Su impensado ingreso al campo de juego puso nerviosa a toda la hinchada celeste que en el entretiempo del juego contra Real Potosí esperaba que Carlos Arias se recupere del golpe que había sufrido. Tras el descanso, cuando los celestes volvieron al campo de juego, lo hicieron con Heber Farfán en el arco.
El arquero de 26 años, oriundo de Irupana, fue sorprendido con la decisión. Su esposa (Elizabeth), quien trabaja como control de puertas para el Bolívar, se enteró que su esposo Heber estaba jugando e inmediatamente se fue hasta el sector de la preferencia y con lágrimas de felicidad observó el resto del segundo tiempo.
“Mi esposa estaba llorando, pero de alegría, ya que durante mucho tiempo esperé esta oportunidad y felizmente se presentó. Cuando la vi en la tribuna de preferencia me trasladó esa su alegría al campo de juego y me puse a lagrimear en pleno partido”, contó luego del partido.
A la conclusión del encuentro que ganaron los celestes, los esposos Farfán se confundieron en un abrazo de felicidad porque en su interior sabían que al padre de familia le había llegado la oportunidad de mostrar sus condiciones y la posibilidad de cambiar la racha adversa por la que atravesaron en los últimos tiempos.
“Cuando terminó el juego nos abrazamos y nos pusimos a llorar de alegría sólo faltaba mi hija (Naomí), pero ella se quedó con la abuela porque nosotros teníamos que trabajar”, manifesto.
Respecto al sueño de tener mejores días, Farfán recordó que en los meses anteriores no le fue bien. “Realmente sufrimos mucho con mi esposa. Recuerdo que en el 2007 no teníamos para pagar el alquiler y la dirigencia de Iberoamericana me ubicó en las habitaciones del Centro de Formación del club (Bolívar).
A principios de año, el arquero pidió una oportunidad en la Academia para mostrar sus condiciones, pero la dirigencia le dijo que no tenía posibilidades de quedarse en Bolívar porque habían arreglado con Carlos Arias, Mauricio Sahonero y Manuel Sánchez.
Farfán se acercó a Marco Antonio Sandy y lograron que Jorge Habegger pueda admitirlo en los entrenamientos. Luego de un mes, el ex técnico dio su visto bueno y el arquero de los Yungas siguió trabajando en espera de una oportunidad que llegó el sábado.
“Me sorprendió mucho esta posibilidad de jugar porque yo no estaba en planes ni para ir a la banca. A última hora me llamaron para concentrar, ya que Sahonero tuvo problemas familiares y luego se lesionó Carlos Arias. Estaba nervioso, pero me agrandé cuando le atajé el mano a mano a Isidro Candia”, contó.
El arquero
La llegada
Farfán llegó en 1999 a Bolívar, con sólo 17 años. Entrenó al lado de Gustavo Geloz y Damián Maltagliatti. El guardameta integró el equipo bicampeón de la Academia en el 2002.
Trayectoria
El cuidapalos defendió los colores de Iberoamericana, 2004 y 2005. En la gestión 2006 militó en Zuraca de la Primera A y el año pasado volvió a Ibero.
El arquero de 26 años, oriundo de Irupana, fue sorprendido con la decisión. Su esposa (Elizabeth), quien trabaja como control de puertas para el Bolívar, se enteró que su esposo Heber estaba jugando e inmediatamente se fue hasta el sector de la preferencia y con lágrimas de felicidad observó el resto del segundo tiempo.
“Mi esposa estaba llorando, pero de alegría, ya que durante mucho tiempo esperé esta oportunidad y felizmente se presentó. Cuando la vi en la tribuna de preferencia me trasladó esa su alegría al campo de juego y me puse a lagrimear en pleno partido”, contó luego del partido.
A la conclusión del encuentro que ganaron los celestes, los esposos Farfán se confundieron en un abrazo de felicidad porque en su interior sabían que al padre de familia le había llegado la oportunidad de mostrar sus condiciones y la posibilidad de cambiar la racha adversa por la que atravesaron en los últimos tiempos.
“Cuando terminó el juego nos abrazamos y nos pusimos a llorar de alegría sólo faltaba mi hija (Naomí), pero ella se quedó con la abuela porque nosotros teníamos que trabajar”, manifesto.
Respecto al sueño de tener mejores días, Farfán recordó que en los meses anteriores no le fue bien. “Realmente sufrimos mucho con mi esposa. Recuerdo que en el 2007 no teníamos para pagar el alquiler y la dirigencia de Iberoamericana me ubicó en las habitaciones del Centro de Formación del club (Bolívar).
A principios de año, el arquero pidió una oportunidad en la Academia para mostrar sus condiciones, pero la dirigencia le dijo que no tenía posibilidades de quedarse en Bolívar porque habían arreglado con Carlos Arias, Mauricio Sahonero y Manuel Sánchez.
Farfán se acercó a Marco Antonio Sandy y lograron que Jorge Habegger pueda admitirlo en los entrenamientos. Luego de un mes, el ex técnico dio su visto bueno y el arquero de los Yungas siguió trabajando en espera de una oportunidad que llegó el sábado.
“Me sorprendió mucho esta posibilidad de jugar porque yo no estaba en planes ni para ir a la banca. A última hora me llamaron para concentrar, ya que Sahonero tuvo problemas familiares y luego se lesionó Carlos Arias. Estaba nervioso, pero me agrandé cuando le atajé el mano a mano a Isidro Candia”, contó.
El arquero
La llegada
Farfán llegó en 1999 a Bolívar, con sólo 17 años. Entrenó al lado de Gustavo Geloz y Damián Maltagliatti. El guardameta integró el equipo bicampeón de la Academia en el 2002.
Trayectoria
El cuidapalos defendió los colores de Iberoamericana, 2004 y 2005. En la gestión 2006 militó en Zuraca de la Primera A y el año pasado volvió a Ibero.
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