Luis Esteban Galarza está acostado en la cama de su habitación, en un pequeño hotel del centro de La Paz, muy cerca de El Prado, donde pasa la cuarentena “atrapado”. Son inseparables dos cosas: la primera, una foto suya con uno de sus hijos, Sergio, quien después llegó a ser tan grande como él, ambos como goleros en el país; y, la segunda, un termo para servirse de rato el rato el tradicional mate.
“Llegué a La Paz a fines de 1969”, recuerda. Fue cuando su hermano Arturo Galarza, guardameta de Bolívar, le dijo que viniera para alistarse en The Strongest, que poco antes había sufrido la tragedia de Viloco en la que pereció casi todo su primer plantel.
“Pero debuté (en el equipo atigrado) en el año 70, era aún chico, tenía 18 años. Ese año fuimos campeones de lejos con Maldonado, Díaz, Bastida, Romerito. Vine con Andrés Vigo, un empresario. Don Rafo (Rafael Mendoza) compró mi pase en 1.500 dólares y lo regaló al club. Freddy Valda –el técnico- me vio y dijo que el Tigre no se iba a preocupar durante 15 años de buscar un arquero. Me quedé 18 años”.
Lucho Galarza construyó toda una historia. Aunque nació en Paraguay, donde vivió hasta los 17 años y pico, fue Bolivia que lo acogió como futbolista y persona, se naturalizó y defendió la camiseta de la selección nacional. Fue un increíble arquero, de los mejores que tuvo el fútbol boliviano.
– ¿Qué anécdotas tuvo de jugador?
– Y miles, pero mi tesoro del fútbol son los amigos: el Tano Fontana, Uber Acosta, Carlos Salas, Raúl Ruiz y tantos. Y don Rafo, el mejor dirigente.
– ¿Qué momentos lo marcaron más?
– Me marcó cuando jugué por primera vez contra mi hermano Arturo, él en Bolívar y yo en el Tigre, y después, cuando mi hijo Sergio debutó frente a mí. Por supuesto también cuando jugué defendiendo la camiseta de la selección boliviana, siempre fue lo mejor.
– ¿Cuántas veces acabó en una clínica con lesiones en los partidos?
– Tres veces con conmoción cerebral y otras con golpes y heridas. Yo era arriesgado, me tiraba mucho, volaba. En el Tigre malacostumbramos a la gente. Fontana, Messa, Lattini, Angulo y todos terminaban heridos. Dimos la vida.
– ¿Con qué equipo se queda?
– El campeón del 77 y el del 86. Yo en el arco; Iriondo, Concha, Fontana, Peña; Angulo, Paredes, Messa; Bastida, Lattini y Cañelas. Luego vinieron Chocolatín Castillo y Eligio Martínez para el otro título. Nos odiaban, teníamos un equipo duro, muy duro, peleador, bocón. ‘Llegó el Tigre’, decían.
– ¿Anécdotas en contra?
– Y también varias. En un clásico, Juan César Silva me hizo un gol insólito, vino de atrás, me robó el balón y marcó. En Sucre, en Surapata, el árbitro pitó y me fui al camarín detrás del arco pensando que había terminado el juego, así que empecé a fumar un cigarro; sin embargo entró el utilero Clemente Ponce y me dijo: ‘Don Lucho, no terminó el partido, Fontana está en el arco, ya le hicieron un gol’ (se ríe). Me querían matar. Y en San José tuve también otras anécdotas.
– ¿Qué fue para usted Rafael Mendoza?
– Fue el padre del Tigre, si él no estaba después de Viloco, el Tigre hubiera desaparecido. Fue un visionario, hizo un complejo en un pantano, así era Achumani. Era bondadoso, cada que íbamos a la embotelladora en San Pedro, siempre había fila de gente para hablar con él. Les ayudaba y era querido.
– ¿Cómo su hijo Sergio Galarza se hizo arquero?
