Etcheverry deslumbró en los años 90. Fue baluarte en la selección nacional que se clasificó al Mundial de Estados Unidos. Nació en Destroyers, saltó a Bolívar, jugó en España, en Chile, en Colombia y Ecuador. Fundó la MLS de Estados Unidos donde hizo también una gran carrera.
Han pasado varios años desde su retiro, pero lo que hacía “El Diablo” en la cancha – como era llamado en su época de jugador- es siempre recordado y además hoy su palabra es respetada, porque es la de un símbolo del deporte boliviano.
Radica en su Santa Cruz natal aunque no siempre está ahí, pues viaja constantemente a Estados Unidos, donde con el DC United se abrió campo para siempre.
Etcheverry no es de los que aparece mucho en los diarios, la televisión o las radios, en general prefiere un perfil bajo. Pero cuando se anima “dispara”, como ahora, incluso hablando de política.
¿Te acuerdas la parte final de tu carrera y por qué te fuiste de Bolívar?
Con la institución y con la hinchada fue todo maravilloso, extraordinario. Mi decepción fue con un dirigente que entonces manejaba no solo a Bolívar (se refiere a Mauro Cuéllar Caballero) sino que manejaba el fútbol boliviano en general. Esa persona me decepcionó totalmente, fue su forma de actuar, la de manejar las cuentas del club y otras cosas que en algún rato hablaré no solo de él, sino de todas mis peleas con quienes no actuaban bien y a quienes yo les cuestionaba. En esa época había crisis en el fútbol boliviano y me retiré, dejé el fútbol, aunque me arrepiento hasta ahora de esa decisión.
¿Por qué?
Me arrepiento por no haber seguido, pues fácil jugaba unos dos años más. Estaba bien en la parte física, estaba fuerte, había superado una lesión de la rodilla y además tenía una oferta de Qatar, pero me enfadó lo de esa persona y otras cosas sucias, dañinas; entonces me fui decepcionado con esa persona y dejé de jugar cuando pude estar en la cancha unos campeonatos más.
¿Te peleaste muy fuerte con Cuéllar?
En los años de futbolista siempre fui muy rebelde e hice lo que quise si estaba convencido de que era lo correcto. En toda mi carrera profesional no hubo dirigente o presidente de club que me impusiera cosas si no era lo correcto, yo siempre imponía mi palabra. Tengo mi carácter, mi pensamiento, soy un hombre con una convicción fuerte, pero esa persona me decepcionó y terminé dejando el fútbol porque no me gustaban muchas de sus actitudes.
¿De más joven, qué significó tu paso por el Albacete español?
España fue mi primera salida internacional, aún era un muchacho. No fue fácil, por una parte el culpable fui yo porque llegué a ese fútbol pensando en que lo había ganado todo y no era así; me costó adaptarme a ese otro tipo de juego, más rápido, más físico y además era muy joven, veía las cosas de otra forma.
¿Tus gambetas endiabladas, la explosión y los tiros libres no fueron suficientes?
Jugué partidos buenos, pero allí tienen que ser todos partidos buenos. Además llegué a España con un tranjín intenso de un año y medio, títulos con Bolívar, Libertadores, Copa América con la selección. Llegué muy agotado, así que decidí volver. Además vino al club (el director técnico) Julián Rubio, un español que años después dirigió a Bolívar, quien en esa época no me tomaba en cuenta.
¿Soñaste con jugar en un grande de España?
Mientras estuve en Albacete, que fue un tiempo corto, tuve siete partidos increíbles y con ese poquito me dijeron que el Atlético de Madrid había preguntado por mí, pero yo no estaba conforme conmigo mismo por mi rendimiento y decidí volver a América.
¿No aspirabas, por ejemplo, llegar al Real Madrid?
En el caso del Real Madrid la posibilidad fue mucho tiempo después, cuando tenía una campaña impecable en Colo Colo, donde pasé mi mejor momento, mi pase valía 10 millones de dólares, iba a terminar ese campeonato en Chile y se apuntaba a que volvería a España, pero se dio esa lamentable lesión (de ligamento) y ya las cosas cambiaron, estuve parado como cinco meses y llegué con lo justo al Mundial. Si no me lesionaba, creo que iba a cumplir mi sueño de llegar al club más grande del mundo.
Dicen que cuando fuiste a Colo Colo había otras opciones de clubes incluso más grandes… Cuando regresé a Bolívar de España, don Lothar (Kerscher, dirigente de años en el club) me llamó al gran Centro Mario Mercado, en La Paz, y me dijo que al club le habían llegado tres ofertas concretas: la de Boca Juniors, de Argentina; de Colo Colo, de Chile; y de Barcelona, de Ecuador. La mejor oferta era la chilena y me fui a Santiago, donde fue hermoso, fuera de serie porque estaba en un momento espectacular.
