Romel Quiñónez está de regreso en Bolívar. El arquero que también integró la selección nacional jugará su partido número 20 en Copa Libertadores de América, este miércoles, cuando la Academia visite al Delfín de Manta en el inicio del grupo 2.
El año pasado fue transferido por seis meses a Oriente Petrolero. A su vuelta a la Academia en 2018 también ha recuperado la titularidad.
— ¿Cómo estás?
— Me encuentro contento y bien porque el técnico me está dando confianza, sigo ganando minutos de juego y, sobre todo, con el grupo estamos haciendo un buen torneo. Además, retornar al club fue como volver a casa y por todo ello me siento bien. Siempre hay más exigencia, más retos por cumplir.
— ¿Bajaste los kilos de más?
— Estoy bien, perdí 11 kilos de sobrepeso, creo que hice un buen trabajo junto con los preparadores físicos, estoy cerca de mi peso ideal de 86 kilogramos y creo que ello repercutirá en mi rendimiento. En cada práctica me siento mejor, si bien aún debo trabajar más para demostrar regularidad en mi desempeño, creo que anímicamente estoy bien. Quedaron atrás esas dos lesiones que me afectaron bastante en la anterior temporada, el problema que tuve en la muñeca derecha que mereció una intervención quirúrgica y luego la operación en la rodilla derecha; pude superar esos problemas gracias a la ayuda de los médicos del club que trabajaron bastante y el apoyo de mi familia y compañeros.
— ¿Por qué eres propenso a subir de peso?
— Bueno, sí. En el periodo de descanso, cuando me voy a compartir con mi familia a San José de Chiquitos, no puedo resistir a servirme los platos favoritos que prepara mi madre Adela, que me da gusto en todo y ello me deja con algunos kilos demás; luego cuesta bajar, pero es un momento de compartir con el entorno familiar, con mis padres, mi hermanos y mi familia, por lo que uno también debe compartir después de que en toda la temporada nos restringimos de muchas cosas. Sin duda alguna, en mis descansos soy gustoso, me sirvo de todo y olvido la dieta.
— ¿Cómo te encuentra está edición de la Copa Libertadores?
— Anímicamente, al cien por ciento, creo que empezar a disputar la fase de grupos de entrada es una gran motivación para todo el plantel, sabemos que debemos prodigarnos para encarar un grupo fuerte, exigente y difícil, porque los planteles que nos tocaron como rivales tienen tradición en este torneo, como el caso del chileno Colo Colo y del colombiano Atlético Nacional. Ahora, todos sabemos que el fútbol ecuatoriano tiene un buen nivel y Delfín Sporting seguramente buscará mostrar aquello, por eso creo que en lo personal será un lindo desafío el volver a tener la oportunidad de jugar un torneo internacional de estas características.
Romel junto a su pareja Naisa Pañuni (der.), su hermano Luis Esteban y Adolfo Fernández (izq.), un amigo de la familia. Foto: Oswaldo Aguirre
— ¿Sabes qué número de participación será para vos?
— Yo jugué ya cuatro ediciones de la Copa Libertadores de América. El mayor y grato recuerdo que tengo al igual que varios de mis compañeros que siguen en el plantel es esa gran campaña que hicimos en 2014 con Xabier Azkargorta, pues llegamos a la fase semifinal del torneo.
En lo personal si parto de titular el miércoles en Manta será mi vigésimo partido, hasta el momento jugué en 19 ocasiones y espero poder tener continuidad, pero sé que solo lo podré lograr teniendo buenos rendimientos.
— ¿La idea de volver a la selección y jugar en el exterior persiste?
— Bueno, uno siempre trabaja para cumplir objetivos y en mi caso quiero volver a pelear la titularidad en la selección nacional, ahora es una gran oportunidad que me da la Copa Libertadores de América para evaluar rendimiento y progresos. Uno siempre quiere estar en una lista de la selección y en base a una buena producción mostrarse hacia afuera para tener posibilidades de salir. Tengo 25 años y si bien por las lesiones en algún momento llegué a pensar en dejar de jugar, ahora sueño con llegar lejos. Si algún jugador después de sufrir lesiones serias dice que no pensó en dejar, es mentira, porque uno sufre demasiado junto con la familia, son momentos difíciles en todo sentido, desde el mental te pasan una serie de pensamientos, luego viene el temor de volver a empezar a trabajar la parte física y, finalmente, cuesta volver a tener continuidad y competencia; sin embargo, todo eso te hace madurar como persona y como jugador te fortalece, felizmente yo pasé ya y tengo la alegría de que me cambió y me ayudó a crecer.
— ¿Cómo está Bolívar?
— Nos sentimos bien, comenzamos bien el torneo y ello nos da confianza y, sobre todo, motivación para continuar creciendo a nivel de grupo. El objetivo es muy claro, poder alcanzar el tricampeonato; sabemos que falta mucho, por ejemplo, trabajo táctico para implementar lo que quiere el técnico, pero considero que estamos por buen camino, partido a partido se va mejorando, creciendo en todas la líneas y ello nos permite avizorar un buen futuro.
— Tienes contrato con Bolívar por dos años más, ¿y después?
— Sí, el contrato indica dos años más en el club, pero uno siempre tiene esa predisposición de continuar, porque aquí me formé, debute, es prácticamente mi casa, la institución más grande del país donde te tratan de lo mejor y gracias a Dios tengo trabajo, por ello siempre le daré prioridad. En todo caso, el tiempo pasa y uno se mete en la cabeza metas. Hay que esperar, por ahora la idea es hacer buenas campañas.
— ¿Es cierto que un hermano menor está siguiendo tus pasos?
— Sí, Luis Esteban se inclinó por ser arquero, actualmente está en la categoría Sub-16 de Bolívar, está trabajando en su formación, creo que tiene condiciones y sería lindo tener otro hermano en el fútbol.
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