lunes, 23 de noviembre de 2009

“El último caudillo”. Un documental refleja la historia de Óscar Sánchez tras cumplirse dos años de su partida. El periodista Gustavo Cortez es autor


Sus ojos se empañan y un nudo se le hace en la garganta. No tiene deseos de hablar. Es Corín, quien sale de la sala 10 del cine Center de Irpavi, donde acaba de ver el documental “El último caudillo”, que es un homenaje a su esposo, Óscar Sánchez, quien falleció el 23 de noviembre de 2007.

Gabriela, una niña de 10 años, sujeta la mano de la viuda. Detrás suyo, salen Alejandro (16) y Óscar Junior (15). Son sus hijos, tres de los cuatro que tiene. Brian (18), el mayor, prefiere evitar ver de nuevo a su padre.

Es el dolor del recuerdo que golpea todavía sus pechos. Óscar, un gran jugador de fútbol pero polémico fuera de ella; fue un buen papá y un buen esposo.

“Vi la película y sentí a Óscar a mi lado. Él no se fue, sigue conmigo, y con mis hijos”, dice Corín Zambrano, quien aún viste prendas oscuras.

“Me gustó. Mi papá fue un gran hombre y me siento orgulloso por este homenaje que se le hace”, comenta Alejandro, quien es fiel reflejo de Óscar. Tiene la misma sonrisa, su rasgo juguetón y hasta le gusta el fútbol.

El documental “El último caudillo” fue presentado el martes 17 en una Premiere en la Sala 3 de la Cinemateca Boliviana. Más de medio centenar de personas, entre las que están vinculadas al fútbol, la familia y periodistas, asistieron al acto. Y desde el jueves 19 está en cartelera en esa casa y también en la cadena de cines Center en las ciudades de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.

Iniciativa

¿Cómo nace la idea? El productor, Gustavo Cortez, periodista deportivo de La Paz, confiesa que no es un experto en video, “porque soy más hombre de periódico”, pero le gustó la idea de llevar la historia de Óscar Sánchez a un trabajo audiovisual.

“A mediados de 2008, el colega Óscar Dorado me invitó a que lo colabore en la revista del centenario de The Strongest que editó El Gráfico de Argentina. Entre los temas que me dio estaba Sánchez. Para recoger datos busqué a la familia, y me encontré con un grupo de personas (su esposa y sus cuatro hijos) sumidos todavía en el dolor, porque la muerte de Óscar estaba cerca. Fue difícil hablar de él, pero se hicieron las entrevistas… Debo confesar que también me encontré con testimonios desgarradores, íntimos, de hogar y de familia. Eso me impulsó a hacer un trabajo que no sólo refleje su paso por el fútbol, sino también por la vida como persona. Y al final salió, creo, una propuesta periodística diferente”.

El documental dura 95 minutos y cuenta la vida del ex futbolista desde sus inicios hasta la enfermedad (cáncer de riñón) “que lo exterminó rápido desde adentro”. Quienes lo conocieron y vivieron con él experiencias cuentan cómo era ‘El Cabezón’ o el ‘Marraqueta’.

“Yo le pedía a mi mamita que me compre las zapatillas un poco más grandes porque estaba en etapa de crecimiento. Era mentira, era para que compartamos con Óscar para jugar” (Alberto Vargas Sánchez, hermano).

Óscar fue un niño como cualquier otro, aquel que siente temor cuando escucha cuentos de terror. O el que ayudaba en la cocina cuando salían a trabajar sus papás y se olvidaba de ponerle sal a los huevos y el arroz.

“Cuando jugaba en Aurora tenía una motito, en ella se movilizaba”, recuerda Fernando Cartagena, reportero gráfico de Cochabamba, quien recuerda haber tenido un encontrón con Sánchez en una práctica de la Selección.

Su llegada a The Strongest, cuando tenía 18 años, lo recuerda el periodista Alfonso “Toto” Arévalo. Delgado, con un jean y una polera. “Parece que este muchacho no sabe que en La Paz hace frío…”.

