sábado, 29 de septiembre de 2018

El ‘Cañonero’ Pérez disparaba misiles con su zurda



Roberto Pérez (San Ignacio de Velasco, 17 de abril de 1960), el famoso Cañonero de los años 80, volvió a La Paz después de más de 15 años, según cuenta, para participar de los festejos por las Bodas de Plata de la histórica clasificación de Bolivia al Mundial de Estados Unidos 1994.

Fue parte de la selección que jugó la eliminatoria del ‘93, aunque no disputó ningún partido y tampoco asistió a la Copa del Mundo. Jugó en Real Santa Cruz, Bolívar y San José, entre otros clubes.

Aterrizó en La Paz el martes 18 —día antes de conmemorar los 25 años— con el resto de los seleccionados de entonces y el cuerpo técnico para el “Partido de la gratitud”, que no jugó porque se encuentra delicado de salud, tiene problemas en la columna y otras afecciones, por eso hace un tiempo dejó de trabajar y desde mucho antes no puede jugar, lo que más extraña.

El problema físico lo ha limitado mucho, camina con dificultad, tampoco puede permanecer mucho tiempo parado y para superarlo está sometido a un tratamiento médico.

Era un lateral por izquierda y la gente lo recuerda por los “misiles” que salían de su pierna zurda. Los que lo vieron aseguran que le pegaba más fuerte que Miguel Aguilar o Porfirio Tamayá Jiménez, y mejor o igual que Erwin Sánchez o Limberg Bomba Gutiérrez.

El Cañonero recuerda con nostalgia esos tiempos. Se anima a decir que más de una vez escuchó que los rivales no querían ponerse en la barrera por temor a ser lastimados por sus remates.

“Que yo le pegaba fuerte, le pegaba muy fuerte. Sería que desde chico nací con esa virtud. Desde esas épocas ya comentaban que a algunos niños igual les daba miedo que yo pateara. Pero mis remates no matan. Alguna vez me preguntaron si había algo artificial y yo decía que todo es natural y siempre fue así”.

No era suficiente pegarle fuerte, porque en algunos clubes ya conocían de la potencia de su remates y le ponían hasta siete jugadores en la barrera, entonces los goles comenzaron a escasear, “por eso, lo que correspondía era lograr técnica y perfección. Me quedaba en las prácticas para que la pelota agarrara comba y así comencé a anotar”.

Pérez le pegaba de tiro libre, de penal y también en jugadas cuando se proyectaba por la izquierda y siempre sus remates llevaban peligro de gol por su potencia.

El apodo de Cañonero —recuerda— se lo pusieron después de integrar una selección nacional juvenil. Sus compañeros de entonces: Eduardo Terrazas, Édgar Castillo, Raúl Padilla, Miguel Ángel Noro lo bautizaron con ese apodo. “Después lo escucharon los periodistas y lo hicieron grande”.

Evoca que sus inicios fueron “muy duros”, porque casi adolescente dejó su natal San Ignacio de Velasco para probar suerte en Real Santa Cruz, donde debutó a nivel profesional, pero antes sufrió un par de años esperando su chance.

“No es que llegas del pueblo y te espera la Primera o tienes garantizada la titularidad. Tuve que pasar un par de años difíciles, pero aguanté. Debuté en Real, luego pasé a Guabirá, volví a Real, pero el 95 don Mario Mercado me trajo a Bolívar y ahí fue el pico más alto de mi carrera por lo que significaba el club y su repercusión”.

Siguió en San José, donde jugó cinco temporadas, para luego retirarse en Oriente Petrolero, club del que es hincha desde su niñez.

Cuando se le consulta qué gol recuerda más, dice que marcó muchos goles bonitos, algunos de trascendencia, pero le tiene un especial cariño a dos contra el camerunés Thomas N’Kono, al que era difícil marcarle porque “ese tipo era gigante, volaba de palo a palo, era un espectáculo y era agradable verlo”.

Pérez fue “afortunado” porque tuvo dos maestros del futbol boliviano: Erwin Romero y Carlos López, y otros “10” de categoría como Marco Etcheverry y Erwin Sánchez.

El ‘Cañonero’ Pérez disparaba misiles con su zurda


“Después de la selección boliviana todos querían jugar en Bolívar”, cuenta Roberto Pérez, y asegura que era porque “siempre fue el mejor club de Bolivia y una vitrina constante para cualquier jugador”.

Oriente Petrolero es el club de sus amores, pero es un agradecido con Bolívar por todo lo que le dio.

“Cuando estaba en la Academia el club tenía mucho eco dentro y fuera del país, porque era una entidad importantísima en todo sentido. Todos los años íbamos a Copa Libertadores y todos los años peleábamos por el título. Fui campeón en dos ocasiones en los torneos anuales”, recuerda con nostalgia.

Su paso por Bolívar lo llena de orgullo, pero menciona que haber jugado en todos los clubes cruceños que llegaron a la Liga en ese entonces, es un detalle que siempre lo destaca.

“Estuve en Real Santa Cruz, Guabirá, Blooming, Destroyers, pero de lo más lindo que me pasó es que acabé mi carrera en Oriente Petrolero, club del que soy hincha desde niño”.

El año de su retiro —1996— “jugué en Oriente, fuimos subcampeones, clasificamos a la Libertadores, pero ya no la disputé porque me retiré”.

martes, 25 de septiembre de 2018

Chumacero fue operado y será baja en Puebla por cuatro semanas



El jugador boliviano Alejandro Chumacero, que milita en el club mexicano Puebla, fue operado el sábado del menisco lateral de la rodilla izquierda y estará fuera de las canchas entre tres a cuatro semanas.

"La intervención quirúrgica se llevó a cabo el sábado 22 del mes en curso y resultó exitosa. Esta conllevará de tres a cuatro semanas de recuperación para nuestro jugador", señala el comunicado del club publicado ayer en su página web.

Según el portal Puebla Hoy, el sabádo Chumacero jugó infiltrado contra Águilas de América y al día siguiente se realizó la operación, tras una valoración médica.

La prensa mexicana lamentó la baja del jugador, que es considerado "pieza fundamental" de Puebla.

Chumacero se lesionó de la rodilla

El delantero boliviano Alejandro Chumacero, del Puebla del fútbol mexicano, fue sometido a una cirugía de rodilla y estará fuera de las canchas entre tres y cuatro semanas, informó hoy el equipo.

"Derivado de una resonancia magnética que se le realizó el pasado 13 de septiembre a Alejandro Chumacero, se tomó la decisión de que fuera sometido a una operación del menisco lateral de la rodilla izquierda; la intervención quirúrgica se llevó a cabo el sábado 22 del mes en curso y resultó exitosa", explicó la institución.

Originario de La Paz, Chumacero es una de las piezas claves del ataque del Puebla del entrenador Enrique Meza, con un par de goles en 10 partidos, todos como titular en el presente torneo Apertura 2018.

El jugador salió de cambio el pasado viernes a la mitad del partido que el Puebla perdió 2-3 ante el América y horas después los médicos tomaron la decisión de hacer el ajuste en su rodilla.

Con cuatro victorias, un empate, cinco derrotas y 13 puntos el Puebla ocupa el duodécimo lugar del Apertura pero está a solo dos puntos de la zona de clasificación, a la cual pretende entrar el equipo.

El punto flojo del conjunto en la primera mitad del torneo fue la defensa pero también debe aumentar la producción de goles, lo cual será un reto ahora sin Chumacero.

En la undécima jornada del campeonato, el Puebla visitará a los Pumas de la UNAM, cuartos de la tabla de posiciones, tercer mejor cuadro a la ofensiva con 18 goles anotados, y con la cuarta defensa más segura.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Roberto Pérez: “Me arrepiento de no haber sido un buen profesional”

Cuando cobraba un tiro libre cerca del arco del equipo contrario, era gol cantado. La potencia de su remate tenía un sello de espanto, a tal punto que cuando los rivales armaban la barrera, varios se ponían de espalda porque temían que el disparo impactara en sus rostros.

Roberto Pérez, el "cañonero" de la década de los años 80 y 90, fue parte del seleccionado nacional que jugó la Eliminatoria de 1993, la pasada semana estuvo de retorno a La Paz. Lamentablemente un problema en la espalda le impide moverse con normalidad y jugar al fútbol.

