Es de aquellos jugadores odiado por unos y aclamado por otros. Él se justifica y dice que eso pasa cuando una persona es frontal. Pero más allá de los conflictos y enfrentamientos verbales fuera de la cancha, nadie puede discutir lo que fue, o tal vez es, Julio Baldivieso como jugador. Su último club fue Bolívar, este año, de donde salió tras un ‘cortocircuito’ con el entonces entrenador Víctor Hugo Antelo. ¿Fue su retiro definitivo? Él dice que no, que hoy estaría en un club de primera si se hubiera abierto el libro de pases. Mientras tanto, alista su retorno al fútbol grande, aunque no quiso especificar cuándo ni por cuánto tiempo será.
- ¿Dejás el fútbol?- No, al contrario, pienso volver. Tengo 35 años, y no fraguados, que hacen que uno pueda seguir pensando en volver en adelante. Hubo gente que jugó hasta los 40 y hasta se dio el lujo de llegar a la selección.
- ¿Seguís pensando que es Bolívar el equipo ideal para decirle adiós a esta actividad?
- No importa el club, porque ustedes saben de la forma que salí de Bolívar. Lastimosamente uno no sabe con qué clase de mediocre o resentido se va a encontrar. Pero bueno, las cosas se dieron así, y de repente algún personaje se debe sentir feliz por haberme sacado de esa forma, pero gracias a Dios, la gente no tiene amnesia y sabe lo que uno ha hecho por el país.
- ¿Por qué cuando llegás a Bolívar se va Marco Sandy?- Habría que preguntarle a él, porque yo nunca tuve un problema directo con Marco, ni en Bolívar ni en la selección. Lo que sí queda claro es que la palabra compañero no incluye la palabra amistad. Habrá que respetar sus motivos, pese a que yo, en su momento, cuando me entero de su decisión, ofrecí irme, porque tenía otras opciones, pero ellos (los dirigentes) insistieron en que me quedara por muchos aspectos que no puedo decir públicamente, y lo hice. Seguramente en su momento alguien tendrá el valor civil para salir al frente y decir la verdad.
- ¿Cuál es el verdadero motivo por el que te vas de Bolívar?- Me fui por el técnico que estaba en ese momento, por las calumnias que se dijeron y que todos ustedes ya saben, pero bueno, simplemente hay que darle tiempo al tiempo, porque creo que cuando dirigió este personaje, Bolívar pasó su peor momento futbolístico en años.
- ¿Por qué decís que ‘gracias a Dios la gente no tiene amnesia’?- No se olviden que jugué en 12 clubes profesionales, cosa que no es fácil, y en 8 fuera del país, un récord que va a pasar mucho tiempo para que alguien logre igualarlo, además de haber formado parte de una selección, como la del 93 y 94, que le dio muchas alegrías al país.
- A propósito de la selección, ¿cómo la ves ahora?- Como hincha, tengo la esperanza de volver a vibrar con ‘la verde’ y olvidarme, aunque sea por un rato, de los problemas sociales que vive el país. Espero que la selección nos regale alegrías, como en el 93 y 94, cuando había un ‘feeling’ increíble entre los jugadores y la gente. Era la época en que no te querían ni cobrar el taxi. Y bueno, como futbolista veo que hay jugadores bastante jóvenes, a los que se nota que les va a faltar experiencia en el terreno internacional. Pero bueno, ojalá que Erwin (Sánchez), Aragonés y todos los que conforman el cuerpo técnico, puedan amalgamar ideas, que es lo más importante para avanzar.
- ¿Cómo ves la idea de armar dos selecciones, una del llano y otra para jugar en la altura?- Creo que hay que ponerse a pensar que en el país somos sólo 10 y no 200 millones como en Brasil. Además, los jugadores con buen nivel son pocos y deben estar los mejores. Es cierto que tienen que adaptarse para jugar en la altura, porque ganando en La Paz -aunque lo veo difícil-, te asegurás un 95% de la clasificación. Tampoco hay que engañarse que a los orientales les afecta, pero el objetivo es buscar la forma en que logren adaptarse.
- De local, quiénes deben estar, ¿los mejores o los aclimatados?- Ambos, pero que estén en forma, porque en La Paz se ganan los partidos corriendo. De nada sirve jugar bien si perdés, eso es lo peor. Creo que talento hay, no como en la época en que se fue al Mundial, pero existe. Eso es algo clave.
