El exmundialista Marco Sandy continúa vinculado con el fútbol, pero también realiza actividades paralelas. Una de ellas es la de motivador de jóvenes emprendedores, tarea que la desarrolla con el Banco de Crédito (BCP), como parte de un programa nacional.
Sandy puntualiza que en los últimos años ha estado brindando charlas motivacionales a jóvenes que tienen pequeña y medianas empresas, pero también en iglesias, colegios y selecciones de fútbol.
Asimismo, Sandy trabaja, por el momento, como director de Deporte, Arte y Cultura en el colegio Tiquipaya, formando a los estudiantes en estas áreas.
LA SELECCIÓN
El proyecto inmediato que tiene en mente Marco Sandy es dirigir, a partir del próximo semestre, un equipo de la Liga en el país y, a largo plazo, la Selección Nacional.
“Estoy seguro que lo voy a conseguir, dirigir la Selección de Bolivia”.
Sandy estuvo al mando de Bolívar en La Paz y fue ayudante de campo en el combinado nacional, en la era de Xabier Azkargorta. Se hizo cargo también de la Selección sub-20.
Por lo pronto, el mundialista apunta a lograr un título en el torneo de la Liga, una asignatura pendiente en su prolífica carrera deportiva que se inició tras salir del colegio San Agustín, en 1990, a los 18 años de edad.
Su larga lista de éxitos incluye la participación en el Mundial de 1994, el subcampeonato de la Copa América logrado en 1997, el segundo puesto con el club Bolívar en la Copa Sudamericana, en 2004, y los 15 títulos obtenidos como jugador con la Academia de La Paz en la Liga.
“Muy bien Dani. Eso es”, alienta Sandy desde la tribuna a su hijo, Daniel, quien lleva la casaca 13 en la espalda y acaba de convertir un gol en el arco sur del coliseo de la Coronilla.
El otrora defensor de Bolívar y de la Selección Nacional añade que tuvo la fortuna de haber jugado en clubes de España, Argentina y México, además de haber disputado cinco copas américas con el combinado Verde.
El zaguero considera que es importante el apoyo del entorno familiar y, en su caso, señala que, además, fue bendecido por haberse formado en la escuela Enrique Happ. Su mentor les recordaba que lo más importante era forjarse como personas, y eso marcó su vida.
Considera a esta escuela de fútbol como su segundo hogar. Y el hecho de haber estudiado en el colegio San Agustín le ayudó a ser disciplinado y ordenado.
Sandy está casado con Claudia Susana Lazcano Navarro y tiene tres hijos: Sofía Belén, de 17 años, Juan Daniel, de 15, y el benjamín, Thiago David, de un año y tres meses.
MUNDIALISTA
Sandy asegura que la gente en el exterior valora mucho a los futbolistas que han disputado un mundial y, en su caso, el de Estados Unidos le abrió puertas para jugar en el exterior.
El defensor boliviano, también conocido como el Toro Sandy, señala que se siente bendecido por todo lo que el fútbol le ha dado en los últimos 26 años. Destaca que es el jugador con más partidos en la Selección Nacional.
Explica que le pusieron el apodo de Toro porque cuando iba a disputar un balón “dividido” no medía bien su fuerza. En varias oportunidades llegó a lesionar a los rivales, pero no “en forma intencional”. Él también sufrió lesiones por sus entradas fuertes.
“Basaba mi juego en la entrega total, era difícil que pierda un balón o que me ganen en el juego aéreo”, puntualiza.
FORMADORES
Los jóvenes futbolistas en el país tienen un talento innato para este deporte, pero lo que falta en el medio son formadores, entrenadores que los encaminen, que les enseñen los sistemas de juego, la parte técnica e incluso cómo y cuándo deben alimentarse.
En 2010, cuando Sandy concluyó el curso de entrenador e hizo su tesis sobre el grado de profesionalismo que había en el medio, se dio cuenta, mediante la aplicación de encuestas a jugadores de clubes de La Paz y Cochabamba, que muchos de ellos no desayunaban y comían al paso lo primero que encontraban.
DIRECCIÓN TÉCNICA
El año pasado, Sandy se hizo cargo de la selección de Cochabamba sub-18 que participó en la Copa del Estado Plurinacional, durante dos meses, y salió campeón de ese torneo.
Sin embargo, Sandy lamenta que estos jóvenes no hayan tenido la oportunidad de enrolarse a un club liguero en Bolivia
Menciona que hay jóvenes con buenas condiciones técnicas, pero con muchas deficiencias en la parte física y en el manejo de los sistemas que rigen el fútbol.
Sandy considera que en el país se necesita contar con un centro de alto rendimiento, donde puedan entrenar los futbolistas jóvenes en forma intensiva.
“El fútbol en nuestro país requiere de torneos más competitivos y prolongados para que los chicos progresen más”.
Inició su carrera en un club de Paraguay
Marco Sandy comenzó su carrera en el fútbol profesional en el club paraguayo Tembetary, en 1990, cuando este equipo había acabado de ascender.
Tras jugar seis meses en Paraguay, el club Bolívar se fijó en él, se lo llevó a prueba a La Paz y a los dos días compraron su pase. Sandy se formó en el club Enrique Happ de Cochabamba.
Quería estudiar Ingeniería Electrónica
Cuando salió bachiller en 1989, Marco Sandy tenía la intención de estudiar Ingeniería Electrónica, y no pensaba dedicarse al fútbol profesional.
En forma paralela a su carrera de futbolista estudió Administración hasta el séptimo semestre, pero en su momento tuvo que decidirse por ser futbolista las 24 horas del día.
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