VLADIMIR SORIA, Fue jugador-símbolo de Bolívar, gracias a los 16 años que jugó luciendo la camiseta celeste. Cuando se retiró, además como el futbolista que más clásicos paceños disputó (84), eligió seguir en el fútbol desde el cargo de director técnico, y en ese ámbito también tuvo satisfacciones con la “Academia”. Hoy hace un paréntesis, tras romper su relación con el valluno Wilstermann
Durante 16 años fue uno de los jugadores emblemáticos de Bolívar. En ese tiempo consiguió varios títulos nacionales y siempre fue titular, hasta que colgó los botines a los 38 años, estableciendo un récord de clásicos paceños disputados, 84 partidos. Aunque no jugó ningún encuentro de las eliminatorias sudamericanas de 1993, por discrepancias con el entrenador español Xabier Azkargorta, fue titular en los tres enfrentamientos que disputó la Selección Boliviana en el Mundial de Estados Unidos 1994. Después de su retiro se dedicó a la dirección técnica y, a pesar de que actualmente está desocupado, dijo que nunca dirigiría a los “atigrados”.
Si apareciera alguna oferta para dirigir a The Strongest, ¿la aceptarías?
Aunque fuera un orgullo que me lo propusieran, mantengo mi postura de que nunca dirigiría a The Strongest por la rivalidad que hay con Bolívar, equipo con el que yo me identifiqué durante mucho tiempo. Además, la misma hinchada “atigrada” no se identificaría conmigo, porque siempre me vio en la vereda de enfrente. Por lo demás, no tengo problemas para ser técnico de cualquier equipo de Bolivia.
Y hasta que aparezca algo concreto, ¿a qué te vas a dedicar?
Voy a esperar hasta la finalización del Apertura para irme a Argentina y seguir capacitándome. En mis inicios como técnico también hice un seguimiento al trabajo de Boca Juniors, cuando el entrenador era Carlos Bianchi.
¿Por qué este año fue corto tu paso por Wilstermann?
Porque a mí me contrataron para hacer un proceso y trabajar con gente joven, y ellos (los dirigentes) querían resultados de entrada, y no se podía porque a comienzos de año se fueron 11 jugadores nacionales y no llegó ningún refuerzo boliviano. Entre los que se fueron están Daner Pachi, Alejandro Bejarano, Sacha Lima y Édgar Olivares.
¿Tienes algún método para controlar la indisciplina?
El único método que se puede aplicar es en la práctica, ahí uno se da cuenta si el jugador ha dormido bien. Uno tampoco puede estar de policía siguiendo al futbolista todo el tiempo.
Dirigiendo a Bolívar llegaste a la final de la Sudamericana, ¿qué les faltó para lograr la hazaña?
Aprovechar más las ocasiones de gol que tuvimos en el “Hernando Siles”, que fueron muchas, pero apenas terminamos ganando por 1-0 a Boca Juniors. De visitante nos vencieron por 2-0 y se quedaron con el título en 2004.
¿Por qué ahora los equipos bolivianos no avanzan en la Copa Libertadores de América?
Porque no hay equipos competitivos que puedan hacer frente a rivales del exterior. Ahora los refuerzos que se traen son de cuarta y en otros casos son jugadores que ya están acabando sus carreras. Antes, Bolívar se daba el lujo de traer a jugadores de primer nivel, mientras que ahora ningún equipo de Bolivia se refuerza con futbolistas que son titulares, por ejemplo, en una Liga como la argentina.
¿En qué lugar se disfruta más, como jugador o como técnico?
Como jugador, porque uno se divierte con el balón y no tiene mucha presión. En cambio, estando en el banquillo, de cualquier derrota al que culpan primero es al técnico.
En tus inicios eras hincha de Wilstermann, ¿cómo fue que primero probaste suerte en Aurora?
Me probé en Aurora porque consideraba que iba a tener más oportunidad de jugar, porque en Wilstermann había varios jugadores de calidad, entre ellos Gastón Taborga; sin embargo, en aquellos días también apareció la posibilidad de jugar para los “aviadores” y no la desaproveché. Tenía 17 años.
