El club que quiera llevarse a Joaquín Botero deberá pagarle a Bolívar no menos de 200.000 dólares. Ésa es la respuesta de la dirigencia “celeste” después de que al goleador lo tentaran desde afuera.
Hubo al menos dos ofertas recientes: una europea y otra de más cerca, de Colombia. Y aunque ambas han mejorado lo que le paga Bolívar, ninguna colma las expectativas de la “Academia”, que, por tanto, decidió no transferirlo, al menos no por ahora.
Después de convertirle dos goles a Paraguay, en el anterior partido de las eliminatorias mundialistas, el interés desde el exterior por el goleador volvió a escena e hizo pensar a Botero en que su segundo ciclo en Bolívar terminaría próximamente y que su futuro estaba de nuevo afuera, como cuando en 2003 fue transferido al Pumas mexicano.
En los últimos días, la cabeza del jugador estuvo en otro escenario, alejada de los entrenamientos y del trabajo en filas “celestes”. La plata que le ofrecieron hizo tambalear su continuidad en la “Academia”. Pero si el negocio era bueno para él, no lo era para Bolívar, club al que lo liga un contrato hasta fin de año y al que le ofrecieron “migajas”.
Tanto el copresidente “celeste”, Guido Loayza Mariaca, como el jugador coincidieron ayer en que, por el momento, Botero no se va, y si no aparece una oferta tan buena para él como para el club, el contrato rubricado a principio de temporada será cumplido.
Convencer a Joaquín para que olvide su idea de marcharse no involucró ofrecerle más dinero. El delantero seguirá percibiendo mensualmente lo que fue acordado a comienzo de temporada, que no es poco. De hecho, está entre los tres jugadores de la plantilla que más ganan.
La situación del jugador salió a luz ayer, después de que el técnico Jorge Habegger revelara que a Botero le había pedido que fuera a conversar con el copresidente Loayza, al parecer porque tenía su cabeza puesta más en la posibilidad de marcharse que en atender las labores diarias.
Justamente por escuchar una oferta, el domingo no asistió a un entrenamiento que estaba programado para él, pues el resto de la plantilla había sido convocada para jugar frente a Guabirá por el torneo liguero.
Ese día, el delantero debía realizar tareas físicas que tienen que ver con su puesta a punto, tras superar una contractura muscular que lo apartó ya de tres partidos, los que se jugaron inmediatamente después de la presentación de la Selección Nacional en eliminatorias mundialistas.
“Botero está muy bien, está perfecto. Depende de él (cumplir las prácticas). No entrenó para que tenga una reunión con el presidente, nada más”, dijo Habegger, y descartó algún acto de indisciplina. “Cuando Botero trabaja, trabaja muy bien”, recalcó.
Por la tarde, Loayza confirmó que con Botero se analizó un par de ofertas que llegaron desde el exterior pero que fueron descartadas porque no colman las expectativas del club.
“Bolívar no quiere que Botero se vaya, estudiamos lo que había y decidimos que lo mejor es que siga”.
De acuerdo con Loayza, el goleador no asistió a la práctica del domingo justamente porque tuvo una reunión con empresarios que pretendían llevárselo.
“Llegamos a un buen acuerdo y Botero se queda, cumplirá con el desafío deportivo que tiene Bolívar de jugar la Copa Sudamericana y los torneos locales”.
El futbolista señaló que, una vez que resolvió todos los detalles de su permanencia, hoy se pondrá a disposición del cuerpo técnico, que decidirá si lo incluye o no en el equipo que el domingo visitará a Oriente Petrolero.
Hubo al menos dos ofertas recientes: una europea y otra de más cerca, de Colombia. Y aunque ambas han mejorado lo que le paga Bolívar, ninguna colma las expectativas de la “Academia”, que, por tanto, decidió no transferirlo, al menos no por ahora.
Después de convertirle dos goles a Paraguay, en el anterior partido de las eliminatorias mundialistas, el interés desde el exterior por el goleador volvió a escena e hizo pensar a Botero en que su segundo ciclo en Bolívar terminaría próximamente y que su futuro estaba de nuevo afuera, como cuando en 2003 fue transferido al Pumas mexicano.
En los últimos días, la cabeza del jugador estuvo en otro escenario, alejada de los entrenamientos y del trabajo en filas “celestes”. La plata que le ofrecieron hizo tambalear su continuidad en la “Academia”. Pero si el negocio era bueno para él, no lo era para Bolívar, club al que lo liga un contrato hasta fin de año y al que le ofrecieron “migajas”.
Tanto el copresidente “celeste”, Guido Loayza Mariaca, como el jugador coincidieron ayer en que, por el momento, Botero no se va, y si no aparece una oferta tan buena para él como para el club, el contrato rubricado a principio de temporada será cumplido.
Convencer a Joaquín para que olvide su idea de marcharse no involucró ofrecerle más dinero. El delantero seguirá percibiendo mensualmente lo que fue acordado a comienzo de temporada, que no es poco. De hecho, está entre los tres jugadores de la plantilla que más ganan.
La situación del jugador salió a luz ayer, después de que el técnico Jorge Habegger revelara que a Botero le había pedido que fuera a conversar con el copresidente Loayza, al parecer porque tenía su cabeza puesta más en la posibilidad de marcharse que en atender las labores diarias.
Justamente por escuchar una oferta, el domingo no asistió a un entrenamiento que estaba programado para él, pues el resto de la plantilla había sido convocada para jugar frente a Guabirá por el torneo liguero.
Ese día, el delantero debía realizar tareas físicas que tienen que ver con su puesta a punto, tras superar una contractura muscular que lo apartó ya de tres partidos, los que se jugaron inmediatamente después de la presentación de la Selección Nacional en eliminatorias mundialistas.
“Botero está muy bien, está perfecto. Depende de él (cumplir las prácticas). No entrenó para que tenga una reunión con el presidente, nada más”, dijo Habegger, y descartó algún acto de indisciplina. “Cuando Botero trabaja, trabaja muy bien”, recalcó.
Por la tarde, Loayza confirmó que con Botero se analizó un par de ofertas que llegaron desde el exterior pero que fueron descartadas porque no colman las expectativas del club.
“Bolívar no quiere que Botero se vaya, estudiamos lo que había y decidimos que lo mejor es que siga”.
De acuerdo con Loayza, el goleador no asistió a la práctica del domingo justamente porque tuvo una reunión con empresarios que pretendían llevárselo.
“Llegamos a un buen acuerdo y Botero se queda, cumplirá con el desafío deportivo que tiene Bolívar de jugar la Copa Sudamericana y los torneos locales”.
El futbolista señaló que, una vez que resolvió todos los detalles de su permanencia, hoy se pondrá a disposición del cuerpo técnico, que decidirá si lo incluye o no en el equipo que el domingo visitará a Oriente Petrolero.
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