Lo mejor es poder defender los colores del equipo del que eres hincha.

— Tu llegada y la de Harold Reina se hizo en reserva, ¿por qué se manejó así?

— Desde el primer momento que nos dijeron que había la posibilidad de venir al Tigre, aceptamos todas las condiciones y se tuvo que manejar así porque no se sabía si se iba a abrir el libro de pases.

— ¿Sientes que los hinchas te han empezado a agarrar un cariño?

— Llegamos con el deseo de ganarnos un puesto, después consolidarnos; estoy agradecido con la hinchada por todo el apoyo, por el recibimiento que me ha dado, valoro eso y espero retribuir aquello en el campo de juego.

— Pese a que el inicio no ha sido de los mejores, ¿crees que están a tiempo para pelear arriba, por el título?

— Confiamos en nuestro trabajo, desde que empezamos la pretemporada con Pablo Escobar la ilusión es la misma. Si bien ahora manejamos otra idea con el profesor Mauricio Soria, el anhelo de todos los compañeros es el título y conseguir una clasificación a Copa Libertadores. Falta mucho y tenemos un gran equipo.

— ¿Cuán importante ha sido el apoyo de tu familia en tu carrera?

— La verdad es que ha sido muy importante el apoyo de mi esposa, de mi hijo que ha sido mi motivación, de mis hermanos; como te dije, hubo momentos en los que la he pasado muy mal, pero entre todos han estado ahí dándome fuerzas constantemente y hoy en día puedo decir que gracias a ellos he cumplido un sueño, pero no solo mío sino de toda mi familia.

jueves, 22 de agosto de 2019

Ramiro Ballivián: ‘En Wilster trabajamos al límite, no nos guardamos nada’



Ramiro Ballivián tiene un magnífico presente en Wilstermann. El ex The Strongest fue “reacomodado” en la cancha por el técnico Cristian Díaz y las cosas le están saliendo bien, como que ya lleva cuatro goles en el torneo. Antes jugaba como lateral por derecha, pero ahora lo hace como volante por el mismo sector, con más posibilidades de llegar al área contraria en una posición que no desconocía.

— ¿Se puede decir que estás pasando por tu mejor momento futbolístico?


— No sé, lo que sí siento es que estoy feliz, me siento más suelto, pero no creo que este sea mi techo, siempre quiero aspirar a rendir más, a otorgar lo mejor, y creo que mi capacidad puede aún rendir mucho más.

— Sin embargo, ¿coincides en que eres otro en Wilstermann?


— La verdad es que yo antes, en las selecciones juveniles de Bolivia categorías Sub-15, Sub-17 y Sub-20, ya jugaba de volante por derecha y más adelantado; pero en Universitario, hasta cuando salimos campeones, jugué de lateral y también me fue bien, así que en ese puesto estuve muchos años. Ahora Cristian (Díaz, entrenador de Wilstermann) me volvió a esa posición en el medio y, bueno, creo que soy doble alternativa, lo que es bueno para el equipo y para mí. Juego de volante y de lateral, donde me necesiten estaré presente.

— Proyección, toque y goles, como ese de ‘tres dedos’ a Aurora en el clásico...


— Sí, y todo se lo debo a la bendición de Dios. Lo más importante es que las cosas le están saliendo bien al equipo, eso es lo primero, es el engranaje de todo. Ahora, si uno puede marcar diferencia en una acción, en el gol u otro gesto técnico para bien del equipo, pues bienvenido, eso me pone contento.

— Los hinchas atigrados se preguntan ¿y qué paso en el Tigre?


— En The Strongest pasé momentos lindos, especiales, inolvidables. Ganamos títulos y eso quedará siempre, y estoy agradecido; pero también hubo momentos duros, especiales para mi familia y para mí, aunque tengo la tranquilidad de haberlo dado todo. Como cuando jugué en Universitario, igual con cosas positivas y de las otras.

— ¿Será un partido especial?

— Creo que, viendo el torneo en general, es un partido más porque aún resta mucho por jugar. Será importante buscar y lograr estas tres unidades, pero igual faltará. Especial sería si en este partido se definiera el título o fuera la penúltima fecha. Es un partido importante, lindo, hermoso, pero pase lo que pase igual faltará bastante por recorrer.

— ¿Cómo ves a The Strongest?

— Un equipo muy fuerte, está jugando bien, consiguió resultados importantes. Jugar frente a ellos siempre es difícil, tiene jugadores de selección boliviana, mucha juventud, además es un grupo consolidado porque juega junto y tienen continuidad.

— ¿Cómo encarará Wilster este encuentro?

— Iremos con la misma ambición de buscar el partido, iremos a pelear un buen resultado. Tenemos fe en lograrlo, sin faltarles el respeto, porque ellos igual buscarán lo suyo.

— ¿Cuál es la clave para un Wilstermann puntero?

— El grupo, es vital el plantel que tenemos, todos con convencimiento, perseverancia, en Wilster trabajamos al límite, no nos guardamos nada, eso siempre nos pide Cristian, nos reitera que esa es la clave del éxito y además repite que no hemos logrado nada, por eso en cada entrenamiento trabajamos duro, fuerte y todos los partidos los vemos como una final, porque solo así nos acercamos de a poco al objetivo.

— ¿Se puede asegurar un buen espectáculo para el domingo?

— Sí, por lo que significan ambos planteles. Wilstermann viene con una buena campaña en el torneo y buen fútbol, con un plantel que se conoce bastante y eso siempre pesa. The Strongest mantiene su nivel de juego, lo tenía con Pablo (Escobar) y ahora con el profe Mauricio (Soria) lo mismo. No tengo dudas de que será complicado y ojalá que la gente se dé cita al estadio y haya un bonito ambiente.

