— No sé si el mejor, porque espero dar mucho más. De afuera ustedes lo pueden decir, pero creo que estoy en una etapa madura, aporto a mi equipo y parece que no me va mal, mantengo mi regularidad. Sin embargo esto del fútbol es de equipo, no de uno, uno depende del grupo que lo puede ayudar.
— ¿Pero está mejor...?
— Mantengo mi regularidad. Hubo años en los que tuve un buen primer torneo y luego bajé. En cambio, estos últimos años estuve muy bien y el haber sido llamado a la selección me ayudó muchísimo, corro menos, tengo más visión y creo que soy más protagonista. Antes corría más, pero no era protagonista.
— ¿Desde cuándo Real se perfila para ser el favorito que es hoy?
— Desde que le ganamos a Mamoré en Trinidad, de ahí no paramos y nos ha ido bien. Al inicio lamentablemente el profesor Manuel Núñez (el primer DT de la temporada) jugó sin delanteros y todos lo sufrimos y nos complicamos.
— ¿Cuál es el secreto de este Real que hoy está al mando de Marcos Ferrufino?
— Real Potosí mezcla experiencia y juventud, todos sabemos lo que queremos y lo que nos conviene. Gente como Lapzyck, Ovando, Angola, Torrico y otros, son la base.
— ¿La experiencia es vital?
— Sí, puede ser, pero lo más importante es que todos somos equipo, no hay alguien que busque la individualidad, todos estamos para atacar o defender. Ahora los extranjeros también ayudan bastante y son un buen soporte.
— ¿Qué tendría que pasar para que Real Potosí sea campeón?
— Que juguemos los partidos de la mejor forma y ganemos, para así no depender de nadie. Estar tranquilos, serios, concentrados y con la idea de salir adelante.
— ¿Qué les dijo Ferrufino para que Real haya cambiado?
— La virtud del profe es que nos dio mucha libertad y nos soltó a todos en los partidos. Eso sí, en el trabajo del día a día nos exige bastante, pero en los encuentros nos pide hacer lo que sabemos y eso ocurre. Además habla lo justo.
— ¿Es un buen técnico?
— Yo pienso que sí, porque a los equipos que dirigió siempre les fue bien, ya sea arriba o para sacarlos del fondo. Pienso que es un técnico que ayuda a ganar, da confianza, lo mismo que el profesor Teodoro Cárdenas (el preparador físico).
— ¿Cuál fue el mejor equipo de Real que le tocó conformar?
— El plantel del 2006, que luego el 2007 salió campeón, justo cuando yo no estuve porque me fui a la ‘U’. La virtud de ese equipo fue no perder de local durante dos años. Estuvimos invictos en casa más de 30 partidos. Era un equipo sólido.
— ¿Qué diferencia habrá entre ese equipo y el de ahora?
— La diferencia es que ese equipo corría menos pero trataba mejor la pelota, era tremendamente técnico. El equipo de ahora corre mucho, bastante y eso nos ayuda. A un balón va un rival y nosotros ya estamos tres. Con el equipo del 2006 ganamos en Santa Cruz a Oriente, Blooming y Destroyers.— Se hablaba de una ‘camarilla’ fuerte durante esa época…
— Creo que debe saberse bien qué es camarilla. Se dicen de los grupos para guiar mal. En ese caso yo no lo vi ni lo viví. Lo que sí hacíamos, es que todos jalábamos para el mismo lado porque éramos un grupo reducido y con ganas de ganar.
— ¿Qué otras virtudes hubo aquella vez?
— En ese tiempo nos apartamos de lo que decían la afición y el periodismo. Nuestra relación con ellos era normal, pero los hinchas se suelen dejarse llevar por la emoción y lo que venga, mientras que el periodismo tiene otra visión. Nosotros íbamos de a poco, serenos y seguros.
— ¿A qué defensor es difícil superar o a quién es difícil marcar?
— Todos los defensores tiene cosas buenas y algunas fallas, pero yo veo que Schiapparelli y Frontini son técnicos y fuertes y los arqueros más fuertes son Hugo Suárez y Daniel Vaca.
— Ya son nueve años en Potosí, ¿recuerda cómo llegó?
— Sí, seguro, fue el 2002. Ganarme un lugar fue un poco complicado, por mi juventud y porque había buenos jugadores en mi puesto, como Darwin Peña y Roberto Correa, de quienes aprendí. Luego comencé a jugar los segundos tiempos y desde el 2004 soy titular.
— ¿Considera que tiene algo especial con Potosí?
–Pienso que sí, porque desde el primer día de práctica siempre me sentí cómodo, apreciado por la gente. Recuerdo que en esa práctica granizó, pero igual la gente apoyaba en las prácticas y en los partidos.
— ¿Su familia es de aquí?
Sí, porque aquí conocí a mi esposa, con quien tengo dos hijos, todos son potosinos y yo estoy feliz con ellos.
— ¿Económicamente ha logrado crecer?
— Sí, mi primer contrato lo hice por cinco años, entre el 2002 y 2007, ahora lo hago anualmente, pero lo económico es para uno. Futbolísticamente gané presencia, fortaleza y me mostré a ese nivel. Fui cuatro veces a la Libertadores y una a la Sudamericana.
— ¿Qué le falta alcanzar?
— Salir campeón, creo que luego de tantos años en el equipo es hora de salir campeón. Ojalá se puedan dar las cosas y nos acompañe la suerte. Ya antes fuimos segundos, pero del segundo nadie se acuerda, también gané dos Play Off (2008 y 2009), una AeroSur el 2008, pero nunca salí campeón nacional, creo que es hora de ganar mi primera estrella.
