Vladimir Castellón Colque, en puertas de cumplir 23 años (el 12 de agosto), es un cochabambino que salió de un potrero (en la llajta le llaman también canchón). Pero ya está curtido en misiones importantes en el mundo futbolístico, porque formó parte del seleccionado Sub 20, en el Sudamericano de Venezuela (2009). Hoy se muere por jugar en la Selección Nacional, porque quiere demostrar que tiene condiciones para encarar –si se le da– la oportunidad.
“A pesar de haber tenido una lesión seria en la rodilla derecha , que fue a finales de 2009 en un clásico, lo que me sacó del fútbol por un año, pero le puedo asegurar que no pasó por mi cabeza el tener que dejar esto que más sé hacer y me gusta: el fútbol”, declaró a Acción el atacante que fue lanzado por su barrio de Coña Coña, en la carretera que conduce a Quillacollo.
Castellón, que ya hacía sus travesuras futbolísticas en el colegio Bancario donde tenía como acompañante la destreza y habilidad para progresar en jugadas de ataque, refirió que el ser ambidiestro es una ventaja. Además, asegura sentirse cómodo cuando le dan la misión de llevar balones al frente en procura de lastimar al rival. Recuerda que desde los 14 años se enfundó la divisa de Aurora y que luego de un año ya fue promocionado a la primera división. “Todo nació por iniciativa de mi hermano Jhonny que se encargó de llevarme al club”, dijo Castellón.
Admirador de Carlos Tévez, Vladimir, dijo que “espero ser tomado en cuenta en la Selección, personalmente daré todo de mi para seguir mejorando”, concluyó.
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