Era sábado. Un locutor de radio informaba: "Murió el Chocolatín”. Ese 18 de octubre de 1997 Ramiro Castillo, el jugador que deslumbró en Sudamérica, se convirtió en leyenda.
Pasaron 19 años. Su recuerdo está intacto. Luego de tres meses de sufrimiento por la muerte de su hijo José Manuel, de siete años de edad, Castillo no aguantó la pérdida del pequeño y tomó la decisión extrema. Se quitó la vida.
José Manuel falleció el 29 de junio del 1997. La Selección se aprestaba para disputar la final ante Brasil, por la Copa América, que se disputó en el país. Antes del compromiso se conoció que el hijo del Chocolatín estaba en terapia intensiva por fuerte una hepatitis. A pesar que los seleccionados querían dedicarle una victoria en la final, se perdió 3-1.
Tres meses más tarde, el fiscal Rodolfo Gutiérrez dio la noticia de que se encontró a Castillo muerto en una de sus habitaciones de su domicilio, en la zona de Achumani.
El fútbol estaba de luto, todos los recordaban como una persona humilde, alegre y dedicado a la vida futbolística.
El Gobierno nacional declaró un duelo de 30 días, mientras que en Coripata, lugar de nacimiento del paceño, la gente lloró por su héroe.
Carrera deportiva
En Bolivia, Ramiro Chocolatín Castillo jugó sólo en Bolívar y The Strongest. Tras convertirse en figura atigrada partió a Argentina, donde hizo buena parte de su carrera.
Castillo jugó en Instituto de Córdoba (1987-88), Argentinos Juniors (1988-90), River Plate (1990-91), Rosario Central (1991-92) y finalmente Platense (1993-94). También estuvo en el Everton de Chile antes de volver al país y jugar en Bolívar.
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