En el encuentro homenaje a la Verde de esa época, se lo observó nostálgico desde el banco de suplentes con las ganas de patear un tiro libre como lo hacía en Bolívar o San José.

“Lo de 'cañonero' fue por la patada fuerte que tenía, era un don que tenía desde que nací y cuando llegué a una selección juvenil los compañeros me pusieron el apodo y así se quedó”, recordó.

¿Cómo fueron esos primeros años en Real Santa Cruz?


Me acuerdo que en Real comencé ganando 350 bolivianos, que nos alcanzaba para pagar el alquiler de un cuarto que teníamos con un compañero. Era menos de 50 dólares. Claro que luego fui ganando más a medida que iba pasando a otros clubes que eran más grandes. Los que estábamos en Real sabíamos que teníamos que mostrarnos para poder ascender y muchos lo conseguimos.


¿Luego lo traen a Bolívar por una gestión de Mario Mercado?


Sí, fue en 1985, a don Mario hay que recordarlo como el gran dirigente que fue, ya que ese hombre dio brillo a Bolívar. Todos los que estábamos en esa época cobrábamos lo que nos prometía don Mario. El club nunca se quedó debiendo un peso a los jugadores. Por su Bolívar dio todo; recuerdo que puso de su plata para comprar las oficinas del Gran Centro (17 de Obrajes), donde había tiendas que podían solventar los gastos. Vi por la televisión que esas oficinas ya no pertenecen al club. No quiero olvidarme de otros dirigentes que tuvo Bolívar a mediados de la década de los años 80 como Lothar Kerscher, Guido Loayza o Javier Ortuño.

¿Hubo algún momento duro en Bolívar?


Cuando me compran como refuerzo para jugar la Copa Libertadores (1992). Venía de una gran temporada en San José, era mi segundo ciclo en la Academia, y al poco tiempo llega un técnico ruso, Vitaly Schevchenko, al que no le caí de entrada y me relegó al banco y eso fue muy duro porque quería triunfar en Bolívar. Todo el año me dejó en el banco de suplentes y pedí irme al año siguiente nuevamente a San José.

A la patada fuerte que usted tenía, le agregó un festejo con una cuequita cuando metía goles, ¿se acuerda?


La cuequita me nació en una final que disputamos con Real Santa Cruz (1986) y le goleamos por 6-1. Fue la alegría de ver a los bolivaristas cómo celebraban la victoria. La bailadita no era por burlarme de los rivales y desde ese partido me quedó el festejo con una cuequita. Cuando metía un gol, alzaba la mano derecha simulando agarrar un pañuelo y daba vueltas.

¿Cambió mucho el fútbol en estas últimas dos décadas?


Yo creo que antes se pagaba menos y rendíamos mucho más que ahora. El profesor Jorge Habegger fue el primer entrenador con el que trabajé en doble turno. Con él tuve muchos problemas por la indisciplina que había. Tengo que reconocer que no éramos 100% profesionales y en eso Habegger fue muy tajante. Me acuerdo mucho de él y de sus enseñanzas, creo que hizo historia en este país.

¿Y Azkargorta...?


Es otro profesional que aportó mucho al fútbol boliviano. Al profesor Xabier le tengo un gran cariño y respeto. Todos saben que yo estuve en el seleccionado de 1993, pero no jugué ningún partido de esa Eliminatoria porque había otros chicos que venían desde abajo y estaban jugando bien. Cuando logramos la clasificación al Mundial, yo tenía 34 años y no estaba en el nivel que hubiera querido para estar en un Mundial que hubiera sido un sueño cumplido en mi carrera.

¿A qué compañeros puede destacar en el fútbol?


He tenido muchos amigos y compañeros en todos los clubes por los que pasé, sería injusto mencionar a algunos y dejar a un lado a otros. He jugado con bolivianos y extranjeros que han sido muy buenos deportistas y que vinieron a dejar enseñanza a los futbolistas de nuestro país.

¿Fue duro dejar el fútbol?

No fue tan traumático, uno sabe que ya no puede jugar. Recuerdo que dejé el fútbol a los 37 años en Oriente Petrolero y sentí mucho dolor al escuchar que los hinchas me gritaban “viejo”. Ese año clasifiqué con Oriente a la Copa Libertadores, pero no la quise jugar porque me dolieron esos gritos y así como empecé, lo dejé sin decir nada.

Desde afuera uno medita y ve las cosas de otra forma, ¿se arrepiente de algo?

Me arrepiento de no haber sido un buen profesional como lo fueron otros compañeros como Carlos Borja. Si tendría la oportunidad de jugar otra vez quisiera ser como él para mostrar el nivel que yo podía dar en esos años.

¿Hay otra vida después del fútbol?

La vida sigue y continúa, hay que trabajar de lo que venga. Si supiste ahorrar tus pesos, te ayuda; si no los ahorraste, hay que hacer otras cosas. No hay que agachar la cabeza, hay que seguir para adelante. A los jóvenes que están comenzando en el fútbol les sugiero que lo aprovechen, porque hoy hay empresarios, tecnología y otras cosas que sirven para mostrar al deportista.

HOJA DE VIDA

Nombre Roberto Pérez Méndez.
Lugar y fecha de nacimiento Santa Cruz, el 17 de abril de 1960.
Carrera Jugó en Real Santa Cruz, Bolívar, San José, Destroyers, Oriente Petrolero y las selecciones nacionales.

El gol que marcó al Diablo de por vida

El minuto 88 del encuentro entre Bolivia y la poderosa Brasil en La Paz, en las eliminatorias de 1993, marcó “para toda la vida” al exfutbolista Marco Antonio ‘El Diablo’ Etcheverry, el mayor referente del fútbol boliviano en esa época.

‘El Diablo’, apodado así por su habilidad en la cancha, hizo en total cuatro tantos en aquella clasificatoria, pero el más especial fue aquel, el primero de los dos goles con que Bolivia tumbó el mito del poderío brasileño en las eliminatorias sudamericanas.

“El gol fue sacrificio, ganas, lo último de aire y para toda la vida, se quedó marcado para mí para toda la vida”, dijo Etcheverry en una entrevista con Efe en La Paz.

El que es una de las figuras de la historia del fútbol en Bolivia llegó esta semana a La Paz para participar en la celebración de las bodas de plata de la histórica clasificación boliviana al Mundial de Estados Unidos en 1994.

La jugada nació mediante un balón recuperado por el argentino-boliviano Gustavo Quinteros, que dio el pase al ‘Diablo’.

Etcheverry inició la carrera desde la zona boliviana, quedó disputando el balón con el zaguero Valber y casi al acabárseles la cancha, remató con la zurda hacia el arco del brasileño Taffarel. El balón pasó entre los pies del defensa, rozó la pantorrilla del meta y continuó el trayecto hacia el arco, con un Etcheverry celebrando desde el suelo el gol convertido.

Bolivia pasó de la desesperanza tras el penal fallado minutos antes por Erwin ‘Platiní’ Sánchez a la euforia total.

Un minuto después, el mismo ‘Diablo’, que por entonces llevaba melena y militaba en el Colo Colo chileno, haría el pase con el que Álvaro Peña convirtió el segundo gol para la Verde.

Para Etcheverry, “Brasil es lo máximo en el fútbol mundial”, gane o pierda la copa, y consideró que en la cita mundialista “puede faltar cualquiera, menos Brasil”.

“Y al ser (Bolivia) la única selección que le ganó en una eliminatoria en todo ese proceso, en el que además salieron campeones del mundo en 1994, fuimos los únicos que le ganamos, entonces es muy especial”, afirmó el exfutbolista.

‘El Diablo’ también recordó los dos partidos contra la “espectacular” selección de Uruguay, otro de los rivales fuertes de la Verde en esa época.

En el primero, disputado en La Paz, el marcador acabó 3-1 a favor de Bolivia, mientras que en la vuelta en Montevideo, la Verde cayó por 2-1 ante los charrúas.

Aquel fue un “mal momento” pues, según Etcheverry, el árbitro colombiano Armando Pérez Hoyos les “robó el partido”.

“Nos lo robó así descaradamente y no lo digo yo, lo dijo toda la prensa, lo dijo todo el mundo, lo dijo la prensa internacional, desde China hasta Uruguay, pero ya pasó”, remarcó.

Y luego vino el último partido contra Ecuador, en el que los bolivianos empataron a uno y sellaron el pasaporte a Estados Unidos.