— ¿Qué opina de Samuel Blanco (el presidente vitalicio del club)?
— En las buenas es bueno y en las malas es malísimo. Es un presidente ganador, fue un presidente ganador. La verdad es que ayudó al club y muchas cosas se las debe a él.
— Con el presente qué pasa, ¿piensa en la selección?
Sí, la selección es lo máximo y todo jugador quiere estar. Yo estuve muy poco, pero la verdad me ayudó mucho y ojalá que quienes vayan a la Copa América se acoplen rápido, porque hay poco tiempo.
— ¿No cree que también es hora de que sea seleccionado?
— En la época de Platiní (Erwin Sánchez) estuve algunas veces convocado, ahora el profesor (Gustavo) Quinteros me llamó a algunos microciclos y además jugué contra Panamá, aunque no fue como yo quise, pero nunca dejaré de trabajar hasta llegar a ser parte constante de la selección.
— ¿Qué opina de Quinteros?
— Que trabaja bien, que le gusta mucho orden en sus equipos, así lo demostró donde trabajó y a mí me cuesta ser ordenado, ése es mi problema, creo que se notó y trabajo para corregirme y aprender más.
— ¿Sueña con estar en la Copa?
— Y cómo no, sueño, sueño y trabajo, pero la decisión es del técnico y seguro que decidirá lo mejor para Bolivia. Yo creo que estoy en el momento justo, pero no depende de mí, sino de lo que haga.
— ¿Cómo le irá a Bolivia?
— Espero que bien, está muy duro porque toca jugar con el local, pero siempre se debe creer en que las cosas saldrán bien.
— Retornando al pasado, ¿aún está en su memoria cómo fueron sus inicios?
— Sí, comencé a competir en el torneo que mi tía Mary Ayala organizó cuando era niño, era goleador y siempre fui el más chiquito del equipo, mi padre se dio cuenta de mi capacidad y pese a que no había dinero, me metió a la Tahuichi.
— ¿Cómo le fue en la Tahuichi?
— Entré a los 9 años, tuve muchos profesores, pero tengo un agradecimiento para Lucio Romero y Antonio Gottardi. Estuve en la academia hasta los 18. Jugué dos mundialitos, del 98 y 99, pero nos fue mal, no ganamos nada.
— ¿Cómo los forman a los niños en la Tahuichi?
— Con una mentalidad diferente, por eso los jugadores que salen de ahí son ganadores, con personalidad fuerte. Nos ayuda mucho competir afuera, jugamos por Europa y salimos campeones en otros torneos como en Dinamarca, Suecia y en Estados Unidos. Es muy bonito ir afuera, ganas roce.
— ¿Qué futbolistas de ese grupo ahora juegan en la Liga?
— Estaban el (Juan Carlos) ‘Conejo’ Arce, (Wílder) ‘El Gato’ Zabala, (Gualberto) Mojica y otros. La verdad aprendimos mucho de lo futbolístico y hasta de cómo manejarse en la vida. Es que se aprende mucho y de todo.
— ¿De niño quién era su ídolo?
— Milton Melgar, tenía mucha clase en cualquier circunstancia. Es un jugador del cual se puede aprender tantas, pero tantas cosas. Daba gusto verlo jugar.
A Llegó joven a la Academia y este año, con los atigrados, vio que no tenía cabida
Miguel Loaiza (su apellido se escribe con ‘i’ y no con ‘y’, según confirma él mismo) no tiene buenos recuerdos de su fugaz paso por Bolívar y The Strongest, aunque él deja abierta la posibilidad de que algún día pueda darse la opción de estar en uno de los ‘grandes’.
En el caso de la Academia, fue el primer club profesional que se interesó por él en 2001, compró su pase, lo tuvo en sus filas, lo llevó a la banca, pero nunca lo hizo debutar.
“Pasaron diversas cosas, yo era muy jovencito, y además en mi puesto, en un club tan grande como Bolívar, siempre habían excelentes jugadores y por eso no se dio, pese a que yo lo deseaba mucho, entonces regresé a la Tahuichi y se devolvió el pase”, recuerda Loaiza.
Contó que su traspaso se dio luego de una gira que hizo con Tahuichi, cuando regresó a principios del 2001 le dijeron que se iría a La Paz. Loaiza estaba muy ilusionado, pero no pensó que no iba a jugar.
De Bolívar volvió a la Tahuichi y dio el salto a Real Potosí, que se interesó por él, porque el DT Luis Galarza ya lo había pedido, entonces lo llevó, debutó en la Copa Libertadores ante San Lorenzo y por ello está muy agradecido con Lucho.
Con relación a su paso efímero por The Strongest a principios de este año, Loaiza asegura que cometió un error, porque aceptó una buena propuesta del presidente Kurt Reintsch, pero sin saber que el técnico no lo tenía en planes.
“Pasa que hay gustos de los técnicos y no es fácil pelear con eso y uno no está para ir a complicar a un equipo, sino a aportar. Agradezco al presidente del Tigre por haberse fijado en mi persona, él me demostró que es una excelente persona, pero por lo visto no tenía la venia del técnico”, explicó el jugador.
Loaiza contó que el argentino Néstor Craviotto le hizo saber que no utiliza enganche y que él tendría que acoplarse a la tarea que se le iba a dar. “Vi que no había que insistir con algo con lo que nadie se iba a sentir bien y mejor preferí dar un paso al costado y no crear malestar. Eso sí, agradezco nuevamente al presidente del club”.
Miguel Loaiza no cierra las puertas a la opción de volver a cualquiera de los dos grandes de Bolivia. El jugador de Real dice que está siempre abierto y que ojalá pueda darse su retorno a uno de ellos para tener otro desafío en su carrera deportiva.
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