Su objetivo es mostrarse para pasar a un club grande y luego ser un aporte en la selección, cosa que no pudo hacer porque tuvo pocos minutos en las eliminatorias. Es consciente de que gracias a su padre, Arturo Saucedo Landa, y su esposa, Patricia Costas, logró madurar como persona y profesional, por lo que el éxito en el exterior sólo depende del esfuerzo que le ponga.
- ¿Cómo han sido estos primeros meses en Ucrania?
- Mucho mejor de lo que esperaba. Tuve mucha suerte, porque la estoy pasando bien desde que llegué, gracias a que tengo un compañero boliviano (Gustavo Pinedo), la ciudad es bonita y en lo deportivo las cosas me están saliendo desde que debuté en el Chernomorets.
- ¿Qué te gusta y qué no de tu nueva etapa en un país diferente?
- La ciudad es tranquila, bonita y turística, eso a uno lo distrae. Lo malo es el frío, porque es demasiado intenso, pero trato de acostumbrarme, me dijeron que ya viene el verano y seguro que nos sentiremos mejor.
- ¿Es distinto jugar con temperaturas muy bajas para uno que viene de otro clima?
- Lo importante es calentar bien, por eso el técnico nos pide que estemos con buzos, chulos y guantes, de esa manera es más fácil entrar en calor y se evita las lesiones.
- ¿Cómo se dio tu llegada al Chernomorets?
- Esto lo manejó Daniel Gonzales (representante) con un socio suyo que tiene por acá (Ucrania), vieron un video mío y luego lo arreglaron todo, así que me fui a Turquía a hacer la pretemporada y luego firmé mi contrato.
- ¿Qué primó para irte, lo económico o la proyección deportiva?
- Las dos cosas. El sueldo no es de los mejores, pero tampoco de los peores, por lo que estoy tranquilo en la parte económica. Vine porque sé que acá puedo hacerme conocer y así tener otras opciones importantes. Acá se sabe que el Shakhtar y el Dínamo de Kiev son los más grandes, que pelean el título y que están casi siempre en las competiciones europeas. Éste es un reto que puedo superar.
- ¿Cuesta que un boliviano sea contratado en el exterior?
- Sí, porque el fútbol boliviano no es conocido. Lo dije en una entrevista que me hizo un medio de acá (Ucrania), me preguntaron qué tal era el fútbol de mi país y respondí que había jugadores con mucha calidad, pero que no se ve en otras partes del mundo.
- ¿Es igual la pretemporada a la que estabas acostumbrado?
- No, porque no es ‘matadora’ en la parte física. Se trabaja mucho en la parte táctica, todo con pelota y nada de trotes de 10 ó 15 kilómetros, acá lo más importante son los partidos amistosos, que se juegan muchos, y en otros países.
- ¿En qué es diferente el fútbol de Ucrania al nuestro?
- En mucho, aquí la marca y presión tienen que ser todo el partido, lo que da dinámica y rapidez al juego. También se trabaja mucho en la efectividad en el ataque y hay que evitar perder balones porque los técnicos se fijan mucho en ese aspecto. Son muy estadísticos, anotan cuantos pases bien haces, cuantos centros, faltas y todos los detalles que uno pueda imaginar. Al final del partido te dan una hoja con los números para que uno los analice y vea lo que hizo bien y lo que hizo mal.
- ¿Es un problema el idioma?
- Hasta ahora no, porque hay un traductor (una persona del club) que nos explica lo que el entrenador nos dice en las prácticas, pero cuando salimos a algún restaurante o a una tienda nos defendemos un poco con el inglés que aprendí gracias a mi esposa, que fue como mi profesora.
- ¿Cuánto te ayuda el hecho de estar con un compatriota, como Gustavo Pinedo?
- Muchísimo, gracias a Dios Gustavo está desde el año pasado y eso es una ventaja para mí, porque es un guía y además uno no se siente solo, ya que se puede conversar de todo un poco.
- Cuando hablan de fútbol con Pinedo, ¿qué dicen?
- Coincidimos en que tenemos que esforzarnos para pensar en objetivos grandes, no sólo en quedarse acá. Nos apoyamos para tratar de convertir goles, porque eso nos ayudará a que nos destaquemos y demostremos que los bolivianos somos buenos futbolistas.
- ¿Hablan de asociarse dentro de la cancha?