El pitido final en Guayaquil dio lugar “a la locura” en la banca boliviana y fue tanta la emoción y la felicidad que a Etcheverry le cuesta recordar cómo fue exactamente aquel momento. Luego retornaron a Bolivia, donde la hinchada les siguió eufórica desde el aeropuerto de la ciudad de El Alto hasta el hotel que fue el cuartel del equipo nacional en la vecina La Paz.

La hazaña ya estaba lograda, pero en noviembre de 1993 la ilusión boliviana quedó sacudida por la grave lesión sufrida por ‘El Diablo’ en un partido en Chile que hizo peligrar su participación en el mundial.

Según Etcheverry, el ‘profe’ Azkargorta le convocó “por cariño, porque yo no podía jugar” y se suponía que “iba a jugar cinco minutos en el tercer partido” contra España.

Pero finalmente entró en el minuto 78 del partido inaugural contra la entonces campeona vigente Alemania y fue expulsado en el 82, por un incidente con el alemán Lothar Matthäus.

“Me enojé muchísimo, pero nunca lo tomé como si le hubiera fallado al país, porque sé que no le fallé”, sostuvo Etcheverry.

“Nadie sabe que yo entrenaba cuatro a cinco turnos al día para recuperarme. Lo sé yo, sé lo que entregué para recuperarme, entonces nunca me siento en deuda, mi consciencia está súper tranquila por el corazón que tengo para mi fútbol y para el país”, añadió.

El exfutbolista confesó que recibe las bodas de plata de la hazaña por un lado con la felicidad de ser parte de la historia del fútbol boliviano y, por otra parte, con la tristeza de que no haya habido alegrías similares en 25 años para su país.

“Y no es culpa solamente de nosotros los futbolistas o exfutbolistas, o de los técnicos, es en general del fútbol boliviano”, opinó.

Con todo, aseguró que se irá “tranquilo” a la tumba cuando le llegue el momento, sabiendo que fue parte del grupo que hizo “feliz a un país”. El pasado martes, un combinado de aquella selección se enfrentó en La Paz a otro de exjugadores bolivianos para recibir el cariño de la afición, en el día que se cumplieron 25 años de aquella gesta. (GINA BALDIVIESO, EFE)

sábado, 22 de septiembre de 2018

El Puebla de Alejandro Chumacero perdió ante el América

El Puebla FC, del boliviano Alejandro Chumacero, volvió a perder por la liga mexicana y esta vez ante el América (2-3), equipo que no conseguía un resultado positivo de visitante en el estadio Cuauhtémoc desde hace cuatro años.

El mediocampista nacional salió lastimado en el primer tiempo producto de un golpe durante el partido. El sello de Chumacero estuvo presente en el empate transitorio de La Franja (1-1), con un centro perfecto que fue aprovechado por el delantero Lucas Cavallini (43’).

El Puebla no anda bien en la liga mexicana es undécimo, con 13 puntos, producto de cuatro victorias y un empate. En la temporada 2018-2019, el paceño tiene dos goles anotados.

Cinco partidos y cero goles: ¡Carlos Lampe invencible!

¡In-ven-ci-ble! El arquero boliviano Carlos Lampe no recibe ni un solo gol desde hace cinco partidos con la camiseta del Huachipato de Chile. La noche del viernes su equipo goleó al Deportes Temuco por 0-4 y quedó octavo en la tabla de posiciones, con 30 puntos. El nacional pinta para ser catalogado como uno de los mejores extranjeros del torneo, que está por la jornada 23 y en siete más llega a su fin.


Lampe ha mostrado que desde su llegada al acerero –se dio en 2016- ha subido su nivel y cada vez sorprende más a propios y extraños. Sus buenas actuaciones permiten que su equipo escriba un nuevo récord. “Quinto partido consecutivo en que el arco defendido por Carlos Lampe no recibe goles. Gran trabajo del portero y de todo el equipo acerero, que colabora en esa misión”, publicaron en las redes sociales del Huachipato, que es dirigido por Nicolás Larcamón.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Raldes no piensa aún en su retiro del fútbol

A Ronald Raldes no se le pasa por la cabeza pensar en su retiro del fútbol. “Yo disfruto cada día los partidos que estoy jugando”, comentó ayer cuando se le consultó sobre su continuidad en el balompié de nuestro país.

Raldes recordó que hace 20 años tuvo la oportunidad de debutar en la desaparecida Liga defendiendo los colores de Destroyers, el rival al que se enfrentará mañana con la Academia.

“Han pasado dos décadas de ese debut y soy un agradecido por la oportunidad que me dieron de jugar a nivel profesional. ¿El retiro?, yo quiero disfrutar cada partido y es un tema personal que yo lo decidiré en su momento junto a mi familia”, comentó el zaguero de 37 años.

El cruceño juega su segunda temporada en Bolívar y su contrato concluye a fin de año.

El técnico del seleccionado nacional, César Farías, mencionó hace un par de semanas que tiene en mente al defensor para la disputa de la Copa América que se realizará en Brasil, en junio de 2019.

Raldes también opinó de la llegada del ecuatoriano Sixto Vizuete, quien fue nombrado como coordinador general de las selecciones menores de la Federación Boliviana de Fútbol. “Sé que es un entrenador que tiene mucha capacidad y merece tener una oportunidad. “Los jóvenes deben aprovechar la infraestructura que tienen en el momento a disposición, nosotros inauguramos un lindo escenario el pasado sábado (Villa Tunari), en mi época hubiera querido tenerla”.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Diego Wayar “La capitanía la asumo con responsabilidad y madurez”

El seleccionado boliviano regresó al país la mañana del miércoles, entre los jugadores más solicitados estuvo el mediocampista tarijeño Diego Wayar, de 24 años, quien llevó el cintillo de capitán durante el partido contra Arabia Saudita (2-2), y mencionó que toma esta designación con bastante responsabilidad y madurez.

“Hubo grandes capitanes y todavía hay, así que trato de aprender de ellos. Como dije, manejar esto de forma responsable y de manera de compañerismo para ayudar a todos y formar esa Selección que todos queremos”, declaró Wayar, mediocampista de The Strongest.

Minutos antes del juego entre Bolivia y Arabia Saudita, el pasado lunes a mediodía, el entrenador de la Selección, César Farías, le dio el cintillo tricolor a Wayar, quien por primera vez cumplió la tarea de capitán con la camiseta del Equipo de Todos.

Respecto al compromiso contra los árabes, Wayar destacó la importancia de jugar contra rivales mundialistas y “nos sirve el partido para seguir mejorando, nos sirve para crecer. Lastimosamente, no pudimos ganarlo”, agregó el futbolista tarijeño.

El mediocampista Jhasmany Campos (30), por otro lado, convirtió el gol del descuento por intermedio de un tiro libre y revolvió a Bolivia la ilusión de obtener un mejor resultado en el cotejo de preparación.

“Este partido nos deja el deseo de seguir mejorando, creo que si bien es corto el tiempo que el profesor (Farías) agarró a la Selección, el deseo de cada uno hace que no importe el viaje y el lugar; estamos para colocar el pecho a la Selección y mejorar. Ojalá tengamos muchos más partidos”, comentó el volante zurdo.

La delegación formada por jugadores de los clubes locales llegó a Santa Cruz, desde donde cada uno se dirigió hacia las ciudades que les corresponde para seguir con la preparación en sus clubes, porque el fin de semana se reanuda el torneo Clausura.

El futbolista tarijeño llegó a The Strongest por debajo de los 20 años, tuvo su tiempo de “pagar derecho de piso” como dice en el mundo del fútbol ya que inició su carrera profesional como lateral. Se nutrió de ese Tigre tricampeón y de ahí en más comenzó a escribir su historia propia, sus buenas actuaciones lo llevaron a dejar la defensa y a convertirse en volante, pasó su tiempo de que tenía que jugar porque era juvenil y el torneo te obligaba a poner uno en cancha y pasó a ser mayor y titular indiscutido en club.

Con el tiempo su destreza física lo llevó a convertirse en mixto y realizar funciones más cerrado, de doble tapón, volante interno y hasta de mediocampista central solo. Esas actuaciones lo llevaron a la Selección, donde también se ganó la titularidad y en el último amistoso el cintillo de capitán.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Galindo: entreno al máximo para ser titular en Wilster

Sebastián Galindo Novillo (18 años) es un jugador cochabambino que entrena al 100 por ciento cada día en el club Wilstermann con la misión de igualar o superar la exitosa carrera de su padre Gonzalo (43).