Su rápido ascenso, de recién llegado a líder y capitán en Achumani provoca un salto exitoso al fútbol argentino. Gimnasia de Jujuy y especialmente Independiente, el gigante de Avellaneda en la época de Menotti como DT, guardan el repiqueteo que inventó antes de patear los penales… “algo que el Burrito Ortega hace y que aquí intentamos, intentamos imitar”, dice Iván Castillo, compañero en Jujuy.

Otra faceta

El andar del documental refleja también su lado malo, el lado oscuro de su personalidad. “Más de una vez sus defectos empañaron el brillante fútbol que emanaba de sus pies”, dice el relato.

En la cancha fue brillante, pero lejos de ella sacó a traslucir sus defectos. “Una vez la Policía de Tránsito lo pescó durmiendo en su coche en la avenida Busch, estaba ebrio…” (Ramiro Camacho, periodista).

En 2002 pasó a Bolívar. “A mucha gente no le gustó, pero se ganó rápidamente el cariño de la gente”. Su incorporación, sin embargo, tuvo un toque de polémica. En Cochabamba tuvo problemas y el entonces presidente del club, Mauro Cuéllar dijo “¡Sánchez no va más!”. Javier Ortuño tuvo que lidiar con Cuéllar para que Óscar se entrene. “¿Tú le vas a pagar?” (Cuéllar), “¡Sí, yo le voy a pagar!” (Ortuño). Fue el inicio de la relación con Bolívar, al que le dio cinco títulos en cinco años y un subcampeonato en la Copa Sudamericana.

“En Bolívar, Julio (Ferreira), Óscar y yo casi hacíamos 100 años, pero formamos una buen defensa y en la Sudamericana queríamos hacer historia…” (Marco Sandy).

Dos cantautores, Manuel Monroy Chazarreta y Jorge Eduardo, que escribieron canciones para The Strongest y Bolívar, lo conocieron y lo recuerdan con cariño. “Nos rompió el corazón porque jugó en los dos equipos” (‘El Papirri’).

Corre la cinta y llega el capítulo de la Selección Nacional. Xabier Azkargorta lo llevó al Mundial de EEUU ’94 y sólo el español sabía cómo frenar su impetuoso carácter que tenía. “Lo que natura no da, Salamanca no presta. Se trataba de ayudarlo en otros aspectos, porque en el trabajo no se le podía pedir nada, lo daba todo” (Marcelo Torrico).

Fue capitán de la ‘Verde’ en los últimos años y más de una vez tuvo problemas con dirigentes por problemas económicos y de otra índole. “Un día, Sánchez lo botó de una concentración a Mario Reinoso, le dijo que los dirigentes sólo aparecían para hacer show y no cuando realmente se los necesitaba…” (Alberto Lozada, gerente de la Federación Boliviana de Fútbol).

Buen padre

El documental también muestra el lado humano del futbolista. Su boda con Corín y su alegría en la intimidad con sus cuatro hijos: Brian, Alejandro, Óscar Junior y Gabriela. “Los bañaba, les cortaba las uñas, les limpiaba las orejas con cotonetes… Fue buen padre, también buen esposo…” (Corín Zambrano).

Una faceta que no se le conocía está en la mitad del documental. Alegría al extremo. El día de su boda bailó y bailó hasta el cansancio. “Así como se divirtió en el fútbol, también lo hizo fuera de él”.

Su retorno a The Strongest en 2007 se dio después de un coqueteo con Jorge Pacheco, entonces presidente del club ‘atigrado’.

“Cuando hablábamos de que retorne siempre me dejaba la puerta abierta. Y él volvió, volvió a su casa, de donde había salido y donde culminó su carrera y su vida” (Pacheco).

El médico Waldo Delgado explica con detalle su decaimiento. La caída de una muralla humana. El cáncer que carcomió desde adentro al jugador, “que se levantó del suelo como un gladiador herido, pero que al final no pudo derribar a un rival que esta vez era más fuerte que él”. “Quiero volver (a jugar), más que nunca” (Sánchez).

A mediados de 2007 jugó un partido de despedida en el estadio Siles. Sus compañeros del Mundial ’94 llegaron de distintos lugares para acompañarlo en una tarde en la que el público aplaudió de pie su valor. Ese día jugó sólo con un riñón y cuando un nuevo tratamiento recién se iniciaba.

