Era un jugador versátil, de ésos que tras quitar la pelota al rival se proyectaba hasta el campo contrario iniciando el ataque. Nos referimos a Rómer Roca, un jugador que irrumpió en el fútbol profesional desde la inagotable cantera de la Academia Tahuichi.
Su niñez transcurrió en el pasillo General Pabón (hoy Flora Salas), que se encuentra ubicado entre las calles Oruro y Cobija de nuestra capital, en la que todos los días se disputaban partidos de fútbol, debido a la escasa circulación vehicular en esos tiempos.
Entró a la Tahuichi en 1982 junto a una camada de jugadores, entre los que se destacaban Antonio Revuelta, Carlos Bravo, Maximiliano Pérez y otros que luego dejaron huellas en el fútbol profesional de Bolivia.
Ese año debutó internacionalmente en un Panamericano que se disputó en Río Grande do Sul, donde tuvo el orgullo de proclamarse campeón.
De regreso al país disputó un Sudamericano de la categoría sub 17, donde también consiguió el primer lugar.
En 1985, cuando aún estaba en la academia, fue convocado para la selección boliviana que disputó el torneo Juventud de América en Asunción de Paraguay. A su regreso, dos equipos grandes pusieron sus ojos en él: Oriente Petrolero y Bolívar. El mentor de la Tahuichi, Roly Aguilera, le dio a escoger en cuál equipo quería jugar y Rómer se decidió por el equipo refinero, que en esos días se aprestaba a jugar la Copa Libertadores, en la que debutó enfrentando a Blooming en un clásico por el torneo subcontinental. Fue considerado la figura de dicho partido, habiendo recibido el premio Adidas.
También fue campeón con Oriente en 1990, cuando le ganaron a Bolívar en Cochabamba. Con el equipo verdolaga fue subcampeón nacional en cuatro ocasiones.
Guarda en su memoria la clasificación a la tercera fase de la Libertadores que lograron con Oriente enfrentando primeramente a Olimpia de Paraguay, luego a Colo Colo de Chile, habiendo sucumbido ante América de Cali (Colombia).
Participó en dos eliminatorias, para los mundiales de México 1986 e Italia 1990.
Recuerda también un frustrado pase a River Plate de Argentina, pero por motivos dirigenciales no se pudo concretar, cuando ya estaba todo arreglado.
En 1996 pasó a Guabirá donde estuvo dos años, otros dos en Destroyers, luego en Real Potosí, en Ingenieros de Beni que jugaba en la ‘A’ y terminó su carrera en el 2000 en filas de Real Santa Cruz, el club de sus amores, donde estuvo sólo cuatro meses.
Perfil
El fútbol es la pasión de su vida
Rómer Roca Cuéllar nació el 1 de julio de 1966 en Santa Cruz en el hogar de los esposos César Roca y Jovita Cuéllar. Casado con Alicia Bress tiene dos hijos: María Fernanda y Rómer Daniel. Cuando dejó el fútbol, entrenó a Amboró de la Primera A y a Sebastián Pagador de la B, con el que logró el ascenso. Hace casi tres años que trabaja en el departamento de Salud de la comuna cruceña y entrena al equipo de fútbol del Colegio Internacional de la Sierra
Su niñez transcurrió en el pasillo General Pabón (hoy Flora Salas), que se encuentra ubicado entre las calles Oruro y Cobija de nuestra capital, en la que todos los días se disputaban partidos de fútbol, debido a la escasa circulación vehicular en esos tiempos.
Entró a la Tahuichi en 1982 junto a una camada de jugadores, entre los que se destacaban Antonio Revuelta, Carlos Bravo, Maximiliano Pérez y otros que luego dejaron huellas en el fútbol profesional de Bolivia.
Ese año debutó internacionalmente en un Panamericano que se disputó en Río Grande do Sul, donde tuvo el orgullo de proclamarse campeón.
De regreso al país disputó un Sudamericano de la categoría sub 17, donde también consiguió el primer lugar.
En 1985, cuando aún estaba en la academia, fue convocado para la selección boliviana que disputó el torneo Juventud de América en Asunción de Paraguay. A su regreso, dos equipos grandes pusieron sus ojos en él: Oriente Petrolero y Bolívar. El mentor de la Tahuichi, Roly Aguilera, le dio a escoger en cuál equipo quería jugar y Rómer se decidió por el equipo refinero, que en esos días se aprestaba a jugar la Copa Libertadores, en la que debutó enfrentando a Blooming en un clásico por el torneo subcontinental. Fue considerado la figura de dicho partido, habiendo recibido el premio Adidas.
También fue campeón con Oriente en 1990, cuando le ganaron a Bolívar en Cochabamba. Con el equipo verdolaga fue subcampeón nacional en cuatro ocasiones.
Guarda en su memoria la clasificación a la tercera fase de la Libertadores que lograron con Oriente enfrentando primeramente a Olimpia de Paraguay, luego a Colo Colo de Chile, habiendo sucumbido ante América de Cali (Colombia).
Participó en dos eliminatorias, para los mundiales de México 1986 e Italia 1990.
Recuerda también un frustrado pase a River Plate de Argentina, pero por motivos dirigenciales no se pudo concretar, cuando ya estaba todo arreglado.
En 1996 pasó a Guabirá donde estuvo dos años, otros dos en Destroyers, luego en Real Potosí, en Ingenieros de Beni que jugaba en la ‘A’ y terminó su carrera en el 2000 en filas de Real Santa Cruz, el club de sus amores, donde estuvo sólo cuatro meses.
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El fútbol es la pasión de su vida
Rómer Roca Cuéllar nació el 1 de julio de 1966 en Santa Cruz en el hogar de los esposos César Roca y Jovita Cuéllar. Casado con Alicia Bress tiene dos hijos: María Fernanda y Rómer Daniel. Cuando dejó el fútbol, entrenó a Amboró de la Primera A y a Sebastián Pagador de la B, con el que logró el ascenso. Hace casi tres años que trabaja en el departamento de Salud de la comuna cruceña y entrena al equipo de fútbol del Colegio Internacional de la Sierra
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