El futbolista admira mucho a su progenitor (quien fue destacado futbolista en clubes del país y el combinado boliviano) y luego de culminar el colegio pretende seguir sus estudios en la carrera de Administración de Empresas o Ingeniería Petrolera.

Galindo es uno de los pocos vallunos que milita en el Imperio Escarlata, con posibilidad de alternar. Además, tiene como objetivos ser titular y jugar en la Selección absoluta.

P. ¿Cuándo comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol?

R. Desde niño me gustó el fútbol. Siempre quise seguir los pasos de mi papá, quien es un gran ejemplo. También he practicado otras disciplinas como el tenis y el voleibol.

P.¿Cuando debutó en la División Profesional?

R. Debuté el 29 de abril de 2018 en la Villa Imperial cuando le ganamos a Real Potosí 0-6. Ya tengo minutos en la profesional, también enfrenté a San José (Félix Capriles ) y Destroyers (Sacaba).

P. ¿Es difícil conseguir la titularidad?

R.Es muy duro consagrarse como titular, porque cada jugador da el máximo de su potencial y trabajan todos los días al mismo nivel.

Entreno al 100 por ciento para ser tomado en cuenta. Como cochabambino y quiero destacar en un equipo de la Llajta. Es un desafío figurar entre los 11 titulares.

P. ¿Le pidió al técnico Peña jugar en algún partido?

R. No. Yo nunca le solicité jugar al profesor Álvaro Peña. Entreno al máximo todos los días y doy lo mejor como futbolista. Espero que en algún momento me de la oportunidad.

P. ¿Qué cochabambinos están en el plantel?

R.Están Martín Barrón, Josué Mamani, Miguel Ángel Bengolea, Pablo Laredo y Fernando Castellón, quienes también buscan un espacio en el 11.

P.¿En qué sector de la cancha se siente más explosivo?

R. Me siento más cómodo jugando del mediocampo para adelante, pero me gusta ser un volante ofensivo. Lo único que varía con mi papá es que yo soy derecho y él es zurdo.

P. ¿Recibe consejos de su padre (Gonzalo)?

R. Mi papá siempre me guía para no cometer errores. Me dice que cuide el físico y no salga por las noches, llegar puntual a todos lados y cero fiestas.

P. ¿En qué colegio estudia y en qué cursos está?

R. Estoy en el último curso del colegio Anglo Americano (promoción). Posteriormente estudiaré una carrera universitaria, como Administración de Empresas o Ingeniería Petrolera, pero aún no está definido.

Sebastián está convencido de que el fútbol es una carrera corta y quiere estar listo para el futuro. Además tiene un hermano menor, Matías (12 años), quien también juega en las menores de Wilstermann. Los hermanos Galindo buscan ser futbolistas referentes en el país.

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Años inició en el fútbol ABB de La Paz (2004), Barcelona Ecuador (2006), Emilio Alave de Potosí (2008), Comteco (2010) y Wilstermann (2016).

GONZALO

“Hay buenos jugadores en la Llajta”


Gonzalo Galindo, exjugador Wilstermann, Bolívar, The Strongest y la Selección Nacional, entre otros, lamentó que no se de oportunidad al futbolista valluno en el Aviador. “Soy un convencido de que en Cochabamba hay grandes talentos y jugadores. Estoy seguro de que no hay nada que envidiar de los deportistas de otras ciudades”.

Galindo considera que los vallunos tienen más posibilidades de “brillar” en otros clubes del país que en su tierra, porque “no tienen oportunidad”. “Hoy varios cochabambinos están en Oruro, La Paz y Santa Cruz y son titulares”.

Según Gonzalo, el éxito deportivo y profesional de una persona tiene cinco pilares fundamentales: “la disciplina, respeto, esfuerzo, entrega y perseverancia”.

Ramiro Ballivián “Estoy donde quiero estar”

Hace una semana, el jugador atigrado Ramiro Ballivián publicó unas fotos suyas ayudando a su familia en la cosecha de coca.

“Siempre es bueno ir a la casa para desconectarse un poco, siempre es bueno ir a trabajar, ayudar a la familia en lo que uno hace día a día, es una forma de vida. Los que somos productores de coca seguro me van a entender, porque cuando vos vas allá sí o sí tienes que salir de la casa para poder ir a ayudar a la familia a cosechar”, señaló Ballivián, según publicó el programa Máquina Deportes en su cuenta de facebook.

La foto en cuestión se viralizó, según confirmó el jugador, entrevistado luego por Deportes El Diario.

“La verdad cuando dieron libre, publiqué una foto en mi estado y me quedé sorprendido por tanta sorpresa que causó en muchas personas, en mis compañeros…”, fue lo primero que dijo.

Luego, aclaró que “es algo normal para nosotros los yungueños, para los que fuimos a la escuela de coca. Para un yungueño la hoja de coca es sagrada. Si vos te metes con la hoja de coca te metes con su vida, yo lo digo normal porque vos creces bajos esos términos”.

DED: ¿Cómo era el día a día en los yungas?


RB: Uno ve a su mama ir cada mañana a cosechar cuando vas a la escuela. El cuaderno, lapiz, las abarcas de goma, los kichutes, guardapolvo, todo sale del trabajo diario que hacemos los yungueños produciendo y cosechando la coca, es una forma de vida, es algo tan normal para mi, por eso me sorprendió tanta llegada de lo que publiqué. Es algo que he hecho siempre para ayudar día a día a mi familia.

-¿Es duro?


Es un trabajo muy duro, ser cocalero es muy duro, hay que levantarse a las seis de la mañana, es sacrificado también.

-¿Es algo muy particular, un jugador de fútbol a veces se olvida de las raíces, encuentro en vos algo distinto?


Suele pasar, a veces uno siente un poco de vergüenza en muchos casos, ser hijo de aymara o quechua, pero no hay que olvidarse de lo que uno es.

-¿Vamos atrás 18 años, tienes 8 años y qué hacías?

Recuerdo a mi madre es que se levantaba, hacía ruido con las ollas, por cocinar con fogón. Ella se levantaba para cocinar para que todos salgamos a cosechar. Uno de niño va con su mantel, con su agua, su fiambre y un aro, para ir a cosechar e ir a ayudar a la mamá, luego a las seis de la tarde para ir a descansar y luego ir a jugar.

-¿De qué parte de los yungas eres?

Yo soy de Coripata, es una zona cocalera, la gente vive de la producción de la coca. Si vas un día normal, el pueblo está vacío, todos produciendo coca.

-¿Qué pasó cuando partes de los yungas?

Uno siempre tiene muchos sueños, cada persona tiene algo que quiere cumplir, el mío era jugar en The Strongest. Soy hincha del Tigre, el sueño era jugar en The Strongest, equipo del que toda la familia es hincha. En el cocal todos escuchabamos la radio. Hay yungueños bien stronguistas y bien bolivaristas. Gracias a Dios lo pude cumplir. Pero no salí directo a La Paz, fui a Cochabamba y luego a Sucre pero mi mente siempre estaba en pensar en la oportunidad de jugar en el Tigre, cuando se dio no dudé y me vine.

-¿Es lo que pensabas?

Momentos gratos, momentos duros como en el amor. Creo que en The Strongest he sufrido bastante y como dice mi esposa, es como el amor, estás donde siempre quisiste estar, enamorado y te da alegrías y tristezas. No me arrepiento, me pegaron bastante, uno tiene que aceptar las críticas, en mi vida nadie me ha regalado nada. Cumplí mi sueño y es lo que más feliz me hace.

-¿Meter el gol de la final, otro sueño cumplido?

Si, sueño cumplido pero hubiera sido mejor si salíamos campeón. Para mi ha sido espectacular (deja caer una lágrima?.

-¿Por qué lagrimeas?

