lunes, 31 de octubre de 2016

Viscarra, de 23 años, está consolidado en el arco de Oriente.

Oriente está en la pelea por los primeros lugares y el arquero Guillermo ‘Billy’ Viscarra es uno de los principales artífices de este momento. Sus grandes actuaciones dieron confianza y solidez a la última línea del equipo que dirige el colombiano Wilson Gutiérrez.

Luego de formarse por cuatro años en el Vitoria de Brasil, regresó al país para enrolarse a Bolívar, donde no tuvo continuidad, aunque jugó varios partidos que le sirvieron para cumplir uno de sus sueños de chico, ser fichado y ser tomado en cuenta en Oriente, el equipo de sus amores, donde llegó en la temporada pasada para alternar con el argentino Marcos Argüello.

Pero en esta temporada ya no había dudas de que tenía el puesto seguro, así que la dirigencia confirmó su continuidad y el espigado portero respondió como un gran profesional, dentro y fuera de la cancha.

En esta charla con DIEZ, Billy cuenta lo difícil que fue dejar la comodidad de su casa, a los 16 años, para formarse en las inferiores de Vitoria, donde aprendió a valorar muchas cosas que antes no las entendía. No es mucho de salir y aún no piensa en formar una familia, ya que su objetivo es ganar un título con Oriente, ser el número uno de la selección y poder jugar en un club europeo.

Reveló por qué siempre ha usado la camiseta con el número 13, para muchos una cifra de mala suerte. En cambio para él tiene un significado especial.

¿Cómo estás viviendo este buen momento como profesional, con actuaciones destacadas en cada partido?

Me lo estoy tomando con calma, sé que puedo dar mucho más. No soy de conformarme con poco, ni de relajarme, tengo la mentalidad clara de seguir afirmándome en Oriente y de lograr objetivos como siempre soñé, desde chico. Además pienso en no aflojar en la selección nacional, ya que mi meta es consolidarme allí también.

¿Cuando hablás de no relajarse en la cancha, a qué específicamente le apuntás?

A no conformarme con poco, a seguir creciendo hasta llegar a ser reconocido internacionalmente. Tengo el objetivo de conseguir títulos, que es de lo que los jugadores y los clubes viven.

¿La continuidad de este torneo era la que querías en el anterior?

Sí, porque me fui joven a Brasil, donde me formé, y el objetivo era que cuando vuelva al país pueda afirmarme y poder hacerme un nombre el fútbol nacional. La base ya la tengo y ahora me queda seguir mejorando cada día.

¿Qué te animó a dejar la comodidad de tu casa y tu familia para irte a Brasil?

Fue difícil, pero mi sueño era ser futbolista. La verdad no fue fácil tomar la decisión, porque tuve que dejar el colegio y a mis amigos de toda la vida acá (en Santa Cruz) y la comodidad de mi casa, pero creo que si no hubiera tomado esa decisión hoy no sería ni siquiera un futbolista. Toda la formación la hice en Brasil, donde aprendí lo que es ser un verdadero profesional, un atleta. Entendí lo que es darle valor a cosas que te da el fútbol y entender situaciones que este deporte no te permite realizar.

Al comienzo la situación era complicada porque vivía en el club, en ese entonces era el único extranjero en la categoría y me la pasaba metido en el club (residencia para los futbolistas que vienen del interior y del exterior de Brasil), luego vinieron otros extranjeros y los pude ayudar, así me distraía un poco. Después, cuando cumplí la mayoría de edad, pude firmar un contrato profesional y estuve mejor porque me salí a un departamento y tenía más distracción luego de entrenarme.

¿Qué fue lo más difícil que casi te hizo regresar a Santa Cruz?

Lo que pasa es que me fui muy joven, tenía 16 años, y no era simple vivir lejos de mi país, por eso era muy complicado. También el hecho de tener poca vacación, porque Salvador no está cerca de Santa Cruz y no daba para venir seguido a ver a la familia. Tuve que aguantar y pensar solo el en fútbol para crecer como atleta, que en definitiva fue lo que aproveché muy bien durante esa estadía.

¿Cuánto dejó Marcelo Martins en Vitoria, club donde también se formó?

Marcelo abrió las puertas en Brasil. Debido a que somos un país con pocos futbolistas en el exterior, es importante que los que van al exterior puedan dejar buena imagen porque eso ayuda a que los nuestros tengan más posibilidades. Yo traté de dejar una buena imagen también, y ahora está Rodrigo Ramallo, que está trabajando bien para seguir abriendo más espacios a otros bolivianos.

¿Cómo ves la lucha por el arco de la selección?

Es positivo para el país. Vemos que en cada selección tiene que haber un nivel muy alto y eso está sucediendo en la nuestra. Para mí es motivante tener a compañeros en buen momento (de momento el titular es Carlos Lampe), ya que eso hace que uno se exija y se supere más en su club para llegar.

La pelea es muy sana porque nos conocemos hace mucho tiempo y somos buenos amigos. Los tres sabemos del buen momento que pasamos, más allá de la lesión que tuvo Romel Quiñónez.

¿Sentís que en cualquier momento te va a tocar?

Soy consciente de que en cualquier momento tendré la oportunidad de defender el arco de mi país, por eso es que estoy motivado. Es una meta que tengo trazada.

¿Es una ventaja el haber conocido a Guillermo Hoyos, técnico de la selección nacional?

Claro que sí. Los miembros del cuerpo técnico de la selección son profesionales capaces, y cada día uno aprende algo nuevo, así que hay que aprovechar eso. Los que estamos dentro del grupo y la gente de afuera saben lo bien que se está haciendo. Lo importante es mejorar la imagen de Bolivia.

