Un futbolista en todo el sentido de la palabra que marcaba a presión, lo mismo que salía dominando la pelota, buscando al mejor jugador ubicado y llegando hasta el arco rival, ése era Miguel Ángel Rimba, un auténtico ‘Correcaminos’ que brilló en varios equipos del país y también en la selección nacional, con la que llegó a disputar el mundial de Estados Unidos en 1994.
Su puesto habitual era marcador central, como último hombre, pero a lo largo de su carrera jugó también como marcapunta o volante de contención. Miguel se inició como futbolista en el club 31 de Octubre de su ciudad natal, Riberalta. En 1988 llegó para jugar en Universidad que participaba en la Primera A de la Asociación del Fútbol de Santa Cruz, luego de que asistiera a un nacional juvenil, representando a Beni, en el que se destacó como el mejor jugador.
En el equipo ‘docto’ sólo estuvo un año, fue la revelación del torneo y convocado por el profesor Carlos Habbegger a la selección mayor sin haber jugado ningún partido en la Liga Profesional. El 12 de enero de 1989 lo compró Bolívar de la ciudad de La Paz, equipo en el que se consagraría a lo largo de diez años.
De su paso por la ‘Academia’ paceña recuerda a muchos jugadores, entre los que nombra a Angeletti, Ferrufino, Urruti, Coki Hirano, Sánchez, Etcheverry, Carlos Civarelli, Vladimir Soria, Platiní Sánchez, Jaime Moreno, Mauricio Ramos, Carlos Borja y Cristaldo, entre muchos otros grandes futbolistas.
Esa temporada (1989), a la par de que salió campeón boliviano con el equipo celeste, Rimba fue premiado como el jugador revelación. Todos los años que pasó en el club celeste también vistió la casaca nacional. “Bolívar era un poderoso equipo, base de la selección y casi todos los jugadores, hasta los suplentes, eran convocados”, recuerda Rimba.
Tiene en su historial nueve copas Libertadores, siete participaciones como campeón y dos como subcampeón. Con la selección nacional jugó 73 partidos, teniendo en su haber seis copas América y varias eliminatorias, habiendo clasificado para el Mundial de Estados Unidos 1994. Participó en un partido benéfico en Italia en el Resto del Mundo que enfrentó al Milan.
En 1998 jugó seis meses en Atlético Tucumán de Argentina, luego retornó al país a Oriente Petrolero donde jugó dos años, de ahí pasó a Real Santa Cruz y terminó jugando en Aurora de Cochabamba, club con el que ascendió a la Liga.
Perfil
Riberalteño
Miguel Ángel Rimba Alvis nació en Riberalta (Beni) el 1 de noviembre de 1967 en el hogar de los esposos Ruperto Rimba y Lola Alvis (+). Casado con Sandra de La Barra tiene tres hijos: Miguel Ángel, Mara Giselle y Adolfo. Se recibió como director técnico de fútbol en la escuela de entrenadores del extinto Freddy Valda.
Primer Premio Mayor y otros muchos lauros
Miguel Ángel Rimba fue el primer Premio Mayor que otorga desde 1992 EL DEBER, y él dice que es el lauro más importante que recibió a lo largo de sus 13 años de carrera futbolística profesional.
Pero ése es sólo uno de los muchos galardones que recibió.
Para empezar, en sus inicios en Universidad recibió la Victoria Alada en 1988; luego al llegar al fútbol profesional fue el jugador revelación del fútbol boliviano y al año siguiente Botín de Oro que le fue entregado por la Secretaría General de Deportes y Juventudes del Gobierno que presidía Jaime Paz Zamora.
También se hizo acreedor de premios como el Premio 10 que entregaba Papi Nurmberg en su programa Facetas Deportivas.
Un logro muy significativo fue su convocatoria al Resto del Mundo que jugó un partido contra el Milan en Italia, en el que jugó al lado de los mexicanos Jorge Campos y Hugo Sánchez, los argentinos Chamot y Sensini y con el rumano Ilie Dumitrescu y el danés Michael Laudrup, entre otros.