Uno se emociona, la familia sufre cuando te va mal, es la que sufre. Es esa especie de amor, siempre quise estar acá y no se daban las cosas como uno quiere. Se me viene a la mente todas las cosas que he pasado. Pero el destino fue bueno, el destino dicta y siempre de donde saliste salió algo bueno. A uno le cuesta salir de donde es, en el campo vas, trabajas y ganas el día a día. Y uno cuando está por salir dice con qué me voy a enfrentar, con qué cosas voy a chocar, que distinto es al campo. Salir del campo a la ciudad, muchos no consiguen acomodarse a la dinámica, gracias a Dios que tuve a mi hermano (Martín) que me ayudó y mira estoy en La Paz, son los momentos más felices de mi vida, conocí el Rafael Mendoza y te hablo como hincha, cada día que entrenó es con una felicidad grande, estoy donde quiero estar. (ADRIÁN ZALLES)

Haquin: “La selección es una recompensa”

El jugador de Oriente Petrolero, Luis Haquin, afirmó desde Arabia Saudí, que el ser convocado a la Selección nacional, es una recompenza que responde al esfuerzo, sacrificio y disciplina.

“La Selección es la recompensa al trabajo que uno hace, creo que uno tiene que hacer las cosas bien en su equipo para llamar la atención del entrenador de la Selección, si uno lo hace así, las cosas vienen por añadidura”, aseveró el jugador en una entrevista publicada por la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) en las redes sociales.

Haquin fue descubierto por el entrenador de Oriente Petrolero, David Avilés, quien lo observó cuando jugaba en la primera “B”, en el club Cooper. El futbolista se define como un jugador responsable y perseverante. “La disciplina es muy importante, el trabajo igual, ser bastante perseverante, tener la cabeza bien clara de que eso es vital para el futbolista que se traza los caminos, estoy seguro que si lo hace lo consigue”, enfatizó. El zaguero, mide 1.88 metros, tiene veinte años y su aspiración es llegar lejos en su club y con la “Verde”. “Las dificultades siempre están, pero sinceramente hay malos y buenos momentos, trato de dejar los malos momentos atrás y las cosas positivas siempre sacar a relucir, eso me ha servido bastante”, asegura el jugador.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Lampe: “Tenemos que trabajar por nuestra cuenta para llegar bien”

De acuerdo con Lampe, la parte atlética se convirtió en un déficit de la Verde en el amistoso ante Serbia (derrota por 5-1) el pasado 9 de junio, entre otros partidos de preparación celebrados este año.

“Tenemos que trabajar por nuestra cuenta para llegar a la Selección y solo ensayar lo táctico”, afirmó el golero de Huachipato de Chile en un video publicado por la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).

“Para llegar a lo más grande tenemos exámenes que rendir e ir calificando poco a poco”, agregó.

El plantel se adapta al cambio de horario y al calor que reina en Arabia Saudita. Pese a ello, el cuerpo técnico ponderó la respuesta de los seleccionados para realizar sesiones intensas de orden táctico y físico.

Durante la estadía en Medio Oriente, la Verde enfrentará amistosos contra Arabia Saudita y el club Al-Faiha.

Alvarez, orgulloso de haber salido del Plan 3.000

El atacante Gilbert Alvarez vive días felices, hoy en Arabia Saudita, con la Selección Nacional. Fue convocado por César Farías y no dudó de manifestar de que está cumpliendo otros de sus sueños en el fútbol, en su nuevo equipo, el Al-Hazm Rass de Arabia Saudita, y ahora con la Selección Nacional, en el país en el que presta sus servicios.

El departamento de prensa de la Federación Boliviana de Fútbol le hizo una entrevista en Ryad, tras el entrenamiento realizado ayer, donde dejó constancia de la realidad por la que atraviesa hoy

-¿Cómo estás en Arabia Saudita?

- Feliz, contento por este nuevo reto, era lo que buscaba, volver a salir afuera, son mundos distintos al nuestro, su cultura, el horario, pero no tengo problemas, son tres semanas que estoy acá pero ya estoy bien, la primera me pegó duro, me dormía como a las cinco de la mañana, pero por obligación me tuve que dormir, me fui asentando y las dos últimas semanas han sido llevaderas para mi, como en los horarios de acá, así que no tengo ningún problema, me siento cada vez mejor porque la calor es bastante, poco a poco me voy asentando. Ahora, feliz, agradecido a Dios por darme la oportunidad de jugar por mi país, voy a tratar de aprovechar al máximo esta oportunidad.

-¿Qué es la Selección para Gilbert Alvarez?

-Uno siempre sueña con ella, cuando me llamaron y me dijeron que iba a ser tomado en cuenta, me sentí feliz, me dio mucha satisfacción, lo tomé con mucha alegría y felicidad, porque representar a tu país es lo máximo; yo lo tomo así, con mucha motivación, se que es una responsabilidad grande vestir esta casaca, voy a tratar de estar a la altura, sabiendo que hay compañeros aquí que vienen a hacer su trabajo de la mejor manera, vengo con la convicción de hacer todo por mi país.

-¿Cuáles fueron tus inicios en el fútbol, de donde proviene Gilbert Alvarez?

-Eso lo tomo siempre en cuenta, por eso tomé la decisión de venir aquí, más que todo por mi, por mi carrera, por mi familia, se lo que me costó, lo que sufrí para poder conseguir esto, a veces la gente solo ve lo bueno. Mi padre hará un esfuerzo para acompañarme, yo nunca olvido de donde vengo, eso me da fuerza y motivación para hacer las cosas de la mejor manera. Estoy muy motivado, renovado con este nuevo reto, porque se lo que me costó llegar a donde estoy.

-¿Vienes de una familia unida, cuantos hermanos son?

-Soy el quinto, tengo mis hermanos menores en la Tahuichi que quieren seguir los pasos, está mi hermano que está en Guabirá, y, en mi caso, tratando de retribuir un poco todo el esfuerzo que hizo mi padre, mi madre para darme esos dos bolivianos para ir a la Tahuichi, a veces no había, pero no había problema para ir caminando a la Tahuichi porque era un sueño desde chico de poder ser futbolista, de darles la satisfacción a mis padres de poder verme jugar en la Libertadores, en la Selección, son alegrías que uno cuando las cumple se siente feliz. Jugar cuartos de final de la Libertadores, dedicarles un gol ante River, eso es algo que no tiene precio. El (su padre) me decía cuando me convocaban a la selección que me quería ver festejar un gol con la Verde, son palabras que me llegan fuerte y me motivan a seguir trabajando, voy a tratar de dar todo para retribuirles todo el esfuerzo que hicieron para que llegue a la Selección.

-¿De qué barrio provienes?

-Todas mis vacaciones las paso allá, en El Quior, es mi casa, es mi ciudadela como se dice, orgulloso de salir de mi plan, orgulloso de salir de El Quior, como escribió mi hermano de El Quior a Arabia, así es, voy a tratar de representar bien a esa ciudadela, siempre me escriben tratando de dar todo su respaldo, siempre voy a estar agradecido con ellos, con mi gente. Prefiero estar en el plan antes que en otro lado en mis vacaciones, es algo que me reconforta, me llena de orgullo.

26 años tiene el atacante cruceño que nació en el Plan 3.000, en Santa Cruz.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Joel Fernández, el hijo de boliviana que pasó un sinfín de penurias, pero logró llegar a Boca Juniors

El reloj de Bolivia marca las 14:00, mientras que el de Argentina, las 15:00. Joel David Ezequiel Fernández nos atiende el teléfono después de tres intentos –se disculpó-, pues en ese momento en Buenos Aires empezó a llover y buscó dónde resguardarse. El anhelo más grande de este joven jugador argentino de Boca Juniors (de 19 años) es vestir la camiseta de la selección boliviana. ¿Por qué? Porque es el país de su madre (nació en La Paz). A finales de 2016 estuvo cerca de la Verde, pero necesitaba la firma de su padre, quien no pudo sellarle el documento porque estaba en situación de calle.

Fernández, que nació en Argentina el 13 de enero de 1999, tuvo una infancia difícil por el comportamiento de su progenitor, un argentino que fue a parar a la cárcel por robo agravado y luego de salir, hace dos años, acabó siendo un indigente. Ese panorama derivó en la separación de sus padres. “Fue muy difícil crecer sin una figura paterna, lo sufrí demasiado. Una vez (mi padre) intentó suicidarse, pero poco a poco lo fuimos superando”, recordó sin ocultar el dolor el joven futbolista.

