No fue fácil adaptarse a la vida de Grecia. Es más, hubo un momento en que pensó retornar al país porque junto a su familia no lograba adaptarse a la vida. Pero Diego Bejarano soportó ese trance, su panorama hoy es más alentador en el Panetolikos, en el que ya marcó dos goles pese a jugar de carrilero.
Hace 20 días se recuperó por completo de una lesión del ligamento interno de la rodilla derecha y está a disposición de su DT, el portugués Leonel Pontes. En los dos últimos partidos de la Liga no ha sido tomado en cuenta por su recuperación, pero él es optimista, no solo de afianzarse en el club, sino de volver a la selección nacional.
¿Cómo soportó el cambio de país, cultura, idioma?
Nos costó bastante, fue muy difícil porque cuando llegué no hablaba ni inglés ni griego. La adaptación fue lo que más me costó. Algunos de mis compañeros me ayudaron con el idioma para entender al técnico y al resto del grupo. Gracias a Dios ahora aprendí un poco de ambos idiomas y todo se hace más fácil.
¿Está con toda su familia?
Sí, con mi esposa (Sihara Rocha Ibáñez). Para suerte mía, ella habla inglés así que eso también ayudó, pero lo que más nos ha costado es la crianza de nuestro hijo (9 meses), porque nadie pudo venir desde Bolivia por el tema de la visa.
¿Pensó en volver?
Sí, y lo hubiera hecho de no ser por mi esposa. Ella me respaldó, me decía que esto era lo que quería; jugar afuera. Si se me había dado y si Dios así lo quiso, era por algo. Gracias a ella y a su apoyo es que opté por quedarme.
¿Qué evaluación hace desde ese momento hasta ahora?
Crecí mucho, aprendí que el fútbol es el mismo deporte en todos lados y que cualquier jugador puede desenvolverse donde se lo proponga. No hay barreras para nada, solo hay que confiar en uno mismo y en Dios sobre todas las cosas. Ya voy un año en Grecia, y la verdad que estoy contento, me fue bien en lo personal, espero hacerlo mejor que el año pasado para seguir cumpliendo mis sueños y mis metas.
¿Por qué se iba a volver?
Por el idioma, por la cultura, por lo lejos, por muchas cosas. Extrañaba mi familia, la comida (risas) y los amigos. La comida tradicional aquí es el queso feta; queso con aceite encima.
¿Sigue el fútbol de Bolivia?, ¿de qué equipos es hincha?
De The Strongest y de Oriente; del Tigre porque ahí comencé mi carrera, estuve cinco años donde aprendí mucho. También porque ahí me formé, debuté (a escala profesional) y logré avanzar. Y de Oriente porque soy de Santa Cruz y desde chico me gustó.
¿A qué apunta?
Espero llegar mucho más lejos de donde he llegado. Jugar en equipos de otros países, espero que reconozcan todo el trabajo que hago. Y espero una nueva oportunidad en la selección.
¿Qué DT marcó tu carrera como profesional?
Fueron tres: José ‘Pepe’ Peña, Eduardo Villegas y Xabier Azkargorta. El primero me llevó a La Paz y arregló todo para que yo juegue en el Tigre, el segundo me dio la confianza cuando regresé a The Strongest -me había ido a jugar a Guabirá-, y el tercero porque puso sus ojos en mí y me llamó a la selección.
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