En sus palabras
El tema del dopaje
En julio de 1993, Miguel Ángel Rimba dio positivo por metabolitos de cocaína en la sangre. Fue por un mate de coca, asegura, y señala que también dio el mismo resultado el arquero brasileño Zetti. Ambos fueron suspendidos por la FIFA, pero luego de varias gestiones, se les levantó el castigo. Fue en el partido que Bolivia le quitó el invicto en Eliminatorias a Brasil en la ciudad de La Paz.
Todo un trotamundos
Por el fútbol Rimba conoció toda Sudámerica, varias ciudades de EEUU y Alemania, Italia, Inglaterra, Francia e Islandia, entre otros países.
Despedida en su tierra
En agosto de 2004 Rimba le dijo adiós al fútbol y fue en un partido disputado en Riberalta. Estuvieron en ese encuentro Platiní Sánchez, Milton Melgar, Álvaro Peña y Pedro Higa, entre otros de sus grandes compañeros y amigos.
Concejal en Riberalta
Miguel Ángel Rimba Alvis es en la actualidad concejal municipal en su ciudad natal, Riberalta. Llegó hasta la función pública edilicia postulado por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
Durante los pasados cuatro años ha desplegado una intensa labor como presidente de la Comisión de Salud y Deportes del Honorable Concejo Municipal. Entre sus principales gestiones destacan la obtención y puesta en funcionamiento de un equipo de hemodiálisis para el hospital municipal de la capital riberalteña. Este proyecto se concretó gracias al apoyo del Presidente de la República.
También ha posibilitado la visita de varios equipos profesionales de fútbol, de un director técnico y un licenciado en educación física, quienes impartieron sus conocimientos de manera gratuita para potenciar el fútbol en Riberalta y toda la región.
Recientemente la Unidad de Proyectos Especiales dependiente de la Presidencia de la República le aprobó la construcción de un complejo deportivo modelo, donde funcionará una escuela de fútbol que será dirigida por él.
Aún le queda más de un año de gestión en el Concejo Municipal.
Opinión
Destacó en varios puestos
Jaime Galarza S. / Periodista
Miguel Ángel Rimba fue uno de los jugadores destacados de la década de los 90 en el fútbol boliviano. Nació en Riberalta (1-11-1967), se formó futbolísticamente en Santa Cruz y se consagró como jugador en Bolívar.
‘El Correcaminos’, como lo bautizó alguien, seguramente por lo flaco e inquieto, apareció vistiendo la casaca de la Universidad cruceña, pero no pasó mucho y se lo llevó Bolívar, anoticiado por sus ‘ojeadores’ que en aquel entonces ayudaban a la Academia paceña a llevarse a cuanto talento aparecía en la cantera local.
Apoyado por el argentino Jorge Carlos Habbeger, Rimba se ganó un lugar en el multicampeón celeste. El director técnico lo convirtió en un futbolista polifuncional, que se desempeñaba con facilidad y solvencia en cualquier puesto de la defensa, incluso como volante defensivo.
De esa manera se convirtió en un infaltable en la selección nacional. Fue uno de los integrantes del cuadro boliviano en el Mundial de Estados Unidos 94 y uno de los pocos jugadores del país convocado a una selección Resto del Mundo, conformado por los destacados del planeta en aquel momento.
Rimba era un jugador ágil, rápido, intuitivo, seguro en la marca, difícil de superar en el mano a mano, con buen manejo de pelota, y temple para afrontar partidos o momentos complicados del juego.
Después de estar diez años en Bolívar, y disputar 302 encuentros, emigró a la Argentina para jugar una temporada en Atlético Tucumán, retornó seis meses después y en su última etapa vistió las camisetas de Oriente Petrolero, Real Santa Cruz y Aurora.
Flaco, polifuncional y ganador. Miguel Ángel Rimba se hizo un lugar en la historia en silencio, sin estridencias y con mucha categoría.