- Hablamos de que tenemos que buscarnos en la cancha, pero cuando se dé la oportunidad, ya que él juega por derecha y yo como volante por izquierda, eso hace difícil estar conectados.
- Tu constitución es delgada, ¿te perjudica o no vas mucho al choque en balones divididos?
- No es un problema ser flaco, porque uno tiene que ser inteligente y tocar el balón rápido, así evitás que te golpeen. Acá, máximo podés jugar a tres toques, porque eso lo trabajás en los entrenamientos. De cualquier manera, cuando hay que ir fuerte al choque voy sin mezquinar nada, aquí no se puede ser reservado, hay que dejar todo para ganarse un puesto.
- ¿Subir de peso es una de las exigencias en tu equipo?
- Acá la comida es linda y por eso subí tres kilos y medio, pero no me dijeron nada sobre aumentar mi peso. Al contrario, tengo que cuidarme de no subir más, porque es mejor estar liviano, ya que en este fútbol se necesita correr.
- Sos un jugador técnico, pero lento, ¿allá eso sirve o estás mejorando para tener dinámica?
- La dinámica se mejora mucho en este fútbol (de Ucrania), pero es porque el juego es más rápido. En Bolivia, el trámite de los partidos te permite jugar lento, por eso uno se da esas licencias, pero acá todo es velocidad y pases de primera, así que hay que adaptarse.
- ¿Dónde sacás ventaja a otros?
- En la técnica, que acá hay poca, pues todo es físico y rápido, por lo que el jugador que es más inteligente puede marcar la diferencia al resto.
- ¿Estás aprendiendo a marcar?
- No es mi fuerte, pero estoy esforzándome para cumplir lo que quiere el técnico. Mi función es apretar al volante de contención del equipo rival y, cuando tenemos el balón, tengo que crear.
- Van dos goles en cinco partidos, ¿eso te asegura el puesto?
- No, porque acá son estrictos. Si hacés tres goles en tres partidos no es garantía, porque luego si hacés alguna cosa mal podés perder tu puesto. Lo que ayuda es la confianza que te da el entrenador y tus compañeros.
- ¿Cuál es tu función ahora, crear o hacer goles?
- Por mi estilo, tengo que manejar el juego del equipo en el medio y buscar pases en profundidad para los delanteros y después hacer goles, porque tengo mucha llegada. Por suerte, el técnico me dijo que haga lo que sé, y eso es importante para cualquier jugador.
- Tenés contrato hasta junio. ¿Vas a renovar si el Chernomorets lo pide o ya pensás en otras opciones más importantes?
- Por ahora pienso en este equipo, luego veremos qué sucede. Mi objetivo es dar lo mejor que tengo para ayudar al Chernomorets y también para mostrarme y luego ver qué puertas se abren. Por suerte, el pase es mío, así que no hay problemas con las negociaciones.
- ¿Volverías a jugar a Bolivia?
- La verdad es que uno nunca sabe lo que pasará, por eso no cierro las puertas a nadie. Si las cosas no funcionan por acá y tengo una buena oferta en Bolivia, no tendré problemas en regresar, aunque el objetivo principal, por ahora, es escalar en Europa, pero eso lo dejo en las manos de Dios.
- ¿Es una asignatura pendiente la selección?
- Cuando estuve en la selección traté de entregarme al máximo cada vez que me tocó jugar, pero fueron escasos los partidos en los que ingresé, porque el técnico (Erwin Sánchez) quería darme confianza poco a poco. Ahora quiero que todo sea diferente, el objetivo es ganarme un lugar de titular aunque sé que no es fácil porque hay buenos jugadores que están haciendo las cosas bien en el país; sin embargo, voy a luchar por un puesto.
- Antes de salir al exterior, ¿te quedó algún deseo por cumplir en el fútbol de Bolivia?
- Mi deseo fue jugar en Oriente porque, además, soy hincha de ese equipo, pero también me quedé con las ganas de debutar en Blooming. Ante todo, creo que ahora hay que ser profesional y dejar lo mejor por el club que te contrata. Siempre soñé con jugar un clásico, para cualquiera de los dos equipos, aunque siempre está la astillita del hincha. Quiero dejar en claro que estoy agradecido con la dirigencia de Blooming, que tuvo confianza en mí, pero lamentablemente no pude jugar. Ojalá que algún día se pueda dar.