En diciembre del 2003, Gustavo, junto a dos amigos (Marcelo y Eduardo), llegaba por primera vez a la ciudad de Illimani que lo conquistó desde el primer momento.
Los adolescentes vinieron a pasear por una semana y quedarse a pasar las fiestas de Navidad en la casa de los familiares de uno de los amigos del arquero, pero la estadía se prolongó hasta Año Nuevo, y cuando se aprestaban a retornar a Santa Cruz observaron por televisión la convocatoria que realizó The Strongest para probar nuevos valores.
“El que quiso probarse fue Marcelo, junto con Eduardo lo acompañamos al Complejo de Achumani. Lamentablemente a él le fue mal, y al final de la práctica se acercó Eduardo Villegas, que era el técnico, y me preguntó de qué jugaba y yo le dije “de arquero” y me invitó para el día siguiente”, recuerda. El gran problema fue conseguir la indumentaria deportiva para la prueba.
Fernández se prestó las “chuteras” del año 80 que tenía el padre de uno de los amigos y le consiguieron un buzo y unos guantes de 30 bolivianos.
“Hoy me acuerdo y realmente fue un chiste cómo vine a la práctica, pero me fue bien y me quedé”; sin embargo, otro calvario comenzó para el cuidapalos ya que Blooming se negó a ceder la ficha al Tigre y cuando se llegó a un acuerdo con la familia el libro de pases se había cerrado.
“Me sentí mal y volví a Santa Cruz decepcionado. Llegó otra Navidad y The Strongest salió campeón en Cochabamba (2004) y me picó nuevamente el bichito de volver a La Paz, porque tenía la sensación de que algo estaba pendiente”, recuerda.
A mediados del mes de junio del 2005, Gustavo fue convocado por Eduardo Villegas a su camarín para recibir la noticia que había esperado desde hace un año y medio.
“Tengo una sorpresa me dijo el profe Eduardo, y cuando llegué a su vestuario me mostró la tarjeta de habilitación en la Liga”.
Tres años trabajó Fernández para debutar en la Liga. Ante las partidas de Carlos Mosquera y de Andrés Jemio, el Tigre se quedó con Fernández para jugar los últimos partidos del Apertura del 2008, bajo la dirección de Luis Orozco. Cuando asumió Ricardo Fontana le dio la responsabilidad de atajar en Potosí frente a Real, en lo que el deportista considera el momento más ingrato.
“Ese día nos metieron un gol por mi culpa. No despejé un balón y Sillero me quitó la pelota para meterla en nuestro arco. Al final todos me querían matar en el vestuario. El “Tano” (Fontana) me gritó que lloraba en vano porque había cagado el partido. Casi un año después tuve mi revancha con el mismo Sillero al que le saqué tres pelotas de gol en el partido de Sucre”.
Mientras conversa con Marcas, los compañeros no paran de gritarle: Shakira, Shakira, el apodo que lo ha hecho famoso entre los periodistas y los amigos que tiene en la zona de Achumani.
“Recuerdo que el apodo me lo puso Ronald Gutiérrez. Lo que sucede es que cuando llegué a The Strongest tenía el cabello bastante crecido y encima tengo la wincha para que el pelo no se me venga a la cara. Desde entonces, los compañeros me conocen por ese sobrenombre”, cuenta. Fernández se declara un enamorado de La Paz por sus costumbres y porque, además, conoció en esta ciudad a la que hoy es su esposa, Evelyn.
“Ella es valiente, me dio dos hijos hermosos; pero creo que me conquistó por la comida que prepara. La sajta de pollo que cocina es impresionante y lo disfrutas más cuando las cosas te salen como en este momento, pero todo con calma”, advierte.
El perfil
Nombre: Gustavo Adolfo Fernández Pedraza.
Fecha de nacimiento: 23 de agosto de 1986, en Santa Cruz.
Estatura: 1,86 m.
Peso: 78 kg.
Debut: el arquero debutó oficialmente en la Liga el 2008.
Estado civil: casado con Evelyn Fernández.
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