Pasaron casi nueve meses para que Juan Carlos Montenegro vuelva a jugar. La ‘joya’ de Guabirá superó una lesión complicado en la rodilla derecha que estuvo a punto de quitarle el sueño seguir haciendo lo que más le gusta, jugar al fútbol.
No fue nada fácil pasar tanto tiempo fuera de una cancha, le costó mucho poder recuperarse físicamente, pero sobre todo sicológicamente, ya que cuando se rompió el ligamento interno y el menisco de la rodilla derecha estaba en el mejor momento de su carrera, todos hablan de sus regates, su rapidez y su definición en el arco rival.
“Mi familia fue el mejor apoyo que tuve”, afirmó Montenegro, que en su momento pensó en que no iba a volver a ser el mismo de antes, es más, el dolor que sintió en las primeras semanas lo deprimieron demasiado, pero no se cayó anímicamente y comenzó a levantarse poco a poco, con mucha paciencia, pues una lesión de esa gravedad necesita de mucha tranquilidad y tiempo.
Reconoció que el club pagó la operación y el último mes de fisioterapia; sin embargo, contó que el resto de los meses (unos seis) tuvo que gastar de su bolsillo para recuperarse, ya que el dinero que gana, que es poco, no le alcanzaba por eso tuvo que pedir a la dirigencia que le ayude, pues tiene contrato vigente hasta 2020.
Por ahora, el extremo sigue ganando lo mismo que cuando firmó, en 2017, aunque lo que más le interesa es volver a ser titular y demostrar que tiene las condiciones como para percibir mucho más, ya que es uno de los jugadores distintos del fútbol nacional, una de las mejores apariciones de la pasada temporada.
Hace poco volvió a jugar y lo hizo como sabe, siendo el mismo futbolista encarador, siempre yendo para el frente, con mucho atrevimiento y además anotando. Lo hizo ni más ni menos que en su debut en un torneo internacional, contra Liga Deportiva de Quito, en Montero. Su gol le estaba dando la clasificación al equipo azucarero, pero sobre el final los ecuatorianos anotaron y quedaron eliminados (los rojos vencieron por 3-2 en la Caldera).
Montenegro habló de cómo superó los primeros días de recuperación, que fueron muy difíciles, y de su vuelta, además de lo que espera en el futuro en Guabirá y su pensamiento de la selección nacional, uno de sus próximos objetivos.
¿Cómo fueron los meses de recuperación?
Nada fácil. La primera parte de la recuperación fue muy difícil porque me estaba costando y estaba deprimido, eso me hizo pensar que no volvería a ser el de antes, que mi fútbol no sería el mismo. Pero luego me puse en la cabeza que dependía de mí y me mentalicé a recuperarme para los partidos de la Copa Sudamericana (frente a Liga Deportiva de Quito, de Ecuador).
¿Qué fue lo más complicado?
Aprendí que cuando uno tiene este tipo de lesiones (graves) lo más difícil es recuperarse sicológicamente porque todo el tiempo está en tu cabeza el tema de la lesión, eso me pasaba, no podía dejar de pensar en eso.
Sentía miedo cada vez que tenía un dolor debido a los trabajos que realizaba; sin embargo, había que ir perdiendo el miedo poco a poco y asimilar que el dolor era parte de la recuperación, así que fui mentalizándome en ese sentido y las cosas comenzaron a mejorar cada día.
¿Alguna vez se te vino por la mente que no volverías a pisar una cancha de manera profesional?
Sí. En el momento que me lesioné, los primeros días pensé que no volvería a jugar, porque sentía que no sería el mismo de antes. Una operación de este tipo es complicada de llevar adelante y superar, y justo me tocó a mí cuando pasaba por mi mejor momento. Fue una etapa complicada de afrontar, hay que tener mucha fuerza.
¿En qué te apoyaste?
Lo más importante fue el respaldo y apoyo sicológico de mi familia porque estuvieron siempre pendiente de mí, en todo momento.
¿Cómo se portó el club?