Desde muy pequeño, tuvo que asumir el rol de ‘jefe de familia’ para su hermana, Leila Milagros Anahí (18 años), y se convirtió en la mano derecha de su madre, Sara Viviana Gil Medina, a la que considera una ‘heroína’. “A ella se lo debo todo”, dijo el jugador sobre la mujer que lo trajo al mundo. “Fue el padre que mi hija nunca tuvo”, contó Sara, después de su jornada laboral en uno de sus dos trabajos: en una repartición del Ministerio de Educación y en una escuela, como administradora.

A pesar de que su progenitor no fue un buen ejemplo, Joel admite que le dejó una enseñanza, que la sigue al pie de la letra. “Me demostró que esa vida (la delincuencia) no la tengo que elegir, sino que debo luchar por mi sueño, que es jugar al fútbol”, expresó. Hace más de dos años que Fernández no ha visto a su padre.
Así lucía a sus siete años cuando formaba parte del club Lugano. Foto: Álbum familiar de Joel Fernández

Así y todos los inconvenientes de una familia de muy escasos recursos, la vida de ‘Pitbull’, como conocen a Fernández, siempre estuvo ligada al fútbol. Sus primeros pasos los dio en el club Lomas de Lugano, de la Villa 20, a los cinco años. Su tío, el hermano mellizo de su papá, lo llevaba a entrenar, aunque la madre tenía miedo de que el pequeño practique algún deporte porque sufría de asma.

“Me llevó al Baby (sub-5) y dejé de tener problemas por el asma”, recuerda Joel, mientras revive parte de esa etapa con una fotografía de cuando tenía siete años –nos la envía por WhatsApp. Desde ese entonces comenzó su pasión por el deporte más popular del mundo y considerado una ‘religión’ en Argentina, uno de los países más futboleros del planeta.
En 2008, un compañero le dio un ‘empujón’ a Joel para que llegue a la institución azul y oro. Su amigo habló con el DT de la categoría 99 y le permitió probarse. Ese mismo año lo ficharon después de mostrar que tenía condiciones de jugar en el xeneize. Foto: Álbum de la familiar de Joel Fernández

Desde sus 10 años, tuvo que trasladarse solo para entrenarse, pues no tenía quién lo lleve de la mano. Su madre trabajaba y su hermana es menor que él. Todos los días debía tomar el metro durante 15 minutos y después tenía que caminar algunas cuadras. También iba solo a la escuela, que por cierto ya la terminó y por eso logró subir un nuevo escalón.

Todo valió la pena porque hace una década que viste la camiseta de las inferiores de Boca, donde juega como lateral derecho, aunque para Claudio Vivas, coordinador de las menores del xeneize, “puede jugar en otros puestos porque es polifuncional”.
Se forma en Boca desde los 10 años. Ahora confía en ser llamado por César Farías para alguna de las selecciones. “Ojalá que el profesor se entere de que hay un jugador, hijo de una boliviana, militando en Boca”, expresó Fernández. Foto: Facebook

El sueño de Fernández es representar al país de su madre. En 2016, Guillermo Hoyos, que era el seleccionador de Bolivia, lo convocó, pero no pudo hacer sus papeles debido a que faltó la firma de su padre, que por su condición de indigente no pudo cumplirle el deseo.

Sin embargo, ahora ya cuenta con la mayoría de edad (a partir de los 18) y confía en que pronto tendrá una chance en la Verde, pues se considera un boliviano más, ya que todas las costumbres de la familia materna siempre han estado presentes con sus abuelos y parientes, con los que comparte a menudo.
Sara Gil Medina: “Hemos tenido que comer de la basura, en la crisis”

Sara Viviana Gil Medina, madre de Joel Fernández, le enseñó desde pequeño, al ahora jugador de Boca Juniors, a esforzarse para obtener recompensa, ya que no han tenido una vida sencilla; es más, en 2001 “tuvimos que comer de la basura” para disminuir el hambre en medio de la crisis que azotó a Argentina. Sueña con verlo realizado como futbolista en el equipo que le dé la oportunidad de hacerlo.

La boliviana, de 39 años, cuenta que Joel cuidaba de su hermana menor, Leila Milagros Anahí, desde sus cuatro años, cuando ella se iba a trabajar por las noches. “Es fundamental para nosotras (...). Es el padre que mi hija no tuvo”, expresa Sara, con la voz entrecortada.

Sobre el deseo que tiene Joel de representar a Bolivia en su selección, aseguró que el apego por la rojo, amarillo y verde lo ha tenido desde pequeño porque se crio en medio de las tradiciones nacionales con sus abuelos maternos. “Nosotros estamos muy orgullosos de que él cambie su nacionalidad (para jugar por la Verde) por elección”, remarcó.

Sara, que estaba al lado de Joel en el contacto, repitió lo que siempre le dice a su hijo: “No hay recompensa sin trabajo. En 2001, hemos tenido que comer de la basura, pero la vida nos ha abiertos puertas y nuestra familia se ha logrado mantener unida a lo largo del tiempo, y eso es lo que importa”.
El coordinador general de las divisiones inferiores de Boca Juniors, Claudio Vivas (trabajó el mayor tiempo de su carrera como asistente técnico de Marcelo Bielsa), decidió darle una función como su colaborador, cuando Joel no está entrenándose en su equipo. Foto: Facebook

Su sentido de pertenencia por Bolivia es grande gracias a su mamá

El coordinador general de las divisiones inferiores de Boca Juniors, Claudio Vivas, también habló sobre Joel Fernández, pues no solo le ha hecho seguimiento porque es jugador de la cuarta división del xeneize, sino que también le ha dado la oportunidad de hacer sus pasantías con los entrenadores de las infantiles. En resumen, lo conoce bastante bien y es palabra autorizada para decir que “tiene la proyección de ser jugador de fútbol; aquí, en Bolivia o en cualquier parte del mundo”.

Vivas describe a Joel como un lateral derecho explosivo, potente, fuerte, agresivo y que también puede manejar el perfil contrario, el izquierdo. Por sus cualidades, el ex asistente técnico de Marcelo Bielsa cree que está capacitado para disputar un torneo internacional de selecciones porque es un jugador que tiene mucha competencia y roce, argumentos válidos para cumplir con las exigencias requeridas.

La visión de Joel no termina pasando el límite de la cancha, pues el trabajo que desarrolla por las tardes en los predios de Boca lo ha llevado a que también pueda mirar el balompié desde otro ángulo.

Su labor es entrenar a varios pequeños y también apoyar a los entrenadores de algunas categorías inferiores.
Joel junto a su hermana Leila Milagros Anahí. Foto: Facebook

Por dentro

Aunque se independizó, Joel ayuda a su madre a criar a su hermana menor, Leila Milagros, que es uno de los motivos por el cual quiere llegar lejos en el fútbol, ya que busca darle mejores condiciones.

Sebastián Fabres, colaborador de Ángel Guillermo Hoyos, extécnico de la selección boliviana, confesó que Joel Fernández estaba en sus planes para jugar en la sub-20, en 2016, pero luego el entrenador argentino se marchó y después no tuvo chance de seguimiento.

Fernández tiene un deseo que quiere cumplir en poco tiempo y es conocer La Paz, la ciudad donde nació su madre. Tampoco ocultó su intención de poder jugar en un club boliviano, pues cree que ya está para la primera división.

OPINIÓN

Fernández tiene potencia y garra para aportar

Alberto Tayandi - Entrenador de fútbol

Me tocó tener a Joel Fernández poco tiempo en la escuela de fútbol que dirigimos (Milton Melgar, en Buenos Aires), debido a que por sus buenas condiciones Boca Juniors lo fichó para que forme parte de sus inferiores; sin embargo, lo conocemos bien porque estamos siempre siguiéndolo.

Como persona doy fe que es un chico muy humilde y solidario, algo que muchos no tienen, con ganas de superación y tiene los objetivos bien definidos, que es lo más importante en cualquier aspecto de la vida.

Algo que debo destacar, por lo que conozco de Joel, es su sentido de pertenencia muy fuerte hacia el país de su madre, Bolivia, tiene muchas ganas de defender a la selección nacional desde siempre y eso es valorable, pues es difícil que un jugador que nace acá tome esa decisión.

Estoy seguro de que sería un aporte importante para el fútbol de Bolivia, porque el joven tiene 11 años de formación en uno de los clubes más grandes del mundo y eso seguro que será un aporte si es que tiene la posibilidad de jugar con la Verde. Ojalá que lo llamen para la sub-20 porque pese a que es argentino, tiene la posibilidad de la doble nacionalidad.