¿Y cómo fue tu debut en Wilstermann?
Recuerdo que fue cuando le convertí un gol a Stormers, de Sucre, fue a los 18 años. Luego jugué contra The Strongest, al que le anoté un golazo luego de dejar en el camino a varios rivales.
¿Tu ingreso fue a lo grande también en Bolívar en 1985?
Sí, porque en los 12 primeros encuentros me salió todo bien y fui elegido el mejor en cada uno de esos partidos.
¿Por qué casi toda tu carrera fue en Bolívar? ¿no hubo ofertas de equipos de fuera del país?
Hubo muchas. A comienzos de 1990, Omar Pastoriza me pidió para que juegue en Independiente. Cuando ya tenía las maletas listas para irme, Bolívar no me quiso vender y les dijo a los “diablos rojos” que se podían llevar a cualquier jugador “celeste”, menos a mí. También hubo ofertas concretas de The Strongest y Oriente Petrolero, pero tampoco me quisieron largar.
¿Provocaron que tu corazón cambie de “rojo” a “celeste” los 16 años en el club?
No niego que era hincha de Wilstermann, pero con tantos momentos lindos que viví en Bolívar me hice fanático de la “Academia”. La verdad es que llegué a identificarme mucho como bolivarista, peor aún con los nueve títulos que logré como jugador y los cuatro como técnico. Además, llegué a la semifinal y la final de la Sudamericana, en 2003 y 2004, respectivamente.
¿Cómo hiciste para mantenerte hasta los 38 años como titular en Bolívar?
Para ser titular uno tiene que sacrificarse todos los días y todos los años. Cada entrenador es diferente y hay que demostrarle que uno es el mejor en el puesto. Gracias a ello tengo el orgullo de afirmar que nunca me sentaron, siempre fui titular en los 16 años que jugué en la “Academia”.
¿Te dolió haber colgado los cachos con una derrota, precisamente ante The Strongest?
Aunque perdimos ante The Strongest, fue emocionante porque ese día me retiré con un récord en clásicos disputados en Bolívar, con 84 partidos. Dejé en el segundo lugar a Carlos Borja, que acumuló hasta su retiro 83. En esa cifra no están contados los clásicos amistosos ni por la Copa Libertadores.
¿Cuál fue el clásico más emocionante que disputaste?
Hubo muchos, pero hay uno en el cual pasamos por primera vez a la tercera fase de la Copa Libertadores, en 1994, gracias a la victoria por goleada (4-0). Luego de 24 horas de viaje en avión, nosotros llegamos cansados al enfrentamiento porque habíamos jugado dos partidos amistosos con la selección en España y Rumania.
¿Cuál fue el mejor equipo que integraste en Bolívar?
Fue en 1991 y estuvo integrado por varios seleccionados y jugadores de primer nivel, entre ellos Javier Zeoli (URU), Jorge Olaechea (PER), Alejandro Giuntini (ARG), Carlos López (ARG), Fernando Salinas, Carlos Borja, Miguel Zanabria (PAR) y Jorge Hirano (PER).
¿Por qué Bolívar no es el de antes?
Porque antes se trataba bien al jugador y se contrataban buenos refuerzos. Los dirigentes hacían el esfuerzo para traer jugadores de primera y no como ocurre ahora, que provienen de la Segunda División.
¿Lograste cobrar el dinero que te adeudaba el club?
No. Me quedaron (los dirigentes) debiendo bastante, pero no hice ningún juicio para cobrar porque tampoco soy de esas personas, pues el club me dio bastante.
Del 1 al 10, ¿cuánto le pones a tu carrera como jugador?
Le pongo 10, porque siempre di todo de mí en cada partido, aunque en ocasiones no me salían las cosas, pero con esfuerzo y lucha trataba de superar esos malos momentos.
Nunca se te vio envuelto en actos de indisciplina, ¿pero fuiste testigo de alguno?
