Lleva su propia estadística y ratifica que hace un mes y algo más llegó a los 100 partidos de Liga custodiando el arco atigrado, cifra que ya ha superado, y considera que deben ser más o menos unos 130 si se contabilizan partidos de Copa Libertadores, Sudamericana y amistosos disputados.
— ¿Qué se siente ser uno de los futbolistas más activos desde su llegada a The Strongest?
— Gracias a Dios estamos jugando, y en el caso de este torneo es el 100% de los partidos. Y si analizamos desde que llegué al club, seguro que estuve en más del 90%. Ahora, mi meta es acabar el Apertura, jugar los 22 partidos de este certamen y ojalá que podamos conseguir algo grande.
— ¿Cómo se da tanta continuidad en un puesto como el del arquero?
— Tiene que ver con la regularidad que mantuve en mi desempeño. Eso me deja contento, feliz porque las cosas vayan bien. El deseo de aportar siempre es una de las causas. Creo que estoy retribuyendo a la confianza y al cariño de la hinchada, del presidente y su famosa frase que nos dice siempre: ‘te quiero mucho’.
— ¿Qué es la regularidad?
— Son muchos factores, diversos los que suman. Yo me encariñé rápido con el Tigre y su gente, el temperamento acompaña a lo que es el club, el equipo. Cuando perdemos, me molesto, choco con mis compañeros, me lo dicen, pero así es el club, mucho compromiso.
— ¿Los títulos logrados son consecuencia de todo ello?
— Seguro, los triunfos son producto de la regularidad. Ser el único arquero tricampeón de la Liga es algo especial para mí y el haber sido siempre protagonista en el equipo y en mi carrera futbolística. Aún espero cosechar cosas grandes. Pienso que Dios aún tiene cosas importantes para The Strongest, porque hay un buen grupo y es una familia trabajadora.
— ¿Qué partidos recuerda de los 112 que jugó hasta ahora?
— Son bastantes, porque cada uno fue decisivo e importante para lograr el objetivo final. Están los que jugamos en las finales en que ganamos el título y muchos otros que fueron decisivos.
— ¿El primer torneo, en el que no obtuvo nada, puede ser considerado el lado negativo?
— ¿El lado negativo? Puede ser cuando me tocó la mala experiencia en la etapa del técnico (Néstor) Craviotto, cuando me hice expulsar sobre el final de un partido y luego vinieron cuatro choques importantes en los que perdimos el título. Aún recuerdo lo que me dijo él en la ducha, que íbamos a perder el campeonato; y dicho y hecho, eso fue lo que ocurrió.
— De cara al futuro, ¿hay Daniel Vaca para rato en el Tigre?
— La verdad, yo quiero seguir, pero dependerá del presidente, que tiene mucha predisposición para que siga, aunque los problemas que lo aquejan son muy difíciles y si se va él pues no sé. Dependerá de la continuidad de Kurt para que yo siga en el Tigre, se lo dije y así lo siento. Ahora, si continúa, habrá Daniel Vaca para rato.
— ¿Se considera un arquero con suerte, con trabajo y éxito?
— Me siento un arquero bendecido, más que nada. Siempre pidiendo el amor y la guía de Dios.
— ¿Es cierto que logró muchos títulos en su carrera?
— Parece que sí. Eso si hacemos un recuento desde mi debut en 1999. Con Blooming fui campeón de uno de los bicampeonatos, luego jugué con Oriente sin mucho éxito. Después con Destroyers, con el que ascendí a la Liga. Volví a Blooming, donde una vez más fui campeón nacional, eso fue en 2005. Luego estuve con San José y fuimos primeros, lo mismo que con Wilstermann. Después están los tres del Tigre. Creo que en total van unos ocho títulos, si no llevo mal la cuenta.
— ¿Se mira en algún espejo?
— Carlos Arias es un amigo y un compañero con el que empezamos a jugar, luego nos separamos, pero nuestra amistad hasta ahora sigue. En el plano internacional me gustaba el holandés Edwin Van der Sar.
— ¿Alguna vez se animó a rematar tiros penales?
— De chico, en la academia, yo tiraba todos los penales y anotaba, pero ahora hay otros compañeros que son más técnicos, y ellos son los encargados de ejecutarlos.
— ¿Y la selección?
— Vamos a dejar en manos de Dios, si tenemos otra oportunidad. Dicen que la edad y la experiencia en el arco son importantes y creo que estoy en una edad para ello.
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