- ¿Por qué criticabas que a la selección iban demasiados ‘cambas’ y que al final no rendían?- Creo que no me equivoqué, porque si en el 93 andaba bien la selección era porque todos los jugadores que vivían, o no, en la altura, nos aclimatamos a La Paz. Hoy en día es complicado, porque los del llano apenas tienen tres o cinco días para adaptarse, y no lo digo yo, está comprobado científicamente. Ésa era mi observación.
- Según tu criterio, ¿quién sobra y quién falta en la selección?- Aunque no soy quién, me animo a decir que Gatty Ribeiro hizo todos los méritos para estar. No me quiero meter en el tema de la convocatoria del seleccionador, pero me llamó la atención que el mejor jugador de los últimos meses no fuera llamado. Ustedes saben lo que puede aportar Gatty ahora recuperado futbolísticamente. Eso sí, quien toma la decisión es Erwin y eso está claro. Jugando en La Paz, Gatty servirá. Espero que lo llamen.
- ¿De cuál grupo no te olvidás?- El mejor grupo, y de ello también son conscientes Erwin, Aragonés y el ‘profe’ Vaca, fue la selección del 93, en la que aprendimos a llevarnos entre collas y cambas. Desgraciadamente estamos marcados de por vida por las diferencias, pero en el deporte se puede llevar.
- ¿Cuánto puede afectar esas diferencias entre cambas y collas?- Muchísimo. Cuando no hay ideas de grupo y no se convive como familia, todo se complica. Creo que no hay mayor éxito para un entrenador que lograr sintonía en el grupo, porque por más que tengás buenos jugadores, si se sienten las diferencias en la concentración, en el almuerzo y en las prácticas, es seguro que se va a notar en la cancha. En el 93 sabíamos en qué momentos tratarnos con los cambas.
- Pero, ¿en algún momento vos sentiste esa diferencia?- Siempre hay, por suerte, y gracias a Dios, en lo personal no le debo ningún favor a nadie, a ningún dirigente y menos a un entrenador. Me refiero a que jamás le pedí a alguien que me hiciera jugar o que me llevara a tal o cual lugar. La llave del éxito en Bolivia es llevarse bien entre orientales y occidentales.
- ¿Te ha traído problemas el decir las cosas como las sentís?- Sí, casi siempre. Y en esto le tengo que agradecer a mi señor padre, que me enseñó a decir lo que siento, a decir la verdad para bien o para mal. A medida que pasa el tiempo, las cosas que denuncié ahora se vienen aclarando y ustedes, como periodistas, saben de todo el daño que se me hizo. Así como hay dirigentes a los que es necesario sacarle el sombrero, hay otros que son unos vividores.
- ¿Creés que el positivo por dopaje tiene que ver con esto?- Por supuesto. Cuando Evo Morales estaba en campaña para la elección presidencial, había la propuesta concreta de crear un ministerio de deportes. Estaba hecho que iba a ser yo. Dije que mi primera tarea iba a ser la intervención de la FBF y la Liga para demostrar los malos manejos que había hasta ese momento. Y ellos no encontraron mejor forma que hacerme daño con el dopaje. Hasta el día que cierre mis ojos voy a pregonar mi inocencia en este tema.
- Vos tenés claro el tema de tu inocencia en el dopaje...- Yo he debido ser travieso, como cualquier joven en su momento, pero no daba para esto. ¿Quién no fue travieso?, es por eso que nadie puede señalar con el dedo a nadie, y mucha gente sabe a lo que me refiero. Lo que me pregunto, ¿cómo puede ser que en 15 días fuera sometido a tres pruebas y hubiera dado positivo en la del medio y no en la de tres días después? Además, lo otra cosa rara es que después de 27 días recién me avisan. Pero bueno, ustedes saben cómo es acá, el fútbol nacional desgraciadamente se maneja por celulares.
- Cuando dijistes que ibas a intervenir la FBF y la Liga como ministro, ¿apuntabas directamente a Castedo, Méndez u otro directivo?- No, no, no, yo no digo nombres; sólo le iba a demostrar a la gente que hubo malos manejos, de que cómo es posible que durante toda la vida se estén quejando de que no hay plata y no quieren dejar sus cargos. Resulta contraproducente. Si no tienen dinero, ¿por qué no se van a sus casas? Al fin de cuentas fútbol sin dirigentes hay, lo que no hay es fútbol sin jugadores.
- ¿Por qué decís eso?- Porque hay gente que se cree inmortal, los que sienten que no se los puede tocar con nada. No se olviden que hubieron dos dirigentes nefastos que fueron castigados de por vida por malos manejos dentro de la FBF y que de la noche a la mañana esas sanciones fueron levantadas. Hay que saber interpretar ese aspecto, porque haciendo un análisis de lo que pasa, se econtrarán sus propias respuestas.