Ese mismo día, la Familia Valdivia le hizo un lindo homenaje en la música. “Vino donde estábamos y le cantamos a medio metro” (Adolfo Valdivia). “Muy agradecido se acercó a nosotros y le salían lágrimas de los ojos” (Noemí Valdivia).

Las anécdotas son un capítulo para sonreír y disfrutar de un Sánchez que fue bonachón y bromista. “Le ponía mondadientes en sus panes” (Carlos Borja). “Yo lo tapé alguna vez, vino un poquito ‘pasado’. Andá, andá, vuelves mañana, le dije (jajajaja)” (Vladimir Soria, ex DT de Bolívar). “A Óscar no le gustaba tomar medicamentos. Esta rodilla con mi chichita de Anzaldo se cura” (Omar Rocha, fisioterapeuta de Bolívar).

Óscar murió el 23 de noviembre de 2007. Sus restos descansan en Cochabamba, “volver al lugar donde nació fue uno de sus últimos deseos”.

El vacío que deja Sánchez es motivo de reflexión. “Uno mira el fútbol boliviano de hoy y encuentra buenos jugadores, pero simplemente buenos jugadores. No hay futbolistas de jerarquía. Y Óscar fue uno de esos jugadores de jerarquía. Ésta es una lección muy dura; parte Óscar Sánchez y deja un espacio que no es cubierto hasta ahora…” (Toto Arévalo).

A dos años de su muerte, el homenaje se ve en las salas de los cines Center de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, además de la Cinemateca Boliviana en la sede de Gobierno.

El amante del fútbol tiene una cita con Óscar en la pantalla grande, cancha donde vuelve a jugar…

IRO

Reir y llorar

“El documental es para reír y llorar. Es un trabajo simpático, pero a la vez emotivo y conmovedor. Creo que vale la pena verlo y, sobre todo, recordar a un buen jugador”, Gustavo Cortez, productor del documental.

El perfil

Óscar Carmelo Sánchez

Nació en Cochabamba el 16 de julio de 1971. Fue futbolista profesional durante 16 años. Murió a los 36 años. Estuvo casado con Corín Zambrana, con quien tuvo cuatro hijos: Brian (17 años), Alejandro (15), Óscar (13) y Gabriela (8). Su mamá, Anselma Sánchez, su hermana, Miriam Sánchez y su novia, Shirley Tellería, también lo acompañaron en los últimos días.

Contribución a la historia del deporte

Gustavo Cortez dice que “en el deporte se tiene que documentar no sólo el paso de figuras que le dieron alegrías al país, sino también hechos y acontecimientos inolvidables, como el Sudamericano del ’63 o la clasificación al Mundial de EEUU en 1993. Ya hay algunos trabajos, y éste es uno más. Pero hay que trabajar otros y ése es un reto y responsabilidad del periodismo deportivo”.


Yeny Gonzales trabajó en el guión y Ronald Choque en la edición. El relato está a cargo de Wálter Quiroz.
El productor de “El último caudillo” anuncia que para 2010 habrá otro trabajo parecido, esta vez de un dirigente que marcó historia.

Especialista en los penales

Aunque fue zaguero, Óscar Sánchez se caracterizó también por convertir goles. En 15 temporadas en el fútbol boliviano anotó 51 veces, 12 de tiro penal, una de sus especialidades (solamente tres arqueros le atajaron penales en nuestra Liga: Hamlet Barrientos, Yadín Salazar y Daniel Vaca). En 1991 convirtió su primer gol, fue el 15 de diciembre de 1991 ante San José. Desde entonces, con la camiseta del "Tigre" anotó 33 veces y con la de Bolívar, 18.


Lo expulsaron en 11 ocasiones. Tuvo un primer año atroz (tres rojas, la primera de ellas mostrada por Marcelo Ortubé), luego tres años sin expulsiones, otras dos rojas en 1995, y otros tres años sin rojas. Las otras seis fueron entre 2001 y 2005.

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