— ¿Wilstermann viene mejor y con ventaja por el buen inicio que ha tenido?

— Ojalá, somos un grupo con muchas ganas de ganar el título, eso sí con mucha humildad, pero además Wilstermann también es un grande del fútbol boliviano y su hinchada pide logros importantes.

— ¿Cómo estás en Wilstermann, con qué grupo te encontraste?

— Me siento contento, feliz, porque desde el primer día que llegué me recibieron bien, me hicieron sentir parte del grupo. A muchos los conocía y jugué con ellos incluso desde las selecciones menores. Hay un grupo ganador, luchador. Nosotros seguimos trabajando día a día, partido a partido, para que a fin de año obtengamos el premio deseado y tengamos los puntos suficientes para ser campeones y volver a una Copa Libertadores de América.

— ¿Y cómo te llevas con la afición aviadora que es muy exigente?

— También me recibió bien, es una hinchada que está muy al tanto del club. En los partidos que jugamos de locales hay gran público que le da un buen marco y eso nos alienta a seguir con mayor compromiso.

Chupete Mariaca fue invitado a un torneo de Estados Unidos

Luego de haber visto su historia en las redes sociales, la Academia Soccer For Fun, de Estados Unidos, incluyó al niño boliviano Deimar Mariaca a sus filas para disputar un torneo en 2020.

“Se notó la garra que tiene Deimar, pese a que se formó solo. Lo bonito de todo es que creo una buena amistad con los chicos y Dios mediante nos seguirá acompañando en nuestros proyectos. Tiene bastante potencial y tiene que ser explotado”, aseguró Ariel Tapia Tellería, uno de los responsables del club de Virginia, que está conformado por residentes latinoamericanos.

El fin de semana, Mariaca fue parte de un torneo Sub-14 y Su-11, en la cancha Villa El Sol, en Valle de Ananta. Integró el equipo Stellar FC, que está ligado a la Academia Soccer For Fun.

“Hicimos el torneo para reclutar niños con talento para que puedan reforzar, en EEUU, en los campeonatos que se avecinan”, agregó Tapia.

La viralización de un documental elaborado por la televisora japonesa NHK puso Chupete en la mira de varios clubes y la Federación Boliviana de Fútbol lo nombró su imagen para el torneo Sub-15 de noviembre. Adrián Cueto y Patrick Cuba, en Sub 11, y Mateo Rodríguez, del Sub 14, también irán a EEUU.

Suena en España Roberto para reforzar Cultural

El lateral izquierdo de Blooming y la selección boliviana, Roberto Fernández, es la opción elegida por el club Cultural y Deportiva Leonesa, de la segunda división B del fútbol español, según un reporte de la emisora León de España. Ante la posible vinculación, el jugador indicó a un medio local que no tiene nada oficial pero que le agrada la idea de emigrar al plantel que es dirigido por José Manuel Aira.

Lo anunciaron. "Fernández reforzaría una posición en la que sólo cuentan con Julen Castañeda. Este joven futbolista boliviano, de sólo 20 años, ocuparía plaza de sub-23, dejando así la plaza senior para reforzar otra demarcación. Fernández, procedente del Blooming, uno de los clubes referentes del país andino, estaría cerca de la Cultural", señalaron en Radio León.

Incluso, en aquel medio de comunicación, indican que las negociaciones está avanzadas y es cuestión de horas para cerrar su vinculación.

Con la ilusión. "La verdad no sé nada oficial todavía, pero ojalá se dé", indicó el lateral a un medio impreso.
"Fernández es uno de los jugadores con más proyección de Bolivia y destaca como un lateral izquierdo de gran recorrido, conocido como 'El niño prodigio' en el país. Disputó el Sudamericano sub-20 en enero, siendo el futbolista más destacado del combinado andino, lo que le valió para debutar con la selección absoluta en marzo", destacan en España.

En la acutalidad, los resultados no acompañan a Blooming y su rendimiento se ve contagiado por el bajón futbolístico.

1 Gol
lleva convertido Fernández en el Clausura: le anotó a Sport Boys (4-1).

Erwin Sánchez apuesta por el canterano Ervin Montero

Debido a la salida del paraguayo Óscar Velásquez, el entrenador Erwin Sánchez fijó su mirada en el canterano Ervin Ernesto Montero de 18 años de edad, jugador central que disputó el sudamericano sub-17 y desde este jueves inicia sus labores en el primer plantel.

Martins donará $us 20 mil para bomberos y veterinarios

El delantero de la selección boliviana de fútbol, Marcelo Martins, donará la suma de 20 mil dólares para ayudar a combatir el incendio que se propagó en la Chiquitania boliviana desde hace varios días.

Según dio a conocer el conductor Marco Antelo, que mostró la conversación que habría sostenido con Martins, el delantero, además, anunció que viajará a Santa Cruz para ayudar "en lo que se necesite".

Antelo, en ese sentido, señaló que los 20 mil dólares que donará Marcelo Martins serán administrados por la familia del jugador y será entregado "a las personas que realmente lo necesiten" como bomberos, veterinarios, personas damnificadas, etc.

"Quiero agradecerle públicamente a Marcelo, primero y antes que nada por sentir a su país en el corazón. Es increíble como a pesar de todas las cosas Marcelo siempre eligió el lugar que le vio nacer (...) Ahora también ha elegido ayudar a su gente, con tremenda donación y por sobre todas las cosas sin ningún interés más que el de colaborar", destacó Antelo a través de su cuenta de Facebook.

domingo, 18 de agosto de 2019

Video Tremendo golazo del sobrino de Milton Melgar en Boca Juniors

Magia pura. El joven delantero boliviano Sebastián Melgar Parada, que juega en la categoría sub-18 de Boca Juniors de Argentina, marcó este sábado un golazo en el empate ante San Lorenzo (1-1), por el torneo de la AFA. El sobrino del ex jugador de la selección boliviana, Milton Melgar, anotó con un potente disparo de tiro libre.