Como futbolista, Fernández es un jugador potente de mucha marca y guerrero en el medio, tiene bastante ida y vuelta, además cuando juega por la banda casi siempre desborda y llega hasta el fondo porque le gusta finalizar las jugadas (con centros).

No tengo dudas de que, al igual que otros jugadores, que han salido de mi escuela de fútbol (Milton Melgar) puede jugar en la primera división. Está preparado para ser un aporte en el equipo que lo requiera. Varios chicos ya juegan en los clubes bolivianos.

Sé que su sueño es jugar en Boca, y creo que si sigue trabajando como lo está haciendo, algún día lo podrá lograr

martes, 4 de septiembre de 2018

El boliviano Brian Hinojosa también migrará a Asia

El cochabambino Brian Hinojosa migrará el 10 de diciembre a Omán, específicamente al club Al Rustaq, que disputa sus partidos en la primera división de ese país, junto a otros 13 equipos. Sin embargo; como todavía falta un semestre, el lateral izquierdo decidió fichar por tres meses por el Club Atlético Rentistas de la segunda división de Uruguay para no perder ritmo de competencia.

Hinojosa saldrá al exterior después de atravesar duros momentos en Real Potosí, su último club boliviano, por la crisis dirigencial que golpeó duro a esta institución. “En diciembre me voy a Medio Oriente, ya está todo firmado para el 10 de diciembre”, confirmó a DIEZ.bo el futbolista, que se formó en Wilstermann de Cochabamba, la ciudad que lo vio nacer.


“Un representante argentino (Martín Spelleti) me pidió que le pase jugadores-entre ellos estaba Brian, vio su video y me dijo que había un equipo interesado en Brian en Omán. Le pedí que me pase la oferta y si el jugador estaba de acuerdo se iba”, contó su agente, Pablo Calabi.

El Al Rustaq es una de las instituciones deportivas más importantes de Al Batna y se aglutina en la Confederación Asiática de Fútbol, a la misma pertenece el Al-Hazem de Arabia Saudita, equipo en el que recaló el delantero cruceño Gilbert Álvarez, hace un par de semanas.



Una parada necesaria

Antes de llegar al occidente de Asia, Hinojosa jugará tres meses en el cuadro charrúa, de la segunda división. “El jugador no quiere perder ritmo futbolístico”, aseguró Calabi, la mañana de este lunes.

Hinojosa firma con Rentistas por una temporada

El lateral izquierdo Brian Hinojosa fichó por el Rentistas de la segunda división del fútbol uruguayo, anunció ADE Marketing Deportivo, que representa al jugador cochabambino.


“Ahora le toca una gran oportunidad y es el nuevo jugador del Club Atlético Rentistas de Uruguay, donde ya firmó su contrato por un año y dejará todo por su nuevo plantel”, destaca ADE Marketing Deportivo.
Hinojosa militó en Wilstermann, Blooming, San José, Universitario y Real Potosí.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Paúl Arano: “Mi sueño es comprarle una casa a mi madre”

“Uno nunca tiene que olvidarse de dónde viene”, es la frase que ha marcado la vida de Paúl Arano, una de las figuras que tiene Blooming, que lleva cinco años en el fútbol profesional y que ya sabe lo que es saborear las mieles del triunfo y también lo que es tropezar cuando tomás malas decisiones.

El presente de Arano es muy bueno, pero no fue fácil llegar donde está. Este joven, de 23 años, sabe lo que es trabajar desde niño. Se crio en un colegio, donde sus padres hasta ahora son porteros. Allí, Paúl vivió durante casi 15 años, ya que luego tuvo que salir de una habitación que se hizo cada vez más pequeña para él, sus padres y sus tres hermanos, que son menores.

No fue una decisión fácil salir del lado de mamá y papá, pues tenía 18 años y recién había firmado su primer contrato con Blooming (2013). “La verdad es que ya no había espacio en el cuarto, por eso hablamos y decidimos con mis padres que saldría de casa y me haría cargo de uno de mis hermanos”, contó Arano, que también confesó que su sueño es comprarle una casa a su madre.


Hace cinco años que Paúl es independiente, aunque eso es un decir, porque el colegio Ignacio Warnes, que está a pocas cuadras de la plaza 24 de Septiembre (centro de la ciudad), sigue siendo el lugar donde pasa más tiempo cada jornada. “Todos los días voy, después de entrenar. Ayudo a mi madre a barrer los cursos y también a vender en su tiendita. No tengo ningún problema, no me da vergüenza”, relata.
Esta imagen no es armada, pues ese es el oficio en el que ayuda a su mamá en el colegio Ignacio Warnes todos los días, después de entrenar. Atiende el puesto de golosinas que sustenta a su familia hace varios años. Foto: Hernán Virgo

Su madre es su inspiración y su padre, su mayor motivador. Los dos fueron claves para que Arano cumpla su sueño de ser futbolista profesional. Desde pequeño asistió a la Academia Tahuichi, donde estuvo hasta el año que pasó a Blooming.

Apareció como una revelación y en poco tiempo su nombre sonó muy fuerte, tanto que llegó a la selección boliviana (cuando el DT era Julio César Baldivieso). Reconoció que se le subieron los humos, lo que le hizo tomar la mala decisión de salir de la academia cruceña. Todo salió mal, en Oriente y Sport Boys lo rechazaron y terminó jugando seis meses en 24 de Septiembre, de la ACF.

Cuando todo parecía negro, su vida cambió porque conoció a Dios. Se tomó revancha en Petrolero y volvió a tener la atención de Blooming, que lo ‘repatrió’. Ahora todo es diferente, se siente maduro y con objetivos claros. “Quiero jugar en la selección y después ir a Europa”, afirmó.

Aquí está un mano a mano con este volante, que antes era un 10 clásico y ahora es un polifuncional en el medio campo, pero aun así es el máximo goleador de la academia cruceña.

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¿A qué se debe tu buen presente?

Al trabajo y al apoyo de la familia. Como me decía siempre mi padre, en esto no hay misterio, todo se consigue con trabajo y más trabajo, pero creo que lo más importante ha sido conocer a Dios y ponerlo en primer lugar.

¿Qué pasó?, ¿por qué no pudiste consolidarte antes, cuando apareciste en 2013?

Cuando llegué a Blooming por primera vez venía de la Tahuichi, tenía 18 años. Estuve dos años y medio, ahí debuté cuando el técnico era ‘Chavo’ Díaz, que me dio la chance de jugar dos partidos, después vino Mauricio Soria y me bajó a la reserva, donde estuve nueve meses; por suerte me convocaron a la sub-20 y jugué el Sudamericano. Cuando vuelvo ya estaba el profesor Erwin Sánchez, que fue el que me dio la oportunidad y jugué todos los partidos, lo que me permitió consolidarme. Estaba tan bien que fui a la selección absoluta en dos partidos por las eliminatorias, cuando el DT era Julio Baldivieso.

Después asumió Hernán Boyero y nuevamente no me fue bien porque me hizo a un lado y comenzó una etapa gris para mí. Luego tomé una mala decisión porque no supe escuchar y por creerme algo que no era.
Cristian Paúl Arano Ruiz nació el 23 de febrero de 1995 en Santa Cruz. Es el hijo mayor de Alfredo y Carmen. Sus hermanos son Álex, Carla y Franco. Se formó en la Tahuichi y jugó en Blooming, Petrolero y 24 de Septiembre

¿Por qué te equivocaste?

Cuando me salí de Blooming fue por el tema económico. La dirigencia me ofreció un monto y yo quería otro, como venía jugando de titular por ahí creí algo que no era en ese momento y pensé que saliéndome conseguiría otro club fácilmente. Pero las cosas no fueron así, se hizo difícil porque fui a probarme a Oriente, a Sport Boys y a Guabirá, y en los tres clubes me rechazaron. Fue cuando recalé en 24 de Septiembre, de la Primera A (ACF), por seis meses

¿Qué pensaste en ese momento?

Me dolió muchísimo, pero luego lo tomé con calma, por suerte ya estaba metido de lleno en mi iglesia y eso me ayudó porque conocí a Dios. Desde ese momento fui entendiendo muchas cosas de la voluntad y del tiempo de Dios, y de la manera en que uno debe actuar como persona para ser bendecido a la hora de emprender cualquier cosa, en lo futbolístico, en el trabajo y en el estudio.