¿Qué pasó en Colombia y Ecuador?
En el América de Cali colombiano jugué un campeonato; después fue el Emelec y luego el Barcelona, donde me gané el cariño de la gente. Hasta ahora me llaman desde Guayaquil para algunos eventos de conmemoración que realizan.
Hace la MLS de Estados Unidos cumplió 24 años y tú eres parte de esa historia… Fui uno de los fundadores de una Liga que ahora es una potencia en el mundo mediante su selección. Con otros compañeros fuimos los pioneros de algo hermoso. El DC United es una parte importante de mi trayectoria porque en ese súper país hice mi vida, mi familia, viven ahí dos de mis hijos, gran parte de mi historia se escribió allí.
¿Te acuerdas de cómo fue tu debut?
Sí, jugamos el primer partido de la MLS ante San José, que nos ganó 1-0, viajamos al otro lado de Washington, unas seis horas de vuelo. Pese a la derrota fue una bonita y gran inauguración, fue a lo grande, lo importante en ese entonces era que por segunda vez nacía la liga en ese país.
¿Por qué el DC United no ha repetido los éxitos que tuvo cuando Etcheverry era una de sus figuras?
Le está faltando ganar títulos, pero el DC es un equipo de historia y respeto en la MLS. Cuando yo estaba fuimos campeones en tres ocasiones, solo perdimos una final. Jaime Moreno (otro jugador boliviano) se hizo un goleador histórico del club. También ganamos la Copa Interamericana como campeones de la Concacaf, derrotamos al Vasco da Gama, de Brasil, que era campeón de la Libertadores. Asimismo me hicieron un lugar en el Salón de la Fama de la Major League Soccer (MLS), el primer boliviano y el primero del DC que fue elegido.
El fútbol abrió un camino en Estados Unidos, ¿es verdad que hablaste con algunos presidentes de esa nación?
Como fundador de la MLS el presidente de entonces Bill Clinton me invitaba a la Casa Blanca, luego George Bush también, incluso me invitaban a visitar el Pentágono. Con un Secretario de Defensa de los EEUU visitamos a las tropas americanas que se preparan para diferentes incursiones. Además estaba el cariño de la comunidad latina, no solo la boliviana. También me pusieron en el hall del paseo de la fama de Washington y hasta volé en el Concorde (de fabricación francesa).
Hablando de presidentes, en Bolivia conociste a varios desde la época de 1993… Tuve la suerte de compartir amistad con casi todos los presidentes de Bolivia desde que fui jugador profesional, desde que fui campeón juvenil en Lima de un Sudamericano. Pude almorzar, tomar un café y charlar mucho con todos ellos, siempre de deporte. En estos últimos años fue lo mismo con Evo Morales, con quien igual hablamos bastante, pues él hizo mucho por el deporte boliviano.
¿Alguno te pidió que te postules para diputado, senador o seas ministro de Estado?
Sí, me lo propusieron, y creo que lo haría bien porque tengo liderazgo y capacidad, aunque sé que uno tiene que prepararse también para ello. Pienso que sería un buen político, me encanta ayudar a la gente, sé mantener el contacto con la realidad y tengo empatía con todos los ámbitos sociales y pensamientos para que muchas cosas mejoren para todos.
¿Y el fútbol? ¿No serás DT nunca más?
Me entrevistaron desde Chile, conté que allí la pasé espectacular porque me fue bien más allá de la lesión. Recordé el cariño de la gente y de los dirigentes, y por eso dije que sería un sueño volver a Santiago para dirigir al club por el cariño y porque soy un colocolino.
¿Por qué no creció tu carrera como DT?
Estuve en un interinato en el mismo DC United cuando comenzaba a terminar mi contrato, luego fui parte del cuerpo técnico de la selección Sub-20 de Estados Unidos, dirigí al Aucas en Ecuador, a Oriente Petrolero en un corto período y estuve en las selecciones menores de Bolivia en diferentes procesos entre 2010 y 2012. Pero no hubo otras oportunidades y no me llamaron la atención.
Luis Cristaldo, tu compañero entre 1993 y 1994, dijo alguna vez que tú y él son los únicos futbolistas bolivianos que jugaron dos mundiales de la FIFA…
No, no es así, yo soy el único jugador boliviano que jugó en tres mundiales de FIFA: dos en juveniles, en China 1985 y en Canadá 1987 y el de la selección mayor en Estados Unidos 1994. Además gané el único Sudamericano juvenil oficial para Bolivia, cuando fuimos campeones en Lima, Perú.
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