lunes, 24 de noviembre de 2014

Nicolás Linares: Un histórico de Municipal



Un oficial de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) lo vio jugar en Camiri a comienzos de 1965 y le invitó para que pasara una prueba en Independiente Alas, club de esa entidad militar que por entonces era animador de la segunda categoría del fútbol paceño. Así comenzó la carrera de Nicolás Daniel Linares Saibury (Cuevo, Santa Cruz, 6 de diciembre de 1945).

Era un delantero hábil y con olfato de gol, jugó en tiempos en los que la táctica de los equipos era bien definida con tres delanteros (dos punteros y un centrodelantero). Aún no había Liga y las competencias de las asociaciones y los nacionales Copa Simón Bolívar eran los torneos de mayor jerarquía.

Hoy, no duda en asegurar que en los primeros años de los 70, Municipal era el gran animador del balompié paceño, y le tocó integrar un poderoso equipo que les jugaba “de tú a tú” a los grandes Bolívar y The Strongest.

Cuando llegó al cuadro edil le asignaron una vivienda en el estadio Luis Lastra de Sopocachi, donde el equipo se entrenaba y jugaba algunos de sus partidos. “Cómo no me voy a acordar de ese estadio tan lindo que se convirtió en casa de muchos jugadores que llegaron del interior y de afuera”, dice Linares. Compartió vestuario con jugadores de la talla de Jaime Rimazza, Juan Farías, Pablo Baldivieso, los hermanos Tórrez, entre otros.

Cuenta que no era un club grande, pero sus jugadores eran aguerridos: “Nos matábamos en la cancha cuando nos tocaba enfrentar a Bolívar o al Tigre”. “Muni” fue protagonista de un hecho histórico para el fútbol boliviano: por primera vez un equipo nacional igualó en Brasil, fue el 30 de abril de 1974, cuando empató 3-3 con el Sao Paulo en el estadio Morumbí con dos goles suyos y uno de Mario Lladó.

“Fue un hermoso partido, nadie se imaginaba que le haríamos frente a un monstruo de ese entonces, mis goles llegaron después de protagonizar desbordes, me dejaron la pelota a espaldas de los defensores y anoté. Fue una sorpresa, un equipo sin renombre conseguía un gran resultado, estábamos ganando, pero el árbitro nos hizo jugar más de los 50 minutos” la segunda etapa.

Por esa actuación despertó interés de clubes brasileños, sin embargo Municipal lo declaró intransferible y se quedó en el país. Cuenta la historia del fútbol que cuando Mario Mercado Vaca Guzmán, el presidente ad perpetuam de Bolívar, era alcalde de La Paz, se llevó a varias figuras del cuadro edil a la Academia. Las operaciones se simplificaron porque era presidente de los dos clubes. Entre los que de guindo a celeste pasaron, estaba Linares.

“Sabía algo de que por esas circunstancias Bolívar reforzó su equipo gracias a las gestiones de Don Mario, me fui a préstamo y allí coincidí con Juan Américo Díaz, Conrado Jiménez, Wálter Costas, Raúl Alberto Morales y otros, formamos un plantel ganador. Mi permanencia fue de dos años y volví a mi club”. Asegura que todavía están frescas en su mente imágenes de los duelos que sostenía, por ejemplo con Ricardo Fontana, el zaguero de The Strongest, en los clásicos por el torneo paceño en el antiguo estadio Siles.

“Eran partidos al todo o nada, se jugaba con técnica, garra, sacrificio, pero no solo en los clásicos sino también en los duelos contra Mariscal Santa Cruz, Chaco Petrolero, Ferroviario o 31 de Octubre, permanentes animadores del fútbol paceño y nacional. Traían jugadores extranjeros que realmente dejaban enseñanzas”.

Oriente Petrolero lo tentó para reforzar su plantilla, incluso llegó a entrenarse allí y jugó un partido amistoso en La Paz contra Independiente de Avellaneda. “Le hice un gol al famoso arquero Miguel Santoro, pero por diferencias económicas con los dirigentes no se hizo efectivo el pase”.

Cerró su carrera en Municipal de La Paz y luego de un tiempo estableció su residencia en Santa Cruz, donde asiste al estadio para ver “solo partidos importantes”. Se hizo hincha de Municipal donde brilló y pasó sus mejores momentos en el fútbol. Le embarga la tristeza al saber que el club desapareció. “Le dio tanto al fútbol paceño y lo olvidaron. Las autoridades deberían refundar el club y volverlo a los lugares de privilegio”.

También fue jugador de selección

Nicolás Linares también lució la camiseta de la selección nacional. En su trayectoria están tres torneos, uno denominado Minicopa que se jugó en Brasil, la eliminatoria para el Mundial de Alemania 1974 y la Copa América de 1975. Por su velocidad y capacidad goleadora, pronto se ganó un lugar entre los titulares de la Verde. El certamen continental se jugó por vez primera sin una sede fija y Bolivia ofició de local contra Chile y Perú en el estadio Jesús Bermúdez de Oruro.

“Siempre fue un honor llegar a la selección nacional, es ahí donde uno mejor muestra sus condiciones. Estar al lado de figuras como Ovidio Messa, Miguel Antelo, Arturo Saucedo Landa (+) o Conrado Jiménez fue un honor que siempre lo llevaré en mi mente y en mi corazón”, destaca Linares. La eliminatoria para el Mundial de Alemania fue triste para Bolivia, pues esa vez se jugaba por series y la Verde ocupó el último lugar del grupo en el que también estaban Argentina y Paraguay.

No ganó ningún partido, tampoco empató, así como los paraguayos vencieron en el estadio Hernando Siles (1-2), los rioplatenses también se impusieron (0-1). “Llegar a la selección es un honor, eso deben saberlo todos los jugadores, porque es una forma de representar al país. Bolivia tiene muy buenos jugadores y confío en que la realidad cambiará y vendrán días mejores”.


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