miércoles, 1 de octubre de 2014

Ramiro Ballivián: ‘Será una bendición volver a jugar’



El Tribunal Superior de la FBF lo sancionó con seis meses de suspensión, tanto a nivel nacional como internacional. Fue por un reclamo airado en un partido de la selección nacional contra México en Estados Unidos. La Federación, Fabol y su club, Universitario, ya están en campaña para tratar de revertir la medida.

— ¿Cómo recibió la sanción de seis meses de suspensión?

— Imagínese como estoy. Muy triste, muy mal, apenado y preocupado por mi futuro. Por ahora voy a entrenar con normalidad, aunque se habla de que ya no jugaría ante Sport Boys. Mi intención es no dejar de entrenarme ni un día; por el contrario, trabajaré con normalidad, aunque no será tan normal, no por como está la situación. Yo quiero jugar todo, porque espero que otros clubes me vean y así tenga chance de ser transferido.

— ¿Qué recuerda de lo ocurrido?

— Lo que pasa es que desde el banco vi dos faltas duras contra mis compañeros y el árbitro no cobró nada, entonces creo que entré un poco sensible. Luego, como a mí me hicieron la falta, reaccioné, pero no fue más. Vieron todos el partido. Fui a encarar al juez; como soy bajito, me puse de puntillas para tratar de igualarlo, porque él era grandote y, en eso, mi barriga chocó con la de él por el impulso; pero jamás hubo intención de agredirlo ni mucho menos, porque además fui con las manos atrás y solo grité: ‘cobrá, cobrá’.

— ¿Cree que es una sanción injusta?

— Sinceramente sí estaba previsto un castigo, pero no tanto así. Admito que yo mismo me sorprendí de mi reacción, porque no soy de esos. Creo que la prensa misma puede evaluar mi conducta y a ver si alguien puede decir que soy peleador. Ahora me toca reflexionar; sé que no estuvo bien lo que hice, pero también estoy seguro de que no fue algo grave. Ellos (los del Tribunal) interpretaron agresión, pero la imagen muestra un roce de pecho por ponerme de puntillas.

— ¿Cuántas veces lo expulsaron a nivel profesional?

— Jugando en cancha, nunca. Estoy en la Liga desde 2008; jugué toda la campaña para luego salir campeón con Universitario, y hasta ahora me expulsaron una sola vez y fue en el banco de suplentes por equivocación del árbitro, porque un compañero mío insultó; sin embargo, fue a mí a quien mostró la roja. Esa ocasión no reclamamos porque era juvenil. Ahora, en este Universitario, solo recibí tres amonestaciones, y jugué los 22 partidos para ser campeones.

— ¿Qué hará mientras la sanción esté vigente?

— Hablé con la directiva, gracias a Dios tengo el apoyo de todos. Yo no dejaré de entrenarme ni un solo día hasta no conocer el resultado de lo que pueda ser la apelación que se haga. Sí grité, reclamé, pero no agredí ni maté a nadie.

— ¿Qué sabe de esa apelación que se hará desde Bolivia?

— Bueno, hasta ahora que hablamos en realidad no llegó la suspensión siquiera, aunque sé lo que me espera. Anoche (lunes) me llamó un señor de Fabol, quien me comunicó que junto con la Federación Boliviana de Fútbol se va a apelar y pedir la nulidad del castigo para Bolivia, porque a nivel internacional es difícil.

— Sin ser agorero, si rechazan esa apelación y el castigo sigue, ¿qué haría en los seis meses?

— (Silencio) Dijimos con la directiva que yo no me dejaré de entrenar, yo seguiré trabajando aunque sé que no sería lo mismo, porque no iría ni al banco, menos jugar y pelear por un puesto. Creo que sería feo, pero soy optimista en que no será así.

— ¿Les diría algo a quienes tienen que reconsiderar su castigo cuando se presente la apelación?

— La verdad que no sé mucho de esto. Me equivoqué, reaccioné mal, pero creo que es muy duro el castigo, sobre todo por no dejarme jugar en la Liga. Lo siento, estaba enojado, el fútbol tiene estas cosas. Ojalá me liberen de la sanción en el país. Para mí será una bendición volver a jugar. Estoy muy triste y ojalá consideren mi situación. Esa reacción fue un accidente, hasta quizá por la emoción que tuve de jugar por primera vez en la selección.

— Aparte, no es un buen momento para Universitario...

— Estamos preocupados porque no vamos bien en la Liga. El domingo nos golearon en Santa Cruz y en la tabla estamos abajo. La verdad es que ese día, ante Oriente, yo jugué con mi cabeza en otro lado, porque justo antes de ese encuentro los periodistas me preguntaron sobre la suspensión, yo no sabía y me afectó en lo personal.

— ¿Qué o quiénes tienen que cambiar en el equipo?

— Los jugadores somos los primeros responsables porque entramos a la cancha y tenemos que levantarnos del mal momento que nos toca pasar. Somos un equipo unido, y así como sacamos el título en el anterior torneo, ahora igual juntos vamos a recuperarnos y levantarnos de esta situación. Eso ya lo hablamos en el grupo.


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