Era el minuto 55 del partido y Melgar tuvo la confianza para agarrar el balón en un tire libre a aproximadamente 25 metros del arco rival. Se paró al frente del balón y sacó un potente derechazo para clavar el balón en el ángulo derecho del arco rival. Un auténtico golazo.

Fue algo especial. Me alegro por poder debutar de esa manera, aunque también me quedé sentido por el empate”, dijo Melgar a DIEZ. El artillero cruceño cumplió -hace pocas semanas- 18 años y está habilitado para poder jugar en torneos oficiales de la Asociación del Fútbol Argentino.


“Estos años esperé ser mayor de edad para estar habilitado. Ahora que lo estoy, puedo jugar en el equipo de reserva e incluso con el primer plantel si todo sale bien. Todo dependerá de mí”, indicó Melgar, que ya se entrenó con la mayor al lado de Carlos Tevez y Wanchope Ábila.

Se forma Boca hace tres años y en este tiempo ha logrado destacarse en la cantera de uno de los clubes más grandes de Sudamérica. Vistió la camiseta de la selección boliviana en el Sudamericano sub-17 que se llevó a cabo este año en Perú, donde le marcó a Colombia un golazo de taquito que se volvió viral en las redes sociales.

Farell relató el duro momento que pasa tras su segunda lesión grave

No está haciendo lo que más le gusta: jugar al fútbol. Desde ahí ya se nota su tristeza cuando se le consulta a Kevin Farell, el tiempo de recuperación que demandará esta segunda lesión grave que sufre en un año y cinco meses. Sintió que el mundo se le venía encima en marzo de 2018 cuando fue a trabar un balón y sufrió la fractura de tibia y peroné de la pierna derecha. Su recuperación fue larga y recién jugó un partido oficial el 8 de octubre de ese año. Anhelaba jugar, y el tiempo pasó rápido.

De ahí en más fue agarrando confianza y ritmo, y cuando ya creía que estaba listo para buscar un lugar en el onceno y volver a soñar con convertirse en figura, nuevamente sufrió un golpe duro. El 2 de julio de este año sufrió la rotura de ligamentos de la rodilla izquierda. “Fue en un entrenamiento y me lesioné solo, sin que nadie me marcara”, recordó ese instante el volante creativo, de 23 años, que en su mejor momento fue convocado para la selección boliviana por el entrenador argentino Ángel Guillermo Hoyos.

Nuevamente a cirugía, pero esta vez con una espera de por medio, pues recién lo operaron el 12 de agosto. Otra vez entre seis a siete meses de recuperación. Así, el volante del que se esperaba sea el reemplazante de Joselito Vaca, otra vez deberá remar contra la corriente para recuperarse de una lesión temida por los futbolistas, incluso más que una fractura.

En este momento difícil, Farell contó todo lo que está viviendo y hasta afirmó que si no fuera por su familia ya se haya retirado. Dijo tajantemente que volverá y que será más fuerte que antes. Afirmó que ningún compañero lo ha visitado en su casa, pero sí que ha recibido la llamada de algunos de ellos. Eso sí, justificó la ausencia afirmando que paran concentrados y que no tienen tiempo para visitarlo.

Agregó que su sueño sigue siendo volver y cumplir con las afirmaciones que lo daban como el nuevo Joselito, para ello es que seguirá al pie de la letra los pasos de su recuperción, que sabe será dura. Primero debe dejar el par de muletas que lo acompañan. Luego deberá dejar las vendas. Una tiene en la rodilla izquierda, por la operación de ligamentos que tuvo. En la derecha hay dos vendas una en la rodilla por donde le sacaron las dos placas, que le pusieron cuando se fracturó la tibia y peroné, y la otra está en la parte inferior de la pierna, desde donde le sustrajeron dos pernos.

Antes de entrar de lleno a la entrevista recalca, nuevamente, una frase que parece trillada, pero que hace notar su convencimiento de retornar a las canchas: “volveré a jugar para cumplir mis sueños de siempre”. Si hasta le pidió consejos a su amigo, el marcador central Luis Haquin, del Puebla de México, que también se recupera de una lesión similar.

¿Cómo viviste la primera semana después de tu cirugía?



Son duros momentos porque duele y molesta al caminar. Por ello tomo bastantes calmantes para poder sobrellevar estos primeros días que siempre son los que más cuestan en estos casos. Increíble, pero cuesta hasta dormir pues en la cama tengo que estar en una postura recta de espalda. Puedo asentar los dos pies y camino con muletas, pero al levantar las piernas me molesta. Por suerte esto pasará pronto.

¿En estos momentos difíciles quiénes son los que más se han acercado a vos?


Mis representantes Juan Manuel Peña y José Carlo Fernández, que también trabajan con Luis Haquin, del Puebla. Mis compañeros algunos me han escrito y la familia, que está cerca y que es la que sufre con uno en estos momentos.

¿Tu familia qué te dice?


Qué ya vendrán cosas buenas y que a esto hay que buscarle el lado positivo. Dios sabe porque pasan estas cosas y ya vendrán momentos mejores para todos.


¿Se te vino a la cabeza retirarte y dedicarte a otra cosa?


Con graves lesiones se viene a la mente dejarlo todo. Mi familia evitó que pase eso.

¿Ya pediste consejos a alguien que haya sufrido la misma lesión?

