Después de cuatro años de radicar en Boston, Mauricio Ramos está de retorno y es para quedarse definitivamente. Se inició en la Tahuichi y con el tiempo se convirtió en uno de los jugadores más talentosos del fútbol boliviano. Integró el famoso trío de oro de Destroyers en la década de los 80, se vistió con la camiseta de los mejores equipos del país y, además, paseó su fútbol por Brasil y Estados Unidos.
- ¿Te acordás del trío de oro?
- Yo creo que nunca se van a borrar de mi cabeza esos años, aparte que estábamos empezando en el fútbol profesional, anduvimos bien. Es imposible olvidar momentos tan lindos porque hicimos vibrar a mucha gente.
- ¿Qué recuerdos se te vienen a la cabeza?
- Muchos, aparte de haber disfrutado buenos momentos con Marco y Erwin en Destroyers, había otros jugadores importantes como Beccerica, Baldessari, Trucco, Roberto Pérez, Reveliz, Ramiro Égüez, Federico Justiniano, Maturana, etc. Eran muchos y no quisiera pecar de ingrato con los demás, pero teníamos un gran equipo.
- La gente te identifica más por ‘Tapera’ que por Mauricio Ramos, ¿de dónde nace eso de Tapera?
- (Se ríe) Es un apodo que me lo puso el profe ‘Cajeta’ Justiniano en la Tahuichi (se calla y vuelve a reír). Mejor lo dejamos ahí nomás (entre risas). Pero no me molesta para nada, sinceramente, porque así la gente me identifica más.
- De ese trío de oro, Ramos fue el único que no triunfó con grandes luces como lo hicieron Etcheverry y Sánchez, ¿qué pasó?
- No tuve suerte, o tal vez me faltó un buen empresario, porque a veces esa persona hace al jugador. Lastimosamente no tuve a una persona que me maneje, porque futbolísticamente nunca bajé mi nivel. En Estados Unidos anduve bien, fui catalogado entre los mejores jugadores de la MLS, pero faltó la mano de un buen empresario.
- ¿No te da envidia que los otros hayan triunfado y vos no?
- La verdad que no. Jamás se me pasó por la cabeza, al contrario, me alegra que a Etcheverry y Sánchez les haya ido bien. Creo en Dios y en la Virgen y rezo para que a mis amigos les vaya bien en todo. Jamás podría tener envidia de nadie porque vivo feliz, mi mundo es mi familia, y si a mis amigos les va bien, yo también soy feliz.
- Si alguien te pide que le confiés los errores que cometiste durante tu carrera y que frenaron tu consagración, ¿qué le dirías?
- Todos cometen errores, y uno de ésos fue haber seguido a otros jugadores en un paro; al final terminé perjudicándome porque no me convocaron para la selección en las eliminatorias. Perdí muchísimo, las eliminatorias son una vitrina internacional y yo, por seguir a otros colegas en un paro, me perdí muchos partidos, justo cuando Bolivia andaba bien. No recuerdo bien cuál fue el motivo de ese paro, pero elegí el camino equivocado.
- En la Copa América de Uruguay 95 aportaste con un gol contra Chile para que Bolivia avanzara a la segunda fase, ¿qué otros recuerdos se te vienen a la cabeza?
- Cuando fui al Cruzeiro, fue algo hermoso; después, cuando estuve en Bolívar con jugadores como Milton Melgar, Thomas N’Kono, Borja; también mi paso por The Strongest antes de irme a Estados Unidos, porque estaba de goleador.
- Dicen que tras la partida de Mario Mercado, Bolívar fue perdiendo identidad y prestigio, ¿pensás igual?
- No voy a decir que sus hijos u otras personas manejaron mal el club, pero ese señor quería de verdad a Bolívar, y además era una persona solvente económicamente, se emocionaba con el equipo y contrataba ‘estrellas’. Bolívar andaba bien porque los jugadores eran muy bien pagados y él se daba el lujo de escoger a los mejores.
- ¿Cuál fue tu mejor temporada?
- No puedo decir una porque tuve muchas temporadas buenas; en Destroyers, en The Strongest, en Bolívar, en Guabirá, en Unión Central... Donde estuve me fue bien.