Supe de varios casos. Hubo épocas en Bolívar en las que había algunos jugadores que desaparecían dos o tres días de las prácticas y los técnicos los aguantaban porque eran titulares. Por ese motivo, yo digo que hay muchos entrenadores que se hacen los estrictos con gente joven y a los que son titulares los perdonan. Eso está mal, porque en el fútbol hay que medir a todos con la misma vara.
¿Quién ha sido el mejor dirigente que encontraste en tu carrera?
Fueron dos, Mario Mercado y Guido Loayza, que tenían sinceridad y disposición para atender a los jugadores. Ellos podían estar en su oficina con personalidades importantes, como un diputado, pero siempre se daban tiempo para recibirte. Ahora ocurre todo lo contrario, porque para cobrar algunos pesos tienes que perseguir durante varios días al dirigente.
Jugar con Bolivia el Mundial de 1994, ¿con qué emoción la puedes comparar?
Es lo máximo, es como cuando nace el primer hijo. Es increíble estar en la inauguración entonando el Himno Nacional, que te estén viendo millones de personas en todo el mundo en un partido ante el último campeón, Alemania.
¿Por qué abandonaste la Selección después de la concentración que tuvieron en el CAR en España, con miras a las eliminatorias de 1993?
Porque el profesor Xabier Azkargorta quería que juegue de lateral-volante por derecha y yo me negué. Mi puesto era volante de contención y por ello le dije que no, porque nunca había jugado en ese puesto. Por la negativa no me tomaba en cuenta y, cuando llegamos a Bolivia, me fui a mi casa.
Pero, ¿después volviste?
Volví porque nos juntamos para charlar con el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, Guido Loayza, y con el profesor Azkargorta. El acuerdo fue que volvía y si me tocaba jugar era de volante de contención, pero si había alguna emergencia tenía que cumplir la función de lateral-volante. Después de la reunión me volvió a convocar y jugué de titular los tres partidos del Mundial 1994.
¿Qué diferencia tenía la Selección de Xabier Azkargorta con la actual que dirige Erwin Sánchez?
Esa Selección que logró llegar al Mundial fue la de mayor talento que ha tenido el fútbol boliviano. No hay comparación.
¿Qué crees que le falta a la actual Selección para que sea protagonista de las eliminatorias?
Le falta calidad y experiencia. Es raro lo que pasa con la Selección, porque cuando disputamos partidos de preparación jugamos muy bien, pero a la hora de la verdad nos cuesta mucho.
Como jugador, ¿cumpliste todos tus sueños o te quedó alguna tarea pendiente?
Me faltó ser finalista de la Copa Libertadores.
Y como técnico, ¿cuál es tu máxima aspiración?
Apunto a obtener un título internacional.
Si no hubieras estado inmerso en el fútbol, ¿a qué otra actividad te habrías dedicado?
A estudiar. En mis comienzos en Wilstermann ingresé en la universidad e hice un año en la Carrera de Medicina.
¿Quién es tu candidato al título del Apertura?
Oriente Petrolero, Universitario y, quizás, The Strongest. De los tres me quedo con Oriente.
Si pudieras cambiar algo del fútbol nacional, ¿qué es lo primero que harías?
Cambiaba a muchos dirigentes. Es increíble, pero yo estoy hace más de 20 años en el fútbol y siempre escucho los mismos nombres.
El dato
COMO DT FUE FINALISTA DE LA SUDAMERICANA
Vladimir Soria nació el 15 de julio de 1961 en Cochabamba. El primer equipo que integró fue Santa Fe, que participaba en la Segunda División del torneo asociacionista de la capital valluna. Luego pasó a Wilstermann donde estuvo de 1980 a 1984, para después jugar en Bolívar de 1985 a 2000. Aunque no disputó las eliminatorias sudamericanas, fue parte de la Selección Boliviana que participó en el Mundial de Estados Unidos 1994. Colgó los cachos a los 38 años, con el récord de clásicos paceños jugados, 84 en total. Como DT debutó en Bolívar, llevando a la “Academia” a la semifinal, en 2003, y a la final, en 2004, de la Sudamericana. Su objetivo es dirigir hasta los 56 años, porque considera que la carrera de entrenador tiene mucha presión.
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