Apareció a los 35 segundos del partido cuando le cometió una falta a Lionel Messi. Ronald Rivero comenzó así a frenar el brillo de la estrella del Barcelona y de la selección argentina, ayer en una exitosa tarea que le llevó a convertirse en una de las figuras de la goleada de 6-1 que Bolivia le propinó a la Argentina.
Su labor fue incesante y logró controlar a Carlos Tévez. Fue la muralla que frenó las iniciativas de ambos arietes albicelestes.
Cumplió a fidelidad el manual de un buen defensor. Se anticipó a las jugadas del ataque visitante, fue rápido, preciso en los toques de salida, todo un trabajador que no buscó deslumbrar para mostrar su solvencia en la última línea del equipo boliviano.
A esas virtudes le agregó la acertada sociedad y complementación que logró con Juan Manuel Peña, el veterano zaguero con el que puso un alto a la genialidad Messi y Tévez. Una buena dupla, tomando en cuenta que se trató de la segunda vez que se encontraron en la selección.
Aunque no siempre fue así. A los 18 minutos de la primera mitad, en una gran jugada, el atacante del Barza le dejó en el camino, envió un pase para su socio del Manchester United, quien le devolvió gentilezas y Messi culminó la jugada con un remate que fue desviado por el guardameta verde Carlos Arias.
Una de sus más destacadas intervenciones fue a los 26 minutos del segundo tiempo. La “Pulga” volvió a explotar con velocidad y tras rebasar la marca de Ignacio García y de Mauricio Saucedo se encontró con una luz que opacó su presencia, Rivero. El futbolista de Universitario de Sucre le arrebató el balón y salió jugando, una constante en casi todos los embates de la estrella.
La Frase
Aunque no brilló demasiado, fue un obrero en la cancha, fue exigente con su trabajo.
Eduardo Villegas, DT de Universitario.
Su labor fue incesante y logró controlar a Carlos Tévez. Fue la muralla que frenó las iniciativas de ambos arietes albicelestes.
Cumplió a fidelidad el manual de un buen defensor. Se anticipó a las jugadas del ataque visitante, fue rápido, preciso en los toques de salida, todo un trabajador que no buscó deslumbrar para mostrar su solvencia en la última línea del equipo boliviano.
A esas virtudes le agregó la acertada sociedad y complementación que logró con Juan Manuel Peña, el veterano zaguero con el que puso un alto a la genialidad Messi y Tévez. Una buena dupla, tomando en cuenta que se trató de la segunda vez que se encontraron en la selección.
Aunque no siempre fue así. A los 18 minutos de la primera mitad, en una gran jugada, el atacante del Barza le dejó en el camino, envió un pase para su socio del Manchester United, quien le devolvió gentilezas y Messi culminó la jugada con un remate que fue desviado por el guardameta verde Carlos Arias.
Una de sus más destacadas intervenciones fue a los 26 minutos del segundo tiempo. La “Pulga” volvió a explotar con velocidad y tras rebasar la marca de Ignacio García y de Mauricio Saucedo se encontró con una luz que opacó su presencia, Rivero. El futbolista de Universitario de Sucre le arrebató el balón y salió jugando, una constante en casi todos los embates de la estrella.
La Frase
Aunque no brilló demasiado, fue un obrero en la cancha, fue exigente con su trabajo.
Eduardo Villegas, DT de Universitario.
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