Recibí el apoyo de la institución, pero tuve que pedirle una ayuda extra porque no podía solo, ya que no soy un jugador que gana un buen dinero y esta clase de lesión no es fácil superar porque requiere de gastos para tener una buena recuperación.
¿Te ayudaron con los gastos de la recuperación?
Me lesioné jugando. El club corrió con los gastos de la operación, de ahí solo pagaron el último mes de fisioterapia, es decir solo el séptimo, pero en los anteriores meses (unos seis) todo corrió por mi cuenta. El club mensualmente corría con mi sueldo, como es normal, así que de eso no me puede quejar, se portaron como correspondía.
¿Hubo un trabajo sicológico para poder recuperarte en lo anímico?
La verdad que no conté con un sicólogo, sino que de mi parte me puse como meta trabajar y me di cuenta de que debía dejar atrás la lesión. En este aspecto, el entrenador (Víctor Hugo Antelo) estuvo pendiente de mí y me dijo que si hacía una buena recuperación no tendría por qué tener miedo, que solo dependía de mí para salir de esta situación, ya que si estaba inseguro podía volver a resentirme otra vez y eso ya sería mucho más grave.
¿Cómo te sentís ahora?
En estos momentos me siento muy bien, normal, pero sé que no tengo que ir al roce porque mi juego es más de rapidez, así que tengo que seguir enfocándome en sacar provecho de este aspecto para ayudar al equipo.
¿Cuánto crees que te falta para llegar a tu mejor nivel?
Es cuestión de tiempo. Pienso que en el momento que pueda recuperar un puesto de titular alcanzaré mí me mejor nivel, tengo claro que no debo desesperarme y sentirme ansioso. Estoy cerca, pero tengo que seguir trabajando con dedicación no solo dentro de la cancha también fuera hasta tener la chance de jugar de entrada.
¿Qué te ha dicho el director técnico (Víctor Hugo Antelo) sobre la posibilidad de que seas titular?
Después de recuperarme, el entrenador me dijo que me metería de a poco para ganar minutos porque no es lo mismo entrenar que jugar un partido oficial, así que estamos en esa fase.
¿Cómo te sentiste en el partido con Liga de Quito?
Al comienzo estuve algo presionado porque venía de haber jugado solo cinco minutos en el partido anterior ante Aurora, por el torneo local, y era como que debía ganar ritmo en un partido internacional, entonces no era tan simple porque además era un partido importante en el que nos jugábamos todo. Pero después me metí en la cabeza que me había preparado para ese partido y comencé a soltarme y entré en confianza.
¿Cuánto te ayudó el gol que anotaste?
Mucho, porque me elevó la parte anímica, ya que me llenó de satisfacción después de haberme esforzado durante varios meses para recuperarme.
¿Qué faltó para avanzar en la Copa?
Sabíamos que Liga de Quito es un rival de peso y que tiene jugadores con mucha experiencia, aun así jugamos bien y tuvimos la chance de avanzar, pero nos faltó experiencia para manejar los últimos minutos del partido.
Esta es tu segunda temporada en Guabirá, ¿cómo se has sentido en este tiempo?
El club me está tratando bien, me siento cómodo, además la hinchada tiene un gran cariño por mí y me lo hace sentir. El grupo de jugadores es bueno y eso te motiva para seguir trabajando.
¿El contrato con Guabirá mejoró, con relación al que tenías el año pasado?
En lo económico seguimos con el mismo sueldo. Mi contrato es hasta 2020, todavía no hemos hablado sobre una mejora, pero en su momento lo haremos.
¿Ese tema es una prioridad para vos?
Es un tema pendiente, luego lo hablaremos con el presidente y le demostraremos que soy merecedor de un buen contrato. Ahora debo ganarme un puesto.
Hay muchos jugadores nuevos y jóvenes en la selección, ¿qué sensación te deja?
Desde que empecé a jugar siempre me puse como objetivo llegar a la selección, como todo futbolista y sigue siendo una gran motivación para trabajar al máximo. Espero que más adelante pueda estar, primero debo recuperar un lugar en Guabirá.
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