– Y… a Sergio lo formamos en Achumani desde niño, peloteándolo los sábados y luego cada día. Le cabeceaban Fontana, Iriondo, le remataban Lattini, Messa. Y Sergio respondía con 13 o 14 años. Uno de ellos predijo: ‘Éste va llegar a la selección’.
– ¿Se acuerda que Sergio debutó justo frente a usted?
– Me marcó ese momento. Se me hinchó la cara de nervios. Yo siempre quiero ganar, siempre… pero ese día no quería que le hicieran goles. Me acordé de mi debut y le repetí a Sergio lo que me dijo Arturo a mí. ‘Ataja bien. Si entra el primero, prepárate para evitar el segundo y así’.
– ¿Qué significó vestir la camiseta Verde de Bolivia?
– Olvídate, la primera vez que me llamaron salté hasta el techo. Siempre dije que iba gratis y jugué entre 1987 y 1989. Todo fue muy lindo.
– ¿Con anécdotas también?
– En una Copa América de Argentina, el colombiano (Carlos ‘Pibe’) Balderrama me amagó tres veces, yo era rápido de piernas y le tapaba todo, me quiso amagar una cuarta, me enojé y le metí una patada, así que se fue lesionado; luego supe que le lastimé una costilla. El árbitro no me expulsó, fue increíble.
– ¿Y con Maradona en Brasil?
– Le tapé un tiro libre al ángulo, tomamos confianza, y Fontana en cancha era muy atrevido y le decía cosas a Maradona, una clara fue cuando le dijo a Eligio Martínez: ‘Eligio, marcalo al petiso éste’ y Maradona se enojó y respondió: ‘Bigote, éste enano jugó dos mundiales y ganó uno’ mostrándole el escudo de la casaca. Pero no nos ganaron.
– ¿Cómo le fue como entrenador?
– Ser DT es algo muy distinto, debes tener mucha personalidad y conocer todo, de lo contrario tus jugadores te critican. Con el Tigre fuimos campeones en 2004. Y en ocho años a Real Potosí, con Samuel Blanco que era el presidente, lo llevamos a muchas copas internacionales.
– ¿Es cierto que tuvo un mal momento con su hijo Sergio en Bolívar?
– Gustavo Geloz era el arquero con experiencia y Sergio estaba más joven, pero entrenaba a full, fuerte, por eso le dimos la oportunidad y la gente nos mató, no entendió. Geloz era titular y Sergio no me hablaba, aunque luego me comprendió
– ¿Qué piensa de la selección boliviana de ahora?
– No reaccionamos, no nos superamos. Antes, acá en La Paz solo Brasil nos complicaba y al resto le ganábamos, ahora ellos nos ganan.
– ¿El fútbol de antes era mejor?
– No, ahora es más rápido y mejor. Pelé con Brasil de 1970, tenían un equipazo para su época; vino Maradona el 86 y fue mejor, era más rápido; y Messi y otros ahora son más rápidos todavía. El Tigre de mi época era gran equipo, equipazo, pero los de ahora son más rápidos.
– ¿A qué se dedica hoy Luis Galarza?
– Estoy en La Paz hace tres meses con un plan de trabajo en menores. Muy gentilmente hay una opción en Always Ready, donde jugué dos años, y creo podemos aportar. En Paraguay, clubes como Olimpia y Cerro les dan trabajo a sus glorias de antes, pero en Bolivia con los clubes grandes no pasa igual, esa es una tristeza, muchos estamos viejos y nos olvidaron.
Perfil
Luis Esteban Galarza Meryereger nació en Asunción, el 26 de diciembre de 1950. Sergio, Marcelo y Luis son sus hijos.
Jugó en The Strongest, Always Ready, Bolívar, San José, Wilstermann y Blooming. Fueron 26 años en el fútbol profesional, hasta los 44 años de edad.
Fue entrenador de The Strongest, Real Potosí, Bolívar, Destroyers, Blooming y Wilstermann.
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