Sencillo y predispuesto, así contestó el volante cruceño Danny Bejarano a DIEZ, desde la ciudad de Agrinio (Grecia). El mediocampista viajó hace un mes para incorporarse a su nuevo equipo, el Panetolikos FC. Después de intentar salir al exterior hace una temporada tras, lo logró y ahora apuesta por ganarse un lugar en el onceno que dirige el portugués Leonel Pontes.
Bejarano recibió la confianza desde su llegada al equipo. El DT dispuso que juegue los cuatro amistosos previo al inicio del campeonato oficial, que comienza este 23 de agosto. Desde este domingo Danny irá en busca de cumplir su objetivo que es afianzarse en el fútbol europeo y seguir acudiendo a las convocatorias de la selección boliviana.
Bejarano se formó futbolísticamente en la escuela El Semillero.Debutó en primera división con la camiseta de Oriente Petrolero y es por eso que hoy le agradece al club verdolaga por la oportunidad de jugar a escala internacional. Te dejamos las mejores frases del futbolista.
Sobre el Panetolikos. Estoy contento aquí. Me tratan bastante bien, hay un grupo muy bueno. Además el centro de entrenamientos es acogedor y con buenas instalaciones.
El idioma. Diego (su primo) habla un poco inglés y griego. Los argentinos y el español que hay en el plantel me ayudan. Yo entiendo un poco el inglés y como el técnico es portugués (Leonel Pontes), no hay mucho problema.
La infraestructura. Hay mucha diferencia con las que hay en Bolivia. En nuestro país estamos lejos todavía.
Con Diego cerca. Igual extraño mi casa, por más que esté con un familiar aquí (en Grecia). Debo acostumbrarme porque en el fútbol estamos expuestos a esto.
Oriente y la sudamericana. Me quedé con las ganas (de jugar la Copa Sudamericana) porque jugó con Nacional, pero bueno ahora estoy aquí y me toca apoyar a la distancia.
A Oriente. Es mi casa, fue el club que me dio la oportunidad de lanzarme al profesionalismo. Hoy soy lo que soy gracias a Oriente.
Sobre su salida del país. Siempre tuve el objetivo de salir al exterior. Me voy poniendo metas en mi carrera y gracias a Dios casi todo lo he cumplido.
Lo que más extraña. Después de la familia, la comida (risas). En Bolivia es única y obviamente echo de menos a mis amigos.
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