Cuando Sergio Galarza decidió poner punto final a su carrera en el fútbol porque debía atender una urgencia familiar en el exterior, parecía que la “dinastía Galarza” —iniciada por su tío Arturo a finales de la década de los años 60 del siglo XX y continuada por Luis, su padre— había llegado a su final. Sin embargo, el exarquero deja establecido que se trata solo de una pausa, asegura que en unos años habrá novedades y prevé que llegarán de la mano de su hijo mayor Sergio.
Galarza tuvo que retirarse repentinamente, casi igual como fue su estreno en el fútbol. Su hijo más pequeño necesitaba un tratamiento médico en Santiago de Chile, lo que le obligó a mudarse en 2015 con toda su familia a la ciudad argentina de Mendoza. Tras estar poco más de un año fuera del país, el niño se recuperó y todos regresaron a Santa Cruz para reanudar su actividad.
En ese tiempo afuera, Sergio Daniel Galarza Gutiérrez, el mayor de sus hijos, comenzó a jugar fútbol y eligió la posición de arquero, a la que le tomó cariño.
“Próximamente habrá noticias nuestras, los Galarza somos persistentes, testarudos y nos encanta el fútbol”, enfatiza Sergio padre, muy emocionado porque la familia toda pudo superar la prueba de fe que se le había presentado.
Con su esposa Carola Méndez y sus herederos Sergio Daniel, María Noel y Esteban hicieron maletas y se marcharon a Argentina, a un lugar cercano que les permitiera ir a Santiago. Fue cuando no le quedó otra que colgar los guantes de golero.
“Son pruebas que Dios le pone a uno. Lo primero es la salud de mi hijo, el esfuerzo que hicimos en la familia fue bien recompensado, su recuperación es de manera espectacular y estamos contentos por lo que viene haciendo. De la mano de Dios iniciamos una cruzada muy difícil y hoy, gracias a Él, tenemos la tranquilidad. Mi pequeño no necesita más tratamiento, sino algunos controles”, cuenta.
Sport Boys fue la última camiseta que defendió en 21 años de carrera en el balompié profesional, que comenzó en septiembre de 1993 en el desaparecido Metalsán de Cochabamba y que continuó en Real Santa Cruz, Bolívar, Blooming. Wilstermann, Oriente y Guabirá.
“Con errores y virtudes di todo lo que tenía en los diferentes clubes que me tocó jugar. También tuve el privilegio de defender la camiseta de la selección, a la que me costó mucho llegar. Nadie me regaló nada y prefiero quedarme con esos bellos recuerdos”.
Descarta la posibilidad de organizar un partido de despedida. “Prefiero dejarlo ahí, no se me pasó por la cabeza armar nada. Mi salida fue repentina como fue mi estreno. Aquella vez me sacaron del colegio para debutar. Ahora me fui del fútbol porque la familia es lo primero y necesitaba mi atención total”.
Cuenta que a sus hijos también les encanta el fútbol, que todo el día lo están jugando. “Ojalá que mi hijo mayor tenga la posibilidad de jugar. Lo vamos a apoyar en lo que decida, pero ya vi que le gusta revolcarse como a mí me gustaba. No sé si está bien decirlo, pero el cariño por el arco lo llevamos en la sangre”.
Agradece el apoyo que recibió de gente amiga. “Me preguntaron por qué había desaparecido del fútbol. Son decisiones que uno debe tomar por la familia”.
Está listo para comenzar la carrera de entrenador
Jorge Asturizaga Mientras jugaba, Sergio Galarza también estudió la carrera de director técnico en la Universidad del Fútbol en Santa Cruz y obtuvo el título que lo habilita para dirigir en el país. Ese es además uno de sus objetivos.
A su regreso a Bolivia formó un equipo de trabajo con Ronald Arana, exzaguero de Oriente Petrolero, The Strongest y La Paz Fútbol Club, y con un preparador físico argentino. Están a la espera de que surja una posibilidad.
A su experiencia en las aulas sumó la cosecha que hizo en el club Godoy Cruz de Mendoza, donde fue segundo entrenador del plantel de reserva. Gracias a una gestión del también exarquero José Carlo Fernández se acercó al club Universidad Católica de Chile y tomó contacto con José María Buljubasich, quien ahora es gerente deportivo del club.
“He formado un equipo de trabajo que está con muchas ganas de iniciar su labor en la dirección técnica. Con Ronald Arana formamos una amistad desde niños y nos capacitamos en esta profesión. Ojalá que tengamos la posibilidad de dirigir”, dice.
Por el momento no hubo contactos, pero no se desespera. El torneo Clausura de la Liga está en pleno desarrollo y para el inicio de la próxima temporada pueden haber novedades.
No está descartada la posibilidad de algún club de asociación.
Esteban y María Noel. A la izquierda, en un entrenamiento en la selección nacional.
Un centro para entrenar arqueros
Sergio Galarza se retiró de las canchas, pero no se fue del fútbol y anuncia la creación del Centro de Entrenamiento para Arqueros “Mono Galarza”, que estima iniciará actividades durante la primera quincena de abril.
El Complejo Norte, en el kilómetro 10 de la carretera al norte cruceño, es el lugar elegido para desarrollar las actividades. El emprendimiento tiene un costo que prefiere no detallar.
“No será una escuela, sino un lugar en el que quienes gustan de la posición de arquero podrán trabajar de acuerdo con sus necesidades. Es cuestión de tener ganas de desarrollar las técnicas de esta posición”, comenta Galarza.
En el inicio tendrá como compañero de enseñanza a su hermano, Luis Eduardo, quien también jugó en esa posición y ahora es el entrenador de arqueros de Blooming.
“No hay límite de edad, desde los siete años pueden venir al centro, a los pequeños sí se les puede formar y ojalá que un futuro próximo podamos ver en clubes del país a goleros que trabajaron y compartieron las cosas que uno cosechó en su etapa en la Liga”.
El centro también es para aficionados al arco que no están vinculados a clubes de asociación en la capital oriental.
Prevé que del exterior le llegue equipamiento para trabajar fuerza y en Santa Cruz se fabrican máquinas lanzapelotas.
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