viernes, 15 de noviembre de 2013

Pablo Escobar: ‘Anotar no significa que nunca fallaré’



Pablo Escobar no tiene el dato exacto, pero es consciente de que no falló ningún penal en la Liga boliviana desde que volvió de Brasil. Recuerda que antes, en sus anteriores épocas en el fútbol nacional, sí erró, aunque se queda con esta parte en la que lleva una infalibilidad impresionante.

— ¿Qué opina de su gran efectividad en cuanto a la concreción de penales?

— No, nada. Lo asumo con tranquilidad. Es importante para uno, para la estadística, pero son rachas que le toca a un jugador. Por supuesto da una gran confianza cuando uno se acostumbra a patear penales, eso es fundamental.

— ¿Mientras más patea uno se hace más infalible?

— No, tampoco. Lo que pasa es que yo no puedo pensar en eso, en el récord, en que no fallo y esto y lo otro, porque eso no significa que en algún momento no vaya a errar; ojalá que no, pero en cualquier momento uno puede fallar, eso también está ahí.

— ¿En qué piensa antes de convertir un penal?

— En que tengo que anotar el que viene, el que viene y así. No puedo distraerme, porque puede ser un registro para uno, pero en realidad un penal anotado es un gol convertido que puede servir al equipo a sumar una victoria y tres puntos que tanta falta hacen.

— ¿Qué pasó con el festejo en el gol del clásico?

— Contaré en confidencia, pero sin dar nombres, la historia de una apuesta. Un par de compañeros me desafiaron a que no iba a tener los huevos necesarios de patear un penal como lo hice, con el “picado” en el clásico ante estadio lleno y con lo que significa el riesgo de errar. Entonces agarré la pelota, lo hice y anoté. De regreso a la mitad de la cancha apunté hacia mi banca, a esos dos compañeros y les hice el gesto de que uno tiene los testículos grandes, y ellos sabían que les había ganado la apuesta. No fue nada de insultar al rival porque ni los vi.

— De esta etapa suya en el fútbol boliviano, ¿ese penal a Bolívar habrá sido el más bonito?

— (piensa) Puede ser el más bonito por la concreción y el apelar a ese recurso técnico, pero no el más importante, porque creo que hubo otros bastante significativos. Un penal siempre es un bonito desafío para definir una jugada de gol. En este caso fue bonito, pero no sirvió porque igual perdimos el clásico.

— ¿Algún penal que recuerde?

— El último del clásico, porque más allá de haber perdido, creo que fue una definición arriesgada, aunque ilógica, porque yo raras veces hago eso. Lastimosamente no sirvió para mucho.

— ¿Otros significativos?

— Todo penal anotado seguro que es importante para uno, pero recuerdo el 2-1 que fue ante Real Potosí, cuando luego empatamos y logramos el tricampeonato. En Oruro, ante estadio lleno, hice ante San José un gol de tiro penal, fue el 1-0. Fue algo muy bonito.

— Antes de esta etapa, ¿en sus anteriores épocas en el fútbol boliviano falló penales?

— Sí, seguro, erré algunos penales no sólo en filas atigradas, sino también en San José, pero creo que el balance en general es bastante positivo y espero que siga así, sin dificultad.

— ¿Qué piensa segundos antes de rematar un penal?

— Uno se concentra totalmente. Define el lugar a dónde patear y ejecuta con decisión y fuerza. Mucho no tienes que pensar, sino hacerlo con toda serenidad.

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