- ¿Y la peor?
- No recuerdo una, quizá en San José, porque el club empezó a flaquear económicamente y fue cuando me fui a vivir a Estados Unidos con toda mi familia.
- ¿Te arrepentís de algo?
- No, porque gracias a Dios sigo con vida y tengo a mis hijos bien de salud. Me siento un afortunado.
- De los títulos que ganaste, ¿con cuál te quedás?
- El que gané con la Tahuichi en Gotemburgo (Suecia), porque fue mi primer campeonato. No era profesional, pero fue uno de los momentos más hermosos de mi vida. Creo que fue en 1984.
- ¿Qué es lo que más extrañás?
- Los clásicos, el ambiente a fiesta, las bromas entre los compañeros, la convivencia con los demás, la gente que te aplaude y grita en el estadio, porque el fútbol tiene cosas lindas y otras que no son tanto.
- Varios ex jugadores han elegido la carrera de entrenador, ¿por qué vos no?
- Porque no me gusta. El técnico, lastimosamente, es alguien que a veces trunca la carrera de un jugador. Por ejemplo, hay casos en los que de entrada le dice a un futbolista que no lo tiene en sus planes y que es mejor que se busque equipo; eso es lo que no me gusta, la persona tiene sentimientos y duele que te digan eso. En otras palabras, tipos que actúan así te amargan la vida. Yo no tendría coraje para decirle ‘no’ a un futbolista, que quizá el día de mañana pueda llegar a ser una gran estrella (como le ocurrió a Lionel Messi).
- ¿Pasaste alguna vez por eso?
- Al comienzo sí, en la Academia Tahuichi.
- ¿Cómo te sentiste al ser rechazado?
- Muy mal, triste, despreciado, recuerdo que hasta lloré varias veces por eso. Después de haber vivido experiencias, puedo aconsejar a los más jóvenes que jamás se den por vencidos, tienen que ser perseverantes y entregarse con mucho esfuerzo.
- ¿Hay que tener carácter para ser entrenador o importa más la experiencia?
- Importa mucho la experiencia, pero además hay que construir una buena relación con los jugadores, porque de ellos depende si uno se mantiene o no en el cargo. Si el equipo anda mal, los dirigentes no van a echar a los jugadores, sino al entrenador. El técnico no tiene que presionar al jugador, debe dejarlo vivir; además debe procurar ser amigo de su dirigido, darle toda la confianza para que responda, y no meterse en la vida privada de nadie.
- ¿Está mal que un técnico haga de vigilante de un jugador?
- Yo no lo haría, porque soy respetuoso de la vida privada de los demás. A las únicas personas que yo cuido y enderezo en sus actos es a mis hijos. El técnico no puede adoptar el papel de padre de un jugador.
- ¿Se puede ser técnico sin haber sido futbolista?
- Claro, porque hay personas que estudian mucho y saben bastante de fútbol, pese a que nunca jugaron. No hay que olvidar que el estudio da sabiduría, a lo mejor no tendrán la experiencia de haber jugado, pero cuando uno se propone metas se puede alcanzarlas con esfuerzo y superación.
- ¿Cuál es el peor insulto que puede recibir un futbolista?
- Cosas así como hijo de tal o cual. Yo entiendo que el hincha que va al estadio paga su entrada y es libre para expresarse, pero también tiene que aprender a respetar a los demás. Que metan a una madre en medio de insultos es lo más feo, una madre es lo máximo, y yo tengo una a la que adoro muchísimo.
- A Bolivia le está costando llenar el vacío que dejaron los mundialistas del 94, ¿puede aparecer una generación igual a esa?
- Si los dirigentes le dan a los jugadores las condiciones y todos colaboran, se puede. El futbolista necesita apoyo constante, moral, económico, organizativo, de todo un poco, necesita sentirse respaldado todo el tiempo.
- En una sana crítica, ¿en qué está fallando Sánchez ahora?
