Ciro Medrano y Ever Arandia le enseñaron los secretos del fútbol a Ruddy Cardozo en la Academia Tahuichi.
Ambos entrenadores vieron un diamante en bruto en el joven futbolista tarijeño, quien llegó a la Academia, procedente del Unión Central, aunque su carta de recomendación fue un nacional Sub-15 disputado en La Paz, cuando con la casaca roja y blanca de Tarija, deslumbró y los cruceños, quienes lo becaron sin ninguna dubitación.
“En la academia aprendí a ser un ganador, no me gusta perder ni siquiera en los entrenamientos. A esta actitud, habría que añadir el roce internacional que logré con la Tahuichi; viajé a Brasil, Uruguay, México, Venezuela y Argentina, donde tuve al frente a varios equipos de gran nivel”, cuenta el tarijeño, quien dice que si los equipos profesionales le dieran este alcance a las menores, otro sería el cantar en el fútbol.
Respaldo. Su padre, Ramiro Cardozo, su madre Zulma Fernández, y sus hermanos Nery, Luciana y Gian son el respaldo anímico que necesita en el fútbol competitivo.
“Mi familia siempre está conmigo, en especial mi madre (Zulma), quien radica en España y se contacta conmigo a menudo, al igual que mi padre. Pero en el caso de mi madre, ella se alegra con mis actuaciones, y siempre sigue mi carrera por la internet”.
Con el deseo de unificar a la familia, su meta principal está en triunfar con la casaca bolivarista, y luego de un par de años salir al fútbol del exterior.
“Mi techo es alto, tengo contrato de cuatro años con Bolívar, espero estar dos y luego ser transferido al exterior. Jugar afuera es una de mis metas, antes tengo que lograr algún campeonato con Bolívar”, afirma entusiasmado.
Ambos entrenadores vieron un diamante en bruto en el joven futbolista tarijeño, quien llegó a la Academia, procedente del Unión Central, aunque su carta de recomendación fue un nacional Sub-15 disputado en La Paz, cuando con la casaca roja y blanca de Tarija, deslumbró y los cruceños, quienes lo becaron sin ninguna dubitación.
“En la academia aprendí a ser un ganador, no me gusta perder ni siquiera en los entrenamientos. A esta actitud, habría que añadir el roce internacional que logré con la Tahuichi; viajé a Brasil, Uruguay, México, Venezuela y Argentina, donde tuve al frente a varios equipos de gran nivel”, cuenta el tarijeño, quien dice que si los equipos profesionales le dieran este alcance a las menores, otro sería el cantar en el fútbol.
Respaldo. Su padre, Ramiro Cardozo, su madre Zulma Fernández, y sus hermanos Nery, Luciana y Gian son el respaldo anímico que necesita en el fútbol competitivo.
“Mi familia siempre está conmigo, en especial mi madre (Zulma), quien radica en España y se contacta conmigo a menudo, al igual que mi padre. Pero en el caso de mi madre, ella se alegra con mis actuaciones, y siempre sigue mi carrera por la internet”.
Con el deseo de unificar a la familia, su meta principal está en triunfar con la casaca bolivarista, y luego de un par de años salir al fútbol del exterior.
“Mi techo es alto, tengo contrato de cuatro años con Bolívar, espero estar dos y luego ser transferido al exterior. Jugar afuera es una de mis metas, antes tengo que lograr algún campeonato con Bolívar”, afirma entusiasmado.
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