A Luis Haquin, que también está lesionado y que integra el plantel del Puebla, de México. Me dijo que para sobrellevar esto hay que alejarse un poco de las redes sociales y leer, que ayuda bastante en estos casos para que se pasen los días más rápidos. A Haquin lo conozco desde cuando el técnico Ángel Guillermo Hoyos nos convocó a la selección, en 2016.

¿Nunca pensaste tener tan mala suerte?

No me imaginaba que sufriera lo que solo veía que sucedía por televisión en otros jugadores. Esta vez me tocó a mí y hay que afrontarlo de la mejor manera, porque cosas mejores van a venir más adelante.

Cuando sufriste la fractura de tibia y peroné, fue inmediatamente la operación.

Fue al otro día y prácticamente no sufrí nada con el tema del dolor.

¿Y esta vez te presionó tu familia, porque tuviste que esperar 45 días para la intervención?

La familia ve lo mejor para uno y que los problemas se solucionen lo antes posible. Pero se dio de esta manera y sin decir mucho hay que salir adelante y agradecer a Dios por la salud que nos da.

¿Y el DT Platiní Sánchez qué te dijo?

Me recalcó que tenía que ser fuerte sobre todo en lo mental, pues lo físico se recupera con entrenamientos diarios.

¿Esto te llega cuando ya estabas agarrando ritmo tras tu fractura de tibia y peroné?

Venía con ritmo y me sentía bien. Era mi segunda pretemporada completa. Esto era clave porque mientras que uno evoluciona más en lo físico se rinde más en los encuentros. En realidad esperaba que en este torneo Clausura, dé mucho más por el bien del equipo y de los hinchas.

¿Te tranquilizó también la dirigencia?

Si. Me dijo que me iba apoyar en todo en esto que me ha pasado, que no me sienta solo y que están a disposición en todo momento. Mi contrato es hasta 2022. Por ahí estoy tranquilo.

¿Cuál es el mejor recuerdo en Blooming?

El debutar de titular en un Copa Sudamericana, frente a Plaza Colonia de Uruguay, en 2016. Fue un momento inolvidable.

¿Tu peor momento?

En 2018 me sentía tranquilo y cómodo, sabiendo que en cualquier momento iba a explotar mi potencia. Ese año, en marzo, me fracturé la tibia y peroné. Eso me frustró un poco, pero logré superarlo. Ahora vuelvo a recaer, pero voy a retornar con todo.

¿Sueños que aún buscás cumplir?

Volver a entrenar y practicar al fútbol que es mi vida y me apasiona.

¿Tuviste mala suerte?

Espero que Dios nos ilumine para saber por qué me están pasando estas cosas. En realidad no pienso nada malo, solo que de todo esto estoy aprendiendo. Tengo que recuperarme lo más pronto posible para volver a las canchas.

¿Qué pensaste tras la fractura de tibia y peroné?

Pensé que tal vez no vuelva a jugar. Ese era mi miedo. El que me tranquilizó fue el doctor, que me dijo que no iba a pasar nada. Que esté tranquilo que el hueso iba a calcificar.

¿Después de esta última lesión qué pensaste?

Que me rompí el ligamento, pues sonó fuerte, como si se quebrara algo. La fractura de tibia y peroné ni la escuché, pero esta vez sí.

¿Qué es lo más difícil de lo que se viene?

El primer mes es el que más lo sufrís. Te tienen que ayudar bastante porque no soltás la muleta. Además, que ir a la fisioterapia es un poco incómodo, pues aún tenés dolor. Hay que sobreponerse a ello y seguir adelante.

¿Cuándo volvés al estadio?

He pensado en ir pero cuando ya pueda asentar la pierna y también ir al club a la fisioterapia para estar con los compañeros. Aunque no esté entrenando y jugando me siento uno más del grupo.

¿Quién te sorprendió con su llamada en estos momentos duros?

La verdad que nadie.

¿Y tus compañeros ya te visitaron?

La verdad que no. Han estado concentrados por los partidos seguidos y eso se los impide.

¿Qué te faltó para terminar de explotar en Blooming?

En mi segundo semestre en Blooming fui de titular casi todo el campeonato. En mi mejor momento me faltó ser más fuerte de cabeza, y saber que así como se sube también se baja. Me cayó muy de golpe todo. Tuve algunos malos partidos en los que fui suplente, pero igual trataba de dar lo mejor de mí.

¿Qué le decís al hincha celeste?

Le agradezco. Ellos al saber de mi lesión escribieron mucho y sentí el cariño del hincha. Solo espero recuperarme y dar alegrías a ellos en agradecimiento.

¿Qué significa la selección para vos?

Lo más importante. Las veces que fui convocado tuve una alegría inmensa. Ser llamado a la Verde es lo mejor que te puede pasar. El profesor Hoyos me convocó y me dio una alegría tremenda.

¿Y Blooming?

Es impresionante el cariño de los seguidores de Blooming. El ánimo al levantarse para ir a entrenar es diferente. Todo lo vivís con inmensa alegría.

¿Qué harás además de recuperarte?

Mirar fútbol, tratar de ver muchos partidos porque lo que más quiero es volver. También estoy leyendo libros.

¿A quién admirás en el fútbol nacional?

Desde chico admiré al volante Joselito Vaca, que es el capitán del Blooming.

¿Y de fuera del país a quién seguís?

A Andrés Iniesta. Admiro a ellos porque me gusta el fútbol bonito de técnica y toque.

viernes, 2 de agosto de 2019

Henry Vaca: ‘Ha sido la mejor decisión que he tomado’



Henry Vaca vive una experiencia diferente y de comienzo exitosa. Dejó The Strongest, saltó al Universitario de Deportes peruano, debutó con un pase-gol y recogió elogios por su juego, incluso lo llaman “Messi boliviano”. Su talento ha comenzado a traspasar las fronteras y puede ser la llave para un gran momento en su carrera como futbolista.

