En diciembre de 2018, Danny Bejarano comenzó su segundo ciclo en el fútbol de Grecia atendiendo el llamado del Lamia FC, un club chico de la ciudad del mismo nombre.
La realidad del plantel no era de las mejores, pues cumplida la mitad de la temporada estaba en la parte baja de las posiciones y era serio candidato al descenso de categoría.
Pero el panorama cambió en el anterior semestre y terminó el campeonato en séptima posición, entre 16 participantes. El volante de marca nacional fue uno de los protagonistas de ese ascenso.
“Recuperamos terreno, fui titular en la mayoría de los partidos, entonces la directiva del club me propuso renovar contrato y firmé por dos años más, siendo que vine por seis meses”, dice Bejarano desde Lamia.
En Europa, en agosto comenzará la competencia 2019-20. Lamia terminó la pretemporada y regresó a su ciudad de origen para jugar partidos amistosos a fin de ganar ritmo y llegar bien al debut previsto para el 24 del próximo mes.
“Es su tercera temporada en primera división, no es un club grande, llegué con otros refuerzos cuando estaba en zona de descenso y con el resto del plantel logramos levantarlo. Fue una apuesta fuerte, terminamos en séptimo lugar y en Copa de Grecia llegamos hasta semifinales donde quedamos eliminados por el AEK, uno de los grandes de aquí”.
Emigrar es complicado para los futbolistas bolivianos, debido a que el mercado es cada vez más chico. Bejarano lo atribuye a los dirigentes como el principal impedimento.
“Muchas veces traban y cierran las puertas, piden más dinero de lo real. En mi caso gracias a Dios tuve la ayuda del técnico que me dirigió en Panetolikos y me convocó para Lamia, además tenía un contrato con Oriente de seis meses, quedé libre y no hubo problema”.
No fue tomado en cuenta por Eduardo Villegas para la Copa América de Brasil, pero no pierde la esperanza de regresar a la Verde en las eliminatorias para Qatar 2022.
“Pude ver algunos partidos y estuvo interesante, hubo selecciones que se nivelaron a otras consideradas superiores. Siempre tengo el deseo de volver a una convocatoria que es el premio al trabajo en tu club, entonces seguiré trabajando de la mejor manera y ya dependerá del cuerpo técnico”.
La experiencia vivida le permite asegurar que el fútbol griego es intenso, veloz y con mucho despliegue físico. “Mi función es un poco ingrata porque debo destruir el juego del rival en el medio, como que no está bien visto, pero los resultados ayudaron a dar valor a mi juego”.
Ahora su desafío es que en este semestre las cosas salgan mejor “El futbolista siempre se traza objetivos, en mi caso el próximo es clasificar al equipo a jugar un torneo continental para seguir jugando en Europa, y retrasar la vuelta a Bolivia”.
Admite que es complicado porque los partidos son de ida y vuelta y muchas veces cotejos que a priori parecen accesibles se transforman, pero todos están en la lucha.
“Con Larissa protagonizamos partidos que para mí son de tú a tú porque esa ciudad está a una hora de distancia, nadie regala nada al otro. Con los grandes es también trascendente porque hay que meter toda la capacidad en busca de las unidades”.
A Grecia no llegó aún el sistema de videoarbitraje (VAR). Si fuera por él, mejor si no se aplica nunca “porque se pierde la emoción del juego”.
Más allá del fútbol, Danny Bejarano ha establecido una ligazón fuerte con ese país con el compromiso matrimonial con una griega de nombre Xrysa y esperan la llegada de Angelous, su primogénito.
La conoció cuando era jugador de Panetolikos y en su regreso al país reafirmó su compromiso porque su vida allí se simplificó. “Aquí se habla también el inglés, pero en el idioma griego estoy aprendiendo y cuento con su valiosa ayuda. Al principio era complicado, pero ahora las cosas van mejor”.
En el tiempo de descanso aprovecha también para visitar ese país: “Las ciudades, las playas están cerca, hay mucha cultura y también aprovecho de aprender muchas cosas”.
La foto de la firma de contrato de Bejarano con el Lamia FC. Crédito: Lamia FC
Volante cruceño
Danny Brahyan Bejarano Yáñez, nació el 3 de enero de 1994 en Santa Cruz. En el país jugó en Oriente, Bolívar y Sport Boys.
Prepara la boda
Xrysa es el nombre de su novia, a quien conoció en Grecia cuando vistió la camiseta del Panetolikos. El próximo mes contraerán nupcias y ya esperan la llegada de su primogénito al que llamarán Angelous.
Debut en la verde
Su primer partido en la selección nacional fue bajo el mando de Xabier Azkargorta el 6 de septiembre de 2013 en Asunción. Fue triunfo 4-0 del conjunto local. Ahora espera un nuevo llamado.
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