- No estoy siguiendo mucho a la selección, sólo he visto pasajes de sus últimos partidos. Lo que sí es necesario que lo dejen trabajar tranquilo, en vez de criticarlo que lo apoyen, porque este país necesita alegrías, y la selección puede lograrlo, pero tiene que ser con el compromiso de todos.
- ¿Te imaginás a Bolivia en Sudáfrica 2010? ¿O es mucho soñar?
- Soñar es lo más lindo, y a veces los sueños se convierten en realidad. No hay nada imposible, son 11 contra 11, a veces es difícil, los sueños siempre están ahí, y ojalá se cumpla, si no es en Sudáfrica 2010 que sea en Brasil 2014.
- ¿Cuáles son tus candidatos?
- Los mismos de siempre: Brasil y Argentina. A esas dos selecciones se pueden sumar Chile, Colombia, y Bolivia. Nada está dicho.
- Recientemente participaste de un partido homenaje que le hicieron a Etcheverry en Washington, ¿qué tan grande es el Diablo para los estadounidenses?
- Es lo máximo allá, como para nosotros acá. Marco le ha dado mucho al fútbol de ese país y por eso la gente lo quiere mucho, además que su carisma es reconocido por todos. Es impresionante ver como en un país tan grande la gente se para para saludarlo. Es un personaje de verdad.
- ¿Vos creés que las estrellas nacen con un Dios aparte?
-Yo creo que a veces Dios le da más a unos que a otros, pero de nada sirve si no hay sacrificio. Por ejemplo, siempre tengo en mi cabeza el caso de Kaká, hace diez años no era tan espectacular como ahora, era uno más del montón, pero una luz brilló sobre él y también puso de su parte. Es uno de mis ídolos ahora.
- ¿Qué es lo mejor que te ha dejado el fútbol?
- Muchos amigos, la gente que hasta ahora a uno lo quiere. Es gratificante que vengan y te abracen, que te digan que sos un buen jugador o una buena persona, eso no se compra a ningún precio, se logra con esfuerzo y disciplina. El fútbol también me ha ayudado a tener una economía estable.
- ¿Estás bien económicamente?
- No digamos que me sobra la plata, pero vivo bien, estoy tranquilo con mi familia y espero seguir así.
- Ponele nombre y apellido a tres de tus mejores amigos
- Tuve muchos, pero con Etcheverry me comunico seguido, con Erwin Sánchez queremos volver a juntarnos, después mi compadre Marcos Urquiza, mi otro compadre Juan Carlos Ruiz, Lucho Cristaldo, Róger Suárez, Escalante, Arana, Loayza y otros más. En realidad, me he llevado bien con todos y los considero mis amigos. Me olvidaba también de Pedro Higa; gracias a Dios he tenido muchos amigos y creo que los sigo teniendo.
Sus frases
“Unos de mis grandes errores fue no haber contratado a un buen empresario, porque futbolísticamente nunca bajé mi nivel”.
“No digamos que me sobra la plata, pero vivo bien, tranquilo, con mi familia y espero seguir así. Gracias a Dios me ha ido bien”.
Perfil
Ssu primer título lo ganó en la Tahuichi
Mauricio Ramos Méndez nació el 23 de septiembre de 1967. Se inició en la Academia Tahuichi desde su niñez y allí empezó a proyectar su imagen de campeón. Realizó muchas giras internacionales, hasta que en 1988 dio el gran salto al profesionalismo en Destroyers, al lado de Marco Antonio Etcheverry y Erwin Sánchez. El famoso trío de oro dio mucho que hablar por esa época y los recuerdos aún perduran.
Posteriormente, cada uno tomó un rumbo diferente y sólo se juntaban en la selección nacional.
Mauricio está casado con Laura Loayza y tiene dos hijos: Laura (16) y Mauricio (13). Sus padres son José Ramos (+) y Pura Méndez.
Se declara hincha de Destroyers y un seguidor de Boca Juniors, Barcelona y Milan. Si de talentosos se trata, apunta a la magia de Kaká, Ronaldinho y del argentino Lionel Messi.
Jugó en Destroyers, Guabirá, Cruzeiro, Bolívar, The Strongest, Tampa Bay, New England Revolution, Oriente Petrolero, Unión Central y San José de Oruro.