Los locutores deportivos creyeron en algún momento que su apellido era compuesto (Saucedo Landa) y es que a Arturo le gustaba repetir frente a los micrófonos sus dos apellidos.
Un jugador veloz, que amagaba por una lado y salía por el otro. Lo suyo era llegar a la línea de fondo y lanzar el pase preciso, así llegaron los goles de Oriente, el equipo de sus amores y Real Santa Cruz que lo encumbró al profesionalismo.
“El fútbol ha perdido mucho con el juego centralizado y los esquemas, se ha perdido la habilidad”, se quejaba Arturo, la última vez que lo vi en una céntrica calle cruceña con los bien perfilados bigotes y los kilos de más.
Arturo Saucedo Landa era de los jugadores que le sacaba ventaja a la línea lateral; pegarse a la línea era su estilo, salir velozmente era su arma fundamental, todos los defensores lo sabían, el problema era saber en que momento salía esa flecha, en qué momento corría paralelo a la línea o tomaba la diagonal.
En la década de los setenta fue considerado el mejor puntero derecho en el fútbol boliviano. Se inició en Real Santa Cruz, luego pasó a Oriente Petrolero que vendió su pase a La Bélgica con la histórica cifra. En el equipo azucarero estuvo al lado de Escalera, Peji Hurtado, Nilton Pinto, Ramiro Blacut y muchos otros que conformaban un poderoso conjunto. De ahí pasó a Universidad en el cual que jugó dos temporadas hasta que retornó a Oriente Petrolero en 1974 participando en varias copas Libertadores y destacándose por su fútbol vistoso, velocidad y su singular gambeta. Fue la época de oro de Oriente, donde jugaban Ever Hoyos, Arias, Campos, Julián Cristaldo, Montaño, Taritolay y Espinoza. Integró la selección nacional que disputó las eliminatorias de 1977, eliminando a Uruguay y a Venezuela; fue cuando convirtió el primer gol boliviano ante Venezuela en su propia casa (foto). De Oriente Petrolero, en 1981, pasó a Blooming y ahí jugó dos temporadas, tras las cuales se retiró debido a que se le negó su traspaso a otros clubes para seguir descollando en su carrera, pese a los varios ofrecimientos que le llegharon especialmente del Brasil donde fue conocido como “el Garrincha boliviano“.
Su partida
Su último partido en su lecho de enfermo lo disputó este sábado 20 por la noche en su tierra camba, mientras su hijo le regalaba desde Sucre dos goles, en el partido que Universitario le ganó a Petrolero.“Este me salió bueno, es hábil, es cuestión de entenderlo y exigirle”, comentó cuando se refirió a su hijo Mauricio Saucedo Guardia, a quien seguía las veces que podía.
Arturo fue el puntero derecho ideal en la selección de 1977 que eliminó en las eliminatorias a Uruguay y Venezuela, justamente en el partido de visita marcó el primer gol boliviano. Por la izquierda estaba Miguel Aguilar y en el centro Tamayá Jiménez, un tridente ofensivo inigualable y con acento cruceño.
Se quejó muchas veces porque Blooming le cerró las puertas en su intención de venderlo al fútbol brasileño, o el empeño de Wilstermann por ficharlo. “Me cortaron las piernas, me dejaron sin desarrollo”, se quejaba Saucedo Landa, que inopinadamente dejó el fútbol y prefirió elegir otras actividaes para llevar el pan a casa.
El “Camba Caro”
Explica que el apodo de “Camba Caro”, nació a raíz de los $us 120 mil que tuvo que pagar La Bélgica a Oriente Petrolero para contar con sus servicios.
Escucharle era rememorar las mejores tardes de Oriente el equipo blanco con dos líneas laterales verdes en la franja izquierda. Ese Oriente que había recibido la posta ganadora de Matateu, Dede Toninho y Jesús el 70, lo tomaron los Saucedo landa, Pedroso, Aguilar, Tamaya Jiménez, Campos y otros excepcionales jugadotes que dio santa Cruz al país.
Se fue don Arturo, el del apellido compuesto, se apagó su corazón, pero dejó la herencia del recuerdo del fútbol elegante rápido y los goles de Oriente Petrolero y la Selección.
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