- ¿Serías dirigente de algún club si te llegara la oportunidad?- Si me meto en ese terreno es para ser presidente de la FBF.
- ¿Es ése tu gran objetivo?- No, a lo que apunto primero es a convertirme en entrenador de la selección nacional; ése es uno de mis objetivos, no sé si a corto, mediano o largo plazo. Creo que capacidad no me falta y también cuento con los años de experiencia. Pero bueno, veamos que pasa. Pero sí me planteo ese objetivo, como persona y como profesional.
- ¿Estás estudiando para DT?- Lastimosamente acá no hay dónde, pero después de dejar el fútbol haré un curso por ahí para meterme de lleno. El mayor trabajo con un jugador está en lo psicológico, porque después, en lo táctico, creo haber aprendido bastante durante los 21 años que llevo como profesional y, si no lo hice, sería un burro, ¿no te parece?. Aprendí de muchos técnicos en mi carrera. Espero mi oportunidad.
- ¿Cuánto tiempo te queda de fútbol activo?- No merezco terminar, como cierto sujeto quiere que termine, entonces mi idea es volver a jugar, no sé si tres meses, seis, o un año, pero retirarme como merecemos todos aquéllos que llevamos en alto el nombre de Bolivia. Ése es el punto, y luego estudiar para aprender algo más. Y vuelvo a insistir, dirigir la selección y ser presidente de la FBF son mis objetivos.
- ¿Te animarías a hacer un partido de despedida?- Mucha gente me lo ha propuesto, incluso algunos empresarios, pero la verdad aún no lo he meditado, aunque sería lindo. De todas formas, queda tiempo para eso.
- ¿Cuál es tu realidad actual?- Simplemente esperando a que pasen los días, las semanas y los meses para volver a jugar. Además de rogarle a Dios por que vengan días mejores para los bolivianos, porque tanto problema social te hace pensar fríamente en lo que vendrá a futuro. Ojalá que nuestros gobernantes puedan ponerse de acuerdo y darnos mejores días.
- ¿Te seguís identificando con Evo y con el MAS?- Yo aposté por el cambio, como mucha gente, y fue por ello que obtuvo una votación abrumadora. Soy amigo del presidente, Evo Morales, como de otra gente en el Poder Ejecutivo, pero eso no quiere decir que compara el 100% de las cosas que hoy pasan. De todas formas aposté en su momento y mantengo mi postura porque no soy ningún cobarde para tirar la piedra y esconder la mano.
- Sos el jugador que más camisetas extranjeras vistió. ¿Dónde te sentistes más cómodo y dónde no te hubiera gustado haber llegado?- Fui feliz en todos lados, aunque haber estado en Japón y en Arabia quizá tiene un agregado especial, por todo lo que hice allá. Después, en el país, es Bolívar el club donde viví muchos momentos agradables. Eso sí, jamás voy a olvidar a Estudiantes, el equipo de mi familia, que tiene 50 años de vida.
- ¿Y la selección?- Fue lo mejor que me pasó. La clasificación para el Mundial en Guayaquil tras igualar con Ecuador (1-1), la inauguración del Mundial frente a Alemania en Estados Unidos 94 y el partido que le ganamos a Brasil un año antes en La Paz (2-0) son momentos imborrables, que ahora me provocan sólo nostalgia.
Las frases
“Habría que preguntarle a Sandy por qué se fue cuando llegué, yo no tuve problemas con él”
“Desgraciadamente, el fútbol en Bolivia se maneja por celulares. Eso es lamentable”
“Es clave que en un equipo se entiendan los collas y los cambas; si no, todo se pudre”
Perfil
Un hombre de temple
JulioCésar Baldivieso nació el 12 de diciembre de 1971 en Cochabamba. En Bolivia jugó en los clubes Wilstermann, Bolívar, Aurora y The Strongest. En el exterior, en Newell’s Old Boys (Argentina), Yokohama Marinos (Japón), Al Rayyan y Al Wakrah Sport (Qatar), Cobreloa (Chile), Barcelona y Deportivo Quevedo (Ecuador), y Caracas Fútbol Club (Venezuela).
Debutó en la selección nacional a los 19 años: fue en Santa Cruz, ante Paraguay, el 14 de junio de 1991. Lleva 80 goles con ‘la verde’ y está a uno de Víctor A. Ugarte.
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