— ¿Cómo vives tus primeros días en Perú?


— La verdad es que me siento bien, contento por lo que estoy pasando. Estoy trabajando con mucho entusiasmo, muy a gusto, me recibieron de la mejor manera y ahora toca hacer lo mío, paso a paso, partido a partido, e ir sumando para el equipo.

— No puedes quejarte del debut que tuviste, ¿no?


— Encaré la situación con mucha responsabilidad, creo que además me fue bien porque pude ayudar al equipo a sacar las primeras unidades. No hubo nervios, ya tengo un par de años como profesional y creo que eso me ha servido bastante.

— ¿Qué sientes cuando te dicen el ‘Messi boliviano’?


— No, no, para nada. No sé quién inventó eso, yo les dije en mis declaraciones que estoy lejísimos de eso, para nada. Les comenté que en Bolivia hay otros muy buenos jugadores, que yo vine a aportar al club con mi talento, pero no soy Messi ni nada que ver. Ojalá marque diferencia, tengo mis cualidades y ojalá que sirvan.

— Saltar del fútbol boliviano al peruano, ¿significa mucho cambio?


— La verdad que cuando uno viene a otro país se nota el cambio en muchas cosas, pero si te refieres a lo futbolístico, hay mucha diferencia y me estoy adaptando sin problemas. Yo como extranjero tengo la obligación de aportar mucho más, eso lo tengo claro.

— ¿Cómo te llevas con el grupo?

— Bien con todos. Los compañeros, el entrenador me recibieron bien, entrenamos bien, pero luego de ahí todos para sus casas porque la mayoría tiene familia.

— ¿Con quién vives?

— Solo, solo. No soy casado, entonces estoy mucho más metido en el club.

— ¿Pero hablas con tu familia en Bolivia?

— Sí, habló con mis padres, mis hermanos. Agradecido también con ellos, porque siempre me apoyan en las buenas y en las malas, los amo mucho; ahora me toca estar afuera y tratar de demostrar que un boliviano puede cruzar fronteras y jugar a buen nivel.

— ¿Te costó decidir irte de The Strongest?

— La verdad es que ha sido la mejor decisión que he tomado, no solo porque dije que quería más minutos, sino porque se dio la oportunidad. Ustedes saben más que nadie cuánto nos cuesta salir a los bolivianos y bueno se dio la oportunidad y no lo pensé dos veces.

— ¿Hablaste con Pablo Escobar de esto?

— Hablé con él antes de venir, él jugó mucho afuera y se está cumpliendo lo que me dijo: es otra la exigencia, desde la práctica y el ambiente mismo es diferente, son otros jugadores que no conozco, son otros clubes y otra afición. Yo vine a aportar, pero a la vez vine a crecer como futbolista y persona.

— ¿Cómo es Universitario de Deportes?

— La verdad, es un club espectacular, increíble por toda la infraestructura que tiene y las condiciones que da, además tiene una hinchada impresionante. Perú tiene un fútbol mundialista, eso se nota por el ritmo de juego, el trabajo y me estoy metiendo con todo.

— ¿Sirvió jugar en The Strongest y en la selección para llegar a esto?

— Es que gracias al Tigre yo puedo ahora jugar afuera y también el que me hubiesen llamado de la selección. Las cosas que hice con el profe (César) Farías, el mismo Pablo, por todo eso estoy agradecido con todos ellos. Con ellos aprendí bastante, pero tampoco quiero olvidarme de mis profes que tuve de chico, a todos los tomo en cuenta porque aportaron para mi carrera.

— ¿Jugar afuera supondrá ser más profesional?

— Seguro, igual que en todas partes, eso lo tengo claro y estoy madurando. La U tiene una hinchada espectacular, como la del Tigre en La Paz, por eso mismo tengo que ser más profesional.

— ¿La selección seguirá siendo un tema pendiente?

— Sí, vamos a trabajar mucho para volver y ojalá que podamos hacer bien las cosas para estar en las eliminatorias, que es lo que también quiero.

— ¿Te golpeó no jugar la Copa América?

— Un poco, pero son cosas que uno tiene que respetar, pues los entrenadores ven las cosas. Yo voy a tratar de ganarme un lugar y pelearé a muerte para que me llamen otra vez.

— ¿Cómo es un día de Henry Vaca en Lima?

— Me levanto a las 06.30, lo hago muy temprano porque aquí el tráfico es muy fregado, y vivo a una distancia considerable. Me viene a recoger un chofer del club, llego al complejo, entrenamos desde las 09.30, trabajamos toda la mañana, almuerzo ahí mismo, y luego me traen para la casa y a descansar. Es solo fútbol, a eso vine y nada. El entrenamiento es muy exigente y en la tarde tengo que descansar mucho.

— ¿Qué comes y dónde?

— Como en el mismo club, ahí tenemos una dieta especial y por donde vivo con otros extranjeros también hay un lugar recomendado por el club. Como sano, aquí hay mucho pescado y es otra cosa a la que también me estoy adaptando.

— ¿Cómo es Lima?

— Aún no vi mucho, solo la ruta que hago es desde donde vivo hasta el club. Es una ciudad muy grande, con alto tráfico y mucho movimiento de gente, tiene mucho movimiento y ruido.

— ¿Se vive ambiente de los Juegos Panamericanos?

— Eso estoy viendo, en la calle un poco, pero más en la televisión se está con eso, por ello precisamente hay un parate creo que de dos semanas en nuestro torneo, no vamos a jugar desde este fin de semana porque las canchas van a ser utilizadas, como también otros coliseos.

