Fernando Saucedo Pereira empezó su carrera futbolística a los 10 años en la "Tahuichi" y duró siete años, porque Oriente Petrolero se lo llevó a sus filas. El mediocampista supo desenvolverse, su buen juego en el medio lo hizo titular indiscutible en el onceno. No tuvo una buena relación con una parte de la hinchada, eso le afectó como persona y profesional. A mediados del 2014 se quería ir, pero el profesor Villegas lo convenció y se quedó. En enero no aguantó más y se fue a Guabirá. Hoy por hoy, el "Menona" (como llaman sus amigos) es una de las figuras de los azucareros, ha marcado tres goles y son punteros en el Nacional B.
¿Qué te pareció Guabirá?, ¿El cambio de un equipo de la liga a uno de la 'B'?
F.S.: El ambiente a mí me sorprendió. Antes de ir pensé muchas cosas, que no es un equipo de primera, algunos compañeros me comentaron que faltaban algunas cosas, que no era como en Oriente. Cuando llegué vi la forma de trabajo, me admiré, porque se trabaja muy bien, se hace todo como para ascender y creo que la dirigencia hizo un gran esfuerzo para que se forme un equipazo.
Entrnás en Montero y vivís acá, ¿Cómo hacés con tus horarios?
F.S.: Los días de pretemporada fueron muy fuertes, porque entrenábamos a las 6:00 de la mañana, el primer turno. Me iba a las 4:00 de Santa Cruz, como no concentramos llegaba a las 21:00 recién a mi casa, fueron ocho días que estuve así. Ahora entreno a las 8:30 y me voy a las 19:00. Normalmente jueves, que es cuando se hace fútbol, es en la tarde. Todo es como profesional.
¿Quién hizo el contacto con los azucareros?
F.S.: Fue el presidente, Keko Álvarez, quien llamó a los dirigentes de Guabirá para cederme en calidad de préstamo y ellos aceptaron. Tenía la posibilidad de irme a Ciclón de Tarija, me llamaban todos los días, pero decidí quedarme aquí, porque está mi casa, mi familia y porque Guabirá tiene pretensiones de subir.
¿Ya tenías intenciones de irte?
F.S.: En junio (2014) yo me iba a ir, pero llegó el profe Villegas. Anteriormente, él me había hablado para que me vaya a The Strongest pero los de Oriente no me dejaron. Entonces él habló conmigo, me preguntó cómo estaba, yo le dije que no me sentía bien y me sugirió que lo intente, que conocía mi potencial, me convenció para que me quede.
¿Tenías diferencias con la dirigencia o la barra?
F.S.: Mi problema era con el público, que muchas veces no se da cuenta que influye en el jugador, aunque se piense que uno tiene que ser profesional y que no importa lo que le digan, pero también somos humanos. Ahí ves el problema de Duk. La gente va al estadio a desestresarse, no va a alentar y no se dan cuenta que perjudican al equipo.
¿Eso te afectó?
F.S.: El problema mental es mucha cosa para el futbolista, el estar tranquilo es lo mejor que le puede pasar. Ahora me siento tranquilo. Todos los partidos termino y llego a mi casa contento. El presidente y el técnico veían como terminaba deshecho después de cada encuentro, por más que no haya jugado. Para mí lo importante es la tranquilidad que tengo y que puedo jugar en paz.
¿Has tenido contacto con The Strongest y Blooming?, ¿Te imaginás jugar en el otro bando?
F.S.: Claro, uno se pone a pensar en muchas cosas, pero es un trabajo, hay que ser profesional en esto, hay que defender los colores del equipo que te da de comer, porque uno vive de esto. También desde niño soy hincha de Oriente a muerte y jugué 7 años allí. De seguro al principio será difícil, pero uno se acostumbra a todo.
'Mi problema era con el público que muchas veces no se da cuenta que influye'
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