Dos de los buenos arqueros de nuestro fútbol, Carlos Arias y Hugo Suárez, están igualados en el número de penales atajados en nuestra Liga: ambos han llegado a 11 y pueden redondear la docena en cualquier momento. Alcanzarán de ese modo a José Carlo Fernández y tendrán un lugar especial en el fútbol liguero.
Pero en la historia de los arqueros atajadores de penales, es imposible dejar de recordar a Luis Esteban Galarza, número uno en ese acápite y tal vez por largo rato en las estadísticas.
“En los penales no hay suerte. No sólo es que el delantero falle o remate mal, también es mérito del arquero si lo ataja”, según el ex guardameta, hoy dedicado a la dirección técnica.
Galarza contuvo 21 penas máximas a lo largo de 16 años: la primera, el 15 de octubre de 1978, ante Luis Lastiri, de Oriente Petrolero, y la última (05/11/94) ante el delantero Juan Ernesto Lezcano, de San José.
Le contuvo tres penales a Juan Carlos Sánchez Frías, uno a Carlos Borja y otro a Julio César Baldivieso, para referirnos solamente a algunos de los “enemigos” que tuvo a 12 pasos de distancia.
Luis Galarza (quien también remató penales, varias veces, con suerte diversa) escribió una página especial el 22 de julio de 1986, cuando le contuvo dos penas máximas, en un mismo partido, a Juan Carlos Oropeza, de Municipal.
“Si no recuerdo mal, también le atajé dos en un mismo partido a Juan Carlos Sánchez. Tapé penales importantes. En una final a “Tucho” Antelo en Cochabamba. Hice atajadas de campeonato”.
¿Cuál es el secreto para atajar penales? Según Luis Esteban, hay varios, y todo depende de las circunstancias.
“Un arquero siempre se fija cómo patean los delanteros. Ve por televisión y se va haciendo la idea. Siempre se da cuenta de cómo lo hace. Por ahí a veces cambia, pero en general no”.
Desde el punto de vista del golero, un delantero “nunca cambia si es exitoso rematando los penales, si los convierte. Sólo cambia si los falla. Entonces el arquero lo estudia hasta que, cuando se presenta la oportunidad, trata de atajarle”.
Otra clave es que el arquero “no tiene que moverse antes, porque cuando te mueves le das al delantero la opción de que te cambie de palo. Él te está viendo, si te mueves antes, con seguridad va a patear hacia el otro lado”.
En cambio, “el problema para los delanteros es que un arquero no se mueva hasta lo último. Yo a mis hijos les recomiendo eso, que traten de no tirarse antes, de no darles ventaja a los que van a patear”.
El arquero que está ante una pena máxima “debe saber mirar cómo se para el delantero. A veces toma una distancia de cinco metros, como para patear fuerte, viene decidido, pero te coloca y te engaña. En cambio, hay los que toman distancia máximo medio metro, pero le pegan fuerte”.
Según “Lucho”, lo más difícil es atajar un disparo fuerte, y peor si está bien dirigido. “El que patea fuerte no le da tiempo al arquero para llegar”.
El dato
Los Galarza de hoy tienen la costumbre de Luis Esteban: su sobrino Carlos Rolando atajó cinco penales en nuestra Liga, su hijo Sergio (Oriente) contuvo ocho hasta el momento y su otro hijo, Luis Eduardo (The Strongest), ya tuvo dos momentos felices de ese tipo.
La frase
En los clásicos nunca pude taparle un penal a Ricardo Troncone. Él te la cambiaba, la colocaba muy bien. Jamás me dio chance”
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