lunes, 16 de marzo de 2015

Hernán Cayo era delantero, sin embargo donde se consagró como jugador fue como lateral por la banda izquierda.



Cuando se inició en el fútbol Hernán Cayo era delantero, sin embargo donde se consagró como jugador fue como lateral por la banda izquierda. Lo descubrió el periodista Mario Cucho Vargas en 1963, en Tupiza, durante el Campeonato Nacional de Selecciones Departamentales Castel Quiroga, torneo organizado por la Federación Boliviana de Fútbol (FBF). El entonces director de la revista Panorama escribía en sus notas que Cayo tranquilamente podía jugar en cualquier club de La Paz.

En tiempos en que el fútbol de asociaciones era de primerísimo nivel, Unión Maestranza de Viacha le envió los pasajes para que Cayo llegara desde Villazón. “A punto de cumplir 17 años llegué a La Paz, era 1964 y me fui a Viacha, pero allí dirigentes de 31 de Octubre me contactaron y me llevaron al club, querían ver cómo jugaba. Era atrevido, pícaro, veloz y después de mi primer entrenamiento me llevaron a firmar contrato”, recuerda.

Con el club que pertenecía a la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) jugó incluso la Copa Libertadores de América. “Fue allí donde me hicieron actuar como lateral izquierdo”. En su memoria aún está fresco un partido en La Paz contra el argentino Racing Club, campeón del mundo en 1967.

Mario Mercado y Luis Eduardo Siles, dirigentes de Bolívar, vieron las condiciones que Cayo tenía y lo contrataron. Lució durante varios años la camiseta celeste, en dos temporadas fue el capitán. “Me querían mucho por mi entrega en la cancha, en cada partido fácilmente perdía dos o tres kilos”.

También militó en The Strongest. El entonces presidente atigrado Rafael Mendoza y la dirigente Marina Azcárraga lo convencieron para pasar a la acera del frente. “Allí era entrega, amor a la camiseta, no pagaban tanto como ahora, los jugadores respetaban a los dirigentes, cómo no hacerlo si personalidades de la talla de Mercado, Mendoza, Chichi Siles, Lauro Ocampo, Alberto Alem y otros dirigían los clubes del país y ponían (dinero) de su bolsillo sin retorno”. Su carrera terminó en Aurora de Cochabamba.

No pudo estar en las eliminatorias para el Mundial de México 1970. “La prensa pedía que juegue, pero el entrenador (Freddy Valda) se encaprichó y me quiso hacer jugar por el otro lateral y me marché. Jugué solo amistosos”. No olvida los espacios que le dedicó incluso la revista argentina El Gráfico, por las notables condiciones que exhibía.

Nació en Villazón

Perfil

Luis Hernán Cayo Thames nació en Villazón el 19 de agosto de 1946.

Familia

Se casó con Jenny Sivila, sus hijos son Grisel, Roberto y Sheyla. Tiene seis nietos.

Libro

Vivencias y convivencias es un libro que rememora su trayectoria.

Trajo al país a varios jugadores del norte argentino

Con frecuencia deja Villazón y viaja a la ciudad argentina de Salta para observar torneos juveniles. Allí hay futbolistas cuyos padres son bolivianos, a varios los trajo al país. “De casualidad estuve por la ciudad de Hipólito Yrigoyen, en un partido estaba Gerardo Yecerotte, un buen delantero que estuvo en Real Potosí y ahora milita en Bolívar, y le va bien; pienso que incluso puede ser un aporte para la selección nacional”.

Hizo lo mismo con Alejandro Bejarano para que jugara en San José. El volante de creación siguió su carrera en Wilstermann, The Strongest y ahora está en Universitario de Sucre En su lista además están el zaguero Sandro López y el arquero Gustavo Geloz. “A varios los encontré en torneos de barrios en Jujuy”, cuenta.

Hernán Cayo reside en su Villazón natal, vive de los alquileres de algunos inmuebles que tiene allí y en Jujuy, donde está su hijo mayor. “No me falta para vivir, tampoco me sobra, estoy solo con mi señora, mis hijos hicieron su vida, formaron sus familias, son profesionales y les va bien”.

Con apoyo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos Corporación escribió un libro titulado Vivencias y convivencias, en el que relata su trayectoria como futbolista, también los planes que tiene para la búsqueda de talentos deportivos en escuelas urbanas y rurales del país, y sus esporádicas incursiones en la actividad periodística. El apoyo para que el material sea publicado fue del fallecido Carlos Villegas, quien presidió esa entidad.

“También hice algo de periodismo, cubrí la preparación de la selección argentina en la ciudad de La Quiaca antes de un partido de eliminatorias contra Bolivia, el resultado del lance jugado en el estadio Hernando Siles fue empate 3-3”, recordó Cayo. Desde Villazón sigue lo que pasa con el fútbol actual, tanto con los torneos de Liga como la presencia de los bolivianos en la Copa Libertadores. Dice que será difícil, pero que Bolivia puede volver a jugar un Mundial.


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