Álvaro Guillermo Peña tenía muy clara la figura desde que era adolescente, quería convertirse en uno de los mejores futbolistas del país. Y así se lo hizo saber a un psicólogo con el que conversó hace más de 30 años.
El gol que marcó contra Brasil por las eliminatorias, el 25 de julio de 1993, es uno de los que más recuerda por su importancia, consolidaba la victoria sobre el coloso del fútbol.
P. ¿A qué se dedica actualmente Álvaro Guillermo Peña, sigue vinculado con el fútbol?
R. Siempre he estado vinculado con el fútbol, que es mi pasión.
Nunca me alejé de este deporte. Después de haber sido futbolista y director técnico, cumplo la función de coordinador en un equipo que dirige mi hermano “Nuevo Horizonte”, en el que yo comencé cuando tenía 15 años.
P.¿Qué significó para Ud. haber clasificado al Mundial? ¿Se le abrieron puertas?
R. La clasificación a un Mundial le abren puertas a un futbolista porque se lo mira con otra óptica.
En la parte profesional me recibí como director técnico e hice después cursos en Argentina y Portugal, cursos FIFA.
Tuve la suerte de trabajar en el equipo Dínamo de Kiev (Ucrania), durante seis años, como asistente técnico.
P. ¿Qué otros proyectos tiene en su vida profesional y concretamente en el fútbol?
R. Lo más importante, con lo que uno sueña como exfutbolista que ha llegado a jugar un mundial, copas Libertadores, eliminatorias y otros campeonatos, es que las cosas cambien en el fútbol, porque no se ha mejorado nada.
P. ¿Ud. espera tener la oportunidad de dirigir la Selección Nacional?
R. Espero que la oportunidad para dirigir la Selección Nacional se dé más adelante.
Tuve la suerte de dirigir a Oriente Petrolero en 2004 y conseguimos el subcampeonato de la Liga del Fútbol Boliviano y salimos campeones de la Copa AeroSur, en 2005, tras ganar a Bolívar en La Paz.
Dirigí en la Copa Libertadores y estuve en Destroyers, equipo que salvamos el descenso.
Trabajé en Blooming, también en la Copa Libertadores de América.
P. ¿Ud considera que es posible para un futbolista estudiar un carrera universitaria?
R. En mi caso me hubiera gustado, pero por mi dedicación total a este deporte no pude hacerlo. Terminé el bachillerato y después me dediqué íntegramente al fútbol.
P. ¿Está Ud. conforme con lo que ha conseguido hasta el momento, después de haber formado parte de la Selección Nacional?
R. Uno siempre tiene aspiraciones en la vida. En mi caso, tuve objetivos desde que empecé mi carrera como futbolista. Debuté a los 17 años como futbolista profesional en Santa Cruz.
En esa época había conversado con un psicólogo y él me preguntó que quería ser. Le dije que buscaba ser uno de los mejores futbolistas de Bolivia y gracias a Dios se me dio esa oportunidad.
Después me propuse otras metas como jugar copas libertadores, ir a las eliminatorias y clasificar al mundial. Se me cumplieron estos objetivos.
Considero que la vida continúa. Como entrenador de fútbol se me cumplió el sueño de dirigir equipos grandes en el país (Oriente Petrolero y Blooming) y trabajar en Europa.
Ahora estoy esperando la oportunidad de dirigir a otro equipo.
P. ¿Cree que es posible clasificar nuevamente a un mundial?
R. Claro que sí. Justamente uno de mis sueños y objetivos es ser director técnico (de la Selección) y clasificar al mundial.
Para eso me estoy preparando y cuando llegue mi oportunidad no la voy a desaprovechar.
P. ¿Cuál es la importancia de la familia, de su respaldo, en la carrera de un futbolista?
R. Es muy importante. Mis dos padres, que en paz descansen, fueron vitales para mi carrera como jugador de fútbol.
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