El capitán de The Strongest, Pablo Escobar, desmenuzó ayer —poco antes de tomar el avión que lo trasladó hasta Asunción de Paraguay— cómo fue la conquista del undécimo título atigrado, el cuarto desde que él regresó al club.
— Un día después de este logro, ¿qué sensaciones tiene sobre todo lo ocurrido?
— Aún están latentes la felicidad, la alegría y el orgullo por haber logrado otra estrella para el club, por él trabajamos y nos damos íntegros. Éste es el fruto por el sacrificio y el gran trabajo de todos, incluso superando una serie de dificultades; sin embargo, al final nos sentimos inmensamente contentos y seguramente pasaremos una Navidad y Año Nuevo felices.
— ¿Qué tuvo este The Strongest campeón aparte de la garra que es su característica?
— Sí, seguro que esa es nuestra característica principal, la garra, la actitud y el coraje, pero doy certeza y quienes vieron los partidos del Tigre pueden corroborarlo, de que el equipo tiene una gran cuota de buen fútbol, jugó bien y con eso también ganamos muchos partidos; por tanto no todo es garra, ya que solo con ella no alcanzaría. También son otras cosas, como dijimos, eso de no desistir nunca, de demostrar que este grupo no se rinde, que The Strongest es un club inclaudicable en todo momento, pese a que perdimos partidos, perdimos puntos increíbles y muchas otras cosas.
— ¿Cuáles fueron los momentos más duros que pasó el equipo durante este torneo?
— Fue luego de que perdimos el segundo clásico, porque nos quedamos a siete puntos del líder y además en eso salió a hablar mucha gente, decía que solo tendríamos que pelear por el segundo lugar y cosas parecidas; entonces el grupo se sintió muy tocado en su orgullo. Las críticas nos llovieron hasta por parte de nuestra misma gente, pero con lo hecho este domingo y mucho antes cerramos muchas bocas y nos demostramos a nosotros mismos que cuando estamos convencidos y tenemos fe, podemos conseguir el objetivo principal trazado.
— ¿Algo tiene que ver la historia del club o eso es pura teoría?
— Tiene mucho que ver, porque el pasado nos señala que el Tigre siempre se levantó de batallas difíciles. The Strongest perdió a todo su equipo en Viloco y al año siguiente volvió a ser campeón, ése y otros son ejemplos que marcan al club y nosotros, al ser parte de la institución, pienso que estamos marcados y contagiados de que si queremos podemos, ese es nuestro destino. No claudicar, no desistir, no mirar atrás, sino ver los tres puntos que vienen, los otros tres y así sucesivamente.
— ¿Cuál fue el partido o los que ayudaron a arrancar rumbo a la obtención del título?
— Me parece que las visitas que hicimos a Santa Cruz, la misma prensa las calificó como pruebas decisivas por los rivales, por el infierno a propósito de la temperatura y otros factores. Desde ahí nos pusimos más firmes, esto sin desmerecer al resto de los partidos que jugamos, y los puntos que ganamos, porque todos fueron muy importantes; sin embargo, creo que en Warnes y Montero fueron las pruebas más difíciles.
— Dicen que cuando The Strongest está más presionado es cuando mejor rinde...
— Es que no teníamos otras opciones y sumamos, cualquiera fuera el rival que teníamos al frente. Creo que se hizo una campaña casi perfecta, porque ganamos los últimos seis partidos y no perdimos los últimos nueve cotejos, entonces todo eso ayudó bastante.
— ¿Por qué el Tigre se jacta de contar con el mejor grupo del fútbol boliviano?
— Porque nosotros pensamos y practicamos que por encima de todo está el grupo, el equipo, y no uno solo, y eso pasa desde el primer título que ganamos. Cada quien tiene su cuota personal para el club, tiene su historia propia dentro del club y también en el fútbol boliviano, pero uno solo no hace nada, sino que está la suma de todos. Podemos jugar bien, más o menos o mal, pero tenemos actitud y carácter.
— ¿Qué otro factor marca a este cuarto título logrado?
— Veníamos complicados, con un puntaje lejos de los líderes, pero al final nos tocó que comparando con los tres anteriores títulos, en éste hicimos 45 puntos, una cifra bastante elevada con relación a cada uno de aquellos cetros conquistados, los del tricampeonato.
— ¿Le diría algo a la afición o al plantel bolivarista?
— Creo que no soy el más indicado para referirme a ellos o a mis colegas futbolistas de Bolívar. Creo que lo bueno de todo esto es que se demuestra que en La Paz están los dos clubes más grandes de Bolivia, pelearon la Liga y participarán en otro torneo internacional. Bolívar hizo un gran campeonato, pero nos tocó a nosotros ganarlo, porque también hicimos lo nuestro y se dieron los resultados. Solo puedo desearles lo mejor y seguro al siguiente torneo otra vez vamos a pelear por una nueva estrella.
— Estamos a fin de año, ¿qué balance hace de todo lo que ocurrió en este 2013?
— Como equipo creo que cerramos una campaña excelente. El primer semestre fue complicado porque encaramos la Liga y la Libertadores en la que se hizo difícil pelear frente a rivales de mucho peso. El segundo semestre fue positivo y bastante regular, que es lo que al final determina que todo este año sea tomado como favorable para nosotros.
— ¿En 2014 será posible atender con éxito la Copa y la Liga?
— El primer paso es pasar la ronda de grupos de la Copa, ese debería ser un primer objetivo. En la anterior jugamos bien, pero nos faltaron los resultados. El otro objetivo es atender la Liga, porque mediante ella estamos en otra Copa. Son dos objetivos grandes que los vamos a buscar y aquí vuelve el tema de no claudicar, por más duro que sea. Vamos a pelear en los dos frentes con responsabilidad; si bien no será fácil, pero vamos a luchar.
— ¿Qué pasará con usted a mitad del próximo año?
— Mi contrato concluirá en mayo y si en el Tigre se renueva la directiva, como se ha adelantado, habrá que ver qué piensan los nuevos dirigentes y si están interesados en mi persona. Quiero seguir en el club, pero no depende de mí. Y por ahí le pediré al presidente (Kurt) Reintsch que revise su decisión y que continúe.
— ¿Y así acabar su carrera futbolística en el Tigre?
— Me encantaría, sería lo más justo, tanto para el club como para mi persona, por el gran complemento que se dio desde la primera vez que estuvimos juntos; pero veremos qué dice el destino, qué sorpresas nos tiene. En todo caso, aquí me siento como en mi casa.
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