— ¿Irás a ver algo de los Panamericanos?

— Un poco, están muchos grandes deportistas, ojalá pueda darme una vuelta. ¿Está Bolivia, verdad?, ojalá que esté el nadador que tenemos de Santa Cruz.

Henry a su arribo al aeropuerto Jorge Chávez de Lima. Foto: Depor

Perfil

Nombre: Henry Vaca Urquiza.

Nacimiento: En Santa Cruz, el 27 de enero de 1998.

Trayectoria: Se formó en la Academia Tahuichi, pasó por Calleja de Santa Cruz y O’Higgins de Chile, pero debutó como profesional en The Strongest; además, llegó a la selección boliviana. Ahora juega en Universitario de Deportes, de Lima, Perú.

jueves, 1 de agosto de 2019

Grecia, la apuesta fuerte de Bejarano



En diciembre de 2018, Danny Bejarano comenzó su segundo ciclo en el fútbol de Grecia atendiendo el llamado del Lamia FC, un club chico de la ciudad del mismo nombre.

La realidad del plantel no era de las mejores, pues cumplida la mitad de la temporada estaba en la parte baja de las posiciones y era serio candidato al descenso de categoría.

Pero el panorama cambió en el anterior semestre y terminó el campeonato en séptima posición, entre 16 participantes. El volante de marca nacional fue uno de los protagonistas de ese ascenso.

“Recuperamos terreno, fui titular en la mayoría de los partidos, entonces la directiva del club me propuso renovar contrato y firmé por dos años más, siendo que vine por seis meses”, dice Bejarano desde Lamia.

En Europa, en agosto comenzará la competencia 2019-20. Lamia terminó la pretemporada y regresó a su ciudad de origen para jugar partidos amistosos a fin de ganar ritmo y llegar bien al debut previsto para el 24 del próximo mes.

“Es su tercera temporada en primera división, no es un club grande, llegué con otros refuerzos cuando estaba en zona de descenso y con el resto del plantel logramos levantarlo. Fue una apuesta fuerte, terminamos en séptimo lugar y en Copa de Grecia llegamos hasta semifinales donde quedamos eliminados por el AEK, uno de los grandes de aquí”.

Emigrar es complicado para los futbolistas bolivianos, debido a que el mercado es cada vez más chico. Bejarano lo atribuye a los dirigentes como el principal impedimento.

“Muchas veces traban y cierran las puertas, piden más dinero de lo real. En mi caso gracias a Dios tuve la ayuda del técnico que me dirigió en Panetolikos y me convocó para Lamia, además tenía un contrato con Oriente de seis meses, quedé libre y no hubo problema”.

No fue tomado en cuenta por Eduardo Villegas para la Copa América de Brasil, pero no pierde la esperanza de regresar a la Verde en las eliminatorias para Qatar 2022.

“Pude ver algunos partidos y estuvo interesante, hubo selecciones que se nivelaron a otras consideradas superiores. Siempre tengo el deseo de volver a una convocatoria que es el premio al trabajo en tu club, entonces seguiré trabajando de la mejor manera y ya dependerá del cuerpo técnico”.

La experiencia vivida le permite asegurar que el fútbol griego es intenso, veloz y con mucho despliegue físico. “Mi función es un poco ingrata porque debo destruir el juego del rival en el medio, como que no está bien visto, pero los resultados ayudaron a dar valor a mi juego”.

Ahora su desafío es que en este semestre las cosas salgan mejor “El futbolista siempre se traza objetivos, en mi caso el próximo es clasificar al equipo a jugar un torneo continental para seguir jugando en Europa, y retrasar la vuelta a Bolivia”.

Admite que es complicado porque los partidos son de ida y vuelta y muchas veces cotejos que a priori parecen accesibles se transforman, pero todos están en la lucha.

“Con Larissa protagonizamos partidos que para mí son de tú a tú porque esa ciudad está a una hora de distancia, nadie regala nada al otro. Con los grandes es también trascendente porque hay que meter toda la capacidad en busca de las unidades”.

A Grecia no llegó aún el sistema de videoarbitraje (VAR). Si fuera por él, mejor si no se aplica nunca “porque se pierde la emoción del juego”.

Más allá del fútbol, Danny Bejarano ha establecido una ligazón fuerte con ese país con el compromiso matrimonial con una griega de nombre Xrysa y esperan la llegada de Angelous, su primogénito.

La conoció cuando era jugador de Panetolikos y en su regreso al país reafirmó su compromiso porque su vida allí se simplificó. “Aquí se habla también el inglés, pero en el idioma griego estoy aprendiendo y cuento con su valiosa ayuda. Al principio era complicado, pero ahora las cosas van mejor”.

En el tiempo de descanso aprovecha también para visitar ese país: “Las ciudades, las playas están cerca, hay mucha cultura y también aprovecho de aprender muchas cosas”.

La foto de la firma de contrato de Bejarano con el Lamia FC. Crédito: Lamia FC



Volante cruceño


Danny Brahyan Bejarano Yáñez, nació el 3 de enero de 1994 en Santa Cruz. En el país jugó en Oriente, Bolívar y Sport Boys.

Prepara la boda


Xrysa es el nombre de su novia, a quien conoció en Grecia cuando vistió la camiseta del Panetolikos. El próximo mes contraerán nupcias y ya esperan la llegada de su primogénito al que llamarán Angelous.

Debut en la verde

Su primer partido en la selección nacional fue bajo el mando de Xabier Azkargorta el 6 de septiembre de 2013 en Asunción. Fue triunfo 4-0 del conjunto local. Ahora espera un nuevo llamado.

