Era un jugador ‘exquisito’ con la pelota, hábil al enfrentar al rival y muy rápido para ir desde el área propia hasta la contraria. Se trata de Wilson Herbas, que desde muy niño se afincó en Montero, donde en su niñez jugó al fútbol en los campeonatos intercolegiales representando a su colegio, Holly Cross.
Siendo todavía estudiante debutó en primera en las filas de Guabirá, para de ahí pasar, en 1971, a Oriente Petrolero, que requirió de sus servicios como refuerzo para disputar la Copa Libertadores, enfrentándose a San Lorenzo y River de Argentina.
En el equipo albiverde fue donde consiguió sus mejores glorias y donde formó parte de un equipo que era una constelación de ‘estrellas’, afirma.
En un principio tuvo que jugar de siete en el club refinero, debido a que en esos tiempos jugaba René Domingo Taritolay como ocho. Era un ‘señor’ jugador y no había cómo disputarle el puesto, asegura.
Eran los tiempos en que se jugaba 4-3-3 y donde los mediocampistas tenían que recorrer toda la cancha para poder apuntalar a la delantera. Cuenta que tuvo en Toninho al compañero ideal, con el que hacía jugadas ‘espectaculares’, pero como en esos tiempos no había tanta ‘tele’, sólo quedaban en la retina de los espectadores.
Recuerda a jugadores como Ladislao Giménez, Campos, Antelo, Arias, Pedrozo, Ñarrí Méndez, Pedrozo, Taritolay, Toninho, Dedé y Jesús, con los que conformó uno de los mejores equipos de Oriente de todos los tiempos.
Pese a ser mediocampista, fue el segundo goleador en 1973, sólo superado por Dedé.
Recuerda especialmente un gol que metió Toninho frente a Alianza Lima en Perú, por la Libertadores, luego de una hermosa jugada suya, casi al filo de la cancha. En ese tiempo el equipo peruano estaba conformado por grandes estrellas, como Cubillas, La Rosa, Oblitas, Canosa y muchos otros jugadores que venían de disputar el mundial de Argentina de 1978.
Luego de permanecer 11 años en filas orientistas, fue transferido a Real Santa Cruz, club en el que sólo jugó seis meses y, debido a un malentendido con el técnico, decidió colgar los botines.
Perfil
Un máster en seguros
Wilson Herbas Terceros nació en Cochabamba, en el hogar de los esposos César Herbas y Martha Terceros. Casado, con Martha Aguilera y tiene tres hijos: Christian, Julio César (que jugó en la Tahuichi) y Natalia; además de un nieto, Julio César Herbas Balcázar, de 7 meses. Es máster en seguros. Se jubiló de YPFB y juega en dos equipos de la Mutual, en séniors y superséniors.
Siendo todavía estudiante debutó en primera en las filas de Guabirá, para de ahí pasar, en 1971, a Oriente Petrolero, que requirió de sus servicios como refuerzo para disputar la Copa Libertadores, enfrentándose a San Lorenzo y River de Argentina.
En el equipo albiverde fue donde consiguió sus mejores glorias y donde formó parte de un equipo que era una constelación de ‘estrellas’, afirma.
En un principio tuvo que jugar de siete en el club refinero, debido a que en esos tiempos jugaba René Domingo Taritolay como ocho. Era un ‘señor’ jugador y no había cómo disputarle el puesto, asegura.
Eran los tiempos en que se jugaba 4-3-3 y donde los mediocampistas tenían que recorrer toda la cancha para poder apuntalar a la delantera. Cuenta que tuvo en Toninho al compañero ideal, con el que hacía jugadas ‘espectaculares’, pero como en esos tiempos no había tanta ‘tele’, sólo quedaban en la retina de los espectadores.
Recuerda a jugadores como Ladislao Giménez, Campos, Antelo, Arias, Pedrozo, Ñarrí Méndez, Pedrozo, Taritolay, Toninho, Dedé y Jesús, con los que conformó uno de los mejores equipos de Oriente de todos los tiempos.
Pese a ser mediocampista, fue el segundo goleador en 1973, sólo superado por Dedé.
Recuerda especialmente un gol que metió Toninho frente a Alianza Lima en Perú, por la Libertadores, luego de una hermosa jugada suya, casi al filo de la cancha. En ese tiempo el equipo peruano estaba conformado por grandes estrellas, como Cubillas, La Rosa, Oblitas, Canosa y muchos otros jugadores que venían de disputar el mundial de Argentina de 1978.
Luego de permanecer 11 años en filas orientistas, fue transferido a Real Santa Cruz, club en el que sólo jugó seis meses y, debido a un malentendido con el técnico, decidió colgar los botines.
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Un máster en seguros
Wilson Herbas Terceros nació en Cochabamba, en el hogar de los esposos César Herbas y Martha Terceros. Casado, con Martha Aguilera y tiene tres hijos: Christian, Julio César (que jugó en la Tahuichi) y Natalia; además de un nieto, Julio César Herbas Balcázar, de 7 meses. Es máster en seguros. Se jubiló de YPFB y juega en dos equipos de la Mutual, en séniors y superséniors.
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