Resulta hasta casi normal verlo por las calles o por los parques de Santa Cruz trotando sin parar, como preparándose en lo físico para encarar de la mejor manera lo que se viene. Es que Alejandro Gómez está así, con ansias de retornar, de volver a jugar en un estadio repleto por el torneo profesional. No jugó este primer semestre porque no llegó a un acuerdo con Blooming y cuando tuvo la posibilidad de fichar para The Strongest (solo para la Libertadores) a último momento todo se cayó. Lo concreto es que el excapitán de Blooming no ha jugado este primer semestre, y ya cuenta las horas para que la nueva temporada comience.
- ¿Extrañás el fútbol?
- Cómo no. Es que después de 17 años continuos en el fútbol activo, viene de pronto una pausa obligada por seis meses. No jugar es triste, pero la realidad se dio así.
- ¿Por qué la pausa obligada?
- Primero porque no llegué a un acuerdo con la dirigencia de Blooming y después porque me confié que se iba a abrir el libro de pases; tenía propuestas concretas de otros equipos y la verdad que me esperancé en eso, aunque al final no se dio. Quedé colgado.
- ¿Cómo asumiste tu realidad?
- Con tranquilidad, hablé con la familia y me dieron todo el respaldo que uno necesita. Es que si no jugué, no es porque ningún equipo me hubiera querido, fue por el cambio de calendario y los problemas dirigenciales que se dieron. Insisto, lo tomé con tranquilidad, siempre con la fe de que todo esto iba a pasar rápido. Soy un convencido de que voy a volver a jugar y voy a ser el mismo de siempre.
- ¿Cómo saliste de Blooming?
- Salí bien, si no arreglé no fue porque me hubiera portado mal, o porque ya no quisieran más mis servicios, fue por un problema de contrato, que no llegamos a un acuerdo, pero otro inconveniente que hubiera sido grave, no hubo.
- ¿Cómo se llena el vacío de no jugar al fútbol varios meses?
- Bueno, he aprovechado para disfrutar al máximo con mi familia, porque la verdad es que los viajes y las concentraciones fueron bastantes, pero estos seis meses los pasé a full con ellos, con mi hijo que está chico y con la familia en sí. Eso ha remplazado el vacío que uno siente de no ir a los entrenamientos.
- ¿Has estado activo?
- Estuve jugando casi siempre, con mis primos y con los amigos. Ahora estoy también trabajando con Sergio Jáuregui (fueron compañeros en Blooming) que se quedó sin jugar al igual que yo tras salir de San José. Se acerca el tiempo de volver y hay que estar a tono en lo físico, eso lo tenemos claro.
- ¿Cómo es tu rutina?
- A las 7:00 nos juntamos con Sergio, vamos al gimnasio, salimos a trotar y también a correr un poco por las noches. Lo hemos manejado así, nos ha estado yendo bien porque desde que dejé el fútbol activo solo he subido dos kilos, que los puedo bajar rápidamente ya con un entrenamiento más rígido.
- ¿Y tus excompañeros...?
- Se han mantenido pendientes, entrando en contacto permanente conmigo. (Hernán) Boyero, (Sergio) Galarza, (José Luis) Chávez y otros más a quienes les agradezco por preocuparse por mi situación; el mismo Jáuregui cuando estaba en Oruro, me llamaba casi a diario para saber cómo estaba mi situación. Cuando quedé ‘colgado’ me brindaron respaldo, me decían que tenga paciencia, que el tiempo pasa rápido y la verdad que es así. Ya falta poco para que se abra el libro de pases y así volver a jugar.
- ¿Estás ansioso?
- Seguro, es que es como te dije, 17 años seguidos jugando al fútbol y de un momento a otro todo se cortó. No me quedó otra que seguir el campeonato por televisión y ver fútbol internacional para paliar en algo esas ansias.
- ¿Volverías a Blooming?
- Siempre, siempre, soy hincha de Blooming y me pone contento la campaña que está haciendo el equipo. Si el equipo logra salir campeón, voy a ser el primero en salir a festejar.
- ¿Has ido al estadio?
- No, para evitar problemas. Es que mucha gente se confundió, pensó que yo no arreglé mi situación en Blooming priorizando el dinero, no fue así, existía una diferencia, pero insisto, no fue así. Yo pedí lo que creo que merecía ganar porque hay otros que ganan más y nunca juegan. Yo siempre jugué, siempre estuve dispuesto a todo, a matarme por el equipo en la cancha y quizá eso me molestó, que no se valoró ese aspecto. Más fue por eso, lo económico al final es secundario. No recibí una contrapropuesta para arreglar.
- ¿Ves los partidos seguido?
- Cuando juega Blooming estoy ahí, en primera fila (se ríe). Estar peleando arriba me pone contento por los compañeros que dejé.
- Ayer se jugó el clásico, ¿que se siente ya no ser parte de este partido después de varios clásicos encima durante años?