¿En qué trabajás para mejorar?

Yo tengo mucha autocrítica, veo mucho mis partidos. Creo que estoy mejorando en el manejo de los encuentros, en situaciones en las que las decisiones deben ser instantáneas y que en los entrenamientos no se dan porque son diferentes a los partidos oficiales. Antes era muy apresurado, ahora estoy más calmado, más concentrado en lo mío, más claro de ideas después de una jugada difícil. Sé cómo reponerme y no perder la tranquilidad. En Oriente hay que estar concentrado todo el tiempo porque siempre es difícil estar en la posición que ahora tengo.

¿Quién es el arquero a quien admirás?

Gianluigi Buffon (portero de la Juventus y de la selección italiana), creo que es un gran arquero y del medio, la verdad, no tengo ninguna preferencia.

Se te ha visto jugar más con los pies, ¿cómo vas con ese aspecto?

Cada vez me siento mejor, es un tema que hay que trabajarlo mucho y lo hablo con los entrenadores de Oriente y de la selección. Así que me estoy superando, lo siento, porque además soy una persona muy abierta, trato de escuchar a gente que sabe porque no me creo dueño de la verdad. Me gusta opinar, pero también tener autocrítica, algo que te hace mejorar.

¿Este Oriente, que intenta presionar a los de arriba, está para pelear por el campeonato?

Claro que está. Al comienzo fue un reto para todos, pero se armó un buen grupo. No nos tenían fe, pero se trabajó para cambiar esa opinión, gracias además al cuerpo técnico que llegó y que nos ha ayudado mucho. Todos estamos poniendo de nuestra parte para lograr los objetivos. La gente tiene que confíar porque nosotros vamos a pelear hasta el final.

¿Es difícil ser arquero de un equipo que tiene mucha presión?

A mí me gusta, fue lo que siempre quise, no me veo jugando en otro equipo que no sea Oriente. Me gustan todos los aspectos que envuelven a este club y no veo la hora de poder festejar un título con esta camiseta.

A propósito de camiseta, ¿por qué usás la número 13?

Por muchas coincidencias que rodean a mí vida. El cumpleaños de mi abuelo y el de mi padre es un 13, porque el 1 y 3 juntos parecen una B, de Billy (su apodo), y otras más cosas que me pasaron, entonces siempre sentí que es un número que me persigue, por eso fue que decidí usarlo desde que comencé con mis primeros pasos en las inferiores de Oriente (antes de irse a Vitoria de Bahía de Brasil).

Además, el 13 es el número que usa uno de mis ídolos desde chico, que es el uruguayo Sebastián ‘Loco’ Abreu, al que siempre he seguido. Cada vez me hacía hincha del equipo al que se iba él.

Pero muchos dicen que el 13 es un número de mala suerte...

Bueno, tampoco es que sea supersticioso como para pensar en un tema negativo, creo que cada uno hace o busca su suerte y a mí me ha ido bien hasta ahora, así que espero que todo siga de esa manera.

¿Cuán importante fue tu padre (Sergio ‘Pantera’ Viscarra) en tu vida de futbolista?

Me ayudó mucho porque me hizo sentir fuerte en un momento que era complicado y cuando pensaba hasta en dejar el fútbol, ya que era muy joven y tenía que sacrificar muchas cosas que, por ahí, no me daba cuenta de que no me darían la satisfacción que ahora siento cuando entro a una cancha.

Mi padre supo quitarme la ansiedad que tenía (en Brasil) por volverme o por bajarle el ritmo a lo que iba a ser mi carrera.

Ahora que volví a Oriente Petrolero, siempre está conmigo alentándome, en el estadio, al igual que mi abuelo, mi madre, que cada vez que mira un partido se pone muy nerviosa, y mis hermanas, que antes no sabían nada de fútbol y ahora no se pierden un partido y leen todos los diarios, porque están pendientes de mí.

¿Sos de salir mucho por las noches?, ¿cómo es la vida de Viscarra fuera de las canchas?

Tengo mi comparsa, mis amigos de siempre, así que cada vez que se puede, salimos, aunque a boliches no soy mucho de ir. Pero cuando tengo cumpleaños o reuniones, asisto, aunque eso se da cuando hay tiempo porque casi siempre estamos concentrados.

¿Tu padre (Sergio Viscarra) es conocido en la farándula cruceña, pues es dueño de bares que están de moda, ¿no creés que gente lo toma como algo irónico, con respecto a tu forma ser, una persona muy tranquila?

No es que no voy porque no me guste, creo que a cualquier joven le gusta divertirse y pasarla bien, pero así es el fútbol, te priva de algunas cosas y eso hay que entenderlo, ya que también te da otras a cambio y muy satisfactorias.

¿Cuál es el desafío que te has planteado con la camiseta de Oriente Petrolero?

Ser campeón. Tengo la meta de darle alegría a la hinchada y quiero que sea mi vitrina para salir a jugar al exterior y dejar algo al club.

¿Dónde te gustaría jugar?

Sin duda que en Europa. Gracias a Dios, hay gente que me maneja en ese continente y que me están siguiendo desde que estuve en el Vitoria, por lo que van siguiendo mi desarrollo como arquero. Así que estamos apuntando a eso, pero soy consciente de que hay que ir paso a paso.

¿Estás cerca de formar tu propia familia?, ¿creés que es el momento o te has dado tiempo para eso?

Por ahora no, estoy concentrado de lleno en mi carrera profesional, por eso no estoy arreglado (no tiene novia) ni en una relación larga. Pienso en el fútbol, sé que tengo que cuidarme en todo sentido porque ahora estamos en un torneo complicado (con Oriente) y también se viene la exigencia de las eliminatorias con la selección nacional.

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