Después me di cuenta de que eso era parte de un proceso que debía pasar para caer en cuenta que las cosas que tenía en Blooming debí haberlas valorado. Eso fue una enseñanza de vida que me sirvió hasta hoy, porque recaí en 24 de Septiembre, un club de la ACF, y ahí te das cuenta de que no tenés las mismas condiciones, no tenés la presión, la gente no va a verte y eso es duro.

¿Cómo se da tu regreso a Blooming?

Gracias a Jeaustin Campos, que estaba interesado en que vuelva a Blooming porque vio que venía mostrando un buen rendimiento en Petrolero. Habló conmigo y me dijo que quería que regrese. Fue así que nos juntamos con la dirigencia y firmamos por cuatro años. Creo que fue la mejor decisión porque tenía ganas de volver por la forma en que me fui. Volví con la mentalidad de darle más al club, de salir campeón, de poder jugar torneos internacionales. Ahora las cosas se están dando de menos a más.

Estoy viviendo un momento que soñé, que lo pensé y que lo trabajé.

¿Qué sentiste por no comenzar de titular en este torneo?

Lo tomé como algo positivo porque todo lo que me pasó me hizo madurar. Venía de jugar todos los partidos del anterior torneo y comenzar en este sabiendo que no tenía el puesto asegurado me dio más fuerza para seguir trabajando, porque si lo que venía haciendo no había sido suficiente, entonces debía esforzarme el doble.

¿Cómo es disputar el puesto con el hijo del técnico?

Es un tema que nunca lo tocamos con el técnico. Su hijo es uno más del equipo, uno entiende que para el entrenador debe ser incómodo porque la gente lo critica mucho a ambos y creo que como cualquiera le quería dar la oportunidad.

¿Sos amigo de Junior Sánchez?

Siempre hablo con Junior porque concentro con él. Le digo que aproveche su oportunidad, porque uno debe tener claro que cuando te dan la chance tenés que aprovecharla, ya que cuando uno está de suplente muchas veces se desmotiva. En mi caso, sabía lo que quería y que si el puesto iba a ser difícil debía esforzarme más. Aproveché y el ‘profe’ me dio la continuidad. Con Junior nos llevamos bien, me voy con él cuando salimos de entrenar, concentramos junto con Latorre.

En los partidos siempre me apoya, me dice ‘Pulpo, ahora vas a hacer un gol’, me desea lo mejor, como yo lo deseo cuando le toca a él. No hay recelo ni nada y eso es positivo.

¿Está claro que para Sánchez lo que importa es el equipo?

Desde el comienzo el profesor dijo claramente que en el grupo a su hijo no lo ve como tal, sino como un jugador más, que si le rinde, lo va a meter. Eso es bueno, saber que todos tenemos la chance de que si estás bien, vas a jugar, de que no hay privilegios. Algo que nos recalca siempre es que el que está bien va a jugar. Un claro ejemplo son los casos de Vargas y Britos, que no venían jugando y que se han ganado el puesto a base de esfuerzo. Cuando uno está bien, el respaldo del técnico siempre está.

¿Cuál es tu verdadera posición?

Toda mi infancia, desde que me formé en la Academia Tahuichi y el primer año en Blooming, siempre jugué de enganche, volante creativo, pero cuando llegás a un equipo grande siempre tenés referentes en ese puesto. Recuerdo que en ese momento estaban Joselito, Micky Loayza y Koke Contreras, jugadores con mucho peso, así que me fui dando cuenta de que debía ser algo más que un enganche. Hoy por hoy me considero un volante mixto, me gusta jugar al medio, tener mucha llegada al área rival, desprenderme y romper líneas. Hoy me siento cómodo en esa posición.

¿No había la posibilidad de pelear el puesto de enganche?

Yo era tipo Román Riquelme, que solo quería pelota y no correr; sin embargo, el fútbol evoluciona y ese tipo de jugadores se van perdiendo, por eso tenés que adaptarte. Eso lo entendí, el fútbol ahora es más correteado, con más roce, por eso me tuve que acostumbrar a una nueva posición y me costó muchísimo porque mi fuerte no era marcar o correr, siempre quería tener el balón, hacer jugar al equipo, meter asistencias. De esa manera me di cuenta de que debía cambiar y lo hice con trabajo.

¿Qué trabajo se hace para mejorar eso?

Primeramente hay que tener claro que la actitud no se negocia. Tenés que trabajar los espacios cortos a máxima velocidad, después con más peso, a lo que le llaman fuerza a la velocidad y la coordinación. Todos esos aspectos los charlo con el preparador físico, al que le digo que me dé esos trabajos. Ahora me cuesta menos porque me adapté al juego de ida y vuelta, tengo más marca, y a la hora de jugar no me cuesta por mi naturaleza técnica.

¿Cómo ves el momento del club?

Complicado porque, en su momento, hay compañeros a los que se les presta plata para que se puedan mover, ya que algunos deben pagar a los bancos (por préstamos) por sus casas o lotes que se sacaron y a veces no te podés acomodar porque la parte económica en el club no es buena. Se ve que tienen problemas no solo con nosotros, también con otra gente. Lo que se vio en la sede es gravísimo (el enfrentamiento de la Policía con los hinchas).

¿Lo ves algo cercano volver a la selección?

Yo entreno para ayudar a mi club y para poder representar a mi país. Para todos es un privilegio estar con la selección. Hoy, por ahí no me toca, y me hace pensar que si este buen momento que estoy pasando no es suficiente, debo seguir trabajando mucho más.

¿Cuál es tu sueño?

Como todo chico, salir a jugar en un equipo de Europa. En el momento que conocí a Dios lo pude creer mucho más y no hay un día en que no piense en que puedo ir a jugar al Viejo Continente. Me gustaría ir a algún equipo de España. Y después tengo un deseo en mi corazón: jugar un Mundial, ojalá que las instituciones puedan organizar las cosas para que se pueda dar

¿Cómo es Paúl Arano fuera del fútbol?

Casi siempre estoy con mi madre, que vive en un colegio. Le ayudo a barrer cuando salen los alumnos de clases o si entreno en la tarde voy en la mañana. Después en la noche estoy casi siempre en mi iglesia. En mis tiempos libres miro películas, juego Play. Soy soltero tranquilo, pensando darle la prioridad a mi profesión para consolidarme.

¿Por qué dejaste de vivir con tus padres?

Por un tema de espacio, ella vive en un colegio (Ignacio Warnes) y un cuarto es muy chico porque somos cuatro hermanos. Ahí en el mismo ambiente está la cocina, las camas y, la verdad, no entramos, por eso cuando me contrató Blooming decidí, con la aprobación de mis padres, independizarme y llevarme a mi hermano Álex (el que le sigue, tiene 20 años).

¿Tenés algo pendiente con tu familia?

Con mi madre, desde niño mi sueño siempre fue comprarle una casa. Ahora no falta nada para que terminen de construir su casa y gracias a Dios la he colaborado, pero no pierdo ese sueño de poder comprarle otra o hacérsela más grande, quiero darle otras condiciones, otra manera de vivir. Un estilo de vida más tranquilo, se lo merece.

¿Siempre vas con tu mamá?

No puedo estar sin verla un día, siempre voy al colegio. Si me falto una vez, ella piensa que son tres y me llama. Me gusta estar ayudándole en el colegio en la venta y en la limpieza. Me siento bien en ese lugar, donde las profesoras me dicen que les gusta mi humildad porque otros, en mi lugar, no lo harían y esperan que nunca pierda eso.

A mí no me incomoda estar con mi madre ayudándole, porque ahí me crie y de esa manera fui creciendo. Creo que uno nunca tiene que olvidarse de dónde viene.

Y tu padre, ¿qué papel juega en tu vida?

Es un ganador. Desde chico nos llevó a la cancha. Mi padre es el motivador que tengo siempre, si me voy a jugar a la China, él está ahí, siempre me acompaña adonde voy. Él también sueña con verme en la selección y en Europa

Siempre me está hablando para que mejore, para que tenga personalidad y llegue a ser un líder.

¿Qué imaginás para él?

Quiero que me vea jugar en Europa y poder llevarlo a conocer lugares que siempre sueña, estar en otros países y darle una vida diferente.