Eduardo Demiquel: ‘De chiquito no pintaba para jugador’



El 15 de mayo, Eduardo Demiquel debutó en The Strongest a los 19 años, lo hizo en un partido frente a Blooming por la fecha 24 del torneo Apertura y cumplió el sueño que tenía desde niño: “ser futbolista profesional”.

Zaguero central, zurdo y de buena estatura (1,88 metros) son algunas de las virtudes que le permiten ser tomado en cuenta por el técnico atigrado Pablo Escobar.

Jugó los últimos tres partidos del Apertura y por sus buenas actuaciones, el DT le ha ratificado la confianza en el inicio del Clausura ocupando la plaza de Sub-20.

— ¿Desde cuándo te gusta el fútbol?


— Desde que era bien chiquito. Vine a vivir a Santa Cruz a los 3 años y cuando tenía 4 o 5 mis papás me inscribieron en la Academia Tahuichi, pero como que no pintaba para jugador.

— ¿Por qué dices que no pintabas?


— Mis papás me cuentan, por ejemplo, que pasaba un avión y yo me paraba a verlo, me distraía mucho, me olvidaba del entrenamiento, así que a partir de eso me dijeron que no me iban a obligar; poco tiempo después le puse más atención, me llevaron otra vez a la escuela, primero a Semillero, después a “Torito” García y acá estoy.

— ¿Decías que viniste a Bolivia cuando eras un niño?


— Yo nací en San Miguel de Tucumán, mi mamá es argentina; pero tengo la doble nacionalidad porque mi papá es de Santa Cruz de la Sierra.

— ¿Después de la escuela de fútbol dónde jugaste?


— Estuve mucho tiempo en la escuela “Torito” García, luego pasé a 25 de Junio de la Primera B de la ACF. Estuve un año, ya había jugado en las selecciones Sub-15 y Sub-17, y de ahí me preguntaron que si no me animaba a irme a la Universidad de Chile. Fui a prueba dos semanas y me dijeron que les interesaba que me quede. Permanecí un año en el equipo juvenil, aunque varias veces me invitaron a entrenar con el primer plantel, una experiencia inolvidable. Después me convocaron al Sudamericano Sub-20 que se jugó justo en Chile en enero, no pude jugar por una lesión en la rodilla, y después decidí volver.

— ¿Por qué volviste?


— Les dije a mis papás que tomé la decisión de volver a Bolivia, jugar primero aquí, porque es complicado hacerlo en el exterior, afortunadamente llegué a uno de los clubes más grandes del país.

— ¿Tu llegada al Tigre se hizo muy rápido?

— Volvimos del sudamericano, me acuerdo que un día estaba por la calle con unos amigos y me llamó mi representante, el Gato Fernández, y me dijo que había la posibilidad de jugar en The Strongest, pero había que viajar al día siguiente. Me puse feliz y no la pensé dos veces.

— ¿Siempre fuiste marcador central?

— En la Sub-11 jugaba de delantero, me gustaba hacer goles, pero el entrenador que era Marciano Saldías me decía ‘quiero que seas lateral’, y empecé a jugar de lateral izquierdo, después me probaron como central, luego jugué de volante de contención, pero un día me dijeron que el puesto para mí era de marcador central y ahí me quedé cuando tenía unos 15 años.

— ¿Zaguero central y zurdo, hay pocos en el país?

— Eso es lo que me dicen permanentemente, que tengo que aprovechar que soy zurdo, además tengo buena estatura, hay pocos centrales de mi perfil; pero para lograr las cosas es con trabajo, con esfuerzo, sacrificio, dejando de lado todo para conseguir lo que uno quiere.

— ¿Te parecía que era difícil jugar en el Tigre siendo juvenil, porque Ramiro Vaca se había ganado el puesto de Sub-20?

— Todo fue muy sorpresivo. Estábamos entrenando normal para jugar con Blooming (15 de mayo) y el técnico (Pablo Escobar) dice que vamos a hacer línea de tres y me pone ‘¿Será que voy a jugar?’ decía dentro de mí; pero después de que terminó el entrenamiento, Pablo me dijo ‘vas a tener cuidado, porque por ese costado juega Leo Vaca que es muy rápido, hay que marcarlo de cerca, no tienes que darle opciones’.

— ¿Fue un buen debut?

— Pude hacer las cosas bien, pero de inicio como todo juvenil tenía un poco de nervios, aunque me quedé feliz porque desde que era un niño mi sueño era debutar en el fútbol profesional. Fue una alegría única.

— Definitivamente, ese fue un impulso para que te conviertas en titular...

— Después de Blooming teníamos el clásico con Bolívar, jugué todo el partido y luego fue con Always, pero solo el primer tiempo.

— ¿Cómo viviste el clásico, que es un partido diferente?

— Fue una experiencia inolvidable mi primer clásico. Me acuerdo que estaba nervioso, calentamos adentro y cuando ya íbamos a entrar a la cancha, en el túnel, empecé a escuchar los gritos, el estadio estaba repleto, no entraba nadie más y pensé que tenía que hacer lo que venía trabajando y pude hacerlo bien.

— Para este torneo, ¿qué objetivos se han planteado a nivel de grupo?

— El principal es ser campeones, eso se ha hablado a nivel del grupo, de la familia que somos.

— ¿Los más experimentados del grupo te hablan?

— Constantemente me dan apoyo, me dicen que me sienta tranquilo porque estoy respaldado. Eso lo llena de alegría a uno y obviamente da tranquilidad.

— ¿Pablo te habla?

— El profesor siempre me dice que se alegra por cómo estoy rindiendo y que siga así, entregando todo, que no baje un solo segundo.

— Alejandro Da Silva (asistente técnico) dijo que si mantenías la humildad te ve como el futuro central de la selección...