- Eso lo veníamos hablando con mi esposa y también me hacía la misma pregunta. La verdad que el corazón te sigue palpitando igual, pero hay un detalle, ya no vas a estar en la cancha, sino como espectador. Esa es la gran diferencia.
- ¿Cuesta asumir esa realidad?
- Sí, cuesta, porque para empezar, a mí me gustan las concentraciones y me encantaba el ambiente previo, porque la barra iba a las afueras del hotel para alentarte y eso te subía el ánimo al máximo. Cuesta, cuesta mucho asumir esta realidad, pero hay que aprender a sobrellevarlo, ya falta poco, el retorno a la cancha está cerca.
- ¿Por qué no se concretaron las ofertas que tuviste, más allá de que el libro de pases se cerró?
- La mejor oferta la hizo The Strongest, porque además yo podía jugar la Copa Libertadores, me querían, pero el técnico que estaba en ese tiempo (Mauricio Soria), parece que no quiso. Me quedé tranquilo, esta vez no se pudo.
- ¿Fue un duro golpe?
- No, porque cuando se cierra una puerta, se abren varias. Insisto, tengo ofertas de varios equipos y solo estoy esperando a que se abra el libro de pases para definir mi situación en el próximo torneo.
- Estás casi igual que cuando terminaste de jugar y vos decís que solo aumentaste dos kilos. ¿Es gracias a la dieta o al entrenamiento?
- A ambas cosas. Estoy comiendo sano tratando de que no me pase lo de hace algunos años cuando me lesioné la rodilla y subí como 12 kilos, ahora no, me cuido bastante y en mi familia me ayudan para comer sano. Además, en casa nos hemos comprado unas máquinas para hacer ejercicios y a dario le estamos dando uso.
- ¿Qué análisis hacés de los volantes de contención que hoy tiene la selección nacional?
- Que están bien, Jaime Robles, José Luis Chávez, Wálter Flores, son jugadores que están brillando al máximo. Yo no pierdo las esperanzas de volver a la selección, sé que va a costar, pero con la entrega a diario en los entrenamientos, puedo volver a tener otra chance.
- ¿No te extraña tu hijo en la cancha?
- Claro, y en un par de ocasiones me ha puesto incómodo. Es que a él también le gusta el fútbol y casi siempre vemos juntos los partidos. En alguna ocasión me preguntó dónde estaba yo. Me insiste que quiere ir al estadio, que quiere entrar a la cancha y ya te imaginarás. Esas cosas también me inyectan de ánimos para volver a jugar.
- ¿Te sientes una víctima del cambio de calendario?
- Si los dirigentes quieren copiar algo, que lo hagan bien, ustedes han visto en Argentina cómo se lo hizo, los jugadores no salieron perjudicados.
- ¿Te está ayudando Fabol?
- Sí, y bastante, fue ese el trato que se hizo si no podía arreglar. Les agradezco a Milton Melgar y a David Paniagua por mantenerse pendientes, hasta lo último han estado hablándome y me han colaborado. Solo tengo palabras de agradecimiento para ambos.
- ¿Qué tipo de ayuda te dieron?
- No se trató de que Fabol iba a correr con todo mi sueldo, pero sí con una parte, y lo han hecho.
- ¿Volverías a Blooming?
- Sin dudarlo, vuelvo porque soy hincha de este equipo, es que mi familia y mi hijo palpitan por Blooming. Es más, mi hijo cuando escucha una sirena piensa que de inmediato viene la canción (se ríe).
- ¿Sigues en contacto con alguien de la dirigencia?
- Con don ‘Pimpo’ (Carlos Bendek, el presidente que le dejó su lugar a Ricardo Tarabillo), con él había arreglado mi situación para quedarme, pero se tuvo que ir y yo con él.
- ¿Qué vas a hacer hasta julio?
- Entrenarme. Gracias a Dios Rodrigo Figueroa (preparador físico de la selección nacional) nos está ayudando, nos hizo a mí y a Sergio (Jáuregui) planes de trabajo sin costo alguno y lo estamos cumpliendo. Le pedimos ayuda y lo hizo de mil amores. Para cuando nos toque la pretemporada, vamos a estar bien físicamente.
- Me imagino tus ganas...
- Eso también le comento a mis padres, a mi esposa, quizá tengo más ganas que cuando estaba jugando, quiero volver a brillar para ganar algún premio importante como en 2009 (Premio Mayor).
- ¿Cómo te imaginás a fin de año?
- Jugando y siendo campeón en el equipo al que vaya.
Volvería a Blooming sin dudarlo, es el equipo que quiero, del que soy hincha y del que mi familia es hincha”
Viendo los partidos, mi hijo me preguntó en varias ocasiones dónde estaba yo; eso me motiva aún más”
Solo tengo palabras de agradecimiento para Fabol, se portaron muy bien, me ayudaron bastante”
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