sábado, 30 de marzo de 2013

Wilfredo Camacho: ‘Formamos una linda familia’


El gran capitán del plantel campeón del Sudamericano cuenta algunos detalles del trabajo que se hacía en esa época. Recuerda también al técnico Danilo Alvim, de quien dice que le daba envidia cuando lo veía dominando la pelota en los entrenamientos. Destaca la unidad del grupo, pues considera que se volvió una familia. Luego de un inicio con una producción que mereció el rechazo del aficionado, llegó el festejo por el único título que tiene el balompié de nuestro país hasta ahora.




Fue el gran capitán y caudillo del plantel. Comenta que se siente orgulloso y agradecido con sus compañeros y cuerpo técnico de entonces por haberle dado esa responsabilidad, más cuando la selección nacional era anfitriona de la cita.

Lo que es mejor de Willy —como le dicen quienes quedan de aquel plantel— es que no se olvidó nunca de su función porque tiempo después, fuera de las canchas, cumplió gestiones administrativas para conseguir la renta vitalicia para los campeones. Ahora es uno de los que coordina la organización de los actos a cargo del Gobierno central para la celebración de las Bodas de Oro del único título que obtuvo una selección absoluta de Bolivia hasta el momento.

— ¿Qué sentimiento le embarga cuando llega esta fecha histórica para el fútbol boliviano ?

— Mucha alegría, es un homenaje a quienes estuvimos en esa selección y también para quienes salieron del plantel antes del torneo por diferentes motivos. Es un recuerdo... quisiera ver de nuevo a los que se fueron, a esa gente que falleció y que al menos tendrá un homenaje póstumo.

— ¿Hay algún recuerdo especial de ese grupo?

— No puedo contar mucho. En honor a la verdad me incorporé el 15 de enero de 1963 cuando la selección estaba trabajando desde octubre del año pasado. Sucede que estaba en competencia en Ferrocarril Oeste (Argentina) y jugamos hasta fines de diciembre, tuve unos días de descanso por una lesión y porque debía resolver algunas cosas con mi club; después de la recuperación, llegué a la concentración y comencé a trabajar con el plantel.

— ¿Qué se siente ser el capitán de un equipo histórico?

— Es un motivo de orgullo, me alegra mucho ello, pero también hice los méritos suficientes como para llevar el cintillo. Les agradezco a mis compañeros por ese honor que tuve. Han pasado 50 años de ese hito histórico y como actores de un acontecimiento tan importante estamos felices de este homenaje. Pensamos que por lo menos nuestras familias se sentirán orgullosas de nosotros.

— ¿Qué condiciones tenía el grupo que se formó para competir en el torneo Sudamericano?

— Creo que la virtud de ese plantel fue la unidad, formamos una linda familia. Hay que reconocer que con el juego mostrado en el primer partido no le ganábamos a nadie, recuerdo que hicimos esfuerzo para empatar (contra Ecuador 4-4) y tuve la suerte de marcar el gol de la igualdad. La gente nos persiguió hasta el Estado Mayor, rompió los vidrios del micro, fue una situación muy difícil.

— ¿Y la concentración del plantel cómo se desarrolló?

— Eran tiempos diferentes. Nos alojamos en el Colegio Militar, compartimos los mismos horarios de los cadetes en cuanto a levantarse y consumo de alimentos, nuestra vida fue de cuartel en ese tiempo. En Cochabamba estuvimos en un centro geriátrico, allí acudía gente que tenía problemas con la bebida, además nos atendían unos curas.

— ¿Qué puede comentar del técnico Danilo Alvim?

— En Brasil le decían el Príncipe por sus características de juego. Era un artista al momento de dominar la pelota. En los entrenamientos a mí me daba envidia cuando lo veía agarrar el balón. Era delgado y como persona era excelente.

También nos sorprendía con cosas, por ejemplo el fútbol brasileño nunca fue de marca, pero él hizo el equipo de acuerdo con la gente que tenía. Tuvo la suerte de contar con una buena camada, la puedo comparar con la que tuvo Xabier Azkargorta en las eliminatorias de 1993 y posterior participación en el Mundial de Estados Unidos.

Lo que me sorprendió fue que nos pedía encimar al rival, sabía que en La Paz pesaba el factor altura. Él nos decía que debíamos marcar, algo raro en el fútbol brasileño que espera en zona. Trabajamos con mucho balón y en la marca sabíamos cómo presionar al rival y desmarcarnos, porque la pelota no se cansa, tiene que correr en todo el partido. Así fue, la selección y dio mucho trabajo a todos sus rivales.

— ¿Volvió a saber del DT después de trabajar con él?

— No lo volví a ver, como se dice cada quien por su camino. Hace poco vi una publicación anterior en la que se lo veía delicado, mucho más delgado. Me dio mucha pena verlo así. Hace años falleció y guardo para él mis mejores recuerdos.

— ¿Qué sensación tuvo cuando recibió la Copa?

— El festejo fue total de parte de la gente. En el vestuario nos quitaron la ropa, nos dejaron desnudos, me tuve que prestar una chamarra de un compañero. Al camarín se entró la gente despavorida, nos quitaron todo. Para recibir la Copa fui con un buzo y sandalias porque mi ropa se la habían llevado los hinchas que protagonizaron un desborde de alegría en el estadio Félix Capriles.

— ¿Nunca dejó de ser el capitán de ese grupo?

— Este capitán tramitó la pensión vitalicia para todo el plantel que salió campeón sudamericano. Tardé siete años en concluir esa gestión en la que hubo muchas promesas incumplidas. Ahora estamos aquí para un reconocimiento que nos provoca una enorme satisfacción.

— ¿Qué sabe de la Copa que recibió, la volvió a ver?

— Se la entregamos al entonces presidente (Víctor Paz Estenssoro) y luego a la dirigencia de la federación. Recuerdo que estaba llena de champán, luego no supe más. Gracias a Dios tengo una réplica de ese trofeo en casa. Creo que me la entregó Paz Estenssoro o Mario Cucho Vargas en un acto especial. Está en un lugar privilegiado de mi hogar y de mis recuerdos. Mi familia me dijo que la ponga ahí junto con las medallas que gané en mi época de futbolista y técnico. Son recuerdos para satisfacción de mis seres queridos.

—¿Esa selección siguió compitiendo en siguientes torneos o se deshizo y no se juntó más?

— Los de la Federación hicieron otra selección que jugó en Montevideo en 1967, a ese torneo Bolivia llevó otra gente, no fuimos los mismos porque se dio el cambio.

— ¿Qué sentimiento piensa ahora que llega un reconocimiento que el Gobierno primero y la FBF, después, les brindarán?

— A nombre del plantel y como capitán sólo me queda expresar un agradecimiento al Gobierno del Estado Plurinacional, que nos han recibido en Palacio y ha organizado una celebración que nosotros se la dedicamos a nuestras familias.

Perfil

Nombre: Wilfredo Camacho Achá

Nacimiento: 21-06-1935, en Cochabamba.

Profesión: Técnico de fútbol.

Trayectoria: En su época de futbolista jugó en Bata de Cochabamba y Municipal de La Paz. En Argentina militó en Ferrocarril Oeste y en Colombia, en el club Once Caldas.Regresó al país y se retiró de la actividad futbolística en 1970.


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