— Como cualquier jugador, esas son las metas que me he trazado, para un futbolista lo más importante es jugar en su selección y lo demás que venga solo. Igual que Pablo, los otros profesores siempre me desean lo mejor.

— ¿Valió la pena el volver de la ‘U’ de Chile?

— Valió la pena, porque yo quería volver para jugar primero en mi país.

— ¿Qué te dicen tus padres ahora?

— Toda mi familia se siente orgullosa, están felices, porque era el sueño que yo tenía desde niño. También mis amigos están contentos. En el colegio todos me decían que iba a llegar lejos porque para mí todo era el fútbol, a veces no llevaba cuadernos en la mochila por llevar mi pelota.

— ¿Por jugar fútbol te alejaste un poco de tu familia y de tus amigos?

— A veces uno tiene que dejar muchas cosas de lado, la familia, los amigos, para conseguir el sueño que se ha trazado en su vida, pero todo el sacrificio y el esfuerzo que uno hace tiene su recompensa. Constantemente hablo con mi familia, me vienen a visitar, así que me siento tranquilo y feliz con lo que hago.

Eduardo (izq.) celebra el triunfo del Tigre en el clásico, con Reinoso y Henry Vaca. Foto: Álvaro Valero-archivo

Perfil

Nombre: Luis Eduardo Demiquel Banegas.

Nacimiento: San Martín de Tucumán, 15 de enero de 2000. Tiene doble nacionalidad porque su padre es boliviano.

Familia: Martín Eduardo (padre), María Alejandra (madre) y Melanie (hermana).

Joselito Vaca llega a 600 juegos y va a la caza de Nico Suárez

Joselito Vaca está cerca de convertirse en el jugador boliviano que más partidos oficiales disputó en el fútbol profesional boliviano. El mediocampista sumó el lunes por la noche 600 partidos, en el encuentro que Blooming perdió 3-1 ante Royal Pari. El futbolista va a la caza de Nicolás Suárez, que tiene 627 lances.

Vaca ingresó en el grupo selecto de cuatro jugadores que tienen 600 o más encuentros desde que se fundó la desaparecida Liga del Fútbol Profesional Boliviano (1977).

Sergio Gutiérrez, “estadístico apasionado”, alertó la pasada semana con el registro que estaba a punto de cumplir el jugador, que finalmente fue incluido el lunes por el técnico Erwin Sánchez en la conformación del cuadro bloominista.

El trabajo prolijo y dedicado de Gutiérrez permitió conocer que a Joselito, de 36 años de edad, le faltan ahora 28 encuentros más para superar a Nicolás Suárez (627) y ser de esa forma el jugador que más veces jugó en Bolivia. El segundo lugar en la tabla de los más asiduos es Darwin Peña, que hasta diciembre del año pasado jugó en Real Potosí y se quedó con 619 partidos jugados. Si Peña seguía en el equipo lila era candidato a superar a Suárez, pero el volante decidió seguir jugando en la Copa Simón Bolívar, al igual que Herman Soliz (609).

En resumen, si Joselito juega las 23 fechas que le restan a Blooming en el certamen Clausura llegará a 623 juegos y bastará que dispute cinco más en la temporada 2020 para establecer una marca histórica en nuestro fútbol.

Refinero y bloominista

El diminuto pero hábil jugador vistió en el fútbol boliviano las divisas de los dos grandes del fútbol cruceño. En Oriente Petrolero disputó 203 compromisos, pero en Blooming jugó más veces: 397, hasta el juego del pasado lunes.

Según los datos oficiales de Sergio Gutiérrez, el debut profesional del futbolista se produjo el 7 de febrero de 1999, día en el que los refineros empataron a dos goles por lado con The Strongest, en el estadio Ramón Aguilera Costas.

En 2001, Vaca se fue a jugar a la MLS por el FC Dallas, luego pasó por el New York Red Bulls y después de cuatro años retornó al país para ponerse la camiseta de Blooming, club con el que consiguió el campeonato de 2005. Su debut en el elenco bloominista se produjo el 5 de marzo de 2005 frente a La Paz FC. En esa fecha los cruceños perdieron por 3-1 en el estadio Hernando Siles.

Si Vaca se habría quedado en Bolivia en 2001 y por el promedio de juegos que tiene por temporada, en este momento habría sobrepasado los 700 encuentros, una marca que sería casi inalcanzable, y por muchos años, para cualquier jugador. Sin embargo, el reto ahora es jugar lo más que pueda en este torneo y a sus casi 37 años seguir activo el siguiente año para quebrar la marca del beniano Nicolás Suárez.

Al margen de Vaca, los otros jugadores que están en actividad y que tienen una buena cantidad de partidos son Daniel Vaca, de The Strongest (534), y Jorge Ortiz, de Wilster (531).



El aporte de Sergio Gutiérrez

Colaboración Sergio Gutiérrez es un boliviano que radica en Brasil y que cedió amablemente a Página Siete su recopilación de datos que tiene desde que se fundó la Liga en 1977.
Ingeniero Sergio es ingeniero de sistemas, pero se define como un “apasionado estadístico” por la cantidad de información que reunió desde hace 30 años. “Tengo datos básicos de una planilla como alineaciones, goleadores, cambios, minutos de gol, árbitros, tarjetas, etc.”, afirma.
Trío Gutiérrez, junto a Timothy Venables y el recordado Lorenzo Carri (+), formaron un trío de especialistas para intentar igualar datos estadísticos de la historia del fútbol boliviano desde 1977. En el momento Gutiérrez y Venables continúan con esa tarea y su minuciosa labor se ve reflejada en datos como el de Vaca. Otro destacado estadístico del país es Víctor Quispe.